El baile

Nos encontramos ante la primera novela que saltó a la fama de una excelente escritora, cuya obra se publicó póstumamente. Es una novela corta pero una gran novela y de gran éxito.

Personalmente, me gusta y considero a Irene Nemirovsky, una gran autora, creadora de un universo literario de gran calidad. Todo lo que he leído de ella, y son varias obras, me ha encantado, tanto la historia como su manera de escribir.

Esta novela nos presenta a un matrimonio, en los años 20, Los Kampf, son judíos de ascendencia alemana, que después de haberse enriquecido en un golpe de suerte a través de la bolsa donde trabaja Alfred Kampf, un ambicioso hombre de negocios, pasan a vivir a la mejor zona de París.

Qué grandes personajes nos encontramos, tenemos a la esposa y madre de la verdadera protagonista, Rosine Kamf, que para ser feliz, necesita el reconocimiento de la alta sociedad, por ello se propone hacer un gran baile en su residencia, al que serán invitadas las grandes fortunas.
Invita a más de doscientas personas de la clase social más elitista de la sociedad parisina, para confirmar de esta manera, su aceptación al mundo que más le importa.

Y será, en este gran baile donde ponga todo su empeño. Necesita que salga a la perfección.

Su marido, no duda en pagar grandes cantidades de dinero para contentar a su esposa.
Es un personaje pasivo y dominado por su esposa, pero también nos da momentos intensos y geniales en sus apariciones.

Y, tenemos ya, a la joven protagonista, la hija adolescente, Antoinette, de tan solo catorce años, que también desea asistir al gran baile, pero que su madre no se lo permitirá.

Además, el día de la fiesta deberá dormir en el cuarto de la plancha para no molestar. Una joven dejada de lado y con una difícil relación con su madre.

Así es como se crea la tensión a la que nos va guiando la novela, y que , además, nos llevará hacia un final tan sorprendente y soberbio como fulminante, ya que será la hija, que con tan solo un sencillo gesto, conseguirá poner en marcha un baile muy distinto al que sus padres querían.

¡Cielos! Cómo nos quedamos.

Indudablemente, es un fiel retrato de la sociedad de la época, donde se trata el tema de los nuevos ricos y la necesidad de reconocimiento social, así como de lo superfluo de las relaciones.

Un gran reflejo de la importancia de las apariencias, de la mediocridad y la poca relación entre una madre indiferente hacia su hija, incapaz de comunicarse con ella.
La crítica social y el análisis psicológico está servido.

Y es aquí donde encontramos algunos aspectos autobiográficos, que la escritora nos quiere mostrar, la relación con su madre que también en otras obras suyas nos ha hecho llegar.

Y en tan solo unas cuantas páginas, hay todo un mundo lleno de sensaciones y motivos suficientes para encandilarnos y demostrarnos todo lo que se esconde.

Inevitable recoger aspectos de una de las obras literarias fundamentales de la literatura universal. En esta obra, nos sale al encuentro Madame Bovary. La similitud de ambas novelas es notable.

Con un siglo de diferencia, las notas de la música que se escuchan en ambas novelas es la misma, mujeres atrapadas en un continuo mundo de exigencias que ellas asumen sin rechistar y con carácter de urgencia.

En El baile, el éxito social se convierte en necesidad, se trata de un atributo que hay que conseguir a toda costa, nada puede frenar a Rosine Kamf . Ningún estímulo ajeno a esa pretensión del falso relumbrón tendrá sustituto suficiente.

Una mujer embebida por la necesidad del lujo, de las apariencias , de la inanidad y el fracaso que supone venderse absolutamente a un sueño, que siempre se adivina. de perdedores, puesto que aunque se consiga tanto como se pretende nunca será suficiente.

La aspiración siempre será alcanzar mayores cotas de éxito, así pues la exigencia siempre será alcanzar lo inalcanzable, podríamos decir y asegurar que de un modo u otro el fracaso vital está asegurado.

Los pasos que recorre el marido, Alfred Kampf, no son más que los que en su momento, salvando algunas distancias recorrió el esposo de Madame Bovary.

Por seguir haciéndonos ecos de similitudes, ambos matrimonios tienen una hija, una hija que como le ocurrió a la propia Nemirovsky fueron desatendidas y dejadas en manos de criados, amigos o parientes.

Vidas fracasadas, seguramente inteligencias que se malogran por quimeras sin ningún sentido profundo que las pueda explicar.

Unas pocas páginas llenas de maestría. Intimismo e intensidad a raudales. No la dejéis escapar.

A mamá kampf dan ganas de escupirle, pisarle el dedo gordo del pie o arrancarle las pestañas una a una. Un ser repelente, únicamente preocupada por hacerse un hueco en la alta sociedad, despreciando a su hija, humillándola, quitándola del medio.

