Las aventuras de Tom Sawyer

Tom puede no caer bien es un muchacho mentiroso, vanidoso, manipulador, abusivo y libre de remordimientos por momentos pero leyendo a Mark Twain es imposible no identificar en él la experticia de crear un relato tan infantil en todos sus aspectos y palabras, ahí descubrimos las creencias o mentiras voluntarias que los niños creen para seguir sus objetivos, su ignorancia de muchas cosas, su inocencia en otras, la fascinación por lo prohibido y oculto, el hecho de llenar aquellos agujeros de conocimiento con supersticiones o cosas dictadas por el azar. El relajo de los niños "malcriados" como Tom, Huckleberry Finn, Joe Harper y los demás, por pasar ratos de solaz sólo persiguiéndose, inventando aventuras de piratas y bandidos, probando cosas de adultos, robando alguna cosa insignificante, reposando a orillas del Misisipi, dueños de un mundo que les es esquivo y huraño.
Ellos obviamente son muchachos irresponsables y juguetones, Huckleberry no tiene prácticamente familia y Tom es huérfano y criado por su Tía Polly que lo castiga hasta más no poder. Pero ahí es donde surge la astucia de Tom, para cometer maldades pero para hacerlas muy bien, y es que a pesar de todo Tom tiene una habilidad inconfundible para aprovechar las ocasiones oportunas para sobresalir, para dárselas de muy importante, para generar la envidia de todos porque hay en él unas ansias muy grandes de llamar la atención y tener la aprobación general.
Pero lo logra y eso a mí me dio risa pues Tom parece siempre el héroe en cuanto caso misterioso aparezca en el poblado de San Petesburgo y contagia sus sus proezas a los adultos del pueblo y parece que siempre tiene una estrella protegiéndolo. En realidad de esta manera también Mark Twain pinta la ignorancia, la fascinación, la hipocresía y la frivolidad del pueblo retratado.
Me ha gustado mucho el relato, interesante, minucioso en lo que quiere transmitir, rápido y muy representativo.

Esta vez Twain no me ha llegado, no sé si por la historia pero, a pesar de ser corta la aventura, se me ha hecho un poco pesada. ¿Lo mejor? La ingenuidad de Jim que te saca más de una sonrisa. Quizás si lo hubiera leído en otra época lo habría disfrutado más.

Antes que nada: no tengo ningún problema personal con los libros infantiles. Me encantan y me llevo mucho mejor con ellos que con los juveniles. Mi disgusto, separación, enemistad o lo que sea con este libro tiene otras raíces y están en las palabras aventuras y Tom Sawyer. Es decir, todo el título. Ni las aventuras lograron divertirme y/o interesarme lo suficiente ni Tom Sawyer me pareció un personaje memorable para vivirlas… salvo por lo insoportable que es.

El libro está muy bien escrito y eso es indiscutible. No le falta ni el humor de Twain ni las pinceladas de su querido lugar natal en el espacio que crea para Tom y compañía. A través de las experiencias de los niños retrata el mundo de los grandes con mucha soltura y con bastante ojo crítico, sobre todo cuando se trata de asuntos religiosos. Tiene episodios memorables, como el de Tom pintando una valla a modo de castigo y algún que otro que no puedo mencionar porque sería un spoiler.

Los personajes son caricaturescos en sus acciones y en sus reacciones, no están matizados, y tal vez eso me ahuyentó un poco del libro mientras leía. Tía Polly es una histérica, Tom es un pendenciero, Huck es el chico que vive fuera de las normas (el único interesante), Sid es el delator, Becky Tatcher es la linda inútil. Y podría seguir. No me gustó en absoluto que, siendo un libro para jovencitos, la voz del narrador fuese tan fuerte. A lo largo de la historia, hay opiniones como el hastío que le producen al narrador las composiciones de las alumnas y la religiosidad de las mujeres, mientras que, como contrapartida, es hilarante que Tom mienta sobre sus conocimientos con tal de presumir frente a una chica. Para colmo estas cosas hacen un espejo en los diálogos entre los personajes, con declaraciones poco felices sobre el género femenino y las personas nativas o extranjeras. Me pareció muy contradictorio con lo que había leído sobre Twain y, si bien comprendo que siempre hay una construcción del narrador y que no tiene ninguna obligación de manejarse con sus pensamientos, me hubiera gustado encontrar una voz más simpática que pudiera llevar esta historia presuntamente infantil, además de romper un poco los conceptos preestablecidos. Acepto que se desliza que la educación tiene mucha influencia en la manera de comportarse (“así está en todos los libros”, dice un personaje en determinado momento), pero explicárselo a un niño lector no es nada simple.

Este es mi humilde justificación sobre la mala impresión que me dejó este libro, con la esperanza de que una relectura me ayude a editar la reseña y volverla más positiva.

