Nadie en esta tierra

Como fan del autor, compré esta novela en cuanto se publicó, estando bastante segura de que no me iba a defraudar. Y no lo ha hecho.

Del Árbol ha vuelto a hacerlo y de nuevo nos deja una magnífica novela. En esta ocasión una novela negra que nos lleva de viaje del presente al pasado, desde Barcelona hasta Galicia, para descubrir antiguos secretos.

Julián Leal es un policía a quien le acaban de diagnosticar un cáncer de riñón, con un mal pronóstico. Pensando que tal vez no tenga más oportunidades de hacerlo, regresa a  su pueblo natal en Galicia, del que salió hace 30 años.

Tras su visita aparecen varios cadáveres, y alguien se esfuerza en imputarle los asesinatos. Julián tendrá que enfrentarse a su pasado y luchar contra corriente para salir de esta situación, que no es la única que tiene que afrontar.

Muy buena trama, magníficos personajes llenos de luces y sombras, magnífica ambientación, secretos de antaño, venganza, abuso de poder... no le falta de nada.

Una novela con el estilo inconfundible de Víctor del Árbol, narrada a dos voces, que me ha hecho pasar buenos (y malos) ratos.

Si te gusta el autor, no te la pierdas. Y si no, quien sabe, tal vez descubras a un autor al que seguir.

FEBRERO 2023

Antes de empezar esta reseña, debo decir que le agradezco a Ana Loras por darme el empujón final con su reseña para animarme a leer a Víctor del Árbol, autor que ya estaba en mi radar, pero cuya obra iba postergando en favor de otros escritores y otras historias.

¡Gracias, Ana! Una recomendación maravillosa.

Nadie en esta tierra comienza con todo, no para, te sumerge.

Una historia de esas que estruja, que aterroriza por momentos porque toca uno de los temas más terribles que pueden existir.

Un policía, muy malito de salud, va a tener que enfrentarse a un montón de situaciones que cada vez se pondrán más peliagudas. No hay tregua para Julián Leal. Misterios propios y ajenos, pero todos oscuros, todos azotando su vida sin piedad.

Con un narrador muy particular, y este policía enigmático, los lectores descubriremos poco a poco detalles de un pasado desolador. El presente tampoco se presentará sencillo.

Víctor del Árbol es un gran narrador. Sabe llegarnos, sabe confundirnos, arrastrarnos como muñecos de trapo por esos mundos que preferiríamos no ver, y lo hace con un gusto y un estilazo que encandila. No solo supo construir una buena historia, también logra imprimir un sello único gracias al buen uso de las palabras.

Una novela a la altura de las grandes obras negras anglosajonas contemporáneas que todo mundo lee, y superior en muchos aspectos. Si Víctor del Árbol hubiera nacido gringo o inglés, ya estaría forrado en billetes porque Nadie en esta tierra lo tiene todo.

Una España criminal, un México bárbaro, personajes que atraen muchísimo, crímenes, venganza, corrupción, el lado más horrible de la vida; este autor nos lleva hasta las faldas del abismo y los lectores no podremos quitarle la vista a eso que está debajo, al sótano donde se almacena lo más abyecto de la humanidad.

Nadie en esta tierra es una gran novela negra.

Mi pequeño “pero” es la parte mexicana. Ay, señor Víctor, se le fue la mano con el barrio de Tepito. No hay solares en esa parte de la ciudad. Lo que falta ahí es espacio. Tepito es un barrio de calles agobiantes. Entre puestos, carretilleros, vendedores y público en general, Tepito no se puede permitir solares y rincones vacíos. Tampoco hay calles sin pavimentar; la lluvia no genera lodazales allí. La lluvia en esa parte de la ciudad lo que genera es un tráfico de muerte, atascos que duran horas. La lluvia genera un caos gigante en un lugar ya caótico de por sí. Pero bueno, se le perdona el detalle porque su novela es buenísima y porque con ese narrador se le puede perdonar todo.

¿Y la peli, pa' cuándo? Yo voy corriendo al cine. de verdad, esta historia sí vale una versión cinematográfica.

Negras y criminales lecturas para todos.

Me habían recomendado en muchas ocasiones este autor, ex Mosso d'esquadra , pero no se por qué se me resistía. Hace poco leí una entrevista en la que él decía : “He escrito este libro para acabar de una vez con las discusiones sobre si la novela negra puede ser o no literaria (EL país Blog Cultura 16/02/23). Esta afirmación me decidió a leerle y os puedo decir que sin duda este señor tiene mucha clase escribiendo, una gran sensibilidad y desde luego hace literatura de la buena (o al menos en este libro que es el único que he leído hasta ahora).

A lo largo de las páginas de esta novela vamos a conocer a Julián Leal, un policía con luces y sombras asolado por un cáncer de riñón que le lleva de vuelta a su tierra de origen tras 30 años de ausencia y donde tendrá su origen una trama donde encontraremos venganzas, traiciones, crímenes y mucho más.

