1984

"El lenguaje político está diseñado para que las mentiras parezcan verdades, el asesinato una acción respetable y para dar al viento apariencia de solidez".

El argumento nos relata la historia de Winston Smith. Un hombre que trabaja como funcionario del partido que ocupa el poder, en un país denominado Oceanía. Un día decide comprar un libro en blanco, dónde escribe "abajo el Gran Hermano", a partir de ahí, se empieza a cuestionar qué es él para el partido, qué son todos ellos, por qué una vigilancia y control constante de las personas, por qué siempre están en guerra. Una serie de dudas que desencadenan el desarrollo de la trama. Lo cual conduce a Winston a enfrentarse al orden establecido por el omnipresente Gran Hermano.

Lo realmente destacable de la obra, aparte de la cuidada narración de Orwell, son los paralelismos que se pueden encontrar con nuestro pasado reciente, presente y probable futuro. Siendo este punto algo aterrador, a la par que tremendamente interesante. Las páginas encierran una profunda reflexión sobre temas como la obediencia, percepción de la realidad, la organización política, conocimiento histórico, la manipulación de los medios y la esencia de la humanidad.

Es verdaderamente curioso como un relato escrito en el 1949 puede mostrar tantas similitudes con la situación política actual, sobretodo de algunos países. La novela más allá de contar la historia de unos personajes magistralmente desarrollados, consigue que el lector se implique profundamente en su trama. Siendo no sólo espectador de la narración sino también parte activa; asociando las ideas que se plantean a su propia realidad y a sus convicciones.

El escritor y periodista inglés George Orwel publicó en 1949 su última obra "1984". Una de las novelas más pesimistas y brillantes, ambientadas en un futuro distópico, que se han escrito. Definitivamente, una obra maestra de la literatura, que conserva su espíritu original intacto pese al paso de los años. Una novela directa, sin concesiones, cargada de reflexiones que de verdad no te dejará indiferente. Cuidado, porque cualquier parecido con la realidad puede no ser pura coincidencia...

Novela ambientada en el año 1984, en una sociedad que esta controlada por lo que llamamos “El Hermano Mayor”, que es el que manda, y el que dicta las normas. Todo pasa por sus “manos”, las noticias son manipuladas por él, el idioma y las palabras son modificadas o eliminadas…
Nuestro protagonista, Winston Smith, es lo que llamamos un trabajador del Ministerio de la Verdad, un personaje que se rebela ante este sistema que se esta imponiendo, jugándose su vida.
En un principio el autor quiso escribir una distopía, (sociedad imaginaria) y pocos años después nos encontramos que lo que escribió fue una ucronía ( reconstruye la historia que no ha pasado con datos hipotéticos), algo que realmente asusta.
El autor crea una historia donde todos los ciudadanos eran controlados a todas horas por pantallas, por espías que delataban los “malos” comportamientos, el gobierno hacia creer que vivían en libertad, crea lo que llamaron “la nuevalengua”, un “idioma” donde el gobierno eliminaba palabras para que el pueblo no pensara.
Un libro que tiene mas de 70 años, y que llama mucho la atención que el autor use palabras que en su época no existían pero que hoy en día existen, como por ejemplo las “telepantallas” o lo que el llama “hablaescribe”.

Una trama que hoy en día no parece una barbaridad, ya que por desgracia algunos países de hoy en día se rigen por normas muy parecidas a lo que George describe y que realmente da miedo.
Pensé que iba a costarme mucho leer este libro, por la carga política que tiene, pero aunque haya partes más lentas y más pesadas en un libro que merece mucho la pena.

Hoy vengo con una relectura. No suelo releer libros, pero con este me apetecía comparar las impresiones de mi yo adolescente con las de mi yo de treinta y pocos.

Creo que la idea que todos tenemos del Gran Hermano es de ese ente que te vigila y todo lo sabe, y en parte el libro trata de eso, pero también trata otros muchos temas.

El Partido critica constantemente a la sociedad de clases del capitalismo, pero en esta nueva sociedad también hay clases, y terminaremos entendiendo el por qué.

Los ciudadanos pertenecientes al Partido están completamente sometidos a las normas del partido, pero los proles no. Entonces, ¿no sería mejor ser un prole? ¿son los proles realmente libres o sólo es una ilusión y también están dirigidos por el Partido?

Refleja claramente el poder del lenguaje para controlar a la sociedad. A lo largo de todo el libro se habla de la nueva lengua, en la que se reduce el número de palabras al mínimo imprescindible y se suprimen las que no interesan. ¿Cuáles no interesan? Las que nombran actos prohibidos por el Partido, porque si no sabes cómo se llama un acto y no se lo has visto hacer a nadie, ese acto termina por no existir. ¿Os parece imposible? Leeros el libro y me contáis.

Y esto son sólo tres ejemplos, trata muchos otros temas, pero no os voy a contar aquí el libro o no os lo leeríais.

A pesar de toda la chicha que tiene, se lee muy bien, salvo un par de momentos concretos en los que se hace tedioso, en general es un libro muy asequible.

