Te doy mi corazón

Poco a poco van cayendo uno a uno los libros de los Bridgerton de Julia Quinn. Tengo que decir que no son las mejores lecturas que he tenido este año, sin embargo, me hacen pasar un buen rato y eso se agradece. Normalmente todos se basan en una historia de amor, que atraviesa varios baches que parecen insuperables pero que al final estos se superan y hay un final feliz para la mayoría de personajes.


En Te doy mi corazón no cambia mucho esta trama. En esta historia los protagonistas son Benedict, el segundo de los Bridgerton, y Sophie, la hija ilegítima del conde de Penwood. Lo que más me ha gustado de este libro ha sido su comienzo, ya que la autora se ha inspirado en el cuento de la Cenicienta. ¿Cómo lo ha hecho? Pues Sophie en este caso sería nuestra Cenicienta. al ser la hija bastarda de un conde, cuando este fallece, ella queda al amparo de la condesa viuda, Amarinta, y las dos hijas de esta, Rosamund y Posy. Como ya podéis imaginar, vive en esa casa y cumple todas la órdenes de Amarinta: limpia, friega, cose, plancha y hace todo lo que la cruel y malvada madrastra le diga. Esta la odia por ser la hija bastarda y considera que es  un insulto que viva bajo el mismo techo que ella y sus hijas. Por eso la trata tan mal y la odia con toda su alma. 


Sophie lleva mucho años a su servicio y cumple lo que le dicen porque no tiene a dónde ir. El conde en su testamento no le dejó nada y no recibe ningún sueldo, por lo que tiene que aguantar lo que se le venga encima. Pero un día, gracias a la ayuda de la ama de llaves y de otras sirvientas de la casa, la preparan y la convencen para que disfrute un par de horas libres y vaya al baile de máscaras de los Bridgerton. Sophie accede y allí se planta, con un vestido y una máscara para que nadie la reconozca. Ya os podeís imaginar que en ese baile conoce a Benedict y este queda prendado de ella. Pasan unos momentos muy bonitos y tierno, pero como en el cuento, a las 12 de la noche ella tiene que regresar a casa antes que la condesa y sus hijas, para que no la pillen. Después de esa inolvidable noche, a él lo único que le queda es el guante de la muchacha misteriosa.


Todo este comienzo me encantó y lo disfruté un montón. Pero después la historia perdió interés para mi. Pensaba que habría una búsqueda incansable de la mujer misteriosa por parte de Benedict y que ahí le liaría la cosa con Amarinta y sus hijas, pero no ha sido así. Estas para mi gusto, aparecen muy poco y desaparecen demasiado rápido. Todos los capítulos se centran en Sophie y Benedict y sus diálogos se me hicieron aburridos al final. Tienen el toque cómico que caracteriza los libros de J. Quinn, pero solo eso. Ella es una sirvienta y por tanto, de una clase social distinta y no podría nunca jamás casarse con un Bridgerton. Todo el libro se basa en esto, en que se quieren pero no pueden porque, ¿qué diría la gente? al final del libro es cuando se pone un poco interesante porque la condesa viuda de Penwood entra en acción, pero tampoco ha sido de mi agrado porque, para mi gusto, después de lo que le hizo a Sophie durante tantos años y un secreto que le oculta, su castigo es mínimo. Ya podrían haber hecho que sufriera más la muy condenada.


A pesar de que el libro empieza muy bien, para mi decae mucho conforme avanza. No hay nada más interesante en la trama. Hay mucho diálogos entre los protgonistas que al principio se meten el uno con el otro y te diviertes, pero que después toman un toque más serio por el problema de su amor y condición social. Si que sacaré el punto posistivo de que conoceremos más aquí a la Sra. Bridgerton, la vizcondesa viudad y madre de los protagonistas Bridgerton de estos libos), Eloise y Francesca, que me faltaba conocerlas un poco más ya que apenas aparecen en los anteriores libros. Me ha encantado conocerlas mejor y ver la relaciones que tiene la familia. Se quieren con locura y confían el uno en el otro. Ha sido muy tierno y bonito de leer. 


Y volviendo a los protagonistas, Sophie me gustaba al principio. A pesar de no tener nada ha seguido luchando y trabajando para sobrevivir y sigue unos principios, o eso parece al principio, porque después se enamora y pierde la cabeza. No puedo decir por qué para evitar destripes, pero el que lo haya leído me comprenderá. Y Benedict, un personaje del que esperaba conocer mucho más, apensas me ha llamado la atención y no he contectado con él para nada. 


