Gente normal

'Gente normal' trata de Marianne y Connell, dos adolescentes. En el instituto, Connell es un atleta con éxito entre sus compañeros. Marianne es diferente, reservada y no tiene amigos. Eso sí, viene de familia rica, al contrario que Connell, cuya madre es empleada en la casa de la familia de Marianne. Pero al llegar a la universidad, la situación social cambia: Marianne encuentra un grupo de gente y Connell se convierte en una persona deprimida y aislada.
La novela sigue los pasos de la pareja a lo largo de cuatro años. Nunca llegan a ser novios en el sentido convencional. Durante los años que abarca la novela, se dedican a acercarse y alejarse, a ser amigos en vez de pareja, a ser amigos y amantes, a partirse el corazón mutuamente una y otra vez…

Aunque parece una historia convencional (que, en parte, lo es), un melodrama adolescente de dos jóvenes y sus idas y venidas, su incapacidad para el compromiso, las decisiones personales que los separan pese a la inmensa atracción sexual y la admiración mutua, conforme pasan los años y las páginas va ganando en profundidad cuando vamos descubriendo el lado oscuro de sus personajes, sus patologías y perversiones de “gente normal”. ¿Qué la hace distinta? No hay clímax, no hay suspenso, no hay final feliz, pero tampoco necesita tenerlos y eso hace que sea especial.
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Hablar de "Gente Normal" es adentrarte en una época tan difícil como es la adolescencia. Algunos piensan que es la "época dorada" de la vida. Sin embrago, durante estos años salen a relucir todos los miedos e inseguridades, estereotipos con los que has sido educado y creencias limitantes que no te atreves a poner en duda.

Connell y Marianne estudian en el mismo instituto, pero vienen de entornos completamente diferentes. Un día, tras una extraña conversación, iniciarán una relación de idas y venidas y de altibajos emocionales. Un bucle sinfín de encuentros y desencuentros que se alargará hasta su etapa universitaria.

Escrito de una forma nada normal (diálogos sin guión), este libro me ha atrapado desde la primera página y me ha hecho reflexionar sobre muchos de los pilares de nuestra existencia (la amistad, el amor, la familia, el autoconcepto, el sentido de pertenencia...). Podrá gustarte más o menos, pero seguro que no te deja indiferente.

No había leído nada de Sally Rooney previamente, pero la vídeo reseña de @luciaromance en Instagram hizo que me decantara por leer esta historia que me ha gustado mucho. Sin duda, la recomiendo.

Creo que aún tengo que asimilar este libro porque ha sido como una explosión cerebral en toda regla.

¿Que me ha gustado? Es innegable. Creo que Sally Rooney transmite perfectamente las emociones y las personalidades de dos personajes que parecen no tener nada en común pero que, en realidad, comparten ese «algo». Son distintos, sí, pero también muy parecidos.

Con un formato totalmente distinto (no hay signos que indiquen diálogo o pensamientos) nos habla de la vida de dos personas, de la soledad, de los malos tratos, del no sentirse parte de algo, del suicidio, la depresión, la familia, la condición humana… y, por supuesto, del amor.

No lo voy a negar, me costó un poco entrar en la historia por la forma en la que está contado, pero después, cuando fui calando un poco en ella, no podía parar de leer. Necesitaba saber cómo se iba a desarrollar tal o cual tema y cómo iba a acabar todo. Sí, consigue atraparte.

Lo que debo decir es que he conectado mucho más con Connell que con Marianne. A ella la he comprendido en algunos casos, pero en otros me ha dejado totalmente descolocada porque no entendía su forma de actuar, de afrontar las cosas o de tomarse la vida.
Él en cambio ha sido un personaje mucho más accesible, más fácil de comprender sus motivaciones o su forma de actuar. Además, Connell tiene una sensibilidad especial que te hace adorarle un poquito.

Es un libro que te hace reflexionar, ver las cosas desde otros puntos de vista y, de verdad, no deja indiferente a nadie. Me llevo cosas apuntadas para darles vueltas, para pensar en ello.

Estoy convencida de que es el típico libro al que volvería por intentar darle una perspectiva nueva y ver si me enseña algo distinto esa vez. Y seguro que lo haré. Y pondré post it en las importantes. Porque sí, hay muchas frases relevantes.
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Gente normal es de esos libros cuya historia puede acabar encantándote o decepcionándote. En mi caso, ha sido un libro que me ha atrapado desde la primera página. Sally Rooney tiene una forma de narrar que sin querer te atrapa, hasta llegar un punto en el que no puedes parar de leer porque necesitas más y más.

La autora retrata a unos complejos adolescentes, Marianne y Connell, que con el paso del tiempo parece imposible separarse el uno del otro, pues sus caminos se cruzan continuamente. La relación que surge entre ambos desemboca en un laberinto de sentimientos donde reinan por un lado la confusión y el silencio, y por otro la complicidad y el apego.

