Cara de pan

Esta es la historia de Casi y Viejo, y no he puesto yo los nombres! Así se hacen llamar estos protagonistas en esta novela.

Casi es una adolescente de 13 años que se refugia día a día en un parque huyendo de las horas del Instituto. Allí conocerá a Viejo, un hombre de 54 años de lo más peculiar, que por varias circunstancias terminarán pasando de Lunes a Viernes bastantes horas juntos.

Decidí empezar por este libro de Sara Mesa al ser de extensión corta y ya me habían advertido que es una autora que cala bastante y no ha sido para menos.

Es una historia que se cocina a fuego lento y que iremos conociendo el vínculo que se crea entre estos dos personajes con un ritmo que al final se vuelve vertiginoso. En lo que llevo de año, creo que ha sido uno de los que más me ha incomodado y gustado a partes iguales.

Durante todas sus páginas supo crearme esa incertidumbre y ambigüedad entre la relación de los personajes. Algo que destaco es la capacidad de abarcar tanta temática en un libro tan corto, con escasos personajes y prácticamente un solo escenario.

Y es que hace un recorrido por el bullying, la salud mental, una crítica brutal a la sociedad, la búsqueda de la sexualidad, una relación que vista a ojos de los demás es totalmente inapropiada y que deja a la imaginación del lector para que conciba su propia opinión.

No sabría definir lo que me ha hecho sentir, desde luego me ha sacado de mi zona de confort y eso es lo que voy buscando en los libros.

Seguiré leyendo a la autora y descubriendo más joyitas.

Los protagonistas de esta novela son Casi y el Viejo, nombres que se dan el uno al otro cuando se conocen por casualidad en un parque. Ella es una adolescente solitaria que lleva varias semanas faltando a clase. Él es un hombre de mediana edad que no trabaja y que se dedica a observar a los pájaros.
Con el paso de las semanas la relación entre ellos se estrecha: comparten inquietudes, secretos. En los encuentros en su “escondite” del parque poco a poco va naciendo un vínculo entre ellos y donde van creando su propia realidad. Pese a que tienen edades y aficiones diferentes, son sus circunstancias personales las que les hacen compartir su condición de “outsiders”: esa que los ha llevado a apartarse por voluntad propia del resto del mundo al sentir que no encajan con sus semejantes.

Esta novela es una amistad entre “marginados”, sobre los estereotipos y sobre lo que nos pide la sociedad que seamos y no somos o no queremos ser. Una relación íntima entre una adolescente y un hombre adulto lleva casi implícito un problema pero lo perverso está en la mente de quien la lee, que constantemente está esperando a que pase algo malo, algo sexual.
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Hacía tiempo que quería leer algo de Sara Mesa y cuando supe que estaría en la Feria del libro de Madrid me decidí a probar con alguno de sus libros. Tuve la suerte de que apenas había gente en su caseta y pude hablar un rato con ella, y al final me quedé con este. Tengo que confesar que influyó bastante su preciosa portada, que desde siempre me había llamado la atención y que al leer después la historia me gustó todavía más, no puede ser más acertada.

'Cara de pan' es una novela diferente, peculiar, que me ha removido y me ha dado mucho que pensar. La terminé hace unos días y aún no sé bien cómo hablar de esta pequeña historia que parece simple pero que no lo es. Para nada. El narrador en tercera persona nos va contando poco a poco la historia, dándonos pequeñas píldoras de información y adentrándose cada vez más en los pensamientos y emociones de los dos protagonistas. Y es a través de sus peculiares conversaciones cuando vamos a poder ir cuadrando todo y entenderlo. Dos personas que se conocen y encuentran un compañero en su soledad, que quieren escapar de la realidad, que lo que más necesitan es expresarse y que las escuchen sin juzgarlas. Cuántas cosas cambiarían si simplemente paráramos un poco y escuchásemos de verdad a las personas que están a nuestro alrededor.

