El acontecimiento de Annie Ernaux
... lo que estaba creciendo dentro de mí era, en cierto sentido, el fracaso social.
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El acontecimiento de Annie Ernaux
... lo que estaba creciendo dentro de mí era, en cierto sentido, el fracaso social.
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El acontecimiento de Annie Ernaux
“Es posible que un relato como este provoque irritación o repulsión, o que sea tachado de mal gusto. El hecho de haber vivido algo, sea lo que sea, otorga el derecho imprescriptible de escribir sobre ello. No existe una verdad inferior. Y si no cuento esta experiencia hasta el final, contribuiré a oscurecer la realidad de las mujeres y me pondré del lado de la dominación masculina del mundo”
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Una mujer de Annie Ernaux
Esto no es una biografía, ni una novela, naturalmente, quizá algo entre la literatura, la sociología y la historia. Mi madre, nacida en un medio dominado, del que quiso salir, tenía que convertirse en historia, para que yo me sintiera menos sola y falsa en el mundo dominante de las palabras y las ideas al que, según su deseo, me he pasado. Ya no volveré a oír su voz. Es ella, con sus palabras, sus manos, sus gestos, su manera de reír y de caminar, la que unía a la mujer que soy con la niña que fui. Perdí el último nexo con el mundo del que salí. |
Mira las luces, amor mío de Annie Ernaux
En la "salida sin compra", el vigilante con la mirada clavada en las manos, en los bolsillos. Como si salir sin mercancía fuera una anomalía sospechosa. Culpable de facto, por no comprar nada.
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La mujer helada de Annie Ernaux
Me decía, con los ojos brillantes, «está bien tener imaginación», prefería verme leer, hablar sola mientras jugaba, escribir historias en mis cuadernos de clase, antes que ordenar mi cuarto o bordar interminablemente un tapete. Y recuerdo esas lecturas que ella favoreció como una apertura al mundo.
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La vergüenza de Annie Ernaux
La vergüenza siempre lleva consigo la sensación de que, a partir de ese momento, puede sucederte cualquier cosa, de que es algo que no tiene fin, pues la vergüenza se alimenta de vergüenza.
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La mujer helada de Annie Ernaux
Mujeres frágiles y vaporosas, hadas de manos suaves, pequeñas auras de sus casas… Mis mujeres, las mías, vociferaban todas, tenían el cuerpo descuidado, demasiado pesado o demasiado plano, dedos rasposos, caras sin pintar o, al contrario, maquilladas como puertas, con gruesas manchas rojas en mejillas y labios.
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Pura pasión de Annie Ernaux
Me hallaba en un estado en el que ni siquiera la realidad de su voz conseguía hacerme feliz. Todo era una carencia sin fin, salvo el momento en que estábamos juntos haciendo amor.
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Los años de Annie Ernaux
Las señales de cambios colectivos solo son perceptibles en la particularidad de las vidas, salvo quizá cuando el asco y el cansancio hacen pensar secretamente que “nunca cambiarán las cosas” a miles de individuos a la vez.
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El acontecimiento de Annie Ernaux
El libro que estoy escribiendo me pareció de pronto un intento desesperado
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No he salido de mi noche de Annie Ernaux
No hay libro que pudiera soportar. Algunos serían intolerables porque contarían lo que acabo de vivir. Los demás perfectamente inútiles, fabricaciones.
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No he salido de mi noche de Annie Ernaux
No es literatura esto que estoy escribiendo. Veo la diferencia con los libros que he hecho, o más bien no, porque no sé hacer libros que no sean esto, este deseo de salvar, de comprender, pero de salvar primero
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No he salido de mi noche de Annie Ernaux
Horror de imaginar un libro sobre ella. La literatura no puede nada
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Pura pasión de Annie Ernaux
Me pregunto si no escribo para saber si los demás no han hecho o experimentado cosas idénticas, o al contrario, para que les parezca normal experimentarlas.
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La vergüenza de Annie Ernaux
Existe la creencia generalizada de que no se puede ir a ninguna parte sin conocer a alguien, y admiramos a todos aquellos o aquellas que no tienen miedo de ir a donde sea.
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Pura pasión de Annie Ernaux
Quería obligar al presente a convertirse otra vez en un pasado abierto a la felicidad.
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Pura pasión de Annie Ernaux
Me pregunto si no escribo para saber si los demás no han hecho o experimentado cosas idénticas, o al contrario, para que les parezca normal experimentarlas. O incluso para que las vivan a su vez, olvidando que un día las leyeron en alguna parte
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La escritura como un cuchillo de Annie Ernaux
(…) si estoy escribiendo un texto (…) la prisión es el exterior, y la libertad, el despacho en el que me encierro. Ahí es donde existo de verdad, no porque me sienta escritora. Nunca me pienso como escritora, solo como alguien que escribe, que debe escribir.
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Gregorio Samsa es un ...