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Críticas sobre La dependienta (126)
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 24 March 2022
Keiko Furukura tiene 36 años y, desde que terminó sus estudios, trabaja a tiempo parcial en una tienda 24 horas. Este lugar es su pequeño refugio dentro de una sociedad que no entiende y que no la entiende a ella, por lo que es realmente feliz en su puesto. Sin embargo, su familia y sus amigas no ven con tan buenos ojos que a su edad siga en un trabajo así, sin ninguna aspiración y sin casarse y formar una familia. Ante esta situación, Keiko tiene una idea que podría suponer la solución a sus problemas.

Esta es una historia chiquitita y a la vez, inmensa 💫. Creo que es ideal para la propuesta del Marzo Asiático porque refleja realmente bien el sentir y hacer de la sociedad, en este caso, japonesa, que a fin de cuentas es lo que se pretende conocer con esta iniciativa 🤓.
Muestra un sistema patriarcal tradicional donde la mujer ha de estar siempre bajo la tutela de un hombre (su padre o su marido) No se entiende el rol de mujer soltera para una persona adulta "hecha y derecha".

Pero esta no es la única lectura que puede hacerse de la historia de la dependienta. Esta pequeña novela es un grito contra los prejuicios, la manipulación social y en favor de la libertad individual.
El personaje de Keiko es muy especial ✨, pues su manera de sentir y entender el mundo difiere de la de la mayoría. Esto la convierte en una persona marginada y, en muchas ocasiones, maltratada incluso por aquellos que debían protegerla. Para evitarse problemas, la lección que ha aprendido a lo largo de su vida es que tiene que pasar desapercibida. Disfrazarse, imitar a los demás para no destacar 👥.
Es increíble cómo a pesar de ser un personaje tan peculiar, la autora consigue que empaticemos profundamente con Keiko. Para despedirme, os dejo con una de sus reflexiones:

«No me pareció tan descabellada la idea de que el mundo actual era la edad de piedra disfrazada de sociedad moderna. (...) El modelo estándar de persona normal no había cambiado».
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alpolorenedo
 18 March 2022
No había oído hablar del Marzo Asiático hasta este año, además es una temática totalmente desconocida para mí, pero cada vez tengo más claro la importancia de estas iniciativas para salir de mi zona de confort, en esta ocasión nos lo han puesto muy fácil desde el blog de Laky, Libros que hay que leer y la editorial Duomo, a los que se lo agradezco.

Para debutar lo haré con 2 obras, la primera y de la que hablo en esta entrada es La dependienta, de Sayaka Murata, una obra que sirvió a su autora para llevarse el premio literario de mayor prestigio en Japón como es el Akutagawa.

La dependienta es mayormente una novela que podemos calificar como costumbrista dentro de una sociedad tan particular como es la Japonesa. La protagonista Keiko Furukura, en primera persona y a lo largo de las páginas del libro nos va relatar su día a día y el cómo a llegado a su posición, que no es otra que la de ser dependienta en un Konbini (Tiendas de conveniencia que abren 24 horas al día y durante todo el año y donde pueden encontrarse los productos más diversos), además con el añadido de ser empleada por horas, hecho que solamente parece estar indicado para los más jóvenes y situación que no refleja estabilidad alguna.

Durante la obra, la protagonista va a defender su situación inusual para la sociedad ( ya que con cierta edad y después de muchos años en el empleo debería evolucionar a otro tipo de trabajo y que no sea por horas) y es que ella cree haber nacido para ser dependienta, con capacidades innatas que hacen que pueda escuchar lo que la tienda le demanda.

La protagonista también nos adentrará en ciertas inseguridades que tiene y de la que su familia siempre le ha dicho que tiene que curarse, el detallado manual de normas y comportamiento que le facilitaron al entrar en la plantilla le brinda a Keiko la posibilidad de saber que hacer en todo momento, al igual que imitar la voz de los numerosos compañeros que van pasando por la tienda en todos estos años. Aunque en el libro no se diga, la conclusión que se entrevé es que esos problemas encierran un trastorno tipo Asperger lo que hacen peculiares las conductas de la señorita Furukura, la cual no parece tener diagnóstico y se defiende como puede en un mundo en el que no encaja y en el que sobrevive imitando lo que hacen los que ella llama normales.
Todo este comportamiento destacará en la sociedad machista Japonesa y donde los clichés, los hábitos y las costumbres condicionan aún en Siglo XXI a todos.