Me ha gustado la forma de escribir de Sara y la manera tan original y diferente de abarcar el tema que quería tratar. al límite de lo que consideramos correcto con una mezcla de verdad, mentiras, miedos y palabras que se quedan sin decir. Sin duda un libro que se presta al debate. Fácil de leer y sencillo, pero que esconde mucho bajo la superficie.

Cara de pan, el libro, retoma un tema que viene de un cuento, A contra pelo, que la autora revisó y remodeló en esta novela breve. Mesa considera que es ésta su novela más luminosa dónde quiso escribir con ligereza la historia de una amistad « rara », atípica; con una historia infantil y el punto de vista de una niña , una historia que tiene muy poco de autobiográfico (fuera de la noción del parque Maria Luisa que ella conoció en su juventud).

LA HISTORIA : (narrada a la tercera persona con el punto de vista de la chica). Dos seres dispares se conocerán en el escondite que una niña ha encontrado en un parque, una niña que ha dejado el colegio hace un mes y que se esconde allí cada día de la semana hasta ser descubierta por un hombre que observa los pájaros; comenzarán una amistad a pesar de las reticencias de la chica porque ella sabe que la proximidad de un adulto desconocido puede resultar peligrosa.

No se dicen sus nombres, pero se inventan uno. Ella se llamará Casi porque tiene casi 14 años. Y él será Viejo porque para la chica él es un viejo.

Es la historia de dos personajes en situación de fracaso. Casi es una chica de 13 años, muy incómoda en su piel de adolescente pre púber : gordita, llena de granos, víctima de bullying (acoso) en el colegio, hija de padres mayores, y a quien le han puesto un apodo en el colegio : cara de pan. Casi es una chica retraída y muy intensa que ha dejado de asistir a clases desde hace un mes y se esconde en el parque en búsqueda de soledad, en medio de setos. Y escribe un diario sobre la amistad con Viejo, solo que en este diario la chica va a inventar cosas, mentir sobre la relación con Viejo. A todas luces el fracaso de Casi es sólo temporal, durante el difícil acceso a la adolescencia.

Él es un hombre de 53 años, fruto de un incesto, marginado, pero generoso y preocupado de su aspecto, con una psicología de niño bueno. Se ha hecho ornitólogo y merodea el parque con los prismáticos al cuello para seguir a los pájaros. Además de los pájaros se interesa y conoce a fondo la música de la cantante de soul norteamericana Nina Simone. Su fracaso se arrastra desde hace tiempo.

El escenario del libro es una amistad imposible del punto de vista de la sociedad entre un hombre de 53 años y una chica de 13. Y esta insólita amistad nace porque ambos se necesitan en este tramo de vida. Aquí entran, por parte del lector, todos los prejuicios negativos imaginables que la sociedad puede aducir. El lector no puede sentir otra cosa que desasosiego, desconfianza, peligro.

Pero la situación, analizada por Casi es muy diferente. Porque Viejo es un ente aparte, diferente, secreto y pudoroso, sin pensamientos torcidos. Poco a poco Casi comprenderá que con Viejo no corre ningún riesgo físico y lo más espeluznante del relato es que será ella quien dará el primer falso paso. Para explicar el descalabro, tenemos a una Casi ahora púber, anegada por sus hormonas y con ese deseo inmenso de ser reconocida como una chica deseable. El problema es que Casi escribió un diario desde que conoció a Viejo, en ese diario da rienda suelta a todas sus fantasías, pero es un diario mentiroso que se constituirá en prueba…

Una poderosa novela breve de gran tensión interna, con una tenue frontera entre inocencia y perversión y una ambigüedad tremenda entre víctima y agresor.


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No hay mucho qué decir que no se pueda leer ya en muchísimas reseñas y comentarios acerca de esta novela de Sara Mesa: truculenta, bastante. Muy humana al fin y al cabo, también.

Una joven de casi catorce años se encuentra cada día con un señor en el parque. Cada cual arrastra su esto y aquello. Aquí ninguno tiene que ver con el otro, y lo que comienza como algo inocente, poco a poco va derivando en otras cosas, inevitablemente y de forma natural.

