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Agatha Christie nunca falla. A mí, al menos, es que me hace feliz. Leer a esta mujer es como meterte de lleno en el crimen, como si estuvieses ahí mismo. La capacidad que tiene de ir desgranando la información para dar giros imposibles y sorprenderte nunca me cansa. Además, por mucha información que haya, jamás se hace pesado, ya que la mayor parte se compone de conversaciones que muestran puntos de vista que nos dan la dosis adecuada de información y la dosis adecuada de misterio. Y eso que sí que me parece que la Christie peca de sobreexplicativa y quizá poco natural en diálogos, pero me da IGUAL. Yo no soy objetiva cuando me lo paso como una enana. Adoro el entorno tan denominado como “cozy”, el ver cómo todos son sospechosos, que nada es lo que parece. Y puedes esperarte más o menos su final (yo podía imaginarme por dónde iba, pero no la resolución completa), pero te deja satisfecha. Y, cómo no, a mí Hercules Poirot me encanta como protagonista. Es un clásico entre los clásicos y no es para menos, porque tiene una gran personalidad. Quizá lo vi más carismático en el otro libro que he leído de sus aventuras (El asesinato en el Orient Express), pero aquí tampoco sale mal parado. En resumen, una lectura para zamparse en una o dos tardes, que vale la pena y que entretiene enormemente. Si os gustan los misterios a puerta cerrada (a mí me apasionan) este creo que os dejará con un buen sabor de boca. Encima tiene secretos familiares. Quién no adora los secretos familiares. Enlace: https://www.instagram.com/pa.. + Leer más |