El baile de Nemirovsky es un relato sencillo, sin demasiados alardes literarios y con una estructura básica.
No por ello carece de calidad, al contrario, con lo justo la autora plasma a la perfección las ideas que desea transmitir.

Tras un golpe de suerte, la familia kampf buscará el reconocimiento social que tanto anhelan. Para ello organizan un baile por todo lo alto en su estilizada mansión.

La soledad y el abandono de Antoinnette le llevarán a pensamientos suicidas, y a una honda tristeza, en un hogar donde la opulencia brilla y el amor, es el gran ausente.

Novela corta que critica la forma en que desprecian los nuevos ricos cualquier unión familiar en beneficio de la imagen que quieren proyectar, y el estatus que desean alcanzar.

Personajes bien dibujados psicológicamente, y texto muy directo, sin enredos donde el mensaje está por encima de cualquier otra cuestión.

Eso sí, a mamá y a papá dan ganas de correrlos a gorrazos de aquí a Siberia, siendo un cuento medio autobiográfico, entre esto y su horrendo final, suerte, lo que se dice suerte, "la" Irene no tuvo mucha.

Hay personas que nacen con una flor en el culo y otras con cactus...

Menos de 100 páginas, concretamente 94. Eso es lo único que ha necesitado Irène Némirovsky para crear este tremendo drama domestico protagonizado por los Kampf, una familia que hace poco que se ha enriquecido. Para poder asentar su nueva posición y ser reconocidos socialmente, organizan una fiesta con 200 invitados. La emoción y los nervios llenan todos los rincones de su casa…excepto para la hija de la familia, Antoinette, a quien su madre ha negado de malos modos su petición de acudir al evento. Rabiosa y deseosa de afirmarse como un ser adulto y con personalidad, la joven de catorce años se dejará llevar momentáneamente por sus impulsos. Este acto rebelde marcará el devenir de la fiesta y de la familia.

Hacía muchísimos años que no tenía entre mis manos un trabajo de Irène Némirovsky. de ella solo había leído (hasta ahora) “Suite Francesa”, que me encanto. Así que ya hacía tiempo que tenía muchas ganas de volver a leerla. En esta ocasión nos trae un cuento largo o novela corta muy breve, con un argumento aparentemente aséptico y anodino, pero que fluye estupendamente gracias a la excelente labor de su autora. Némirovsky no necesita mucho para lograr meter al lector de lleno en el sentir y en los pensamientos de sus personajes. Se basta de unos diálogos ágiles y bien articulados, que se convierten en una parte importante de la propia trama, al hacerla avanzar y al introducirnos en el mundo interno y en el contexto anímico de los caracteres. Sus descripciones psicológicas son muy directas y profundamente incisivas. su pluma es muy depurada y elegante, pero sin dejar de ser directa e incisiva en el plano psicológico.Todo en esta historia está muy bien medido, no hay palabra o escena que sobre, cada detalle está ahí por algo. Las cosas más pequeñas, lo que no se dice y lo que se intuye son una parte más de la historia.

El baile de los Kampf y su nueva posición económica y social pueden parecer hechos sin mucha sustancia o interés. Pero son las excusas que utiliza la autora para hacer un retrato amargo y cínico de la sociedad francesa en los tiempos de entreguerras. La escena en el que el matrimonio formado por Rosinne y Alfred hablan de los posibles invitados a su casa no tiene desperdicio: es una muestra de la frivolidad que reina en el París de ese momento, de la importancia que se concede a las apariencias y del interés de los futuros anfitriones en poder demostrar su nuevo estatus: El marido para poder relacionarse con la gente más poderosa y rica; la mujer con el fin de poder ser aceptada por fin, en la clase alta parisina, y descubrir lo que es realmente divertirse y disfrutar del hedonismo, dejando atrás una existencia mediocre y marcada por la pobreza y las relaciones amorosas interesadas, empezar de una vez lo que ella denomina vivir.

Ninguno de ellos tiene en cuenta al tercer elemento de la familia. Antoinette también quiere empezar a vivir e iniciarse en la vida adulta, en la que ella cree que ya tiene derecho a participar. Es una adolescente con todas las de la ley, y Némirovsky plasma eso perfectamente, lo que es estar entre dos mundos y sentir cosas que te superan y los sentimientos a flor de piel; actuar de una forma infantil y simplista, dejándose llevar por los impulsos. Unos impulsos que esconden grandes dosis de ira, envidia y mezquindad, mezclados con los deseos de ser adulta y descubrir lo que es el amor de verdad. Tal y como parece haber encontrado su institutriz inglesa (ya os dije que aquí no sobra absolutamente ningún elemento). Un amor que su madre nunca le ha proporcionado, ya que casi parece que la odia . El suyo es un vinculo que ahora, por los nervios debidos al baile, es más tirante que nunca. La decisión de Antoinette, que debería haberse quedado en una mera anécdota que llevase a una situación absurda y burlesca, dará paso a una tensión que irá creciendo a medida que se vaya sucediendo la novelette, hasta hacerse insoportable. Y que llegara a su climax en un final abruptamente marcado por la violencia verbal y los reproches crueles, que siempre han estado ahí y que ahora encuentran como salir. Y que evidencia como la riqueza material no equivale a la espiritual. Los tres Kampf son,cada uno a su manera, personajes mezquinos, vengativos y descontentos, que quieren más de lo que realmente tienen. Y eso les hace infelices.