La obra te hace plantearte determinadas cuestiones, ¿somos parecidos a los que nos rodean?, ¿acabamos imitando a nuestros amigos, familiares?...

También me ha hecho reflexionar sobre el trabajo y la cantidad de horas que pasamos en él, lugar donde a veces desarrollas más vida que fuera de él y donde los compañeros pueden resultar parte importante de tus experiencias personales e influir mucho en tu propia personalidad.

Otra cuestión que plantea el libro es si hay que encajar en la sociedad o en lo que ésta espera de ti y de si las personas que no aportan nada deben ser marginadas.

El personaje principal se rodea de personajes secundarios que mayoritariamente son compañeros de tienda que pasan por su vida dejando ciertas conductas que Keiko copiará, la única que puede aportar algo más será su hermana a la cual hará caso sin dudar ya que quiere lo mejor para ella y para su curación, también están sus amigas con las que queda cada cierto tiempo para ponerse al día sobre sus novedades.

Por otro lado conocerá a un hombre ,Shiraha, con el que tendrá una relación extraña que parece convenir a ambos y que les servirá para tener contenta a la sociedad convencional. En esta relación lo que menos importa es el sexo ya que para Keiko es algo que no le atrae.

CONCLUSIÓN:

En general decir que La dependienta es una historia donde pasa poco o casi nada y precisamente es en este detalle donde reside el atractivo, conocer la normalidad de la sociedad Japonesa contado por una narradora un tanto especial y que quiere ser normal, además escrito por una autora Japonesa que aporta veracidad a la historia, ya que si hubiese sido escrito por un autor con otra nacionalidad muchas de las cosas sonarían a clichés.

Una historia sin grandes pretensiones y entretenida que a pesar de no estar dividida en capítulos se lee con soltura y te ayuda a enfrentarte a lo terrible de lo cotidiano y a decidir entre hacer lo que quieres tú o lo que se espera de ti y de tu perfil.

Ideal para un día ensombrecido con polvo Sahariano.
Enlace: https://familialectorade4.bl..
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Rosa_Halcombe
 17 March 2022
Keiko Furukura tiene 36 años, está soltera y nunca ha tenido novio. Siempre ha sentido que era diferente, que no encajaba en la sociedad, desde que aquella vez, siendo niña, intentó parar la pelea de dos compañeros de colegio atizándoles con una pala en la cabeza. En aquel momento no entendió por qué se montó tal alboroto... El caso es que Keiko tiene problemas para interpretar los sentimientos de los demás y a menudo no entiende cómo funciona el mundo que la rodea.

«No tenía ni idea de cómo ser una persona normal en un lugar sin manual de instrucciones».

Por eso se siente tan a gusto en su puesto de trabajo: lleva 18 años como dependienta por horas en un Smile Mart, un supermercado japonés o konbini abierto las 24 horas del día. Allí su mundo es totalmente predecible; sabe lo que tiene que hacer a cada momento gracias a un manual que le dice cómo actuar y qué decir. Cuando se le plantea una situación nueva, copia las expresiones físicas y verbales de sus compañeras de trabajo.

Así Keiko consigue algo parecido a una normalidad, y ella es muy feliz así; no necesita nada más. Sin embargo, si antes la sociedad le reclamaba que llevara una especie de normalidad, ahora que la ha alcanzado esa sociedad le pide algo más: conseguir un trabajo fijo y «serio» o casarse y tener hijos. Sin una de esas dos premisas, los demás siguen viendo que no encaja, que no se adapta a los cánones lógicos. En una konbini nadie trabaja más de un par de años, y con treinta y tantos lo «normal» es estar ya emparejado y pensando en tener hijos. La sociedad japonesa es implacable en ese sentido. Así que, un día, a Keiko se le ocurre una idea (no muy brillante) para intentar cumplir las reglas de «normalidad» que la sociedad le exige.

