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Clarissa de Stefan Zweig
En fin, aquí tiene a un neurólogo en estado puro. Si dos pacientes le hacen perder el tiempo, pierde los nervios. Si no está rodeado de locos, se vuelve loco.
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Clarissa de Stefan Zweig
Mientras que apenas podía rendir cuenta de años enteros, algunas semanas, incluso días y horas, aún le colmaban el alma y la memoria como si hubieran transcurrido el día anterior.
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Fouché. Retrato de un hombre político. de Stefan Zweig
En esto le estorba únicamente la presencia de colegas decentes, republicanos como Carnot, que siguen creyendo en la República y que no quieren comprender que los ideales sólo sirven para ganar con ellos.
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Fouché. Retrato de un hombre político. de Stefan Zweig
Ambos contendientes, inteligentes y políticos, caen, no obstante, tanto el retado como el retador, en el mismo error: se desconocen mutuamente porque creen conocerse de antiguo.
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María Estuardo de Stefan Zweig
Ella sólo sabe defender, no conservar. Sólo cuando su derecho se ve amenazado, cuando su orgullo se ve desafiado, cuando una voluntad ajena echa mano a sus pretensiones, despierta, salvaje e impulsiva, su energía; sólo en los grandes momentos es grande y enérgica esta mujer, todos los períodos intermedios los encuentra mediocres e indiferentes.
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Veinticuatro horas en la vida de una mujer de Stefan Zweig
La gratitud nos hace felices porque son raras las ocasiones en que se nos hace visible.
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Los ojos del hermano eterno de Stefan Zweig
Solo puede ser justo aquel que no toma parte en el destino ni en la obra ajena.
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¿Fue él? de Stefan Zweig
Quién de nosotros sabe de qué manera y hasta qué punto un cerebro animal es capaz de imaginar.
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Cuentos completos: 337 de Stefan Zweig
Dado que se había puesto el disfraz, quería interpretar el papel;
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El mundo de ayer de Stefan Zweig
La literatura es una profesión fantástica, porque en ella sobra la prisa. Un año más o menos no cuenta para nada cuando se trata de un libro de verdad.
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La confusión de los sentimientos de Stefan Zweig
Trozo a trozo, un hombre arrancaba su vida de su pecho, y en aquel momento, yo, que era casi un niño todavía, vi, por vez primera, con trastornados ojos, las inconcebibles profundidades del sentimiento humano.
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Mendel el de los libros de Stefan Zweig
Los libros sólo se escriben para, por encima del propio aliento, unir a los seres humanos, y así defendernos frente al inexorable reverso de toda existencia: la fugacidad y el olvido.
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Tres poetas de sus vidas: 453 de Stefan Zweig
La mirada de Lev Tolstói sigue siendo de una claridad incisiva, la mirada humana más sobria y espiritual que haya conocido nuestro tiempo.
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Mendel el de los libros de Stefan Zweig
¿Para qué vivimos, si el viento tras nuestros zapatos ya se está llevando nuestras últimas huellas?
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Fouché. Retrato de un hombre político. de Stefan Zweig
Nuestro tiempo quiere y ama hoy las biografías heroicas, porque dada la pobreza propia en figuras de liderazgo políticamente creativo busca ejemplos mejores en el pasado.
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Mendel el de los libros de Stefan Zweig
“sentí un regusto amargo en los labios. El regusto de la fugacidad.¿Para qué vivimos, si el viento tras nuestros zapatos ya se está llevando nuestras últimas huellas?”
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Carta de una desconocida de Stefan Zweig
Sé que después tendré que volver a estar sola, y no hay nada más terrible que estar sola cuando estás rodeada de gente
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Carta de una desconocida de Stefan Zweig
era como la presión del muelle del reloj que llevas en el bolsillo, que pacientemente cuenta y mide tus horas a oscuras, que te acompaña en tu trayecto con palpitaciones inaudibles y sobre el cual tu mirada rápida se desliza solamente una vez en millones de segundos ininterrumpidos
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Gregorio Samsa es un ...