Tienes que mirar

Anna Starobinets lleva el sobrenombre de "la reina del terror" según la prensa especializada, habiéndose comparado su obra con la del mismísimo Stephen King. Sin embargo, como ella misma señala en el prefacio del libro que nos ocupa:

"Una cosa es inventar historias de miedo y otra muy distinta es convertirse en la protagonista de un cuento de terror".

"Tienes que mirar" es el diario de una pérdida, un memoire protagonizado por la escritora, que se ve inmersa en la terrible situación del aborto tardío de su bebé después del fatal diagnóstico.

El recorrido que Starobinets se ve obligada a realizar por las distintas instituciones sanitarias de Moscú y Berlín es realmente terrorífico y, a veces, surrealista.

Las distintas concepciones en relación al aborto, la importancia otorgada o no a disciplinas como la psicología en uno y otro país, la humanización o deshumanización de la sanidad ... marcan las diferencias entre Moscú y Berlín pero, en cualquier caso, los acontecimientos son tremendos.

Un libro que remueve e invita a la reflexión.

Para describir este libro hay muchos adjetivos. Desgarrador, terrible, duro, desolador... y podría seguir así durante mucho tiempo. La experiencia vivida por Anna Starobinets tiene que ser una de las peores experiencias que se pueden vivir. El libro es cortito, se lee en nada porque además no lo puedes soltar. Te gustaría poder consolar a esa madre que sabe que su bebé no tiene futuro, que está condenado antes de nacer.
Este libro a pesar de lo duro que es me ha encantado. Creo que nadie que no haya pasado por ello lo hubiera podido plasmar a la vez con tanta delicadeza y crudeza. Hay temas que siguen siendo tabú en la sociedad en la que vivimos. Más que tabú, se pasa por ellos de puntillas, sin querer ahondar, incluso en los círculos más cercanos como le pasa a Anna se intenta pasar página rápido para olvidar. La delicadez de la propia escritora cuando habla con su hija me parece maravillosa. Me ha horrorizado conocer el sistema de salud ruso. Cómo a día de hoy se trata a las mujeres que tienen la desgracia de sufrir estos casos. En algunos comentarios se ha tachado a Anna Starobinets de ejercer el victimismo en lugar de asumir lo que ha pasado y pasar página. ¿En serio? ¿Qué pasaría si en este o en otro país de los que entendemos como desarrollados, ante un caso así, nos trataran mal, como culpables, dejándonos sufrir solas y desamparadas? No es, como he leído por ahí, pedir mimos a médicos y enfermeras, de lo único que se trata es que ante uno de los peores casos que se puede encontrar una persona en su vida se muestre un poco de empatía y calidez humana, y que por supuesto se intente evitar todo el sufrimiento posible tanto físico como psicológico, tanto a madres como a niños. Simple y llano.
¿Qué el libro es un momento de desahogo y de asunción de la pena de la escritora? Sí, pero un libro así es muy necesario. Hay personas que atraviesan momentos así de duros y es difícil compartirlos. Este libro les puede ayudar a ver que no están solas y que con ayuda todo se puede superar.
Por lo demás, todo lo que pueda decir de este pequeño gran libro se queda corto.
Un libro muy muy duro pero muy muy recomendable.
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La autora nos cuenta su experiencia durante su segundo embarazo, tras detectarle en una revisión que su hijo sufría una enfermedad renal incurable e incompatible con la vida.

Nos adentra en la sanidad de su país (Rusia), y nos da a conocer cómo son tratados estos casos por los especialistas y por la sociedad en general. Cómo la falta de sensibilidad, de medios y de empatía del sistema hacía las esas mujeres que tienen que abortar, las lleva a soportar dejaciones y tortura psicológica.

Todo ello, hizo que la autora decidiera llevar a cabo el aborto en Alemania, donde el seguimiento de la madre y su salud metal y física es primordial. Y contrasta totalmente con lo vivido en su país.

Un libro muy duro, que hace que empatices con ella en todo momento. Que vivas sus experiencias,
sientas su estado anímico y aunque no seas madre, te pongas totalmente en su situación.

"Leo sobre los abortos salinos y los bebés piruleta.
Leo las historias de mujeres que han tenido en sus brazos los cuerpos muertos de sus niños. Leo las historias de mujeres cuyas familias se han desintegrado después de un «parto inducido».
Leo las historias de mujeres que nunca encuentran la paz.
Leo las preguntas «¿por qué?» y «¿cómo vivir a partir de ahora?» y «¿es posible que los médicos se hayan equivocado?».
Leo comentarios con condolencias y comentarios con denuncias furiosas.
Leo confesiones y sermones.
No sé por qué leo todo esto, dado que ya tengo un océano de información. Probablemente porque quiero sentir la constante confirmación de que no estoy sola. Que hay todo un sótano enorme lleno de ratas como yo y y que todas chillan de dolor y miedo. Junto con las ratas, encerrados en el sótano, hay también troles. Esos que escriben sobre el infanticidio, sobre el barril de solución salina aguardando en el infierno y sobre Dios, que es el único que puede decidir quién vive y quién muere".
En mi vida he llorado tanto con un libro. No tengo hijos y mi instinto materno es de -1.000.000, pero he llorado. Por empatía, por humanidad, por hermandad.
Tienes que mirar de Anna Starobinets es el testimonio personal de una pérdida, pero es también un cuento de terror. Uno que tiene lugar en un lúgubre hospital soviético, con un subterráneo lleno de ratas y unos médicos sordos, mudos y ciegos.