Cada capítulo como siempre comienza con la breve columna de Lady Whistledown, pero apenas se han dado pistas sobre la misma y sigo sin saber quién es, aunque tengo mis sospechas.


En resumen, es una lectura ligera y fácil de leer. Julia Quinn sigue usando un lenguaje fluido y ameno e introduce bastantes diálogos entre los personajes, siempre con algún toque de humoer que hace que te rías y pases un buen rato. A pesar de esto, la trama no me ha parecido muy interesante a pesar de este comienzo que tantó me gustó. Y en el final me esperaba algo más, aparte del final feliz, porque seamos sinceros, sabemos que habrá final feliz, pero esperaba algo un poco más suculento en cuanto a Araminta. Un 2/5.

Al dar las doce
Sophie ha aprendido a vivir con poco. Desde pequeña ha sabido lo que es ser una bastarda, pero al menos, mientras el conde de Penwood vivía, tuvo un buen trato. No ahora, tras su muerte su madrastra la tiene sometida como sirvienta. Solo por una noche le gustaría sentir cómo hubiera sido su vida si su padre la hubiera reconocido. Por eso se encuentra en el baile de máscaras que los Bridgerton dan anualmente. Eso sí, tiene que darse prisa, ha de volver antes de que den las doce.
Y como habréis visto y como se pregona en todos los sitios (la sinopsis, las redes…) nos encontramos en este tercer volumen de la romántica histórica de moda, la saga Bridgerton, con un retelling de la Cenicienta. Sophie en realidad es la hija de un conde, él es el segundo de la familia más famosa de Londres. Ella tiene que lograr alcanzar lo que es y él quiere darse a conocer a pesar de quien es.
Este será el principal conflicto de nuestra novela, que si bien se centra en el romance entre ambos personajes, también nos hablará de la identidad, cómo esta se consigue por uno mismo, pero también como nos la confiere la sociedad. Sophie siempre ha sabido quién es pero no ha podido ejercer como tal después de la muerte de su padre y, aún con esas, la sociedad no la vería como lo que es. Por su parte, Bennedict es el segundo, así el número dos estará harto de que lo conozcan por ser un Bridgerton y no por ser Bennedict, el muchacho al que le gusta dibujar, aquel que no puede ver una injusticia cerca, el que disfruta de las cosas sencillas.
Línea y punto
Dentro de todo lo que es la novela, cabe reconocer que es una de las historias más planitas de la saga hasta el momento. La trama es muy lineal, con algún salto temporal para poder ir directos al grano, pero a fin de cuentas igual de sencilla que el cuento original.
Las situaciones cómicas a las que acostumbra Quinn se dan, quizá, más elaboradas, ya que no puede ir al impacto fácil de la alta sociedad; pero bien es verdad que le falta un poco de esa fantasía de bailes y conversaciones con dobles sentidos de la sociedad londinense. No obstante, cabe pensar en un pequeño descanso, para que no todos los libros sean iguales, porque desde luego la esencia de la saga no la pierde (gracias a una maravillosa Violet), pero sí el chismorreo que tanto nos gusta.
De todos modos, la novela está muy bien y su punto fuerte lo encontramos en los personajes. Siempre el compañero del Bridgerton nos enamora, así lo hicieron el Duque y Kaye, y Sophie no será menos.
Ella es una muchacha íntegra que no sigue el tópico de «más buena que el pan», no, ella hará lo que haga falta por sobrevivir, ya que la vida no se lo ha puesto fácil. Pero junto a ello, encontraremos una chica llena de sueños, que no se pueden realizar, pero por lo que le gustaría luchar sin descanso. Sophie se nos presenta en ese fino equilibrio entre el realismo y el deseo que hará que toda la novela estemos deseando que las cosas le salgan bien, aunque no sepamos cómo.
Bennedict, por su parte, se me ha quedado un poco flojo. Es cierto que, después de Anthony, parece difícil que un caballero nos encandile, pero este tenía todas las papeletas. Su querer ser él y no uno más hubiera estado mucho mejor si se hubiera explotado más sus particularidades: el dibujo, el estar ausente, su pasión por el campo. Pero, de todos modos, está ahí y, si pensamos en el cuento, lo cierto es que este príncipe se nos presenta con mucha más profundidad, mucho más conocimiento del mundo y mucha más picardía. (Quizádemasiada, ayBenedictcómopudistehacereso).
Continuamos el camino
A pesar de que de los tres que he leído de la serie este es el que se me ha hecho más flojo, lo he disfrutado bastante. Se lee muy rápido porque ahí tenemos esa fluidez de trama y ese no querer enredar el entuerto que tanto me gusta de esta autora de romántica, pero es que, además, es un cuento muy bonito. Sophie enamora y Bennedict nos acompaña en ese proceso. Los personajes de siempre aparecen poco, pero cuando lo hacen son contundentes y la esencia no se pierde. En definitiva, una historia que nos hará pasar un buen rato. Me marcho a ver qué pasa con Collin. Espero que os animéis con este.

