Aunque no todos los cuentos me encantaron, no dejo de estar maravillada con el libro y, sobre todo, me llevo como uno de mis preferidos "La respiración cavernaria"
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Aunque no todos los cuentos me encantaron, no dejo de estar maravillada con el libro y, sobre todo, me llevo como uno de mis preferidos "La respiración cavernaria"
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La respiración cavernaria, pertenece a la serie de relatos “ Siete Casas Vacías “. Editado como novela independiente cuenta con el aporte de Duna Rolando. Quien ilustra de manera deprimente pero más que precisa esta obra de Schweblin. Aquí hay mucho dolor por razones que resultan inexorables, la soledad, el amor que el tiempo tergiversa, la urgencia por un final que no llega, una lista de pendientes, un conjunto de objetos a ser embalados, de manera interminable. Dudas muchas justificadas , no todas, y en el interior de cada pequeño detalle, el cansancio, el desgaste, la pérdida de lucidez, de intereses,de motivación que nos vuelve seres humanos, hasta que un soplo nos arrebata aquello que ha tenido significado, otorgando una nueva dimensión a todo lo que nos rodea, cambiando nuestra percepción,permitiendo que el tiempo arrastre nuestro interés en la vida, como hojas secas en un otoño gris y desvaído, como basura en un polvoso viento de invierno, . Un relato sobre el Invierno de la vida que cala hasta los huesos, de protagonistas y lectores,. Pocos protagonistas, cortos escenarios, y un susurro que se vuelve lamento , grito desgarrador, por lo que no se hace, no se hizo y por lo que ya no tiene solución. ..excepto. + Leer más |
Samanta nos presenta a los Kentukis, una suerte de robot controlado por una persona que, sin embargo, pertenece a otra. Nos adentra en lo que son y su funcionamiento a medida que vemos a los distintos personajes del libro utilizarlos, algo muy inteligente porque yo no soporto las páginas de explicaciones técnicas que se presentan en algunos libros (especialmente de ciencia ficción y fantasía) para que puedas entender la historia que les sigue. La estructura del libro también ayuda a este propósito; son capítulos cortos que van saltando a unos y otros personajes, manteniendo inicialmente la confusión y la tensión, para después empezar a mostrarte las posibilidades de esos bichitos. De primeras me recordó bastante a la serie Black Mirror, ya que desde el primer capítulo se hace evidente que estas ante un libro que explora las consecuencias de la tecnología, de la constante conexión a internet, del anonimato y, en definitiva, de lo que se ha convertido en nuestro día a día. La premisa me parece interesante, lo que la mejora es el despliegue de personajes. Son increíblemente variados, y cada uno se adapta (o no) a la existencia de este nuevo “juguete” como puede. Este ha sido mi segundo experimento con el audiolibro, pero apostaría a que es una lectura fluida y sencilla, sin florituras ni alardes de genialidad. Simplemente un entretenimiento del que puedes sacar conversaciones interesantes o reflexiones personales que te hagan replantearte algunas de tus actividades diarias. Yo lo veo, sobre todo, como una llamada de atención ante la pérdida total de privacidad que permitimos y fomentamos como sociedad. + Leer más |
Con muchisimas ganas por leerlo, sin embargo no llegué a conectar con la historia ni con sus personajes.Trata temas como la contaminación, el medio ambiente y su influencia en la vida de las personas. La importancia de la tierra ,como nos relacionamos con ella y los peligros del uso intensivo de los cultivos para el ser humano.Espero leer algo más de esta escritora para comparar, ya que el estilo distópico de terror de este libro no me atrapó como para recomendarlo. |