Libro duro y desgarrador, pero necesario ante esa tendencia social de silenciar y considerar tabú todo lo concerniente a la intimidad de los embarazos y los abortos. Todo el que lo lee parece coincidir en esta apreciación. de hecho, se trata de una breve novela autobiográfica publicada en el 2022 por la periodista rusa, Anna Strarobinets, que narra de forma escalofriante, la experiencia personal y terrorífica de un embarazo malogrado que tuvo en el 2012 y que desembocó en un aborto que la dejó serias secuelas físicas y emocionales.
“Tienes que mirar” puede considerarse también como un estudio psicológico sobre cómo diferentes culturas abordan la espinosa cuestión del aborto, contrastando especialmente la cultura eslava con la cultura germana y anglosajona, a través de la experiencia personal de la autora con la asistencia sanitaria de Rusia y Alemania y a través de la opinión de diversas mujeres que han vivido situaciones semejantes, o de las inyectivas de los numerosos troles de las redes sociales.
“Tienes que mirar” es también una directa crítica al sistema sanitario ruso, que prima los intereses económicos sobre los derechos y la salud de las personas y una auténtica joya narrativa, de prosa envolvente, honesta y cruda.
“Tienes que mirar” es todo un ejercicio duelístico para tratar de superar la pérdida de un hijo nonato por un problema congénito.

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Durísimo relato en primera persona que me tuvo angustiada desde la primera hasta la última página. Trata el aborto que una madre se vio forzada a realizar. al dolor de la pérdida en sí se le suma la violencia obstétrica, que no es exclusiva de Rusia. Lo que ocurre es que lo contrasta con el sistema alemán, que es parecido al anglosajón. En el Reino Unido doy fe que el trato siempre es excelente y, ante todo, respetuoso. Todxs lxs médicxs piden permiso para tocarte y son muy cautelosos en materias delicadas, como era el caso de Anna. Me encanta la filosofía de no administrar tratamientos innecesarios ni preventivos. Tenemos mucho que aprender de Alemania en ese sentido.
La familia de Anna se merece una mención especial. Pese a todos los malos augurios, que presagian separaciones y más desgracias (de las necesarias), ella y su marido siguen juntos y hasta logran tener un hijo sano. Repiten ese camino a Alemania esta vez para salvar a Sasha, y tenemos la seguridad de que lo conseguirán porque cada miembro de esa familia pone de su parte, con o sin los amuletos de la estupenda hija, amuletos que se convierten en homenaje en esa tumba sobre la que sobrevuela el avión que los llevará de vuelta más fuertes que en aquel fatídico día.
En algún punto la autora revela que podría escribir sobre su experiencia porque no existen libros sobre esta temática en ruso, y eso es lo que hace. Para mí cualquier persona que expone sus peores momentos abriendo su alma delante de todo el mundo de esa manera se merece mi admiración. En el libro se respira la autenticidad y la relevancia de su experiencia, bien como testimonio sin otro fin que la historia en sí misma o como denuncia de un sistema sanitario inhumano.

Anna Starobinets es una autora conocida por sus obras de ciencia ficción. En esta ocasión, nos ofrece su relato más íntimo, contándonos su experiencia cuando en un control rutinario de su embarazo, en 2012, le anunciaron que su bebé tenía graves malformaciones y no sobreviviría.

Esta situación, que ya de por sí es muy dura, se agrava por el trato recibido por profesionales de la salud de su país, con protocolos muy anticuados y nula empatía por las pacientes.

Todo el libro está escrito en un tono de novela de terror, y es que es escalofriante toda la odisea que tuvo que vivir para poner fin a su embarazo, sabiendo que no tenía otra opción. Es imposible no empatizar con esta mujer que, además de enfrentarse a la pérdida de lo que más deseaba, recibe un trato inhumano por parte de quien más debería ayudarla.

Una historia cruda, estremecedora, que no recomendaría a todo el mundo ya que trata un tema que puede doler, sobre todo para quien haya pasado por algo similar. Por suerte las cosas están algo mejor en nuestro país, aunque no es extraño encontrar comentarios desagradables y escasa empatía entre el personal sanitario, sobre todo en temas ginecológicos, por desgracia.
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Qué necesario es un libro como este, qué necesario es derribar tabúes, dejar de idealizar embarazos, maternidad, postparto, menopausia, qué necesario es visualizar la salud femenina y dejar de crear falsas expectativas y cortinas de humo de ilusiones, que no hacen más que echar sobre nosotras el peso de la culpabilidad.