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Te doy mi corazón es la tercera parte de la saga de los Bridgerton escrita por la autora Julia Quinn y publicada en 2001 dentro del género literario rosa-romántico. En este tercer libro se narra la historia de Benedict Bridgerton y Sophie Beckett.

En la sinopsis del libro ya se apunta a que la autora toma como base el cuento de la Cenicienta y sí, no hay engaño por ningún lado. Estamos ante un retelling del famoso cuento. Esto implica que, aunque la autora incorpora escenarios diferentes y aporta un toque diferencial a la trama de la Cenicienta, se cumplen varios tópicos (la madrastra, dos hermanastras –aunque una más maliciosa que la otra-, una chica misteriosa en una fiesta...).

Aunque se podría leer de forma independiente (al igual que los anteriores), me resulta complicado no caer en la tentación de establecer comparaciones para desarrollar la reseña, pues la estructura de la trama, aunque cambiemos de personajes, es la misma. A diferencia de las anteriores ediciones de la saga de los Bridgerton, en este tercer libro encontramos lo que para mí ha sido una sorpresa, una historia dilatada en el tiempo donde se desarrolla el devenir de los personajes principales. Si bien la conexión entre Benedict Bridgerton y Sophie Beckett resulta (como siempre) inmediata, en esta ocasión los acontecimientos se desarrollan en un marco temporal bastante más extenso del que nos había planteado previamente la autora. Asimismo, otro elemento que se añade a la trama es la violencia y las/os villanas/os. Tal y como he entendido hasta el momento, dentro de la saga se desarrollaban personajes principales que resultaban ser sus propias/os enemigas/os o sus propias/os las/os villanos/as, pero en esta ocasión sí que encontramos personajes a lo largo de la trama que son realmente las/os malas/os de la historia y que determinan en gran medida el devenir de la historia entre Benedict y Sophie. Estos cambios dentro del esquema al que nos había acostumbrado la autora resultan entretenidos y dinamizan la lectura (aunque como sucede con los anteriores, empiezas sabiendo el final). Atendiendo a la erótica, lo cierto es que en esta ocasión diría que estamos ante el término medio entre el primer libro y el segundo, es decir, se describe y se reparte de una manera equilibrada.
Se presenta así una trama que, como también cabe esperar, repite clichés de la novela rosa, pero que presenta una protagonista con un fondo más complejo como resultado de los acontecimientos de su vida y a la que, gracias al dilatado espacio de tiempo en el que se desarrolla la trama, conocemos con cierta profundidad. del personaje de Benedict poca sorpresa nos llevamos, pues si bien tiene características propias que lo diferencian de sus hermanos, lo cierto es que guarda un patrón muy cercano a Anthony (caballeroso, políticamente correcto, entregado, el matrimonio no es para él hasta que…).

De nuevo, se trata de un libro que, si no aborreces la literatura de corte romántico, te llega a entretener pudiendo ser una buena opción, por ejemplo, en los momentos de bloqueo. Con todo, la repetición de la trama principal en los tres primeros tomos de la saga hace que una se replanté si merece la pena continuar con los siguientes.

