Pura pasión de Annie Ernaux
Por tanto, es un error considerar a quien escribe sobre su vida como a un exhibicionista, porque este último solo tiene un deseo: mostrarse y ser visto en el mismo instante.
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Pura pasión de Annie Ernaux
Por tanto, es un error considerar a quien escribe sobre su vida como a un exhibicionista, porque este último solo tiene un deseo: mostrarse y ser visto en el mismo instante.
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El acontecimiento de Annie Ernaux
Probablemente existe una memoria primitiva que hace que nos representemos la vida pasada bajo las formas elementales de la sombra y la luz, del día y la noche.
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Una mujer de Annie Ernaux
Ya no volveré a oír su voz. Es ella, con sus palabras, sus manos, sus gestos, su manera de reír y de caminar, la que unía a la mujer que soy con la niña que fui. Perdí el último nexo con el mundo del que salí.
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Una mujer de Annie Ernaux
en una comida de comunión, se emborrachó y vomitó a mi lado. En cada fiesta, después, yo vigilaba su brazo estirado sobre la mesa, sosteniendo el vaso, deseando con todas mis fuerzas que no lo levantara.
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Los armarios vacíos de Annie Ernaux
Mis padres, con la misma cara, el mismo cuerpo, pero transformados... Poder amarlos totalmente, no odiar su vida, su comportamiento, sus gustos... Soñaba con ello, los modelaba, y después me tocaba enfrentarme a ellos tal como eran... Ser incapaz de querer a unos padres, no saber por qué resulta insoportable.
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El lugar de Annie Ernaux
Mi madre solo cerró la tienda para el entierro. Si no, hubiera perdido clientes y no podía Mi padre muerto descansaba arriba mientras ella servía licores y vino tinto abajo.
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Mira las luces, amor mío de Annie Ernaux
Aquí es donde nos acostumbramos a la presencia cercana de los unos y los otros,movidos por las mismas necesidades esenciales de alimentarnos y vestirnos.Lo queramos o no, aquí nos constituimos en una comunidad de deseos.
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La mujer helada de Annie Ernaux
No soy profe, nunca seré profe, sino mujer-profe, que no es lo mismo.
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El acontecimiento de Annie Ernaux
Era imposible determinar si el aborto estaba prohibido porque estaba mal, o si estaba mal porque estaba prohibido
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Una mujer de Annie Ernaux
Ya no volveré a oír su voz. Es ella, con sus palabras, sus manos, sus gestos, su manera de reír y de caminar, la que unía a la mujer que soy con la niña que fui. Perdí el último nexo con el mundo del que salí.
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El hombre joven de Annie Ernaux
Pero yo sabía, mirando a esa pareja madura, que si estaba con un joven de veinticinco años, era para no tener ante mí, continuamente, la cara marcada de un hombre de mi edad, la de mi propio envejecimiento. Frente a la de A., la mía también era joven. Los hombres lo sabían desde siempre, no veía por qué me lo iba a prohibir yo.
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No he salido de mi noche de Annie Ernaux
A menudo sueño con ella, tal como era antes de su enfermedad. Está viva, pero ha estado muerta. Cuando me despierto, durante un minuto, sigo convencida de que vive de verdad con esa doble forma, muerta y viva a la vez, como esos personajes de la mitología griega que han franqueado dos veces el río de los muertos.
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Pura pasión de Annie Ernaux
«Tenía con frecuencia la impresión de vivir aquella pasión como habría escrito un libro: la misma necesidad de resolver con éxito todas las escenas, el mismo afán de cuidar todos los detalles. Y hasta la ocurrencia de que me daría igual morir tras llegar al fin de esta pasión —sin otorgarle un significado preciso a «al fin de»—, como podría morirme tras haber acabado de escribir esto dentro de unos meses.» |
El acontecimiento de Annie Ernaux
Por encima de todas las razones sociales y psicológicas que pueda encontrar a lo que vivían, hay una de la cual estoy totalmente segura: esas cosas me ocurrieron para que diera cuenta de ellas.
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Los años de Annie Ernaux
Lo que querría es salvarlo todo, lo que ha existido alrededor suyo, continuamente, salvar su circunstancia.
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La mujer helada de Annie Ernaux
Yo también caí en la trampa de la mujer total, orgullosa de ser por fin capaz de conciliarlo todo, la subsistencia, un hijo y tres cursos de lengua francesa, guardiana del hogar y dispensadora del saber, superwoman, no solo intelectualmente hablando, en resumidas cuentas, armónica. Vía libre al lirismo cuando lo demás, la reflexión en particular, ha desaparecido.
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El lugar de Annie Ernaux
Los críos siempre tenían lombrices. Para expulsarlas se cosía dentro de la camisa, cerca del ombligo, una bolsita llena de ajo. En invierno, algodón en los oídos. Cuando ahora leo a Proust o a Mauriac, no creo que evoquen los tiempos en que mi padre era niño. El panorama de mi padre es de la Edad Media.
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El hombre joven de Annie Ernaux
Inevitablemente, a sus proyectos de futuro conmigo, yo respondía "el presente basta", sin decir nunca que el presente no era para mí más que un pasado por duplicado.
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El hombre joven de Annie Ernaux
Nuestra relación podía contemplarse a la luz del provecho. Él me daba placer y me hacía revivir lo que yo nunca habría imaginado poder revivir. Que le pagara con viajes, que el evitara buscar un trabajo que el habría impedido estar tan disponible para mí, me parecía un acuerdo equitativo, un buen trato, sobre todo cuando era yo que fijaba las reglas.
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¿En qué año realizó Kubrick la adaptación de "Lolita" de Vladimir Navokov?