Para celebrar este Marzo Asiático, Laky y Duomo Ediciones organizaron unos sorteos y fue así como conseguí este libro. Con apenas 160 páginas y un estilo sencillo, apenas me duró un par de tardes, y es una pena, porque me habría gustado perderme en el mundo de Kaiko durante 500 páginas más. El libro nos transporta directos a Tokio, a una tienda de brillantes colores y los sonidos más diversos.

Y, sin embargo, este «ruido de la tienda» es territorio seguro para Kaiko: allí sabe qué reglas seguir, allí se encuentra cómoda. de hecho, este ruido la acompaña incluso cuando está en su casa, la acuna a la hora de dormir; Keiko sabe que debe comer y descansar para que su cuerpo esté listo para trabajar de nuevo por la mañana. El territorio desconocido es precisamente el mundo exterior, el de la socialización, las amistades, las preguntas incómodas que a menudo no sabe cómo contestar, ese mundo que no tiene claras reglas de juego. Pero es un mundo al que también debe enfrentarse, aunque a veces le falten herramientas para ello. La sociedad le exige que busque un trabajo «adulto», que siga los convencionalismos y encuentre por fin una pareja con quien tener hijos. al fin y al cabo, con 36 años «se le va a pasar el arroz»... Este libro pone el dedo en la llaga de lo que se considera «normal» hoy en día y lo que no, y cómo a menudo el problema no radica en uno mismo, sino en las expectativas de los demás, como Kaiko por fin logra demostrarse a sí misma.

Y un pequeño apunte: ¿no os ha parecido que en algún momento del libro puede interpretarse que Keiko es un pelín psicópata? Yo creo que sí puede serlo, una psicópata controlada y perfectamente integrada en la sociedad, pero un poco piradilla al fin y al cabo (como demuestra la escena en la que está con su hermana y el bebé). Es algo que se deja caer como quien no quiere la cosa y enseguida se cambia de tema, que creo que ha sido un gran puntazo en este libro. ¿Os llevasteis la misma impresión?

Estos detalles aparte, me ha gustado mucho la voz narradora, es un libro que conmueve y te hace pensar (yo admito que en muchos pasajes he analizado hasta qué punto yo misma me guío por convencionalismos), con pasajes emotivos, otros graciosos y otros casi surrealistas. En definitiva, una lectura que no dudo en recomendaros para conocer algo más de la literatura de Japón. A mí, desde luego, me ha encantado.

Enlace: https://lavidanobasta.blogsp..
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Selene_BS
 15 March 2022
Esta novela que me ha sorprendido para bien. Son apenas doscientas páginas, pero detrás de la simple historia de una mujer que trabaja en una tienda de veinticuatro horas, se esconde la problemática de ser una persona inadaptada que, haya razones o no, no fluye con las espectativas de la sociedad que la rodea.

Keiko Furukura es una mujer soltera de treinta y seis años que lleva más de una década trabajando por horas en una konbini. Keiko se encuentra muy cómoda en las cuatro paredes de la tienda. Ponerse su uniforme y comportarse como dependienta de manual, le provee de una perfecta capa de invisibilidad que le permitirá ocultarse de los demás y la pondrá salvo de múltiples preguntas.

Con una narrativa ligera, la autora nos cuenta la historia de una persona que no encuentra un lugar en la sociedad. Bajo el prisma de Keiko, somos testigos de su entorno social, laboral y familiar.

Es curioso pensar que no llegamos a conocer del todo a los que nos rodean, si están interpretando un papel o no, si se esfuerzan a toda costa por ser quiénes no son. ¿Cómo podríamos saberlo?

Además, es un libro que invita a reflexionar sobre la sociedad, sobre aquello que está establecido, lo que parece que debemos cumplir sí o sí. Como miembros de un sistema, un engranaje, pareciera que todos debemos acoplarnos a la máquina para que funcione. Desde que una pieza no encaja, la sustituimos, la tiramos e incluso la anulamos.

