Después del salto temporal, que no esperaba para nada, volvemos a encontrarnos con Leah y Axel, y verles tan mal a ambos ha sido muy doloroso. Aunque es una segunda parte las cosas siguen su propio ritmo y van ocurriendo a su debido tiempo, no encontramos todo desde el principio. El camino que recorren para intentar volver a como estaban en la casa de Axel es lento y lleno de toda clase de momentos. La pintura tomá más importancia, en ellas es donde Leah vuelca todos los sentimientos que la abordan y gracias a ellas vivirá una gran experiencia que le servirá para saber quién quiere ser y hacía donde quiere ir. Este camino no lo hará sola, Axel intentará ayudarla a que llegué donde ella deseé en el camino del arte que empieza a recorrer. Axel es la persona que más creé en Leah y sus pinturas y está dispuesto a hacer todo lo que esté a su alcance para ayudarla. El final de la historia me derritió el corazón, es tan perfecto 😍. El único pero que le pongo a la historia es que me parece que hay "un problema" que se resuelve de una manera muy rápida y sin profundizar en él, como si por arte de magia encontrará la respuesta que tanto había buscado, pero el resto de la historia es perfecto 😊
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