Sinceramente, conocer la historia de Benedict no es que me hiciera especial ilusión, no tengo nada en contra del chico, pero lo conocemos bien poco en los libros anteriores, ya que sus apariciones son fugaces y siempre está en bastante segundo plano, incluso en un tercero, a diferencia de Colin, que sí que tiene sus puntos y es fácil cogerle cariño enseguida y que nos pique la curiosidad sobre él. Benedict, en cambio, parecía la sombra de sus hermanos, con los que siempre aparecía, así que no es que yo tuviera unas ganas locas de saber cuál era su historia. Sin embargo, me ha gustado mucho poder conocerlo mejor, ver que él sí que cree en el amor verdadero y que le gustaría encontrarlo, que es sensible y a la vez le encanta salirse con la suya, lo que le lleva a tomar decisiones egoístas a veces, o incluso un poco radicales. Es el que más coherente me ha parecido de los tres protagonistas masculinos que hemos tenido, porque sus pensamientos en realidad son motivados por las normas de la sociedad de la época. No tiene ningún trauma como Simon o Anthony, que les lleva a intentar autodestruir su propia felicidad, indirectamente, sino que cree en el amor a pies juntillas, es feliz con su vida. Lo único es que, aunque adora a su familia, al ser tantos, le duele no ser reconocido por su persona, por ser quién es, sino solo por ser un Bridgerton, siendo para muchos el número dos, al haber nacido el segundo de ocho hermanos. le gustaría que lo valoraran por ser Benedict, no por la familia a la que pertenece únicamente. Este matiz está bien y es comprensible, sin embargo, considero que la autora podría haber profundizado más en ello, reflejando más situaciones donde Benedict se sintiera mal por ello, creo que se trata de manera un poco superficial.
Por otro lado, tenemos a nuestra Sophie. Sophie es un encanto de muchacha, a la que la vida, o mejor dicho, las personas con las que le ha tocado vivir, la han tratado muy, pero que muy mal. Con decir que recibía más amor de los criados que de su propio padre, en fin... La pobre me ha dado mucha pena, porque no se siente parte de ningún lugar, ya que ni es criada, aunque trabaje como una, ni tampoco es miembro de la sociedad rica, por así decirlo, al ser hija ilegítima, no reconocida por su padre. El maltrato que ha sufrido durante toda su infancia hace que se nos encoja el corazón, y, aunque a veces se equivoque en las decisiones que toma, es muy comprensible su manera de actuar, sobre todo en lo referente a Benedict. Entiendo que no le contara de primeras quién era ella, o que reaccionara de determinadas maneras ante comentarios muy poco afortunados de él, y que quisiera tener sus secretos, por miedo y por precaución. Además, es una chica muy vivaracha, yo sentía que me transmitía muchísima energía en todo momento, así que he agradecido mucho tenerla como protagonista. Ni que decir tiene que su madrastra me daba completo asco, porque era maldad pura, al igual que su hija (la otra hija es un poco salvable, digamos que es más fácil soportarla).
Me ha parecido todo un acierto el cambio de estructura del libro. Los dos primeros de la saga tienen una estructura muy similar, demasiado para mi gusto, al haberlos leído bastante seguidos. Ambos tienen un protagonista con un trauma que les limita en la forma de vivir sus vidas, están en periodo de casamiento, conocen a sus amadas, sucede algo que les hace tomar una decisión que cambiará sus vidas de forma apresurada, pero en parte, deseada... Este, en cambio, parte de un baile de máscaras organizado por la madre de los Bridgerton, Violet, donde asiste Sophie sin ser invitada, vamos, que se cuela sin el permiso de su madrastra, ya que esta la tiene limpiando todo el día y la trata fatal. Os suena, ¿verdad? Podríamos decir que la novela es un retelling de la Cenicienta, puesto que los personajes de todo el ambiente que rodea a Sophie está basada en esta historia, al igual que ese comienzo de la lectura. El caso es que en ese baile se conocen por primera vez Benedict y Sophie, quedando prendados el uno del otro, aunque al caer la noche, ella desaparece sin dejar rastro... Para volver años después a la vida de Benedict, esta vez, como su criada, y por supuesto, él no la reconoce. Es cierto que esto, que sea tan Cenicienta, provoca que perdamos un poco la esencia Bridgerton y que encima haga que la historia en sí misma nos suene mucho, pero yo lo he disfrutado.
Está claro que el trato de Benedict hacia Sophie no es adecuado cuando sirve en su casa, más bien, los comentarios que le suelta o que no la considere como una mujer para casarse únicamente por su clase social. Pero seamos francos, en esa época era así. Esta obra tiene un contexto histórico, y en ese momento, lo normal era eso (de hecho, en el siglo en el que vivimos se ve mucho menos, pero sigue habiendo clasismo). Así que, aunque no comulgue con el comportamiento de Benedict y que su drama pensamos que se soluciona de manera muy sencilla, pasando del qué dirán completamente, tenemos que meternos en su piel, es una persona presa de la sociedad en la que vive, los estándares que se esperan de uno y está acostumbrado a dirigirse así a personas consideradas de clase inferior. de hecho, él se porta muy bien con Sophie cuando está con ella, dentro de lo que cabe y en comparación con cómo se solían comportar los hombres de su clase social en aquella época. Así que, aunque Benedict se equivoca varias veces, porque lo hace, lo he entendido y he visto más fundamento en sus pensamientos y demás que en los de Simon o Anthony. Quitando eso, los diálogos entre ellos son lo más, son dos personas con mucha complicidad, y se ve el contraste entre Benedict, que es un libro abierto y quiere que Sophie lo conozca, y mostrarle todo de él, y Sophie, que guarda secretos, se muestra recelosa y tiene miedo de dar pasos en falso, porque podría quedar con el corazón destrozado. Eso no quiere decir que no se arriesgue o que no se deje llevar por sus sentimientos, pero es más cauta y más cerrada.
Por último, me gustaría mencionar dos cositas. En primer lugar, Violet Bridgerton cada vez se gana más mi cariño y mi respeto. Con cada libro que pasa nos demuestra lo grande que es su corazón, cómo adora a sus hijos y está dispuesta a cualquier cosa por ellos, y también que es una mujer con carácter, influencias y la felicidad de sus cachorros no la amenaza nadie. En serio, me quito el sombrero ante ella, porque todas sus apariciones son para hacerle la ola, no deja nunca indiferente. Sobre esto, aprovecho para decir que he echado en falta más escenas protagonizadas por la familia Bridgerton en su conjunto, ya que, aunque las hay, son escenas mas calmadas y comedidas que en lo libros anteriores, en general. Por otra parte, no puedo terminar la reseña sin mencionar a Lady Whistledown, que sigue teniendo a la sociedad londinense en su bolsillo, pues su revista sigue siendo leída por todo el mundo, gracias a sus jugosos cotilleos. Me ha dejado muy intrigada el final del libro, porque parece indicar que el próximo volumen sabremos mucho más de ella, ya que parece que va a dar un cambio en su forma de vida. ¿Descubriremos pronto su identidad? Yo espero que sí, que estoy en ascuas.