Se dice que para conocer a un autor, lo mejor es leer sus libros de cuentos. Y, aunque ya conocía a Schweblin, después de esta lectura, siento que tengo más claro cómo cuenta su pluma. "Pájaros en la Boca y Otros Cuentos" compila diversos cuentos de Samanta Schweblin que reflejan impecablemente su forma sutil y despiadada de narrar. Cada cuento nos abre la puerta a un mundo que se parece bastante al que vemos todos los días, pero que inesperadamente se ve atravesado por un elemento que desentona, que no esperábamos y que no comprendemos ni remotamente. Todo esto se traduce en una experiencia visceral, incómoda, perturbadora, que no nos permite apartarnos del relato en esa desesperación que producen los enigmas. Schweblin dice más cuando no nos dice, y nos deja con mil preguntas en las que nuestra imaginación puede correr, pero siempre influenciada y condicionada por la prosa sobria y oscura que encontramos en cada relato. Enlace: https://lamagaarg.blogspot.c.. |
En esta corta novela nos encontramos con varios personajes, cada una de sus historias es diferente, el hilo conector son los Kentukis. ¿Qué son los Kentukis? Son animales de peluche que los controla un usuario desde cualquier parte del mundo. Podés elegir ser Kentuki o ser amo de uno de estos. Suena todo muy lindo, pero no es así. No se sabe quién puede estar del otro lado controlando tu Kentuki o viendo lo que hacés, tenés cero privacidad. En su contraparte no sabés en qué lado del mundo te va a tocar "ser" Kentuki, no sabés en qué casa vas a estar o lo que vas a ver que hacen en esa casa. En fin, los peligros de internet. La autora explora en esta novela las distintas facetas de internet, sus pro y sus contra y cómo cambia a la gente. Como ésta se obsesiona por comprar enseguida ese invento tecnológico novedoso que sale al mercado (porque si no lo comprás te quedaste en el tiempo), como lo hace parte de su hogar, de su rutina, como consume un montón de tiempo de su día con ese objeto y como terminan convertidos en sus esclavos. Nos hace replantear en cómo gastamos el tiempo al dope como sociedad, cada vez estamos más y más metidos en un mundo virtual, desperdiciando horas metidos ahí cuando podríamos estar haciendo otras actividades o pasando tiempo con la familia. Es una novela de ciencia ficción, pero a su vez es una crítica a la sociedad actual. Se plantean muchos temas interesantes. Si tienen la oportunidad, no se pierdan de leer esta novela, además se lee enseguida. Dato: Hay partes con malas palabras. + Leer más |
La historia nos presenta una relación oblicua entre una madre, Amanda y un hijo, David, pero ni Nina, la hija de Amanda, ni Carla, la madre de David están presentes. Solo asistimos a una conversación entre dos voces casi sin cuerpo. La oblicuedad se mantiene en el rol que adopta cada uno, la adulta Amanda, completamente ciega, está totalmente perdida y teme por su hija. En tanto que el niño David, y quien aparentemente conoce qué pasa, es quien la va guiando a través de sus recuerdos hacia un cierto «punto exacto», un «centro» donde todo tendrá sentido. La deliberada ambiguedad de la conversación y la incertidumbre que se va generando desde un primer momento le dan a esta breve novela un gran dosis de suspenso que nos mantiene en constante alerta, pero quizás la falta de mesetas en la narración la hacen demasiado cuesta arriba. La tensión sube y sube hasta que llega a un punto que satura. Así, el constante tembladeral en que se convierte la historia nos hace sospechar que ya no se puede subir más y que quizás la autora quemó sus cartuchos demasiado pronto. Y es entonces cuando el relato comienza a desdibujarse y el interés a perderse. En «Distancia de Rescate», la forma en que, detrás de la cotidianeidad, se revela el horror me recordó a Cortázar. Como en los cuentos de ese gran escritor argentino, lo terrible espera a cada paso, solo hay que saber descubrir desde donde acecha el terror. En el caso de esta novela en particular, el riesgo está latente en las consecuencias negativas (o tóxicas) que tienen para el ciudadano común la falta de cuidado del medio ambiente. El diablo, muchas veces, viste traje y corbata. Enlace: https://www.cientounlibros.c.. + Leer más |
