La víspera de casi todo

Víctor del Árbol firmó una de las mejores novelas que leí el año pasado con Nadie en esta tierra, y vuelvo casi una década atrás para conocer este La víspera de casi todo, Premio Nadal, y descubrir una obra de fantasmas y estetas, una fluida historia de misterios criminales con diferentes voces narrativas con una peculiaridad: casi todos, por distintos motivos, son asesinos.

Los criminales de este vertiginoso thriller tienen impacto en sus páginas, comienza como si de un ejercicio periodístico se tratara. En Málaga, en el verano de 2007, un asesino de niñas secuestra, viola y mata a la hija de una conocida mujer de familia influyente, a raíz de este suceso se van destapando las aristas de un mosaico criminal que va mucho más lejos de ese inhóspito lugar, incluso del tiempo.

La víspera de casi todo no es una lectura cómoda y se ve en sus primeras páginas, el autor no concede ningún respiro en la telaraña criminal que propone y tampoco un espacio de confort entre personajes que viven respirando muerte, venganza, locura y vergüenza. Una novela sobre el pasado, que siempre vuelve, y la eterna lucha de volver a empezar.

La víspera de casi todo es una novela dura y triste pero que a la vez desprende belleza entre sus páginas. Como siempre, la narración es lenta, prestando especial atención a los detalles y desatando una vez más esa prosa lírica a la que el autor nos tiene acostumbrados, en la que misterio se va deslizando por la historia, uniéndola, y se va desvelando todo progresivamente sin que haya investigación como tal.
Los personajes son muy completos, profundos. Todos deben enfrentarse a un pasado intenso y a los fantasmas que los acompañan. Creo que no es posible empatizar al 100% con ninguno debido a la intensidad de la carga que arrastran.
Le pongo un 9/10 porque hay un aspecto que, aunque original, me venía oliendo desde demasiado pronto durante la lectura.
La recomiendo sin duda, como todo lo de este autor. Víctor del Árbol es un maestro, sin más.

El mal existe y acecha tras los cristales de un escaparate, entre los asientos de los cines, rodeado de árboles en un parque infantil. El mal se encapricha fácilmente de las almas más puras, se afana en arrebatarles los años felices que les quedan por vivir. El que sobrevive a ese encuentro cara a cara con el mal no solo pierde la inocencia. Pierde también una parte de su humanidad. Los hombres y mujeres que crecen con el mal tan cerca quedan, irremediablemente, incompletos. Como esas mesas a las que el tiempo, las negligencias del día a día, han dejado cojas. Pero siguen cumpliendo su función. Aunque esa función sea cada vez más absurda, porque nadie está cómodo frente a ellas.
Los hombres y mujeres incompletos viven mientras esperan que el futuro les regale esa pieza que los convierta en enteros. Sin saber que esa pieza hace tiempo que dejó de encajar.
La vida no pasa en vano para nadie. Y a la sombra del mal, muchos ángeles caídos observan la degradación del mundo.

Víctor del Árbol entremezcla historias y tiempos narrativos de un modo soberbio. Viajamos con él, desde Galicia a Málaga, pasando por Alemania, Barcelona y Argentina.

Aunque Germinal pueda dar la impresión de ser el personaje principal, La víspera de casi todo se caracteriza por ser una novela coral, de personajes fuertes, donde todos tienen su cupo de importancia vital para el desenlace de la historia. Ninguno es prescindible, pues todos tienen algo que ver en la vida de los demás. Todos los personajes están analizados psicológicamente al detalle.

En La víspera de casi todo descubrimos sin ambages lo que es el verdadero mal, ese sentimiento que habita en gran parte de la humanidad, pero que siempre solemos dominar en mayor o menor medida.

La forma de escribir de este autor me tiene enamorada, es magnífica. La víspera de casi todo es una historia profunda sobre el peso de nuestro pasado llena de perdedores cuya felicidad parece inaccesible.

El descubrimiento del cadáver de una niña de tan solo 10 años en la ciudad de Málaga y la llegada de una mujer misteriosa a la pensión situada en la costa de la muerte gallega, serán el pistoletazo de salida de esta trepidante e intrigante trama.

Dualidad entre los personajes, sucesos del pasado que irán cobrando sentido en el presente y una ambientación lúgubre, pero a la vez encantadora, son algunos de los factores que nos presenta el autor en este libro. Es la segunda vez que lo leo y, a pesar de que recordaba prácticamente todo lo que sucedería desde el principio hasta el desenlace, si la primera vez me gustó, en esta ocasión no ha sido diferente. Esta historia es como una especie de puzzle en el que el lector debe ir encajando cada pieza hasta finalizarlo y que ninguna quede fuera de lugar. A lo largo de sus poco más de 400 páginas se tratan temas como la traición, la infidelidad, las enfermedades mentales, el amor tóxico, la mentira, etc; todo desde el respeto sin ningún afán de ofender a nadie que se pueda sentir identificado.

Algo que me ha llamado mucho la atención, es que no hay uno o dos personajes que se les pueda considerar protagonistas. Cada uno de ellos, no son muchos, van tomando protagonismo conforme va avanzando la trama. Me hubiese gustado saber más sobre un par de personajes, pero solo es un apunte bajo mi punto de vista.

"Para alguien como nosotros, como tú y como yo, que vivimos en los detalles, este lugar, este mundo, es una muerte anunciada. Nuestros verdugos serán el hastío, la repugnancia  y el abatimiento ante tanta fealdad".