Excelente lectura

Enlace: https://linktr.ee/Srta.Bethsua
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Noni
 21 February 2022
Keiko nunca se comportó como una persona "normal", ni siquiera de niña. Sus padres pronto se dieron cuenta de que su hija no actuaba como los demás niños, era rara, su comportamiento era raro, a nadie "normal" se le ocurriría acabar una discusión a palazos. Literalmente, asestar con una pala la cabeza de un niño que discute con otro. No, Keiko Furukura no era normal. Ella misma es consciente de su extrañeza, de su singularidad, y para no desentonar con el resto de seres humanos comienza a fingir que lo es, "normal", encerrándose en sí misma, dejando de hablar y limitándose a asentir, observar, lo que hacen los demás.
Keiko con el paso del tiempo acabó en un konbini (supermercado) de dependienta. Tras dieciocho años de trabajo como dependienta había encontrado su lugar en el mundo. La tienda la acogía, existía un manual de instrucciones que podía seguir: bienvenida, buenos días, falta reponer té caliente en el expositor, hay que sacar más bolsas de patatas fritas, el precio nuevo de los bollos es...
Pero a Keiko le faltaba un pequeño detalle para llegar a ser "normal" del todo. Keiko no tenía pareja, es más, no había tenido ningún tipo de relación con ningún hombre, no tenía hijos. de nuevo Keiko tiene la sensación de ser rara, y decide pedirle a un compañero de trabajo que se case con él para guardar las apariencias.
Absurda y divertida a partes iguales, con unos personajes delirantes que te atrapan por su rareza y ternura, su locura y su peculiar sentido del humor. Se lee de un tirón, porque es un auténtico placer asistir a una crítica despiadada de la sociedad (japonesa en este caso pero valdría para cualquier otro país aunque no de forma tan agobiante) a través del humor, el absurdo, y la valentía de planteamiento. Muy original, descabellada, absurda, y a su vez magnífica.
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Isthar
 12 January 2022
Este libro me ha hecho pensar en ¿Qué es ser normal?... La protagonista intenta ser normal y lo consigue dentro de la tienda, pero fuera de ella termina siendo rara... Nunca acaba de encajar dentro de la supuesta normalidad que la sociedad exige en cada momento. La protagonista acaba recogiendo aspectos de sus compañeros de trabajo para ir construyéndose como una persona "normal". Su hermana le ayuda a construir salidas a las conversaciones fuera de la tienda. Acabamos pareciéndonos a nuestros compañeros, a los amigos, a la familia..., ¿nos mimetizamos o nos camuflamos?

Esta obra deja reflexiones sobre la sociedad japonesa, y sobre la nuestra. Nos habla de lo que se espera de las mujeres, de los hombres, de lo que se espera a una determinada edad de nosotros. Si tiene pareja es una persona «normal», todos se alegran y parece que se quitan un peso de encima. No hay lugar para otro tipo de vida personal, ¿por qué cuestionamos la forma de vida de los demás?

La protagonista desconcierta bastante. No se sabe si tiene una enfermedad mental o algún síndrome tipo Asperger...
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rosaleebooks
 31 December 2021
En esta obra Sayaka Murata hace una crítica brutal a la sociedad japonesa, que dictamina que, si a determinada edad eres soltera, y no has formado una familia y no tienes un empleo estable, no eres una persona “normal”. En la obra vemos cómo muchas personas juzgan a Furukura constantemente por cómo ella ha elegido vivir su vida.

La dependienta” es un libro entretenido, sencillo y fácil de leer. Aunque con un trasfondo que te hace reflexionar sobre lo que realmente estás leyendo. Me ha servido para conocer algo más a la sociedad japonesa y estoy deseando leer otras obras de la autora.

Enlace: https://www.instagram.com/p/..
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Vanevska
 11 December 2021
Keiko Furukura tiene 36 años y está soltera. de hecho, nunca ha tenido pareja. Desde que abandonó a su tradicional familia para mudarse a Tokio, trabaja a tiempo parcial como dependienta de una konbini, un supermercado japonés abierto las 24 horas del día.

Este lectura debería de ser un ejercicio obligatorio, y no pretendo ser dogmática , sino que es una lección magistral de literatura escrita con sencillez y eficacia, y también es una obra con un contenido social tremendo. de ahí, que si alguien ama la buena literatura y disfruta leyéndola o quiere tomar como modelo de escritura a alguien que con casi nada ejecuta una obra maestra debería leer este libro.

