“ con el corazón y el alma, o que se pierdan los dos “
Romeo y Julieta; tanto es el bombardeo de información, respecto a la concepción, realización, representación, de esta Magnifica obra, que siempre me ha llevado a soslayar su lectura. Pues es difícil con tanta opinión observarla desde un punto de vista crítico y desapasionado.
Siempre habrá, algún rescoldo de lo previamente percibido que titile en el fondo de la conciencia a la hora de llevar a cabo su lectura.
Con este proemio me atrevo con un verdadero clásico, que , a pesar de la crítica negativa, o gracias a ella, sigue trascendiendo, y generando tantas opiniones encontradas, como en su contenido encontramos, en abundancia situaciones antitéticas,
La muerte y la violencia, que abundan en esta obra, parten de un punto, recorren caminos opuestos y terminan confluyendo para formar un circulo, o un corazón, pues a mi gusto lo sobresaliente es el amor , amor trágico, amor inconcluso, apresurado, que confronta barreras que le lleva a ponerse en manos del destino, que no le favorece.
Los amantes de Verona encontrarán el reflejo mentiroso en el espejo del otro, y compartiendo un profundo sentimiento encontrarán más un intercambio de actitudes, papeles, una imagen invertida, pero plenamente complementaria. Partiendo de acciones simples hasta la decisión de las muertes auto infligidas, es sabido que las mujeres prefieren el uso de venenos , y los hombres métodos más violentos.
Sin embargo esto, para mí representa el amor ideal, o el ideal del amor, no juvenil, el de entrega total el arrebatado, el irreconciliable con el contexto social, el que trasciende no sólo la muerte, la vida misma. Amor que si bien esta signado a fenecer en un corto tiempo, también lo está a perdurar eternamente.
Pensar eso, sentir eso, manifestar eso, se debe a la forma en que está escrito, en el desarrollo, de un amor que en cuatro días y tres encuentros encierra toda una constelación de sentimientos y sensaciones, manifestadas por las incontables metáforas que ensalzan el arrobamiento mutuo que les lleva a trazar un plan que los una más allá de la irreconciliable disputa familiar, la oposición familiar y las
tragedias que se empeñan en separarles. Plan que fracasa por azares del destino, y sin embargo solo ma hace sentir más intenso el amor mutuo.
Todos somos Capuletos o Montesco en busca de reconciliación, Romeo o Julieta en busca del complemento que nos haga trascender tiempo y espacio
Esta tragedia late con ritmo propio, inunda de sangre, sangre ardiente, sangre derramada, lleva vida a los más recónditos sitios de la literatura, es génesis de representaciones en otros medios, nutre de estilo, de recursos, de inspiración, y sigue cada vez más viva en el imaginario cultural, de donde ya no podrá ser extirpada, ni por el veneno ni por la espada....