Asesinato en el Orient Express

Un tren atrapado en la nieve. 17 personas dentro. Una está muerta, otra es un directivo de la compañía, otra un médico amigo de este, la cuarta Hércules Poirot y entre las 13 restantes hay un asesino.
Este es un caso que solo Hercules Poirot puede resolver gracias a sus deducciones impecables, ayudadas por una capacidad de observación que ya la quisiéramos más de uno.

Uno de los clásicos de Agatha Christie y con razón. Recordaba muchas cosas (entre ellas las conclusiones de monsieur Poirot) de cuando lo leí allá en mis años mozos en los que devoraraba cualquier libro que tuviese la palabra asesinato en su cubierta (me daba igual que fuese en el título o en el resumen lo que me llevó a más de un chasco). Aún así disfruté de cada una de las páginas de esta relectura porque el camino puedes disfrutarlo igual que el destino. En este libro el viaje es el verdadero placer, ver como Hercules Poirot hace que giren los engranajes de su maravillosa mente mientras te maravillas de todo lo que tuviste delante de tus narices pero no llegaste a ver. Es un viaje que cualquiera disfrutará aunque no acompañe el traqueteo melodioso de las ruedas del tren.