Esta historia es realmente un ejemplo de lo que parece y lo que realmente es. Es una historia sobre dos personas que proyectan una amistad, surrealista a veces, muy real en otras. Porque cuando algo no nos cuadra, algo que no hemos aprendido a identificar, echamos mano de los prejuicios, y en muchas ocasiones, acompañados de un torrente de emociones.

A Sara Mesa le gusta entrar en historias que dan de qué hablar, qué pensar, las convierte en algo íntimo, en algo que todo tiene que ver con el que las lee. Da la sensación de que todos tenemos algo de sus personajes y es que ninguno es fácil de olvidar, todos se quedan. Con esta historia lo ha conseguido de nuevo. La indefensión de los adolescentes, esa etapa de vulnerabilidad donde los padres tienen que hacer pulso y aprender los límites, y donde estar mirando al lado equivocado se puede cobrar un precio muy alto para con los hijos.

Me ha encantado.

Es muy habitual que esta autora nos deje con una sensación extraña tras la lectura de sus obras. Como he recalcado en multitud de ocasiones, Mesa tiene un estilo muy peculiar y que personalmente me gusta mucho.

Si con “un amor” me quedé con un regusto agridulce, he de decir que “cara de pan” me ha resultado mucho más incómoda. Quizá porque en la primera la protagonista era una mujer adulta y en este caso el personaje principal es una adolescente que entabla una peculiar amistad con un hombre de cincuenta y tantos al que llama “El viejo”.

Ya de por sí la premisa lleva al lector a introducirse sus páginas con cierta desconfianza y reticencia, y aunque el mensaje que probablemente la autora pretende transmitir precisamente quiera romper esos prejuicios, lo cierto es que vivimos en una sociedad en la que seguimos estando muchas veces desprotegid@s, y por tanto, no sé hasta qué punto sería adecuado normalizar la relación que entablan estos dos personajes.

Pero analizada desde el punto de vista literario y como mera ficción, es evidente que Sara Mesa no deja a nadie indiferente. No obstante, me pareció mucho más elaborada e interesante la novela de “un amor”.

En definitiva, como siemore me pasa cuando leo a esta autora, que se ha convertido en una de mis favoritas, las palabras “me ha gustado” no son precisamente las más adecuadas, teniendo en cuenta la desazón que producen sus historias, pero sí que recomiendo acercarse a su estilo narrativo y su obra.

Me dejó esta lectura con sentimientos encontrados porque me costó mucho, muchísimo, entrar en ella, al punto que estuve a punto de abandonarla, principalmente porque no acepté la premisa inicial, y principal: una niña de trece años, y un "viejo" de cincuenta y cuatro se encuentran en un parque e inician una relación,"impropia, incómoda, sospechosa e intolerable".
Con todas las reticencias acepté el golpe, y seguí adelante por lo complejo del tema, por la dificultad de escribir sobre algo tan incorrecto, y ver el enfoque, y a donde me quería llevar Sara Mesa.
A partir de ahí la novela fue toda una sorpresa, y consiguió mi atención máxima hasta el final.
Es un texto osado, y muy atrevido, por lo que cuenta y cómo lo cuenta, y nada más que por eso ya merece la pena leerlo, pese a ese fallo, en mi opinión, de estructura, diría desenfocado, quizás falta de delicadeza, no sé......
Siempre es aconsejable una segunda opinión, y éste libro la requiere....y para eso espero que lo lean.
Leeré algo más de esta autora, sin duda.
La valentía tiene premio 👏👏👏👏👏

[Escuchado en audiolibro]

Acabo de terminar este libro y, sinceramente, siento que tendré que meditar media vida para saber qué puntuación darle.

Me pareció tan diferente y retorcido a la vez. Tierno y ¿sucio?

Este libro es como algo bueno y algo malo a la vez, me estaré explicando fatal pero es que no sé cómo expresar lo que siento ahora mismo.

Es no saber si te gustó o no, es hablar de temas tabúes e intentar entender a ambas partes de la historia.