Este viaje nos llevará de vuelta al pasado, a la pandilla, a las costas gallegas

Pero además de a Julián como protagonista, tendremos a otro narrador en primera persona, que sin saber mucho de él rápidamente el lector intuye que es el “malo” o sin duda uno de los “malos”. Este narrador nos contará su perspectiva sobre Julián y lo que ocurre a su alrededor, casi como si lo viviera desde las cámaras de un Gran hermano.

Destacar los personajes femeninos de Clara y Virginia, ambas diferentes, ambas con una gran fuerza. Sin duda ambas me han encantado.

Sin duda este autor sabe perfilar personajes de una manera magistral y sabe hacer empatizar al lectore con ellos a pesar de que no siempre son el tipo de persona que nos gustaría llevar a casa a cenar con nuestros hijos.

La ambientación oscila entre Galicia y Barcelona y ya os digo que las descripciones te sumergen totalmente dentro de esos parajes naturales y rústicos en el primero, urbanos y ruidosos en el segundo.

Sin duda una gran novela negra llena de personajes interesantes, bastante tensión y con varias tramas que quedan bien hiladas al final.

Muy recomendable!

Es la primera novela que leo y la verdad es que estoy gratamente sorprendida, no solo por la trama sino por cómo está contando la historia. Diría que Víctor del Árbol hace bien su trabajo.

Estoy fascinada con su prosa, su estilo pero su historia hay un punto, que no me convencía del todo, pero bueno, no existe la perfección.

Ahora, pienso leer más obras de este escritor, y todo a su debido tiempo.

Gracias Víctor del Árbol por ponerte en mi camino.

Novela que se ambienta entre Barcelona y Galicia, por un lado la infancia del protagonista nos lleva al pasado, conocer sus origenes en un pueblo gallego en que la época, la educación y costumbres marcaron a toda una generación. 

Los hechos del presente se irán uniendo poco a poco con ese pasado y aquí es donde el autor comienza a tejer su encaje de bolillos.  Resalto la manera respetuosa de abordar temas tan escabrosos como los abusos, el maltrato y las adicciones; y otros como la corrupción dentro de las instituciones, el blanqueo de capitales o las argucias de los poderes publicos, cuentan con una fuerte denuncia 

Un libro que he disfrutado mucho, no solo de lo que cuenta la historia en sí, sino también de cómo lo cuenta. Muy recomendable

La primera novela que leo de Víctor del Árbol y no será la última. Comienzo por el final, ya que Nadie en esta tierra es su última obra publicada cuando escribo estas líneas, y me he encontrado un gran thriller, casi un ensayo sobre la crueldad humana, áspero y duro, como el tiempo de la Galicia rural donde suceden unos hechos terribles y que conocemos gracias al relato en retrospectiva de un magnífico escritor.

Una semanas después de leer esta novela, aún tengo fresca en la memoria sus amargos personajes o su agónico relato de extrema dureza. del Árbol no es solo un agudo escritor, también se intuye un pertinaz psicólogo por sus reflexiones a través del moribundo Leal y los dilemas morales que pone sobre la mesa apostando gran parte de la trama a la eterna dicotomía del bien y del mal.

Nadie en esta tierra es una novela brillante, un relato que conduce al lector de manera vertiginosa por el lado más salvaje y cruel del factor humano. A veces los tiempos piden héroes. Aunque les quede poco tiempo de vida.

Novela magistral del gran Víctor del Árbol. Trataré de reseñar sin hacer spoiler ya que es una novela con mucha miga y que, para los que nos gusta el género, hay que leer sí o sí, y si no te gusta también.
El autor nos presenta la historia de Julián Leal, un inspector de policía que no está pasando por su mejor momento, le acaban de diagnosticar un cáncer de riñón, intentando lograr la paz que necesita, y aprovechando su baja temporal, regresa al lugar en el que nació, donde hacía 30 años que no pisaba, para reencontrarse consigo mismo. Allí surgirán unas muertes que guardan cierta conexión con él, llegando a convertirse en el principal sospechoso y se verá inmerso en una investigación que no evoluciona con fluidez ya que nada ni nadie es lo que parece a simple vista.
Lo de este hombre al escribir es sublime, sin duda juega en la primera división, nada es blanco o negro, todo adopta un color atendiendo a la perspectiva desde la que se mire, verdaderamente es de estos libros que vuelves a leer y no deja de sorprenderte.
El autor además, aborda de forma magistral temas como: los abusos, dilemas morales, venganza, ambición,... pero lo que especialmente te llega a lo más hondo es la podredumbre que puede llegar a albergar el ser humano en lo más profundo de su alma.
La trama se desarrolla en dos líneas temporales, pasado y presente, con dos narradores: uno en tercera persona, que es el que nos va contando el grueso de la historia; y un narrador personaje (el hombre de los ojos oscuros) en segunda, que se dirige bien a nosotros (para adelantarnos sucesos futuros) o bien al propio personaje del capítulo en cuestión. Todo ello con un lenguaje, cuidado, en el que se nos va presentando la información de forma dosificada de manera que permanecemos en una intriga constante.
Encontramos unos personajes llenos de matices, marcados todos ellos por esos sentimientos oscuros de odio, dolor, ambición,..., desarrollados en una ambientación sublime.
Y qué decir del desenlace, da un giro totalmente inesperado teniendo en cuenta cómo se ha ido desarrollando la novela, sin duda me reitero, lo de este hombre es de otro planeta.
Me quito el sombrero y sin duda la recomiendo muy mucho y eso que me he dejado cositas en el tintero. Estoy convencida de que os va a resultar sumamente atractiva.