Ciertos libros quieres que te gusten. Están ahí, desde hace mucho tiempo esperando, ofreciéndote una premisa tan potente que sabes que lo vas a disfrutar página a página. Kentukis era uno de esos libros y, nada más comprarlo, pasó directamente a encabezar la siguiente de mis lecturas. Encima comienza de una manera poderosa e impactante. Lees sus primeros párrafos y te entusiasmas porque es exactamente el tipo de lectura que esperas, con una premisa irresistible que te invita a dejarte llevar por sus estimulantes sugerencias. Y aún así, con todo a su favor, termine por aburrirme con una novela a todas luces fantástica. Y me cabrea mucho no haberla disfrutado como realmente se merece. Pongámonos en situación. Los Kentukis son unos dispositivos con forma animal, casi como peluches, que se controlan a distancia. El comprador de los mismos tiene una especie de mascota que le acompaña y, a distancia, existe alguna persona que lo maneja con una tablet. Con todas las implicaciones que eso conlleva y que tan bien desarrolla Samanta Schweblin. Sí. Su narrativa lo consigue. Todas y cada una de las situaciones que puedas imaginar es capaz de plantearlas de manera convincente, coherente y, por qué no decirlo, se un modo aterrador. Pero, a pesar de eso. A pesar de partir con ese argumento tan potente, a pesar de explorar todas las consecuencias que supone dar acceso a la intimidad o comprobar el grado de morbosidad que seas capaz de desarrollar. A pesar de que la escritora habla en todo momento de la esencia del ser humano, de la soledad y de la necesidad de exposición a la que nos enfrentamos día a día y que ha creado una sociedad en donde estamos dispuesto a todo por un poco de notoriedad, a pesar de tantas buenas razones, se me hizo eterno. Quizás fuera por mi nula implicación con los personajes, muchos, que van de un lado a otro con tramas que no terminaron de impactarme o porque, después de todo, la premisa no era tan original como yo esperaba. Una suerte de gran hermano en la que todos estamos dispuestos a exponer nuestra vida y la de los que nos rodean. Tengo que recomendar esta novela porque la respuesta de los que la leen es unánime. Pero en mi caso, sus escasas doscientas veinte páginas se volvieron interminables. Estoy seguro que volveré a leer a esta escritora argentina, pese a todo. Gente así debería inundar nuestras estanterías. + Leer más |
Este libro recoge 7 relatos cortos de personas normales con vidas rutinarias y sencillas. Personas cómo todos nosotros, que viven en su propio mundo, y que, al igual que nosotros, tienen que convivir con sus propios miedos y debilidades. Personas perdidas, que intentan encontrar su camino dentro de la cotidianidad. Algunas no son conscientes de sus neuras o de sus enfermedades, otras ya están un paso más allá y las han vencido. Me ha gustado sobre todo el relato en que se nos da a conocer el Alzheimer en primera persona, con sus olvidos constantes y su desubicación en el tiempo y el espacio. |
Este libro es de esas obras que quizás habría entrado en mis pendientes, pero probablemente nunca hubiera leído. Y menos mal que lo hice 😱 Fue mi primera aproximación a la escritura de Schweblin, una autora argentina que, en este libro, nos ofrece una historia de ciencia ficción y hasta terror al retratar el caracter más oscuro del ser humano 🙊⠀ ⠀ 🌼¿Qué son los kentukis? Son una especie de peluches que tienen una particularidad... tienen cámara y micrófono, lo cual le permite a un completo extraño inmiscuirse en la vida de otras personas 😨 Schweblin nos plantea una realidad en la que estos artefactos existen y la sociedad los acepta e incluso utiliza. De esta forma, nos encontramos con relatos alternados donde observamos como la gente interactúa con ellos, ya sea estando detrás de la pantalla o siendo “dueño” de uno de esos adorables (o no) peluches 😅⠀ ⠀ 🌼Si bien hay muchas historias y situaciones en el libro, hay 5 que son más extensas porque se van retomando en la narración. Y creánme que cada una es más particular que la otra 😱 Al momento de debatirlo no podía decidir cuál me había gustado más porque todas tenían aspectos detrás que me hicieron estremecer. + Leer más |