El el fondo “El Baile” es la crónica de la relación de una madre y su hija. Una relación más compleja de lo ni ellas mismas ven, marcada por la indiferencia y desprecio de la primera hacia la segunda, y como eso genera una frustración enorme en Antoinette, que la lleva a querer vengarse y fastidiar a su progenitora. Rosine es una mujer con su propio pasado y sus propios deseos, tan centrada en si misma que solo parece acordarse de su hija para quejarse de ella y reprocharle todo lo que hace. Y eso de convertirá en su condena, una que ella se ha auto impuesto. Las últimas líneas de la novela nos dejan entrever que Antoinette ya ha conseguido su objetivo, estar un paso más cerca de la ansiada adultez. Y que la mujer en la que se va a convertir es una que conoce por fin el deseado amor, y que desprecia y desdeña a su madre. Y es que lo que se sigue es la simple ley de la vida. Rosine ansia seguir manteniendo ser joven, ya qué hora siente que gracias a su nueva posición económica va a poder disfrutar de la vida. Una de las razones por las que es que ella le recuerdo que los años van pasando, y que ya no va a poder tener la juventud y las oportunidades que su hija aún tiene por delante. Pero no importa lo que haga, la juventud, con su brillo y con su fuerza emocional y humana, acabará por imponerse, dejando en la oscuridad a aquellos que la precedieron. Todo este retrato resulta más interesante cuando se sabe que tiene un fuerte componente biográfico. La madre de la propia Irène Némirovsky debió de ser muy parecida a la señora Kampf de esta relato, siendo una madre distante y desdeñosa para su hija. En cierto modo, en “El Baile” se percibe toda esa rabia y complejos con los que esa relación marcó a la autora. En la forma en que Antoinette acaba por imponerse a Rosine se nota cierto aire de desquite y jaque mate por parte de Némirovsky hacia su progenitora. Y además, es imposible no empatizar con Antoinette al ver como es despreciada y desconfirmada a lo largo de la obra. Es tratada y vigilada como una niña, e incluso la obligan a llevar ropas más infantiles que las que les corresponden por edad. Y todo eso da una patina de crudeza a esta lectura. Más que la que ya tiene por si misma.

En definitiva, “El Baile” es una novela corta que se lee muy bien y muy rápido.De hecho, en las últimas páginas me la estaba racionando para ver si conseguía que me durase un poco más. Pero no hubo manera, fluye demasiado bien para que no se lea sin que uno se de cuenta. Y además, su calidad literaria es soberbia. de un punto de partida aparentemente ramplón, Irène Némirovsky compone una obra breve pero increíblemente redonda en todos sus sentidos. Aunque su final resulte descorazonador en muchos niveles, te deja con ganas de saber más como van a ir las cosas para los Kampf. Y no porque te caigan bien.

Se va de cabeza a mi estantería de lecturas favoritas del 2022.

✨️🅴🅻 🅱🅰🅸🅻🅴✨️ (Alma Editorial, 2024), es un relato breve compuesto por la autora rusa 𝗜𝗿è𝗻𝗲 𝗡é𝗺𝗶𝗿𝗼𝘃𝘀𝗸𝘆 y publicado originalmente en 1930. La historia, plagada de 𝐞𝐥𝐞𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬 𝐚𝐮𝐭𝐨𝐛𝐢𝐨𝐠𝐫á𝐟𝐢𝐜𝐨𝐬- como la turbulenta relación que Némirovsky mantuvo con su propia madre a lo largo de su existencia-, constituyó el 𝐠𝐫𝐚𝐧 é𝐱𝐢𝐭𝐨 de su vida y fue llevada al cine en 1931.