Víctor del Árbol es uno de esos autores cuyos libros llevo años viendo en las librerías (además con magnífica referencias), pero del que no había leído nada hasta ahora. Si sus obras anteriores se parecen mínimamente a este “Nadie en esta tierra”, estoy convencido de que las voy a disfrutar enormemente.

Julián Leal es Inspector de Policía en Barcelona. Expedientado tras dar una paliza a un sospechoso, y con un diagnóstico de cáncer de riñón que le da poco tiempo de vida, regresa a su pueblo natal en Galicia después de 30 años para hacer las paces con su pasado. La aparición de varios cadáveres con los que podría tener relación harán que su superior trate de inculparle, por lo que se verá arrastrado a una investigación que le llevará a ajustar cuentas tanto con su presente como con ese pasado del que huyó 30 años atrás.

“Nadie en esta tierra” es mucho más que una simple novela policiaca. Es más que una novela negra. Más que un thriller. Es una historia que explora los límites entre lo que es ético y lo que no a la hora de hacer justicia y cómo estos límites de desdibujan, cuando la persona tratando de conseguir esa justicia no tiene nada que perder.

Julián es un héroe atípico. En él se mezclan rasgos del héroe clásico con los del perdedor sin miedo a nada porque ya lo ha perdido todo. A lo largo de la historia hará honor a su apellido, “Leal”, en repetidas ocasiones. Su fuerte sentido de la justicia le llevará a hacer aquello que él entiende como correcto, aún cuando sus actos puedan considerarse reprochables, tengan muchas probabilidades de fracasar o supongan un perjuicio personal para él, sin temor a asumir las consecuencias, sean las que sean ya que, en caso de tener éxito, todo habrá merecido la pena y, en caso de no tenerlo, al menos lo habrá intentado. Y esa es la verdadera heroicidad.

Cómo contrapunto a Julián está el antagonista de la historia, una misteriosa voz en primera persona cuya identidad desconocemos, que narra los hechos desde un punto de vista mucho más cínico y que, a medida que avanza la historia, se irá humanizando a ojos de lector (por difícil que pueda parecer al principio). Me ha resultado de lo más interesante cómo el autor consigue que el lector llegue a sentirse seducido por este personaje, empatizando con él y pudiendo olvidar por un momento todo lo malo que ha hecho.

Todos los personajes son imperfectos, se mueven en esa escala de grises que los convierte en mucho más atrayentes para el lector. No hay buenos ni malos absolutos, alejándose de los estereotipos habituales de la novela negra.

Con una prosa cuidada y elegante, y un buen manejo de los tiempos, dosificando la intriga de forma precisa, la narración se mueve entre pasado y presente, entre Galicia y Barcelona, de manera orgánica, consiguiendo crear una atmósfera impecable y llena de contrastes entre el ambiente rural gallego y el cosmopolitismo barcelonés.

Tocando temas como la corrupción, que se extiende desde las clases sociales altas hasta los más bajos fondos, los abusos de poder y esa sensación de impunidad que parece venir implícita en éste, el odio, la venganza o la ambición que, en ocasiones, saca lo peor del ser humano, el autor plantea a sus personajes una serie de dilemas morales a los que el lector también tratará de dar respuesta por sí mismo.

Una trama potente, unos personajes bien caracterizados, llenos de matices, y una escritura soberbia hacen de “Nadie en esta tierra” una gran lectura. Ahora sólo me queda ponerme al día con el resto de la obra de Víctor del Árbol. La cosa promete.

Me ha encantado. de principio a fin. Si algo destaco de esta novela, muy dura en según qué partes/escenas en la que conocemos lo peor del ser humano, es su narrativa y sus personajes, especialmente Julián y el sicario, cuyo nombre desconocemos.
Altas esferas corruptas, los bajos fondos de Barcelona, droga en Galicia, un pasado trágico, un cóctel en el que vas encajando las piezas hasta un final inesperado, que hace que el lector no pueda despegarse de sus página ni de su historia. Una vez terminada, ha quedado en mí.

Es mi primera novela de este autor y la verdad es que me ha gustado mucho. Los personajes, la historia y la ambientación encajan muy bien. Creo que seguiré con el resto de su obra. Me ha gustado mucho su forma de escribir. Novela y autor totalmente recomendables.