Legado en los huesos

Una historia que vuelve a poner los pelos de punta en los momentos más intensos. La combinación del misticismo y el razocinio para encontrar el cabo suelto es perfecta. Con momentos de gran intensidad, con personajes crueles y escenas algo escabrosas reconstruye los pasos del caso hasta completar el puzzle. Aun así no todo es el thriller, el suspense y la intriga. Encontraremos momentos de amor, carillo y relaciones personales complejas entre familiares y amigos.
Entretenida y muy adictiva en donde ni por un momento llegas a deducir quien es el malo.
Y todo está ligado, tanto el libro anterior como con el siguiente.
Y creo que ya no veré nunca de a misma manera las nueces.
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Esta segunda novela de la trilogía del Baztán, comienza con la investigación de una serie de asesinatos, en los cuales los asesinos se van suicidando y todos dejan, de una forma u otra, la misma palabra escrita "Tarttalo". A la misma vez que ocurre todo esto, también se suceden numerosas profanaciones de la iglesia de Arizkun.
Narrado en tercera persona, podemos saber lo que va ocurriendo y piensan los personajes principales, ya que es un narrador omnisciente.
Dividida en capítulos desiguales con un ritmo muy rápido.
En cuanto a los personajes, nos volvemos a encontrar con la protagonista Amaia, jefa de homicidios de la policía foral. En este libro vemos como el personaje evoluciona, en su trabajo y a nivel personal. Se convierte en madre y su constante preocupación sobre si está siendo buena madre. También su crisis de pareja con James, quien sigue apoyándola en todo momento con esa paciencia que lo caracteriza.
También nos volvemos a encontrar con sus compañeros de trabajo y como no, con la familia de Amaia, Flor y Rosaura, aunque en esta segunda parte destaca también la figura de su madre Rosario, a quien teme desde que tiene uso de razón.
Me encanta como la autora vuelve a combinar el género negro con el misticismo y lo fantástico, incluyendo elementos y seres mitológicos, en esta ocasión de el tárttalo, un ser antropomorfo de la mitología vasca que representa a un cíclope que vivía en las montañas y que se alimentaba de humanos, especialmente de niños.
"Legado en los huesos" es una novela que engancha desde el primer momento, de ágil lectura. Donde la autora no sólo desarrolla aún más a los personajes, sino que también descubrimos nuevos misterios sobre la familia de Amaia.
Trata diferentes temas como es la competencia entre los diferentes cuerpos policiales en España, sobre lo que es un asesino inductor y los asesinos en serie, haciendo alusiones a Jack el Destripador y otros, quienes enviaban mensajes a los detectives que llevaban sus casos.
También nos habla no sólo de la mitología vasca, sino también sobre las leyendas vascas sobre los mairu beso, a los que se les atribuyen misteriosas virtudes y que son huesos de niños fallecidos sin bautizar.
Todo ello regado de una maravillosa ambientación, lleno de descripciones que nos llevan a viajar hasta el valle del Baztán.
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Como ya pasó en la entrega anterior de esta trilogía vamos a encontrar que las dos ramas argumentales, la vida privada de Amaia, y el caso que está investigando, van a estar ligados a lo largo de Legado en los huesos. Amaia vuelve a Elizondo a llevar una investigación, pero de una manera muy diferente a como lo hizo la primera vez cuando se tuvo que enfrentar a los crímenes que se le atribuían al basajaun. Ya no le importa volver, es más, ahora junto a su familia visita Elizondo muy frecuentemente y no hace falta que tenga que ir por motivos de trabajo. Atrás quedaron los fantasmas del pasado.
Una investigación por profanación de la que las autoridades eclesiásticas piden expresamente que se encargue ella, en un momento dado, se va a cruzar con una serie de suicidios protagonizados por acusados por violencia de género que, aparentemente, nada tienen que ver unos con otros. Unos suicidios que a priori nada tenían que ver pero que tras ser alertada por el teniente Padua empieza a investigar y a encontrar que son varios los puntos que tienen en común, tantos como para intentar conseguir que el juez abra una investigación. Una investigación que la afectará profesional y personalmente.

La segunda parte de El guardián invisible continua unos meses tras el final sorprendente con el que nos dejó y trata un nuevo caso en el que la inspectora Salazar deberá emprender la búsqueda de un individuo que se dedica a manipular a otros para conseguir algo que solo él conoce.
Amaia, en una situación personal bastante delicada, deberá enfrentarse a sus peores demonios e intentar seguir adelante con su vida mientras compagina dos facetas muy importantes de su vida: la laboral y la personal.