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Sigo releyendo la serie de los Bridgerton de Julia Quinn con el club de lectura. En esta ocasión le tocó el turno a la tercera entrega.

Sophie Beckett es la hija ilegítima de un conde. A los tres años, tras la muerte de su madre, se va a vivir con su padre. El conde la presenta al servicio como su pupila, y como a tal la trata. Pero todo el mundo sabe quien es realmente. La pequeña es feliz con su vida hasta que su padre se casa con una viuda con dos niñas.

La historia es muy similar a la de Cenicienta, tenemos un hada madrina, en forma de ama de llaves, una madrastra, dos hermanastras y un príncipe azul. Aunque este último venga en forma de segundo hijo de un vizconde y no haya zapato de cristal de por medio.

Benedict encuentra a una desconocida en un baile y se prenda de ella, pero la joven desaparece sin dejar rastro. La muchacha ha dejado su huella en él, y no puede dejar de pensar en ella. Cuando se reencuentran no reconoce a la dama del baile, pero siente algo por esa doncella a la que acaba de conocer.

Benedict tiene unas intenciones no demasiado honestas, pero con la información que él tiene no puede ofrecer otra cosa. La sociedad elegante no perdona según qué cosas, así que tenemos que disculpar al señor Bridgerton por ello.

Sophie es realista con su posición social, pero no por ello está dispuesta a dejar de lado su ideales. Me gusta que no se deje enredar por Benedict.

Como es habitual disfrutaremos de la presencia de otros Bridgerton. Violet, en concreto, es un personaje que me encanta. Es intuitiva, cariñosa y siempre está muy pendiente de sus retoños, aunque ya no sean precisamente unos niños.

A muchos lectores no les convence demasiado este libro, pero a mí me gusta mucho. Disfruté con la primera lectura y he vuelto a hacerlo esta vez. Puede que sea porque me encantan las historias basadas en la Cenicienta.

Encuentro la historia muy bonita y tierna. La parte final es muy de cuento de hadas, y me encanta que sea así. La novela es muy entretenida, fácil de leer y engancha un montón, al menos a mí me atrapó.

El mes que viene leeré la cuarta. Como hace años que las leí las recuerdo muy por encima, pero en cuanto me pongo me vuelven los recuerdos enseguida. Os animo a leer estos libros, o cualquiera de la autora. Todos los que he leído me han hecho disfrutar, y han sido unos cuantos.