A pesar de la excentricidad de esta pareja, que hace que disfrutes más o menos de la historia, la pluma de Sally es embriagadora. Los diálogos me han cautivado: esa selección de palabras en sus conversaciones que definen a la perfección la personalidad de sus protagonistas. Incluso sus silencios están cargados de significado y dicen más que cualquier decisión que puedan tomar. Para mí, Gente normal ha sido una novela agridulce a la vez que preciosa, que profundiza en las emociones y te conmueve de una manera inigualable. Ahora tengo la necesidad de leer todo lo que esta chica escriba.
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«Gente normal» pudiera parecer la típica novela romántica, entretenida y previsible, pero esta historia no va de eso, va de encajar en la sociedad, de pertenecer a un grupo, de depender de otro.

Connell y Marianne sienten una extraña fascinación el uno por el otro, a pesar de pertenecer a círculos y clases sociales distintas, y aunque nadie en su entorno lo note, sienten una fuerte atracción que no pueden reprimir. Una historia de amistad y amor entre dos personas que no son capaces de entender quiénes son y que solo se reconocen cuando están con el otro.

Me ha parecido una historia compleja y bastante agridulce en la que se muestra el poder que llegamos tener sobre los demás, el importantísimo papel que juega la salud mental en nuestras vidas, y lo importante que es amar y sentirse amado. Creo que es una novela con todos los ingredientes para dejarme una profunda huella pero debo reconocer que he experimentado muchas y muy diferentes sensaciones durante todo el relato y no todas buenas.

El inicio me pareció maravilloso, me enganchó desde la primera página y los personajes me conquistaron, la fluidez de la historia y el desarrollo de los acontecimientos me dejaban sin aliento y solo quería saber más. Conforme iba avanzando la trama y los personajes maduraban yo me iba desinflando; las situaciones me empezaron a resultar un poco inverosímiles, el uso del lenguaje o la forma de hablar moderna me sacaba constantemente de la historia (las coletillas actuales como “es en plan…” que no soporto), y la incomodidad que me producían ciertos pasajes y momentos vitales de los personajes hicieron que terminase la lectura con un raro sabor de boca.

¿Me ha parecido una buena historia? Sí. ¿Es la típica novela de adolescentes? No. ¿Tiene sentido y está bien desarrollada? También. Pero a pesar de todo esto no puedo decir que me haya parecido una novela fantástica.

Aún así os animo a darle una oportunidad porque creo que es un libro con mucho potencial y que invita a reflexionar, además de poner de manifiesto, de una forma clara y sin tabúes, que la salud mental es importante y que las relaciones interpersonales juegan un papel muy importante en ella.
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Tenía muchas ganas de leer “Gente normal”, siempre me llama la atención cuando surge una “nueva voz femenina” y se oyen maravillas de Sally Rooney. Sin embargo… uff… no ha sido lo que esperaba. Para nada diría que es un libro “malo”, de hecho, creo que de haberlo leído hace algunos años me habría gustado más. ¿Igual demasiado juvenil para mi gusto?

Marinanne y Connell se conocen en el instituto; ella de familia rica llena de complicaciones, apenas tiene amigas; por su parte, él, inteligente, popular y su madre trabaja para la familia de Marianne. Desde ese momento, vivirán años de idas y venidas, de romance, desprecios, sexo y amistad.

Si bien la historia no aporta nada que no hayamos visto antes, me ha gustado que ambos protagonistas están trabajados en profundidad, tienen conflictos internos, personalidades que evolucionan y su forma de actuar, aunque algo exagerada, es coherente con la trama. No obstante, no he conseguido conectar con ellos de forma tan profunda como otros lectores. de hecho, sentí altas dosis de frustración al ver que, a pesar de todo lo que hablan, son incapaces de comunicarse de verdad.

Me ha gustado ver la evolución, siempre tirando a tóxica en mi opinión, del vínculo emocional entre los personajes a lo largo de los años, pero siendo sincera hubo partes que me parecieron repetitivas. El espectro de temas (no felices) tratados (depresión, soledad, crecimiento, traumas, suicidio…) es interesante y es genial verlos tratados sin filtros ni tabúes. Sin embargo, la autora ha querido “meter demasiado” y hay partes que rozan lo esperpéntico y temas como el clasismo o la violencia doméstica quedan diluidas en una historia que no me atrevo a llamar de amor.

Me dio rabia que, llegado un punto, el libro se centrara algo más en Connell cuando Marianne me resultaba infinitamente más interesante puesto que ha sufrido en casa y acoso en el instituto y consigue (en la medida de lo posible) darle la vuelta la situación en la universidad, cargando con una mochila llena de pasado que la impide avanzar.

Me quedo con la prosa de la autora: directa y casual, creo que le daré otra oportunidad.