En esta segunda parte, aunque nos metemos de lleno en el caso porque ya conocemos a los personajes, me ha faltado algo de ritmo. Amaia se entretiene demasiado en un caso a mi parecer secundario y eso hizo que se me hiciera un poco más larga la lectura. Lo que más me gusta es conocer el pasado de Amaia y por eso, cuanto más iba conociendo, más me enganchaba a la historia y por ese lado se ha salvado bastante el libro.

Amaia evoluciona como personaje desde la primera vez que la leemos en el anterior libro pero en muchas ocasiones me costó empatizar con ella porque tenía comportamientos que no me gustaban y que no conseguía comprender. Creo que su marido es un gran hombre y que tiene mucha suerte de tener a alguien a su lado que la apoya, la respeta, la cuida y la ayuda en todo lo que puede y más y a ella le cuesta verlo de vez en cuando.

A pesar de que al final todo se precipita y es muy emocionante, reconozco que el nudo de la historia se me hizo algo denso. Tenemos varios casos que no sabemos como se conectan, historias que parecen que van por un lado pero luego van por otro, personajes que aparecen y pasan sin pena ni gloria... pero el inicio y el final son tan fuertes que compensa bastante y me han dejado satisfecha.

No obstante, no puedo decir que el libro no me haya gustado puesto que me atrapó desde el principio desconcertante y me dejó con ganas de más al final.

Me encantaría poder extenderme más en esta reseña pero siento que la trama está estrechamente relacionada con el libro anterior y eso supondría tener que desvelar cosas que estropearían la historia a más de un lector.

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Una trilogía que deja con ganas de más. Se lee muy rápido y engancha. En algún punto se enrolla un poco con la historia personal de Amaia. Además, en el final de la trilogía deja algún cabo suelto... o a la imaginación del lector... según se mire. Si la lees te recomiendo muy mucho visitar El Valle del Baztan.

La trama continúa en el Valle de Baztan, donde Dolores Redondo describe el paisaje de manera tan detallada a través de los ojos de Amaia Salazar. Lo que nos permite trasladarnos a los valles húmedos llenos de densos bosques, casi siempre envueltos en neblina, mientras continuaban las lluvias y las tormentas. Tras descubrir al culpable del supuesto crimen del "Basajaun" que provocó el pánico en el valle, "Legado en los huesos" enpieza con la celebración del juicio de Jason Medina, que asesinó a su hijastra Johana Márquez e imitó la técnica utilizada en ese momento por el asesino del valle. Cuando el juicio esta por comenzar, el juez lo cancela porque el cuerpo sin vida de Jason Medina es encontrado en el baño de los juzgado. El asesino de la hijastra se suicida escribiendo una carta para Salazar con solo una palabra: Tarttalo.
Si bos encontramos con el Basajaun en "El Guardián Invisible", en la segunda parte, los crímenes girarán en torno al TARTTALO. Ser mitológico, parecido a un cíclope detras del cual se esconde un asesino sanguinario, con gran ferocidad y canibalismo. La nota que Jason Medina le deja a Amaia Salazar la lleva a realizar una nueva investigación que combina los cuerpos de varias mujeres cuyos miembros fueron amputados y asesinadas a manos de sus maridos que después se suicidaron, dejando el mismo mensaje que Jason Medina: TARTTALO. al mismo tiempo, el equipo de la inspectora Salazar también debe investigar unas extrañas profanaciones ocurridas durante la noche en la iglesia de Arizkun que han dañado el templo y dejado reliquias en el altar. Huesos del bebé.
El caso parece irrelevante y no tiene nada que ver con el homicidio, pero las autoridades eclesiásticas claramente han solicitado a Amaia Salazar que lleve a cabo la investigación. Sin embargo, el descubrimiento de estos huesos de bebés humanos estará relacionado con su nacimiento y la infancia. No debemos olvidar que Amaia ha sido madre recientemente, y le preocupa convertirse en una mala madre y no darle a su hijo el cariño suficiente que se enfrentará con su profesionalidad, por lo que, como muchas mujeres tendra dificultades para compaginar su trabajo y la maternidad. Esto produce tensiones enormes, que la llevarán a discusiones constantes y poniendo en la cuerda floja la relación con su pareja. Para seguir sumando, de todas estas frustraciones, hay que sumarle la llegada del Juez Markina, por el que Amaia no podrá dejar de sentir una enorme atracción física y sexual.
"Legado en los huesos" es la estupenda continuación del "Guardián Invisible", que captura desde el principio, con capitulos no muy largos y cuenta una prosa fácil de leer a través de la cual se puede trazar una trama ágil y dinámica. Con flashbacks llenos de sorpresas que ayudan a comprender mejor la vida de la inspectora, por lo que es imposible no sucumbir a esta nueva entrega de la trilogía.