Lo confieso, después de ver la primera temporada de la serie en Netflix tenía unas ganas inmensas, enormes, ¡¡gigantescas!! de leer estos libros.

Cómo declarada ávida lectora de novela romántica histórica esta serie tenía todas las papeletas para haberla leído hace ya mucho tiempo pero… no tengo ni idea de porqué Julia Quinn no llamaba mi atención.

En este libro, tercero de la serie, me he encontrado con la típica historia de la Cenicienta (gracias a mi buena costumbre de no leer nunca la sinopsis). Muchacha venida a menos tras la muerte de su tutor y las muy odiosas madrastra y hermanastras que la harán la vida imposible hasta que aparece el apuesto señor Brigerton.

Lo bueno es que la forma de narrarlo de la autora hace que sigas y sigas leyendo y que resulte interesante.

Para aquellas que han visto la temporada de la serie pero no han leído los libros les diré que el papel de Benedict en este libro dista mucho del que aparece en la pantalla y es posible que nos llevemos alguna que otra sorpresa en posteriores temporadas de la plataforma.

Ahora, gracias a una promoción voy a seguir leyendo todos los libros de la serie porque, más o menos predecibles o no, lo cierto es que los libros enganchan casi desde la primera pagina y yo prefiero leerlos antes de ver las nuevas temporadas, por si acaso no continúan con la emisión.

Te doy mi corazón es la historia de Benedict y Sophie. Esta historia es una reversión de la Cenicienta y se podría pensar que es un cliché pero tiene algunos condimentos que la hacen diferente.
Sophie es inteligente y, a pesar de las circunstancias, no se dejaba maltratar demasiado por quien es su madrastra. Por la época en que vivía y la situación en la que se encontraba, era muy difícil para ella aspirar a un futuro mejor, quizás por recibir una buena educación a temprana edad pudo desenvolverse mejor una vez que logró dejar atrás a su madrastra y hermanastras. Lo que aprecio de este personaje es que nunca se rindió y siempre tuvo fuerzas para salir adelante aún cuando todo parecía perdido.
El segundo hermano Bridgerton tuvo el mismo efecto en mi que Anthony, apenas los conocí quise saber más sobre ellos. Benedict me hizo acordar bastante a mi, ser el segundo de una familia numerosa nunca es fácil. Pasas completamente desapercibido y muchas veces te identifican como eso: el segundo. Él es un artista y, sin embargo, nadie en su familia lo sabe hasta que Sophie lo menciona. Benedict tiene una personalidad hermosa, pero me lastimó cuando quería que Sophie fuera su amante porque no se atrevía a convertirla en su esposa por la diferencia de clases sociales, me quise morir porque para mí era un NO rotundo (es lo único que no le perdono) jaja
En fin, es una historia muy bonita, pero igual que la de Anthony, me faltó más drama porque resolvieron todo en un capítulo y cuando me di cuenta, ya estaban casados ¿Y mi derecho a ser una drama queen?...

Mi favorito hasta ahora, este retelling de la Cenicienta me gustó mucho, Sophie me encantó y Benedict *w* en los libros anteriores, sin contar aún a Gregory, era el hermano masculino menos mencionado y del que se conocían menos detalles, por lo que conocerlo aquí fue genial.
La personalidad de Sophie es encantadora, una soñadora que aún sufriendo y viviendo infeliz, soñaba con más.
Enlace: http://dreamsinbookland.blog..

En este volumen conocemos a Benedict Bridgerton y a Sophie Beckett. Esta historia es un retelling de la Cenicienta. Con esta premisa conocemos a Sophie que es la hija no reconocida del conde de Penwood y nunca le faltó de nada.
Una noche a espaldas de su madrastra asiste al baile de disfraces más importante de Londres y capta la atención de Benedict, que es el soltero más atractivo y encantador de la fiesta. Todo se tuerce cuando la descubren y vuelve a ser una hija ilegítima, pobre y sin recursos.
Pero… el destino quiere que vuelva a coincidir con Benedict… ¿qué pasará?
La historia de Benedict me gustó y tiene algunos momentos muy buenos y algunos que dices… ¿¿¿perdona??? ¿¿¿Hola??? de todas formas, tengo que decir que en los fragmentos donde aparece Violet, la madre de los Bridgerton, amo a esa señora. Me encanta. Son libros para leer en una tarde y disfrutar.