Como mujer empatizo rápidamente con la protagonista, con Keiko, con esa presión social que se tiene cuando tienes cerca de cuarenta años y estás soltera, sin hijos y con un trabajo mal remunerado. Para Keiko su trabajo es donde ella encuentra una normalidad, que se le da bien, que todos le reclaman, que le gusta, pero solo tiene eso, por eso creo que se centra aún más en él.

Un libro fácil de leer, interesante, ameno, que te hace pensar y REFLEXIONAR, que la vida no es siempre lo que los demás, sea la sociedad, la familia, amigos, etc.. esperan de tí...sino lo que a ti te guste, lo que tú quieras, aunque sea una vida sencilla, pero al final hay que hacer lo que a un@ le hace sentir bien.
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SrtaLioncourt
 03 December 2021
LA DEPENDIENTA » Sayaka Murata

Somos un número dentro de una gran masa que se mueve más o menos uniforme; dependiendo de los baremos que se apliquen a esa sociedad, así nos comportaremos. El conjunto actúa como un gran tamiz, desechando lo extraño, lo raro, lo diferente.
La sociedad japonesa parece conformar una de las estructuras más regias, disciplinadas y encorsetadas, sobre todo en materia emocional.
La rigidez de sus expresiones y sus conexiones sociales son para ellos sinónimo de buena educación y conducta. Una línea recta que no admite turbulencias.
Keiko Furukura, una joven de 36 años con un marcado espectro autista que en ningún momento se nombra en el relato pero que es una sombra percutante en toda la acción: desconexión emocional con los demás, falta de empatía incluso con su familia, indiferencia ante las interacciones sociales, imposibilidad o dificultad para descifrar expresiones faciales, hasta el punto de tener que copiarlas para saber exactamente cómo proceder; sensibilidad a estímulos externos tales como ruidos repetitivos... y sobre todo, necesidad de rutina, en su caso vinculada única y exclusivamente a su función de «dependienta» en la tienda.
Su seguridad y supervivencia dependen íntegramente de ello.
Me ha sorprendido la sencillez y la fluidez con la que se ha descrito la vida cotidiana de una persona que no encaja por sus marcadas diferencias. Precisamente por sus propias palabras sabemos de primera mano qué pensamiento motiva el movimiento.
Me ha parecido de una habilidad ingeniosa esconder entre líneas una supuesta disfunción mental, acuciada por no tener tratamiento y enraizada por simple desconocimiento. Pero sobre todo, la manera tan sutil de exponerla,como si de un mero comportamiento estrafalario se tratara.
Se nos plantea cómo las diferencias en los individuos son suprimidas, silenciadas, aniquiladas; cómo juzgamos y tachamos sin ser conscientes de lo que puede haber en la trastienda.
¿Cuántas enfermedades mentales son confundidas por comportamientos extraños?¿Esto nos hace menos humanos?¿Qué papel juega realmente un individuo dentro de su sociedad?¿Hay arbitrariedad?
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marta_reader
 03 November 2021
Había oído hablar mucho de este libro, “La Dependienta” de Sayaka Murata y cuando lo vi en la biblioteca no me pude resistir a cogerlo.

Es una novela corta muy curiosa y original. En ella descubrimos a la protagonista, Keiko, una mujer japonesa que a sus 36 años nunca ha tenido pareja, no tiene hijos y trabaja como dependienta a tiempo parcial en una tienda de alimentación. Ella está satisfecha con su vida tal y como es pero empezará a notar la presión de su entorno que no entienden su falta de ambición.

La pluma de la autora es muy dinámica y nos hará reflexionar, no solo sobre la sociedad japonesa, sino también sobre nuestro papel como individuos y de lo que espera la sociedad de nosotros.

Es una historia que en ocasiones me ha recordado a la película Amelie por buscar la felicidad en las pequeñas cosas cotidianas, un detalle que me ha gustado mucho porque soy muy fan de la película.

Creo que es un libro que merece la pena leer y del que podremos sacar unas cuantas reflexiones.
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