En esta continuación de El guardián invisible he tenido la sensación de que se potencia lo que ya me gustó mucho en el primer libro (la investigación del nuevo caso policial es adictiva hasta el tuétano 🦴) mientras que la ambientación en el Baztán sigue siendo excelente, pero me vuelve a chirriar el peso que tiene en la trama el tema de los espíritus, lo paranormal, el tarot... Quizás el problema sea mío porque el no creer en esas cosas me sacaba un poco de la historia, pero enseguida volvía a entrar gracias a que los personajes y los diálogos están muy bien elaborados.

Amaia me sigue gustando mucho, la aparición del juez Markina en modo "La isla de las tentaciones" de momento ni frío ni calor y mis dieces van para el personaje de Rosario (lo de esta mujer es muy fuerteee 😱).

Con ganas de conocer cómo termina la trilogía... ¡Cuento las horas para empezar a leer Ofrenda a la tormenta! ⏳

Segunda parte de la trilogia del Baztan,nos lleva a ver el final de ciertas subtramas acaecidas en la primera novela,aunque enmedio de esto la Inspectora vuelve a encontrarse con un nuevo enigma y debe volver a sumergirse de lleno en la ambientacion de misterio que rodea este caso y que de nuevo ella esta en el centro de todo.
Sigue sorprendiendo tanto el desarrollo como la trama,y cabe destacar la documentacion sobre mitos y leyendas que dan tan buena ambientacion a la novela.

En la segunda entrega, Amaia, después de dar a luz a un niño, se enfrenta por un lado a un criminal que asocia sus acciones a la leyenda del cíclope vasco Tarttalo, y por otro a una profanación en una iglesia relacionada con el pueblo Agote, también en el valle del Baztán. Y a otra donde las víctimas de violencia de género se les amputa un brazo después de muertas.
Aunque las dos investigaciones no están relacionadas, en un principio, Amaia encuentra un nexo de unión en una de las víctimas y el valle del Baztán, gran protagonista de la trilogía.
Además en este segundo episodio nos adentramos más en la personalidad y sentimientos de la inspectora Salazar, la cual cada vez se siente más unida a su lugar de nacimiento.
Mientras va avanzando en el caso del “Tarttalo”, que le lleva a volver a estar en contacto con las criaturas mitológicas del Valle para conseguir nuevas pistas, vuelve a tener pesadillas relacionadas con su niñez y con el caso de las amputaciones. Y es a través del caso de las profanaciones por lo que descubre un hecho de gran importancia para ella, amén de otros muchos detalles de su vida de niña, en particular de su nacimiento, y cómo eran los partos en el Valle en la década de 1970 cuando todavía había muchas mujeres que daban a luz en casa.
Por ello, conforme más avanza en los casos, más unidos aparecen, saliendo a la luz nuevos enigmas y preguntas respecto a su familia y su madre que Amaia tendrá que resolver para encajar todas las piezas y resolver ambas investigaciones. Aunque para ello esté poniendo en riesgo su matrimonio.
Esta segunda parte se centra mucho más en los aspectos íntimos de Amaia que en los detalles de los casos. de esta manera el lector va entrando en la cabeza de la inspectora Salazar para comprender sus miedos y el porqué de sus actuaciones.
Como la vez anterior también recibe ayuda de la diosa Mari y demás criaturas de la mitología vasco – navarra, aunque de nada le sirven para enfrentarse al mayor de sus temores que sigue sin ser detenido.

El segundo libro ambientado en el Baztán continúa la saga con la misma calidad de su predecesora. La trama se complica, aparecen personajes nuevos e inquietantes y los crímenes van in crescendo en una novela narrada de un modo exquisito y muy cuidado. Con nuevas revelaciones de los personajes, la novela más que leerla, se devora. Quizás Dolores Redondo ha conseguido vencer aquel dicho de que "segundas partes nunca fueron buenas" al crear una segunda entrega muy dinámica e intrigante, que termina dejándonos con ganas de más.