Lo importante es salir de ahí
Los amigos de Tiffy, Mo y Gerty, están espantados (especialmente Gerty) por el nuevo piso de Tiffy. No es feo, no es pequeño, pero Tiffy tiene que compartir cama con Leon (su compañero de piso) y seguir un horario de uso. Sin embargo, a Tiff no le quedaba otra, su ex Justin la ha echado de casa y parece que esta vez va a ser la definitiva.
Así comienza esta historia, una historia que se cocina a fuego lento, sin prisa pero sin pausa. Tiffy pronto comienza a ver lo que es vivir consigo misma, sin el temor a una pelea o a estar en una casa que no es suya. Por su parte, Leon aprenderá que compartir su espacio no es tan malo como pensaba y que en algunas ocasiones puede traer beneficios (como el incremento monetario a final de mes, un puf o unas barritas avena para comer). El pacto es bastante sencillo, Leon tiene turno de noche en el hospital, así que Tiffy duerme de noche y Leon de día mientras ella está en la editorial; los fines de semana Leon se irá a vivir con Kay, su novia.
Sin embargo, como os imaginaréis aquí no queda la historia (porque si no, no habría novela). La cuestión es que ni Leon ni Tiffy se conocen, entonces ¿cómo te comunicas con un compañero de piso al que no ves nunca? La solución la encuentra Tiffy: post-it.
Así comienza la nota cómica de una historia que nos llevará por caminos que no esperamos. Leon y Tiffy empezarán a conocerse primero por sus cosas y después por sus palabras y de este modo se jugará con la idea de expectativa-realidad que tantas inseguridades nos traen, pero a la vez, bajo mi punto de vista y tal como he podido disfrutar de la novela, nos muestran la autenticidad de la persona. Nos desinhibimos más con las palabras que cara a cara y nuestros objetos no pueden engañar.
La romántica como algo más
Cuando esta novela salió elegida en el grupo de lectura pensé que
Piso para dos iba a ser una lectura rápida, simple y sencilla («total solo es otra de romántica»); sin embargo, mi sorpresa fue mayúscula cuando apareció el personaje de Richie ¿qué pinta alguien en la cárcel en una novela de chica conoce chico? Esto me hizo sospechar que los personajes nos iban a contar alguna cosilla más que un romance con tintes cómicos.
Alrededor de esta convivencia pintiparada encontré otras situaciones que entre la risa y el drama pusieron la sal de la novela. Si la situación ya era de por sí rara, tenemos que añadir que el hermano de Leon, Richie, está en la cárcel, y que el exnovio de Tiffy aparece como si fuera un mago en todos los actos a los que ella tiene que acudir. Estas complicaciones y casualidades harán que los personajes tengan que hacer literalmente un «Deal with it».De este modo, Beth O'Leary ha aprovechado una novela romántica para tratar dos temas sociales de primer orden: el sistema judicial y el maltrato.
Sin haceros spoiler, la novela consigue desarrollar ambos temas casi hasta sus últimas consecuencias. Por una parte, los problemas de Richie no se deberán a su culpabilidad o no, sino a la burocracia del proceso judicial, no obstante, habrá personas que se queden solo en la primera parte del problema y que lo calificarán sin más reflexión. Por otra parte, la cuestión del maltrato no se verá en primera instancia, sino en las consecuencias soterradas y en el resto de personas que rodean a la pareja.
Alicia en el país de las maravillas y el conejo blanco
Ahora bien, toda esta carga dramática, temática y un poco seria que os acabo de comentar no se podría sostener en un entorno cómico, como el de esta historia, si no tuviéramos a los personajes adecuados. Creo que la autora ha conseguido que tanto Tiffy como Leon nos sean moderadamente lejanos, pero no incomprensibles. Es cierto que todos tenemos al amigo apocado o conocemos a alguien estrafalario, pero es que nuestros protagonistas no terminan de ser del todo así, la autora mantiene a ambos en el justo medio entre lo posible y lo ficticio para que podamos reírnos con ellos. Si Tiffy, por ejemplo, fuera como Agatha Ruiz de la Prada nos parecería solo cómica, si Leon no tuviera subtramas como la de Johnny White nos parecería una persona sin sentimientos. El juego que se consigue hace que de manera más o menos ingenua podamos leer sobre temas como el amor, la soledad, el maltrato o el tiempo perdido con una sonrisa en la cara. No hay nada mejor para superar algo que sonreír y vivir.
¿Solo para dos?
Al final veremos que la historia no solo trata de Tiff y Leon, sino que el resto de personajes son también muy importantes, motivaciones, apoyos, risas y confusiones que nos llevarán a leer una novela entretenida, fluida, ágil y divertida. Si os preguntáis si la recomiendo la respuesta es sí, la recomiendo porque me ha sorprendido su profundidad con sonrisas, porque sus personajes me han resultado entrañables y porque la acción de la novela nos enseña que el silencio nunca es buen consejero. Hay que hablar para comunicarse, sea con silencios, con post-it o a voces. Espero que os guste.
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