Reconozco que le tenía un poco de recelo a Gente normal, erigida como lo ha sido en obra culmen de la literatura millennial (una etiqueta que en mi experiencia se usa para describir historias que encarnan solo los estereotipos de esta generación). No obstante, ha sido una sorpresa bastante agradable: no es tan derrotista como otras que he leído, y me ha parecido que Sally Rooney lidia con temas como la salud mental o las relaciones disfuncionales con bastante elegancia y empatía.

Es un lectura rápida (que no necesariamente ligera), absorbente. Creo que Rooney brilla sobre todo a la hora de reflejar la apatía, la decepción y la falta de dirección que nos pueden sobrevenir en el difícil proceso de hacernos adultos. La historia también aborda el precario equilibrio entre el deseo de afirmar nuestra propia identidad y la necesidad de encajar y ser aceptados, la eterna búsqueda de quien nos entienda cuando quizá ni nos entendemos a nosotros mismos.

Eso sí, las idas y venidas de la relación amorosa entre Marianne y Connell, basadas en conflictos y malentendidos cada vez más forzados, han terminado por cansarme. También me parece que el personaje de ella se queda un poco en el tópico de la "messy millennial woman": autodestructiva, con una relación insana con su propia sexualidad, necesitada de afecto y validación.

Aun así, creo que Gente normal es una exploración inteligente y recomendable de los lazos de amor, amistad, deseo y dependencia que nos hacen buscarnos en otros, aunque no siempre nos encontremos.
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Gente normal, libro normal.

Personalmente no me ha gustado, no he encontrado un hilo que me enganche y apetezca a seguir leyendo.

Tampoco me ha gustado que no haya un guion delante de cada diálogo o algo que marque quién está hablando, de forma más clara.

Puedo asegurar que es uno de los mejores libros que he leído en 2023, a pesar del hype leído en redes y de ser conocedor de su adaptación audiovisual, lo cual puede sugerir la calidad de la obra.

El inicio del libro atrapa al lector con la personalidad de los protagonistas. La autora tiene la capacidad de crear personajes complejos a quienes entiendes y con los que empatizas sin necesidad de hacerlo de forma explicita y detallar sus personalidad. Les conoces a través de su palabras y sus actos y, ese motivo, hace del libro un libro entrañable con personajes con los que empatizar.

No podría decir que existe una trama concreta. La trama es la vida, es crecer, es existir, es descubrirse, evolucionar. La trama es ser personas distintas que crecen desde el individualismo.

Es irónica cómo el ser humano puede camuflar su afinidad y sus sentimientos por el miedo al juicio social.

El libro hace plantearse numerosas cuestiones cómo; ¿hasta que punto podemos ser fieles a lo que sentimos? ¿A cuántas dicotomías sobre lo que sentimos pensamos nos enfrentamos en la ida? ¿Cuántos de nuestros pensamientos son realmente nuestros o fruto de la influencia social? ¿Cuánto estamos dispuestos a sacrificar por amor? ¿Cómo afecta al ser humano la necesidad de encajar en el contexto que, por suerte o por desgracia, le ha tocado vivir?

Además, la evolución de los personajes es fascinante. Empatizas y rechazas las palabras y actitudes de los dos protagonistas a partes iguales conforme la historia evoluciona. Plasma a dualidad humana de forma exquisita y todas las aristas de las personas.

No puedo más que reconocer el mérito de la autora de escribir una obra tan sencilla pero con tanta profundidad y con una pluma bella, asequible y reflexiva.

Es un libro de personas, sobre personas y para personas.

Esta historia presenta a dos personajes que en principio son muy diferentes. Pero en su interior son iguales. Esto es lo que los une y separa a lo largo de los años. Entre ellos crean una amistad, en ocasiones insana. pero que en otras ocasiones es su salvavidas.
Es una historia cargada de todo tipo de sentimientos muy intensos. Y creo que lo he leído en un momento que a mi me ha afectado mucho su lectura. Me ha resultado una lectura e historia dura.
No he comprendido a ninguno de los dos personajes. A pesar de comprenderse entre ellos, tienen una falta de comunicación que los separa en varias ocasiones. Pero al mismo tiempo, sin comunicarse saben lo que quiere el otro. Pero al mismo tiempo, no quieren intervenir en la vida del otro. Es que de verdad, a mi me ponía muy nerviosa esta relación.
Luego los personajes secundarios son muy secundarios. Además que la historia solo la conocemos desde el punto de vista de ellos dos. Por lo que falta desarrollar mucho otras tramas como las otras amistades o la familia de ella. Me queda esa duda de cual es la razón de ese odio hacia ella.
La forma de escribir de la autora al principio me ha parecido un poco confusa porque no hace diferencia entre narración y diálogo. Pero a pocos capítulos de empezar te acostumbras.
Es un un libro que en partes me ha gustado pero en otras me ha disgustado mucho.