Esta novela no es más que un pseudoensayo acerca de la posible muerte perinatal y el aborto. Recoge la vivencia autobiográfica y personal de la autora, Anna Starobinets, en su Rusia natal, cuando a su bebé le es diagnosticada una enfermedad renal incurable durante su embarazo y debe elegir entre abortar o agarrarse al clavo ardiendo de la esperanza. Pero es además una obra de visualización, ya no sólo por los temas que trata o por la forma personal de afrontarlos, si no de crítica a la sociedad y sus tabúes impuestos, a la incomprensión social y sobre todo a las trabas burocráticas y deshumanización del sistema sanitario. La desgracia duele, pero si encima te echan más carga en la mochila del dolor, entonces te mata.

Una maravilla de novela, de muy corta extensión, un suspiro con grandioso mensaje. El aborto, la muerte perinatal, la depresión postparto, los problemas físicos de la mujer tras gestar, temas tabúes que yo misma he vivido en mis propias carnes y que me han hecho sentir esta historia y vivirla en primera persona.

A pesar de la dureza del tema, destaca por su delicada narrativa. Qué forma de transmitir sentimientos, angustias, miedos. No me queda más que agradecer a la autora, su valentía por desnudar su alma y hacernos partícipes de su historia de forma tan íntima. No es una lectura agradable, no es una historia bonita, pero es importante abrir los ojos a la realidad de tantas mujeres y familias que han padecido este tipo de pérdidas. Hay que visualizar, hay que comprender, y sobre todo hay que atender, hace falta una fuerte inversión pública en este tipo de dolencias y pérdidas para ayudar a sanar física y mentalmente. Basta ya de cortinas de humo y falsas felicidades, basta de culpabilidades, basta de dolor físico y emocional, ser mujer no tiene que ser una prueba de fuego diaria.

El prefacio de este libro arranca así: "Una cosa es inventar una historia de miedo y otra muy distinta es convertirte en la protagonista de un cuento de terror. Dudé mucho tiempo si merecía la pena escribir este libro. Es demasiado personal. Demasiado real. No es literatura.
Pero lo único que sé hacer es escribir. No tengo ninguna otra habilidad para cambiar el mundo. Este libro no trata solo de mi pérdida personal. Habla de lo inhumano que es en mi país el sistema al que se ve arrojada una mujer obligada a interrumpir su embarazo por razones médicas. Este libro habla de la humanidad y de la falta de humanidad en general".

No sé si hay mucho que agregar. Así arranca esta historia demoledora. Starobinets nos cuenta en esta novela autobiográfica, como fué enterarse de que el hijo que estaba esperando presenta una malformación y que no sobrevivirá. Nos describe como fué transitarlo en una Rusia deshumanizada. Donde su hijo pasó de ser un "niño" a ser un "feto".
Un testimonio desgarrador, duro, que refleja la realidad del sistema de salud de Rusia, la forma en que se maltrata a la mujer en momentos tan sensibles como el momento del embarazo, el parto o la interrupción del mismo. Muy personal, muy real, muy sincero. No pude dejar de leerlo.

Este es uno de esos libros en los que cualquiera que decida adentrarse en él saldrá tan trastocado que querrá volcar toda su rabia ante un sistema de salubridad deficiente, atávico e insensible.

Y es que muy a pesar de que en primera instancia se nos advierta que se trata de una memoir en la que Anna Starobinets nos relata todas las vejaciones que sufrió debido a que en su vientre se gestaba un feto con un defecto congénito, es tal la barbarie que allí se narra que fácilmente nos encontraremos ante la duda de si se trata de otro libro de terror escrito por la autora.

Erróneamente se puede llegar a creer que a través de sus escasas 190 páginas únicamente seremos partícipes del proceso de duelo de una mujer con un embarazo mal logrado, de una mujer que tiene que aceptar que su hijo no vivirá a plenitud pero Tienes que mirar es muchísimo más que vivir las etapas de duelo en compañía de la autora, es vivir un trauma y un horror que se intensifica gracias a la impasibilidad del ser humano.

Este libro te lleva del horror a la reflexión pero no sin antes pasar por la contemplación de un sistema deficiente, un sistema de sanidad ruso que fácilmente se podría confundir con cualquier otro de Latinoamérica o el resto del mundo.

Y por si fuera poco, no solo nos expone la falta de sensibilidad del personal médico, que si bien se encuentra altamente capacitado para realizar sus funciones prácticas, paralelamente serán los más desapegados de su humanidad.

No bastará con tener que aceptar que ese ser humano que esperabas con tanta ilusión dejará de existir a los pocos minutos de haber llegado al mundo, si es que decides llevar el embarazo a término, también hay que vivir con el escrutinio moral de una sociedad a la que no le importa nada, ni tu dolor, ni los problemas económicos a los que inevitablemente te enfrentarás después de tener que someterte a múltiples exámenes médicos porque claro, tu seguro médico no lo cubrirá.

Pero este libro no solo trae a colación un sistema deficiente también te invita a reflexionar sobre la severidad con la que es juzgado el aborto, porque sin importar el motivo, el aborto siempre será juzgado.

En resumen, una lectura ampliamente recomendada que muestra la insensibilidad del ser humano.