Con esta novela podríamos componer un nutrido campo semántico de lo frenético. Cuando llegas a su punto y final, no puedes dejar de preguntarte qué es lo que ha pasado. Pero el malestar ya se ha quedado contigo. De hecho si lees la sinopsis te planteas si se corresponde a lo que has leído, si estamos hablando de la misma historia, o incluso, si no será todo un espejismo fruto del engaño de los sentidos o de un escapismo literario maravillosamente ideado por Schweblin. Esta lectura deja poco espacio para las palabras, pero me esfuerzo en encontrarlas si no quiero acabar con un agujero por el que se escapen hasta las que todavía no han hallado modo de expresarse. Me ha gustado mucho el concepto que da nombre a la novela. Distancia de rescate es que se te escape de entre los brazos lo que más quieres y que, en el último momento, como quien deja caer un yo-yo, lo recuperes. Como cuando una figura de cristal resbala entre tus manos y antes de que se destruya contra el suelo, en ese decisivo segundo, la rescates. Así es como se reflejan las relaciones entre madres e hijos en la obra. Una maternidad que encuentra en la migración de cuerpo e identidad, la solución a la intoxicación y pérdida de lo amado. El dolor muda de espacio, pero la tensión no cesa. Formalmente, es un diálogo entre una madre cuya hija es el extremo de la cuerda, y entre un niño que ya ha soltado el otro extremo de la misma. Es breve y taquicárdico, rozando sutilmente la fantasía, pero no hablamos de una fantasía edulcorada, sino de una inverosimilitud camuflada de cotidianeidad. La sensación que tienes al acabar su lectura es que, en cierto modo, es una historia de terror donde los fantasmas existen. Y estos son corpóreos, te observan, te hablan, viven. Tienen algo en común contigo, y es que además de estar envenenados, también están abandonados a su suerte. Enlace: https://www.instagram.com/p/.. + Leer más |
La argentina Samanta Schweblin publica en 2018 su tercer novela “Los kentukis”. Sus obras se han traducido a más de 25 idiomas y es considerada una de las escritoras latinoamericanas más importantes de la actualidad. . “Los Kentukis” es una novela corta, donde la tecnología y el voyerismo tienen el papel principal. Tenemos personajes de diferentes partes del mundo, cada uno de ellos con su propia historia, la cual la autora nos las presenta de manera intercalada. Lo que tienen en común es la tecnología Kentuki, un híbrido entre mascota, red social; entre furby y tamagochi. El Kentuki conecta a personas en distintas partes del mundo: uno es observado a través de su Kentuki y el otro desde su computadora sigue el día a día de esa persona. . Es un poco complicado de entender, y tal vez se pregunten ¿quién dejaría que un extraño vea nuestro día a día? ¿Qué tipo de padres expondrían a sus hijos a ser observados? ¿Qué clase de gente estaría horas frente al ordenador viendo la vida de alguien más? . La respuesta es sencilla, no necesitamos de un Kentuki para ello. El libro es una crítica a las redes sociales, a la tecnología y el uso que le damos, pero también a tipo de relaciones interpersonales que se están forjando en la actualidad. . Vivimos expuestos a las miradas de extraños, pero también exponemos a los nuestros, algo que la gente no entiende es que la privacidad no existe cuando subes algo a internet. Eso sin quitar los miles de “influencers” que tienen miles o millones de seguidores solo por decirte que comen, que visten, o si les picó un mosquito. Somos una especie de voyeristas y al mismo tiempo exhibicionistas. . Este libro nos plantea una serie de temas actuales para ser analizados ¿Hasta que punto somos esclavos de la tecnología? La soledad nos lleva al uso casi adictivo del mundo virtual, nos alejamos de nuestra realidad para adentrarnos a un mundo no tangible. Si, aquí nos muestran personas que pagan precios excesivos por ver o ser vistos, pero es algo que muchos hacemos... y gratis. Nuestras redes sociales son esas ventanas donde vemos o nos dejamos ver ¿está pasada de moda la privacidad? + Leer más |
