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Voces de Chernóbil de Svetlana Aleksiévich
No debe usted olvidar que lo que tiene delante ya no es un marido, un ser querido, sino un elemento radioactivo con un gran poder de contaminación.
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Calificación promedio: 5 (sobre 159 calificaciones)
/El 22 de noviembre de 2022, en el marco del Ciclo Palabra, la traductora y escritora barcelonesa Marta Rebón departió con Azahara Alonso, filósofa, poeta y docente. A partir de las claves que aporta la literatura eslava (de Vasili Grossman a Nikolái Gógol, de Svetlana Aleksiévich a Antón Chéjov, de Liudmila Ulítskaya a Andréi Kurkov) durante más de una hora de charla, Rebón abordó la compleja relación entre Rusia y Ucrania para entender un poco mejor la guerra que ha trastocado la geopolítica mundial, y el el ser o no ser de Kiev bajo la sombra de Moscú.
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Voces de Chernóbil de Svetlana Aleksiévich
No debe usted olvidar que lo que tiene delante ya no es un marido, un ser querido, sino un elemento radioactivo con un gran poder de contaminación.
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La guerra no tiene rostro de mujer de Svetlana Aleksiévich
Ahora hablando en serio... Esto es para la Historia, ¿a que sí? ¿Esa cosa tuya está grabando?... O sea, que es para la Historia... Pues diré lo siguiente: "Si renuncias a ser mujer, no sobrevives en la guerra”. Nunca he envidiado a los hombres. Ni de pequeña, ni de joven. Tampoco durante la guerra. Siempre me he alegrado de ser mujer.
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La guerra no tiene rostro de mujer de Svetlana Aleksiévich
Desde entonces los aviones me aterrorizan. Es como si aquel piloto con su avión siempre estuviera en alguna parte, enseguida me entra el pánico, no soy capaz de pensar en nada, solo en que ese avión está volando hacia mí y en que tengo que esconderme para no ver, no oír. No soporto el ruido de los aviones. No puedo volar... |
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La guerra no tiene rostro de mujer de Svetlana Aleksiévich
Llegué a Berlín. En la pared del Reichstag escribí: "Yo, Sofía Kuntsévich, he venido hasta aquí para matar a la guerra". Me pongo de rodillas ante cada fosa común... de rodillas... |
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La guerra no tiene rostro de mujer de Svetlana Aleksiévich
El comandante me chillaba: "¡Soldado Semiónova! ¡Soldado Semiónova, te has vuelto loca! La madre... ¡Te matarán!" Justo lo que no me cabía en la cabeza: ¿cómo me iban a matar si acababa de llegar al frente? Entonces aún no sabía lo vulgar y poco selecta que es la muerte. No le vayas con peticiones y súplicas.
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La guerra no tiene rostro de mujer de Svetlana Aleksiévich
Por mucho que me guste mirar el cielo o el mar, observar un grano de arena por un microscopio me fascina aún más. (...) ¿Por qué la gente llama "pequeño" a lo que es diminuto o "grande" a lo que es amplio si ambos resultan igual de infinitos?
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La guerra no tiene rostro de mujer de Svetlana Aleksiévich
Y allí mismo, sin esperar nada, le pegaron un tiro en la frente. Con un revólver. Era un fusilamiento ejemplar: le pasaría lo mismo a cualquiera que vacilara. ¡Aunque fuera por un segundo! Por uno solo... Aquella orden me hizo madurar de la noche a la mañana. No se habló de... Procuramos olvidarlo... Si, ganamos la guerra, pero ¡a qué precio! ¡¿A qué terrible precio?! |
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La guerra no tiene rostro de mujer de Svetlana Aleksiévich
Créeme, eran buena gente, eran gente honrada, no creían en Stalin o en Lenin, sino en las ideas comunistas. En un socialismo con rostro humano, así lo formularon luego. En una felicidad para todos.
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La guerra no tiene rostro de mujer de Svetlana Aleksiévich
Dejaba el bolso en el suelo, me apoyaba o me agarraba a un árbol, poco a poco me ponía de pie y seguía caminando. Y eso que cobraba la pensión. Hubiese podido vivir para mí misma, solo para mí misma. Pero yo quería vivir para los demás. Soy comunista...
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La guerra no tiene rostro de mujer de Svetlana Aleksiévich
Los recuerdos no son un relato apasionado o impasible de la realidad desaparecida, son el renacimiento del pasado, cuando el tiempo vuelve a suceder. Recordar es, sobre todo, un acto creativo. Al relatar, la gente crea, redacta, su vida. A veces añaden algunas líneas o reescriben. Entonces tengo que estar alerta. En guardia. Y al mismo tiempo, el dolor derrite cualquier nota de falsedad, la aniquila.
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¿Qué movimiento literario de la segunda mitad del siglo XIX busca representar la realidad tal como es, sin idealizarla?