Aunque, en una primera lectura, la trama pueda resultar sencilla, en realidad 𝐬𝐮 𝐜𝐨𝐦𝐩𝐥𝐞𝐣𝐢𝐝𝐚𝐝 va mucho más allá. ᴀɴᴛᴏɪɴᴇᴛᴛᴇ, una adolescente de catorce años, se encuentra en el limbo entre la infancia y la madurez. Siente la 𝐚𝐛𝐬𝐨𝐥𝐮𝐭𝐚 𝐢𝐧𝐜𝐨𝐦𝐩𝐫𝐞𝐧𝐬𝐢ó𝐧 y el 𝐧𝐮𝐥𝐨 𝐯𝐚𝐥𝐨𝐫 que le manifiestan ꜱᴜꜱ ᴘᴀᴅʀᴇꜱ. Estos son una pareja de 𝐧𝐮𝐞𝐯𝐨𝐬 𝐫𝐢𝐜𝐨𝐬 que se encuentran inmersos en la fiebre de encontrar un lugar entre lo más granado de la sociedad burguesa. Con todo esto, 𝐥𝐚 𝐣𝐨𝐯𝐞𝐧 𝐬𝐞 𝐞𝐦𝐩𝐞ñ𝐚 𝐞𝐧 𝐚𝐬𝐢𝐬𝐭𝐢𝐫 𝐚𝐥 𝐛𝐚𝐢𝐥𝐞 que sus padres están organizando en casa y 𝐚𝐥 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐬𝐞 𝐥𝐞 𝐩𝐞𝐫𝐦𝐢𝐭𝐞 𝐚𝐜𝐮𝐝𝐢𝐫.

𝗟𝗮𝘀 𝘀𝗼𝗺𝗯𝗿𝗮𝘀 aparecen en escena y descubrimos 𝐥𝐚 𝐜𝐨𝐦𝐩𝐥𝐢𝐜𝐚𝐝𝐚 𝐫𝐞𝐥𝐚𝐜𝐢ó𝐧 𝐞𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐥𝐚 𝐦𝐚𝐝𝐫𝐞 𝐲 𝐥𝐚 𝐡𝐢𝐣𝐚, en la que la primera siente celos de la segunda, a causa su juventud. También 𝐥𝐚 𝐚𝐮𝐬𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐝𝐞 𝐚𝐦𝐨𝐫 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐦𝐚𝐭𝐫𝐢𝐦𝐨𝐧𝐢𝐨, 𝐥𝐚 𝐚𝐩𝐚𝐫𝐢𝐜𝐢ó𝐧 𝐝𝐞𝐥 𝐝𝐞𝐬𝐞𝐨, 𝐥𝐚 𝐧𝐞𝐜𝐞𝐬𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐦𝐚𝐧𝐭𝐞𝐧𝐞𝐫 𝐟𝐚𝐥𝐬𝐚𝐬 𝐚𝐩𝐚𝐫𝐢𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚𝐬 y ese 𝐭𝐫á𝐧𝐬𝐢𝐭𝐨 𝐡𝐚𝐜𝐢𝐚 𝐥𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚 𝐚𝐝𝐮𝐥𝐭𝐚 que se nos presenta colmado de emociones y con trágicas consecuencias.

𝗨𝗻𝗮 𝗻𝗼𝘃𝗲𝗹𝗮 𝗺𝗮𝗴𝗶𝘀𝘁𝗿𝗮𝗹, que hubiera sido aún mejor si cabe si su autora se hubiera dedicado más a profundizar en los personajes, aunque su lectura supondrá -sin remedio-, 𝘂𝗻 𝘃𝗶𝗮𝗷𝗲 a aquellas antiguas emociones que palpitaban 𝗲𝗻 𝗲𝗹 𝗰𝗼𝗿𝗮𝘇ó𝗻 𝗱𝗲 𝗮𝗾𝘂𝗲𝗹𝗹𝗼𝘀 𝗾𝘂𝗲 𝗳𝘂𝗶𝗺𝗼𝘀, aquellos que deseamos crecer, amar, vivir... a toda costa, a toda prisa. Como si estuviéramos llegando ya tarde al baile de la vida.
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Abrir todo un abanico de sentimientos hacia los diferentes personajes en una obra de menos de 100 páginas tiene mucho mérito. Desde el odio más profundo hacia la madre, por decir alguna cosa, de la familia Kampf, hasta la compasión más genuina hacia su hija.
En esta lectura vamos a presenciar los preparativos de una familia adinerada en su afán por darse a conocer por la alta sociedad. Viendo cómo las apariencias son lo único que vale, incluso por encima de propia hija de 14 años, Antoinette, que es ninguneada por su “querida mamá” a la más mínima ocasión, incluso expulsada de su propia habitación.
Está estructurada en dos partes con unos capítulos tan cortos que siempre se desea terminar uno más, porque van aumentando en tensión hasta un final que he tenido que leer dos veces, por si me había perdido algo. Pero no, realmente había leído todo bien.
Es lo primero que leo de esta autora, pero estoy segura de que en algún otro momento se cruzará en mi camino. Una lectura que no exige mucho tiempo y me ha hecho pensar en la cantidad de autores maravillosos que nos han robado las barbaries humanas.