Con siempre me pasa en todos los clásicos, empiezo a leerlos con prejuicios. Todos hemos oído hablar de Tom Sawyer y nos lo imaginamos como un niño pillo que es mezcla de Daniel el Travieso y Bart Simpson. Sí, sé que mis referencias de niños inquietos es un poco pobre pero así me imaginaba yo a Tom. al iniciar el libro, agradecí la introducción de la edición de Penguin Clásicos en la que ofrecen toda clase de detalles sobre autor, sus referencias personales y una perfecta conceptualización con su época histórica. Sin embargo, dejé de leerla a medio ya que empecé a darme cuenta de que me estaba destripando demasiado la trama de la novela. En estos casos, prefiero dejar las introducciones para leerlas después de la obra y comprobar si estoy de acuerdo o no con las tesis del prologuista.

Toda la historia gira en torno a la vida diaria de Tom, en la que se intercalan sus clases en el colegio y en la escuela parroquial, sus travesuras en las que habitualmente acaba enredando a alguno de sus amigos y el posterior castigo de la tía Polly. Por esta razón, el desarrollo de la historia se hace muy ameno. Reconozco que me ha encantado volver a la niñez leyendo las historias de Tom que, para mí, van más allá de travesuras. Simplemente es el poder de la imaginación de un niño inquieto y juguetón que sólo quiere descubrir el mundo. Es cierto que no para de hacer trastadas pero siempre lo hace con la idea de pasarlo bien, de obtener algún beneficio o de ser el líder. Si en algún momento con sus ideas daña a alguien, enseguida llegan los remordimientos, por lo que a mí lo que me inspira es pura ternura. Además, si observamos sus charlas y sus pensamientos con detenimiento nos damos cuenta como la mente de los niños está llena de ingenuidad, creencias y mitos y de temas tan profundos como el miedo la muerte o el amor. Otro de los temas más importantes de la novela es la amistad vista desde la mirada de un niño, llena de compañerismo y lealtad.

Destacan los personajes que dan forma a la vida de Tom. Desde su tía Polly que intenta inculcarle unos valores de obediencia pero que en el fondo se deja conquistar por el corazón del pequeño hasta su grupo de amigos entre los que destacan Huckleberry Finn y Joe Harper, sus compinches de aventuras ya sea para convertirse en piratas o buscar tesoros enterrados.

Tengo que decir que, aunque pueda ser considerada una novela infantil, creo que no es del todo así, ya que puede ser disfrutada tanto por grandes como por niños. Tiene una gran cantidad de reflexiones e ironías que sólo podrán entender los adultos, aunque también es cierto que los niños disfrutarán de lo lindo con las aventuras de Tom.

En resumen, considero que es un libro maravilloso que hará disfrutar a los niños con las aventuras de Tom y a los adultos les hará sonreír rememorando su infancia y el niño que un día fueron. Sencillamente, ojalá todos los niños tuvieran la imaginación, la creatividad y la valentía de Tom. Entre todos deberíamos fomentar que los chicos actuales salieran a la calle a fantasear con que son piratas.
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Varias veces había intentando leer las aventuras de Tom Sawyer y la verdad es que no podía avanzar mucho. Pero esta vez me decidí y lo leí de un tirón. Es una obra muy fresca, además impresiona la nota del autor al inicio donde nos advierte que Tom es la suma de 3 personajes reales, incluyendo experiencias personales y el personaje de Huck Finn es dela vida real. La verdad es que lo disfruté muchísimo, me encanta la pluma de Twain, ese humor tan elegante y tan sutil me enloquece.

Tom Sawyer es un muchacho curioso y travieso que vive en un pueblecito a orillas del Mississippi. Es capaz de sacar provecho de cualquier situación, hasta de pintar una valla. Una noche junto a su amigo Huck, en medio de una de sus travesuras, se convertirán en testigos de un crimen que hará que sus aventuras se vuelvan algo más que peligrosas.

Se dice que Las aventuras de Tom Sawyer son una especie de memorias de Mark Twain, donde retrata vivencias de su infancia. de hecho, al principio de la obra el propio autor nos dice que Huckleberry Finn fue un personaje real.Tom Sawyer sin embargo, está basado en tres amigos distintos de Twain.

La intención de Mark Twain fue crear una obra dirigida al público infantil pero que se convirtió a su vez en una crítica social de la época y que precedió a la que se considera su gran obra maestra, Las aventuras de Huckleberry Finn, que no voy a tener más remedio que leer 😜. Me ha parecido un libro divertidísimo, donde no dejan de pasar cosas desde la primera página y con un Tom Sawyer como protagonista muy carismático y ocurrente. Junto a Huckleberry Finn forman el dúo perfecto y hacen que tenga ganas de volver a tener esa edad y unirme a sus aventuras..