Y ahora lo importante, las impresiones. Ha conseguido incomodarme más que de adolescente, porque ahora conozco un poco más el mundo que me rodea y es una distopía tan realista que algunas de las cosas de las que habla ya han pasado, y eso asusta, y mucho.

Si no lo habéis leído dadle una oportunidad, leer cosas que incomodan de vez en cuando está bien para reflexionar sobre lo que nos rodea.

Uf...aterrador este libro. Siempre me pasa con las distopías, que me crean esa sensación de reconocimiento de la actualidad y de miedo. Me ponen paranoica. Aunque es verdad que este libro tiene momentos que pueden ser un tanto densos, lo he "disfrutado" muchísimo y poco me ha quedado sin subrayar.
Sigo prefiriendo Rebelión en la granja, pero desde luego que esta novela también merecerá un puesto entre las futuras relecturas.

Es de esos libros que se han convertido en clásicos modernos de la literatura por algo, además creo que dio el pistoletazo de salida al género distócico, bastante extendido a día de hoy.
Un mundo que podría ser, no está lleno de dragones ni hadas, pero a la vez que lees y resulta inverosímil, lo que hace que no puedas parar de leer.
Buena construcción del protagonista, que tienen una evolución que me ha resultado muy lógica, además su despertar ha sido muy progresivo.
Por otro lado, lo que más me ha gustado es cómo la novela está plagada de pequeños detalles que nos va dando el autor para conjugar la construcción de ese mundo, parece que lo hiciese sin esfuerzo, y a medida que se desarrolla la novela, lo que hace que resulte una novela en su conjunto muy fluida.
Completamente recomendable.

"No creo que podamos cambiar el curso de los acontecimientos mientras vivamos. Pero es posible que se creen algunos centros de resistencia, grupos de descontentos que vayan aumentando e incluso dejando testimonios tras ellos de modo que la generación siguiente pueda recoger la antorcha y continuar nuestra obra."

Vamos por partes. A mí modo de ver, esta novela clásica, distópica y tan aclamada está muy bien escrita, la verdad. Un lenguaje perfecto, a pesar de aquella época, y una historia interesante que te obliga a pensar muchísimo y a relacionarlo con el hoy. Hasta ahí muy bien. Pero hasta ahí, me explico.

Un libro partido en 3 partes. La primera me ha parecido lenta, tediosa y muy aburrida. Algo que puedo llegar a entender, puesto que hablamos de un libro escrito hace más de 70 años y quizá, por el contexto, fuera necesario situar las acciones, los personajes y el lugar, pero a mí toda esa primera parte se me hizo una montaña muy empinada y me agobiaba por no avanzar como me hubiera gustado. Luego está la segunda parte y que tampoco me ha gustado mucho. Lo siento pero no me apasiona demasiado el mundo de la política, lo histórico y, a pesar de ser bastante interesante, a mí me ha vuelto a aburrir. ¿Acaso no es aburrido todo lo que huele a política? Y llegamos a la tercera parte y, por fin, se viene la acción, la cosa avanza y se viene la chicha, los sucesos, lo inesperado, las ganas de seguir leyendo. Esta última parte me ha parecido brutal y mejora muchísimo al resto del libro.

Lo más curioso y aterrador son todas esas similitudes entre la sociedad que en la obra de Orwell se presentan y el como las presiente y la sociedad que hoy día sufrimos. Me parece curioso lo próximo que puede estar el "Gran Hermano" a nuestro mundo actual: las redes sociales e Internet en general, controlados ellos entonces y controlados nosotros ahora. Todo esto hace que me sienta orgulloso, cada vez más, de mí mismo y de mis aficiones, del enorme placer de ser un disfrutón de cosas mucho más sencillas y más saludables: el deporte, la música, la soledad, el silencio, la escritura o la lectura, ahí seguro que nadie me puede controlar ni perseguir y mucho menos coaccionar en mis decisiones y pensamientos.

Mi nota (personal) es de un 7. Lo siento por la policía del pensamiento y por los que sí lo hayáis disfrutado mucho, pero quizá son este tipo de libros que no me gustan demasiado, pero para gustos los colores. Ahora a por el siguiente.

Para lo que me gustan las distopías, demasiado poco las leo... y 1984 plantea una buena. Y lo bueno de una buena distopía es verse reflejado en ella y aquí podemos ver muchas semejanzas con nuestra realidad.

No me ha maravillado para las 5 estrellas, pero es un libro que todo el mundo debería leer.