Un libro que va sobre una niña no tan niña, rodeada de adultos con pensamiento sucio (aunque justificado). Un libro en el que a un adulto con mente de niño y sin maldad le pasan las peores cosas. Todo por culpa de adultos perversos que no le supieron decir lo que estaba bien o mal.

Tal vez esta no sea una lectura para todxs. Pero les recomiendo que le den una oportunidad, me pareció un libro bastante interesante que me hizo reflexionar sobre la sociedad en general y sobre la inocencia (mental) de las personas.

Casi tiene casi catorce años cuando decide que el no quiere volver a pisar el instituto. Nunca ha sido una niña problemática: ni se mete en líos ni es mala estudiante. Sin embargo, esta harta de que la llamen “Cara de pan”, de que la dejen fuera en los trabajos de grupo y por nada del mundo quiere tener un novio como las otras niñas de su clase. Como un pájaro herido, cada día sale de casa y va a esconderse entre los arbustos del parque hasta que es la hora de volver a casa con sus padres que viven tranquilos, ajenos a este cambio.

En estas escapadas al parque, Casi conoce a Viejo, un señor de cinquenta y tantos años obsesionado con las aves y con Nina Simone que cada día pasará más tiempo con ella. Él también tiene problemas para ser aceptado y comprendido.

Es con tan solo estos dos personajes y en este escenario, a veces jaula y otras cobijo, donde Sara Mesa construye una historia ambigüa, escurridiza e inquietante. Sin caer del todo de los prejuicios más manidos, sin escapar tampoco del todo a ellos, seremos testigos del desarrollo de esta suerte de dúo imposible.

La autora nos lleva por la cuerda floja de lo bonito y de lo agobiante. El ritmo es repetitivo y se va alimentando tanto de lo que se cuenta como de lo que queda al margen. Un libro leído en unas horas que no estará entre mis favoritos pero que me ha removido bastante, que casi me ha dado terror que casi me ha dado ternura.

A veces la vida se nos hace bola, puede ser cuando nos ha ocurrido una desgracia, pero también porque no sabemos gestionar ciertas pequeñas situaciones y al final, algo que, en principio, a ojos ajenos, es una minucia, para ti se convierte en coronar el Everest.

Algo así le ocurre a Casi, protagonista de ‘Cara de Pan', que ha dejado de ir al instituto y se refugia cada día en un parque donde espera la hora de volver a casa. Allí conocerá a un anciano, que también acude allí a diario, pero por otros motivos.

Sara Mesa narra con enorme sensibilidad una historia pequeña, de esas que suceden en las orillas de los grandes caminos. Tiene casi estructura de cuento o fábula, de esas que nos contaban de pequeños, de los que dos personajes que nada tienen que ver se encuentran, aprenden el uno del otro y que puedes sacar una moraleja. Eso si, poco de infantil y fantasioso tiene ‘Cara de pan', que alude fuerte y directamente a nuestra realidad y sensibilidad. Y es que… todos hemos sido Casi, esa preadolescente sufriente, y (si vivimos lo suficiente) todos seremos el Viejo, restos vivientes de una sociedad que desaparece, con muchos recuerdos, experiencias y achaques.

Reflexiona sobre los prejuicios, la amistad y la soledad, la enfermedad y la familia, removiéndote por dentro. También sobre qué nos lleva a alejarnos de los nuestros cuando nos avergonzamos de uno mismo o de lo pequeños e incompletos que nos sentimos cuando no ‘damos la talla' en la tan asentada concepción de normalidad.

¿Es la novela de mi vida? No. Pero hay que aplaudir lo mucho que hace Sara Mesa con muy poco, apenas dos personajes y un escenario. Y, sobre todo, como magistralmente deja en la ambigüedad ciertos detalles para que cada lector los complete. No me refiero a un final abierto, sino a ciertos aspectos de la trama que pueden entenderse de diferentes formas, incomodando (y mucho) o enterneciendo al lector.

Igual que no conseguí conectar con ‘Un amor', debo decir que con ‘Cara de pan' la autora me ha conquistado