Te doy mi corazón

Al dar las doce
Sophie ha aprendido a vivir con poco. Desde pequeña ha sabido lo que es ser una bastarda, pero al menos, mientras el conde de Penwood vivía, tuvo un buen trato. No ahora, tras su muerte su madrastra la tiene sometida como sirvienta. Solo por una noche le gustaría sentir cómo hubiera sido su vida si su padre la hubiera reconocido. Por eso se encuentra en el baile de máscaras que los Bridgerton dan anualmente. Eso sí, tiene que darse prisa, ha de volver antes de que den las doce.
Y como habréis visto y como se pregona en todos los sitios (la sinopsis, las redes…) nos encontramos en este tercer volumen de la romántica histórica de moda, la saga Bridgerton, con un retelling de la Cenicienta. Sophie en realidad es la hija de un conde, él es el segundo de la familia más famosa de Londres. Ella tiene que lograr alcanzar lo que es y él quiere darse a conocer a pesar de quien es.
Este será el principal conflicto de nuestra novela, que si bien se centra en el romance entre ambos personajes, también nos hablará de la identidad, cómo esta se consigue por uno mismo, pero también como nos la confiere la sociedad. Sophie siempre ha sabido quién es pero no ha podido ejercer como tal después de la muerte de su padre y, aún con esas, la sociedad no la vería como lo que es. Por su parte, Bennedict es el segundo, así el número dos estará harto de que lo conozcan por ser un Bridgerton y no por ser Bennedict, el muchacho al que le gusta dibujar, aquel que no puede ver una injusticia cerca, el que disfruta de las cosas sencillas.
Línea y punto
Dentro de todo lo que es la novela, cabe reconocer que es una de las historias más planitas de la saga hasta el momento. La trama es muy lineal, con algún salto temporal para poder ir directos al grano, pero a fin de cuentas igual de sencilla que el cuento original.
Las situaciones cómicas a las que acostumbra Quinn se dan, quizá, más elaboradas, ya que no puede ir al impacto fácil de la alta sociedad; pero bien es verdad que le falta un poco de esa fantasía de bailes y conversaciones con dobles sentidos de la sociedad londinense. No obstante, cabe pensar en un pequeño descanso, para que no todos los libros sean iguales, porque desde luego la esencia de la saga no la pierde (gracias a una maravillosa Violet), pero sí el chismorreo que tanto nos gusta.
De todos modos, la novela está muy bien y su punto fuerte lo encontramos en los personajes. Siempre el compañero del Bridgerton nos enamora, así lo hicieron el Duque y Kaye, y Sophie no será menos.
Ella es una muchacha íntegra que no sigue el tópico de «más buena que el pan», no, ella hará lo que haga falta por sobrevivir, ya que la vida no se lo ha puesto fácil. Pero junto a ello, encontraremos una chica llena de sueños, que no se pueden realizar, pero por lo que le gustaría luchar sin descanso. Sophie se nos presenta en ese fino equilibrio entre el realismo y el deseo que hará que toda la novela estemos deseando que las cosas le salgan bien, aunque no sepamos cómo.
Bennedict, por su parte, se me ha quedado un poco flojo. Es cierto que, después de Anthony, parece difícil que un caballero nos encandile, pero este tenía todas las papeletas. Su querer ser él y no uno más hubiera estado mucho mejor si se hubiera explotado más sus particularidades: el dibujo, el estar ausente, su pasión por el campo. Pero, de todos modos, está ahí y, si pensamos en el cuento, lo cierto es que este príncipe se nos presenta con mucha más profundidad, mucho más conocimiento del mundo y mucha más picardía. (Quizádemasiada, ayBenedictcómopudistehacereso).
Continuamos el camino
A pesar de que de los tres que he leído de la serie este es el que se me ha hecho más flojo, lo he disfrutado bastante. Se lee muy rápido porque ahí tenemos esa fluidez de trama y ese no querer enredar el entuerto que tanto me gusta de esta autora de romántica, pero es que, además, es un cuento muy bonito. Sophie enamora y Bennedict nos acompaña en ese proceso. Los personajes de siempre aparecen poco, pero cuando lo hacen son contundentes y la esencia no se pierde. En definitiva, una historia que nos hará pasar un buen rato. Me marcho a ver qué pasa con Collin. Espero que os animéis con este.

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