Kentukis Samanta Schewblin Este libro habla sobre lo humano. Que aborda el tema de cómo la tecnología interfiere y modifica nuestra realidad, pero sólo como excusa para dejar en descubierto la miseria humana. La traición, los celos, la maldad, lo sádico, la crueldad, la violencia, el abuso, las mentiras, y podría seguir nombrando todas las miserias humanas. Es un libro que devela con horror lo inhumano del mundo. Pero que deja un resquicio donde una luz puede salvarnos o hacer que no nos quedemos en la oscuridad. El libro promete una salida que nadie ve. Es tarea del lector encontrarla. No creas que es una novela. Tampoco cuentos. Son historias. Algunas sueltas y otras conectadas. Es un híbrido, no podríamos encasillarlo en un formato. Quizás la mejor definición sería novela coral. La lectura es dura, lastima, pero nunca te deja ajeno. Una lectura que te desconcierta y te deja pensando por bastante tiempo. Te garantizo que no olvidarás este libro. La novela abre un debate ético, moral que en algún momento la sociedad debe darse y dejar de hacerse la desentendida. En definitiva, la novela habla de cómo necesitamos ser mirados, y también mirar a los otros. No es casual que los ojos tomen protagonismo en toda la obra. Dejar de mirar tanto a los otros, y esas ficticias que generan las redes sociales, y observar nuestra intimidad, lo que realmente somos y nos pasa. En esta época de tanta pantalla, de tanto bit, necesitamos parar todo y mirarnos a los ojos sin intermediarios tecno. Lo que necesitamos, parecen gritar los personajes, es más amor. Samanta Schweblin (Buenos Aires, Argentina; 1978) es una escritora argentina multipremida por su obra. + Leer más |
Han escuchado el refran "Pueblo chico, infierno grande" pues bueno, podría decirse que "Siete casas vacías" podría ser así. Si bien no se establece que estamos en el mismo lugar, al leer cada uno de los cuentos sientes que es así, como si todo quedara en una misma cuadra, sin existir barreras ni distancia ni siquiera tiempo. En cada casa sucedía todo y a la vez nada. Samantha Schweblin tiene la habilidad de usar la cotidianidad como si fuera una historia de terror, pero al final solo se reduce en un absurdo que se siente tan real que hace que un escalofrío te descienda por la espalda y que dejes de sentirte seguro inclusive en tu misma casa. La escritora te muestra que el bien el mal pueden estar un mismo lugar y a veces, inclusive dentro de las mismas cuatro paredes donde sueles sentir que estás a salvo, porque ese espacio que habitas y en el que duermes siempre está ocupado no solo de alegría y de amor, sino también de silencio, de traumas, quebrantos y enfermedad, que si todos dieran voz a esas acciones que suceden allí nadie nunca más volvería a sentirse seguro en ese lugar, pero bueno hay acuerdos tácitos para no contar, para aguantar, para soportar y sobrellevar todos esos sucesos, hasta que un día solo escapas, te llevas tu vida, tus sueños y tus anhelos, buscas un nuevo espacio y fundas una nueva casa con nuevas historias por contar, pero que siempre quedarán ocultas, si la suerte y la fortuna así lo deciden. Este libro te da la bienvenida al desconcierto, la vergüenza, la desazón, el dolor, el sufrimiento, la muerte, la violencia y lo extraño, pero también, en medio de tanta incertidumbre, te ofrece cuentos con los que, en forma aterradora, podrías Identificarte, así que navega por ellos, siéntelos e inclusive puedes perder la capacidad de respirar, sobre todo con el cuento ubicado en el centro, donde el remordimiento, la culpa y la indiferencia, son el pan de cada día. La mayoría de las personas le tiene miedo al mundo y a los desconocidos, pero en lo que he caminado en esta tierra y en las historias de vida que he escuchado por mi profesión, deberíamos temer más a los conocidos, inclusive a aquello que llamamos hogar. . + Leer más |
