Me decidí a leer esta trilogía porque, debo reconocerlo, las portadas que había visto de los dos primeros libros, me encantaron. Me lancé de cabeza a probar un género que para mí es completamente nuevo y al que no estoy muy acostumbrada, y la verdad es que la experiencia no ha podido salir mejor.
La historia nos sitúa en Augsburgo, Alemania otoño de 1913. Marie Hofgartner, una joven que ha pasado toda su vida en un orfanato, empieza su trabajo en la villa de la familia Melzer, dueña de la fábrica de telas de la ciudad, como ayudante de cocina. Allí conocerá a los trabajadores de la villa y a los señores de la casa. Habrá compañeras de trabajo en la villa que le pondrán las cosas difíciles y, otras, que la acogerán en la casa como si fuese una más. Marie no conoce mucho sobre su pasado, por ello, decide investigar por su cuenta a conocidos que puedan darle más información acerca de su madre, Luise Hofgartner. Poco a poco irá desentrañando secretos hasta enterarse de la verdad del pasado de su madre. Por otro lado, los empleados de la villa esconden también secretos que poco a poco irán viendo la luz, y otros quedarán en el aire. Una historia de secretos, descubrimientos, en la que también hay cabida para la amistad verdadera y para el amor.
Debo decir que desde que empecé el libro, me enganchó desde la primera página. Cosa que me sorprendió bastante la verdad, dado lo poco que leo el género, pensé que en cuanto llevase unas pocas páginas terminaría aburriéndome, pero nada más lejos de la realidad. La autora nos transporta a los inicios del siglo XX de una manera magistral. Me he imaginado cada escena en mi cabeza como si visualizase una película de época, y he sentido esas ansias por devorar el libro para seguir sabiendo más.
Una de las cosas que más me ha gustado de esta novela es que hay varias subtramas dentro de la historia. A pesar de que podemos sentir que la historia gira en torno a Marie, los demás personajes tendrán su protagonismo y descubriremos bastantes cosas sobre ellos. Estamos ante una novela de ficción histórica de lo más completa y atrapante. al iniciar cada capítulo nuevo, he tenido la sensación de curiosidad por saber qué iba a pasar y de qué personaje descubriría una cosa nueva.
Como protagonista, podemos decir que tenemos a Marie Hofgartner. Marie ha vivido toda su vida en un orfanato tras la muerte de sus padres. Johan Melzer, dueño de la fábrica de telas, le ofrece un puesto de trabajo como ayudante de cocina en su mansión. Marie es un personaje que me ha parecido muy dulce y al que se le coge cariño fácilmente. Es una chica muy educada y respetuosa. Poco a poco irá descubriendo un gran talento que tenía oculto. Gracias a la señorita Katharina, hija de Johan Melzer, descubrirá que la pintura se le da bastante bien. Marie se irá ganando poco a poco el respeto de todos en la casa, incluso ascenderá a doncella personal de Katharina. Tendrá que aguantar a la cascarrabias de Maria Jordan y su mal humor y a personas que no quieren el bien para ella. Pero también conocerá el verdadero valor de la amistad y el amor.
Personajes secundarios vamos a encontrar muchísimos, incluso podría decirse que estamos ante una novela coral. Conoceremos a la familia Melzer, liderada por el padre, Johan Melzer, su mujer, Alicia, y sus tres hijos Paul, Katharina y Elisabeth. Esta última es uno de esos personajes que he odiado desde que empecé a conocerla algo más. Es la típica hermana envidiosa y que sólo piensa en ella.
También tendrán su protagonismo las personas del servicio de la casa, Auguste, Maria Jordan, Eleonore Schmalzler, etc..
Como en toda novela histórica, los líos amorosos y matrimonios concertados estarán presentes en la historia, el teniente Klaus von Hagemann, Alfons Bräuer, entre otros, lucharán por el amor de las señoritas Melzer.
La pluma de la autora me ha parecido muy trabajada y cuidada. Ha sabido llevar a la perfección la narración y los diálogos, quizás predominando más los diálogos entre personajes, que han aportado muchísimo a la historia. El lenguaje empleado por
Anne Jacobs ha sido el acorde a la época. La ambientación ha sido exquisita, cuidando cada detalle y haciéndome volar hasta el siglo XX. La autora ha sabido mostrarnos las diferencias de las clases sociales, la lucha obrera y la explotación infantil de la época plasmado en las niñas que con tan sólo 13 años trabajaban en la fábrica de telas. Ha sido una auténtica maravilla y aprendizaje para mí leer estos pequeños detalles de la época.
La historia se encuentra narrada en tercera persona por un narrador omnisciente. Muchas veces vamos a encontrar los diálogos a medio terminar, pero será el narrador, el que nos cuente como finaliza esa conversación. Este tipo de narración me ha gustado en esta ocasión, ya que nos ofrece una vista general de toda la historia y no se centra en ninguno en particular. Conoceremos perfectamente a todos los personajes y lo que piensan.
La novela se compone de 624 páginas divididas en 56 capitulos. Dentro del libro vamos a encontrar estos capítulos separados por fechas. La novela comienza en el otoño de 1913, y finaliza en junio de 1914. La extensión creo que ha sido la adecuada, si bien, algunas veces se me han hecho excesivas las descripciones de los distintos escenarios. En general, la novela se lee bastante rápido, aunque a mí me ha durado más de lo habitual. En cuanto al final, queda cerrado en un momento importante en la historia. Me surgen muchas dudas sobre qué me voy a encontrar en el siguiente libro, pero las ganas por descubrirlo son tremendas.
En conclusión,
La villa de las telas, es una novela de ficción histórica en la que vamos a encontrar una historia perfectamente hilada y numerosos personajes. Con varias subtramas y frentes abiertos en la que no nos vamos a aburrir en ningún momento.
Anne Jacobs ha creado una maravillosa historia que atrapa desde la primera página. El inicio perfecto para una trilogía.
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