"1984", publicada en 1949, es una obra maestra de la literatura distópica que ha dejado una marca indeleble en la cultura popular y en el pensamiento político. George Orwell analizó en ella las estructuras políticas y sociales de su tiempo casi profetizando con su crítica la evolución de estas.
La novela presenta un mundo distópico dominado por un gobierno totalitario conocido como el Partido. En esta sociedad opresiva, la libertad individual está prácticamente extinta y la población es sometida a una vigilancia constante, manipulación del lenguaje y represión de la historia y la verdad. El protagonista, Winston Smith, trabaja en el Ministerio de la Verdad y comienza a cuestionar el régimen, lo que lo lleva a enfrentarse a la brutalidad del sistema.
Lo que hace que "1984" sea tan relevante es su capacidad para reflejar las preocupaciones y los peligros del poder desmedido en cualquier época. Aunque Orwell escribió la novela como una advertencia contra el totalitarismo y la manipulación del Estado, sus temas siguen resonando en el mundo contemporáneo. La vigilancia masiva, la manipulación de la verdad y la erosión de la libertad individual son temas que resuenan particularmente en la era digital actual. ¿Un visionario?
Además de su impacto político y cultural, "1984" ha dejado un legado lingüístico duradero. Términos como "Gran Hermano", "doblepensar" y "neolengua" se han incorporado al vocabulario común, utilizados para describir situaciones de vigilancia extrema y manipulación del lenguaje.
"1984" sigue siendo una obra relevante y de poderosa actualidad, por mucho que nos pese, que nos recuerda la importancia de la vigilancia ante el abuso de poder y la manipulación de la verdad. Su mensaje, completamente válido en nuestro día a día, continúa inspirando a la reflexión.
Y es una de mis obras de cabecera, por cierto, una de las novelas que se me han marcado a fuego dentro. Y tú, ¿lo has leído?

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Sinceramente, el autor de este libro me parece un genio, por lo adelantado que estaba su tiempo y la visión que tenía. Podría considerarse la crónica de una muerte anunciada, o, mejor dicho, de un sistema anunciado, con una crítica presente en cada página.

Esta distopía nos presenta un mundo bastante oscuro, sufrido, donde el autor refleja a la perfección lo que viene a ser la manipulación y el control de masas. Todo tiene lugar en Oceanía, un país en el cual sus habitantes son completamente vigilados en todo momento, incluso corren riesgos por pensar cosas indebidas, y todas las personas admiran y adoran la figura del Gran Hermano. El país está gobernado por el Partido Interior, una minoría considerable de la población, mientras que el resto lo conforma el Partido Exterior y el proletariado. Este último grupo es el formado por la mayoría y el que es considerado de bajo rango y con poca capacidad intelectual.

El libro es una continua desesperanza y sensación de angustia debido a la situación, al odio que se palpa en el ambiente, a la infelicidad y la mentira en la que viven envueltos, a la frustración por no poder cambiar nada. Nos sentimos observados en cada momento, juzgados, con miedo que nuestros pensamientos contra el Partido sean descubiertos, puesto que hasta estos deben controlarse, todo ello de la mano de Winston. El gobierno busca que no haya sentimientos, porque sentir es peligroso y lleva a cometer locuras; manipula toda la información a su antojo, incluidas las publicaciones de las noticias en prensa, manipula imágenes y la historia del mundo, además de censurar toda opinión contraria al sistema. Provoca hambrunas, inventa historias sobre enemigos, un realiza un sinfín de artimañas más para mantener a la población bajo su yugo. Cualquier paso en falso puede desencadenar un destino fatal, por lo que siempre estamos pendientes de actuar de manera minuciosa, cuidada, calculando toda palabra y movimiento. Me sentí muy agobiada y angustiada por la situación, se pasa mal por ver esa presión diaria a la que se ven sometidos los personajes.
Una novela que habla de lo que es el poder, hace reflexionar sobre la verdad y cuánto de verdad hay en lo que vemos y leemos en el día a día y también lo que es lo amenazador que es para las personas en el poder que haya personas con criterio propio, además de la importancia de los sentimientos en cualquier tipo de lucha y revolución.

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Se trata de un clásico que seguramente muchos ya conoceréis o habréis leído, no creo que necesite mucha presentación.

Si bien la premisa me parecía super interesante, he sentido que la lectura se me ha hecho pesada, sobre todo en la primera parte, mas introductoria. Aun así, decidí seguir leyendo, es cierto que mas adelante cambia el ritmo a mejor, pero no ha sido un libro que me haya motivado, al revés, acabo esta lectura con la sensación que no era lo que esperaba.

Realmente me quedo con la sensación que no he logrado hacerme con ninguno de sus personajes. La historia y el mensaje me parecen interesantes y llamativos, muy crudos y para reflexionar sobre ellos. Aun así, la narrativa se me ha hecho repetitiva y tosca en algunos momentos, con un desarrollo lento de los acontecimientos.

Obviamente no todo es malo y hay que reconocerle a Orwell esa visión y el plasmar esa sociedad y Gran Hermano del que tanto se ha hablado. Es cierto que el libro invita a reflexionar sobre aquello que nos presenta, sobretodo llegando al final de la narración. Y, ya solo por eso, creo que está bien darle una oportunidad y leerlo.

Me quedo con la idea que, posiblemente, si hubiera leído este libro hace unos años, me hubiera quedado mejor sabor de boca, seguramente me hubiera sorprendido y gustado. Pero hoy por hoy, pedo decir que no ha sido lo que esperaba.