Perturbador, inquietante. Dentro de esa "moda" distópica de la que forman parte series como Black Mirror que a mí, por una simple cuestión de gustos, no termina de convencerme demasiado... A pesar de ello, Schweblin ha conseguido engancharme, quizá por la diversidad de personajes, con sus múltiples historias, las subtramas, que se engarzan bien entre sí y te llevan por múltiples escenarios de esta vida moderna que no deja de plantearme conflictos éticos. Leer este libro ha sido una autorreflexión, una introspección, me ha hecho pensar mucho sobre asuntos que no dejan de rondarme la mente y es que quedan expuestos sin conclusión. Parece que la autora mira y escribe sin juzgar, una actitud con la que me identifico y desde la que soy capaz de reconocerme en esas tramas de escasa profundidad, no sin cierta culpabilidad, en ambos lados de la moneda, los que tienen y los que son. La superficialidad de las tramas, que muchos critican, me parece un acierto, porque deja mucho espacio a la imaginación lectora, creo que todos podemos imaginar continuaciones desde la propia experiencia y eso enriquece, desde mi punto de vista, la lectura de una obra que pretende invitar a la reflexión crítica. + Leer más |
Libro con una serie de historias cortas de la vidas de varias personas que no se entrelazan entre si, solo comparten la particularidad de pertenecer a l grupo de personas que tienen como accesorio un Kentuki, tal como dice la sinopsis, es un muñeco peluche que tiene como objetivo, ser el receptor de un huésped que por medio de una cámara y conexion a internet, se vuelve en observador de la persona o personas que adquieren dicho muñeco, estos sin tener conocimiento alguno de quien sera quien lo esta observando, si es hombre o mujer, si es joven o adulto mayor pero que conscientemente acepta que alguien en algún lugar del mundo lo observa constantemente. Un libro perturbador pero al mismo tiempo fascinante de leer, pues es en cierta manera el reflejo de la sociedad actual donde todos participamos en uno u otro papel, el ser observadores o ser observados, por medio de las redes sociales al publicar nuestras vidas las exponemos al escrutinio de otros que jamas veremos y no sabremos que idea se forman de nosotros pero que al mismo tiempo están al pendiente de nuestros movimientos o viceversa, somos quienes estamos al pendiente de que es lo que publica la persona de nuestro interés, pero en este caso, en el caso de los Kentukis, es una critica que lleva al desastre cuando como seres humanos nos abandonamos al hecho de dejar que nuestra necesidad de atención sea mas importante que vivir nuestra propia vida. hay algunas historias que son cortas y terminan rápido, otras que tienen una continuidad pero que el final de cada historia es tan tragico como hilarante, no pude dejar de sentir el vacío que te da el saber que la vida en realidad no tiene finales felices. la misma sensación que me dio cada capitulo de la serie Black Mirror + Leer más |
“ ningún padre debería sepultar a su hijo” . Esta frase del “ señor de los anillos” es lo primero que viene a mi mente al iniciar la lectura de estos relatos. Después, mirar la portada, tras haberlos leído, me parece que proyecta perfecto la nostálgica pesadumbre que transmiten los mismos. Un puño de inquietud presiona mi alma y vacía mi estómago. Inquietud y desasosiego me recorren, me embargan y me acompañan por un largo tiempo al pensar en ellos. Las mismas sensaciones que producen esas siete casas que no están vacías, excepto de la esperanza, y en las que solo quedan rescoldos de la humanidad de quienes las habitan, o habitaron. Schweblin hace uso de una inusitada audacia para, mediante un juego de palabras , causar una sensación de opresión, en el ambiente, en mi interior y embalar mis sensaciones en mi mente, etiquetándolos a su antojo. Me hace sentir -un hombre sin suerte- me hace percibir -mi respiración cavernaria, -,pero nada de todo esto me hace olvidar , por lejanos que se encuentren. -a mis padres y mis hijos -, no puedo permanecer -para siempre en esta casa,- aunque solo ocupe -cuarenta centímetros cuadrados-debo -Salir- . Dice poco, proyecta mucho me hace sentir todo . Abrumador, Desolador, el pasado se acumula arrolla al presente opaca el futuro...si es que lo hay. + Leer más |
La novela trata temas de actualidad como la pérdida de la privacidad ante el avance tecnológico. Observar la vida de otras personas o ser observado, es decir, ser activo o pasivo. La falta de legislación ante el progreso tecnológico es otro tema de la novela. Se remarca que existe el uso de la tecnología con buenos propósitos como el rescate de la chica , o con los fines contrarios como en el caso del acosador de un menor de edad. El voyeurismo tecnológico es un signo de la actualidad. |
Pájaros en la boca y otros cuentos, de la argentina Samanta Schweblin, reúne 22 cuentos (valga la redundancia) de distintos años. Confieso que no sabía qué esperar porque es la primera vez que leo a la autora y pude ponerle fin a las dudas. Disfruté muchísimo del libro.⠀ ⠀ Los cuentos no tienen un hilo conductor: no tratan todos los mismos temas ni los desarrollan de la misma forma. Sí subyace en todos ellos un dejo cruel, absurdo y estoico sobre las cosas que suceden como, por ejemplo, que un niño se enfrente a la depresión de su madre, dos hombres vayan a una cantina donde hay una mujer muerta en la cocina o que una persona esté obsesionada con cavar un pozo. No puedo encasillarlos en un solo género: algunos son realistas, otros tienden a la fantasía (son mayoría) y otros al terror. La lectura de Schweblin, Mariana Enríquez y Claire Keegan en un mismo año me hizo pensar que la literatura necesita nuevas discusiones y definiciones. Y eso está buenísimo.⠀ ⠀ Pero volvamos a Schweblin. Sus cuentos te dejan preguntas, no certezas. Crean la necesidad de hablarlos con alguien, de intentar entenderlos, de considerar varios puntos de vista. No se puede terminar “El cavador” o “Hacia la alegre civilización” sin pararse a pensar unos minutos (que luego se hacen horas). Para mí, esa es la literatura que importa y la que más me gusta. Sé que voy a releer y que va a cambiar mi interpretación, que el libro me va a contar otra cosa ¿Hay algo más lindo que eso? No lo creo.⠀ ⠀ Schweblin escribe bien y tiene un punto fuerte en los diálogos, que incluso llegaron a sacarme una risa en situaciones que son delicadas. Y hay otros cuentos, como “Mi hermano Walter” u “Olingiris” donde no hace falta un intercambio de palabras para provocarte incomodidad. Seguiré leyendo a esta autora, sin lugar a dudas. + Leer más |
Kentukis un libro que me parece muy original,esa especie de mascotas tecnológicas , puedes ser un kentuki o puedes tener un kentuki, ¿qué prefieres?. Algunos protagonistas son kentukis y otros tienen un kentuki, es un libro corto , más o menos en la primera mitad del libro a mí se me hizo un poco cuesta arriba, ya digo que la historia es original, interesante, pero a mí los dueños de los kentukis no me decían casi nada, pero es verdad que en la segunda mitad del libro todo o casi todo me ha gustado más, no quiero decir nada del argumento porque la gracia de este libro es que sepas cuanto menos mejor.
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Gregorio Samsa es un ...