El océano al final del camino

Temo decir que esta es la primera lectura del año que fue toda una decepción para mí.

La historia nos cuenta de la vida del protagonista, en el que regresa al pueblo donde creció y empieza a recordar todos los sucesos vividos cuando tenía siete años, todo un mundo extraordinario ante él, por decirlo de alguna manera.

Sinceramente, me costó muchísimo encontrar el rumbo que tomaba la historia y conectar con los hechos de vez en cuando. Sentí la trama tan pesada y pobre que me replanteé muchas veces en dejar el libro.

Rescato el personaje de Lettie, una amiga del protagonista, al igual que toda su familia, pero no más que eso.

Reconozco que el autor tuvo una muy buena idea, un concepto singular, aunque siento que le faltó un poco más, la historia se desarrollaba rápido y algunas cosas no tenían sentido.

No tengo mucho que decir de este libro y eso me desilusiona un poco, en cierta parte tal vez esperaba algo más, la empecé con muchas expectativas porque era una historia que quería leer desde hace muchos años y temo que no haya logrado ser lo que esperaba.

Cuento al estilo Gaiman muy ágil, y repleto de fantasía, personajes oscuros y mundos paralelos macabros que conviven en perfecta armonía con el nuestro, totalmente recomendable esta lectura llena de imaginación, fantasía, magia, oscuridad y recuerdos a través de un adulto que vuelve a ser niño por un breve periodo de tiempo. Me he enamorado totalmente de los personajes de las mujeres de la familia Hempstock (Lettie, la Sra. Hempstock y la anciana señora Hempstock), unas mujeres muy carismáticas, que dan un toque muy original a la historia, me he quedado con ganas de saber mucho más a cerca de ellas.
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Gaiman es un autor que siempre me ha gustado mucho, hacía tiempo que no le leía, así que me vino genial que me lo prestara mi prima después de leérselo (estoy inculcándole buenos autores, cutlurizando a una friki más que en potencia).

En esta ocasión, tenemos una historia aparentemente realista, que poco a poco va adentrándose en una trama más fantástica y puramente Gaiman de lo que inicialmente parecía.
Su protagonista (de nombre desconocido), regresa al sitio donde se crió para asistir a un funeral, rememorando su infancia en compañía de Lettie, la pequeña de las Hempstock; y es a dicha granja a donde se dirige tras vagar sin saber dónde ir con sus pensamientos.
En este lugar todavía se encuentra el océano de Lettie, de once añitos, un pequeño estanque donde jugaban de niños, cuando el chico tenía siete años y ella decía venir de ahí. Y es aquí donde le llevan sus recuerdos.

Nos sumergimos en el océano y en esta historia de fantasía donde el detonante es un suicidio de alguien ajeno-pero-no-tanto, donde los problemas económicos están a la orden del día y una pregunta queda en el aire haciéndonos pensar: “Lettie, ¿cuánto hace que tienes once años?”.
Las mujeres Hempstock -porque no hay hombres en la familia, todos han desaparecido- son personas muy agradables, a la vez que bastante peculiares, con ciertos “poderes” que no se denominan como tal en ningún momento, pero se sabe que están ahí. Cuando nuestro prota se emperra en ayudar a Lettie en una búsqueda, acaba soltando su mano y trayendo a una “pulga” a nuestro mundo.
Y se lía parda.

Así, con mil recuerdos acompañados de entornos familiares dudosos de lo más variados y envueltos en nostalgia, seguimos nadando en este océano con la prosa tan típica del autor, con alguna pincelada científica e incluso algún toque de terror muy bien conseguido, dejando una historia que va de menos a más sin que le sobre ni una palabra, con diálogos que le dan mucho dinamismo a la lectura, a la vez que Gaiman nos deja escenas de tensión que cortan la respiración.

Una novela que me ha gustado mucho, con buenísimos personajes, engancha desde el principio y tiene una portada preciosa que llama la atención desde el primer momento, donde la bonita magia de la infancia avanza rellenando sus páginas.

Creo que es perfecta para empezar a conocer y leer al autor.
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Su prosa es fácil de leer y muy agradable, y me gusta el realismo mágico, los mitos y los elementos de fantasía que incorpora en sus historias. El Océano al Final del Camino no es una excepción. Si bien esta novela tiene una sensación ligeramente diferente a otras historias de Gaiman, todavía disfruté mucho esta historia. No he leído muchos libros que pertenecen al género del realismo mágico, aparte de los de Gabriel García Márquez e Isabel Allende, por lo que me sorprende gratamente que esta novela haya terminado siendo tan buena. Es un cuento de hadas moderno lleno de magia que terminará por encantarte por completo si lo dejas. El personaje masculino sin nombre regresa a su infancia y al mundo donde todo parece posible. Advertencia: El Océano al Final del Camino es en realidad una historia bastante oscura e inquietante que no es adecuada para los más pequeños ... Pero te transportará a tu propia infancia y la prosa brillante te hace leer esta historia como una sueño. Definitivamente recomendado para los fanáticos de la fantasía!

Reseña completa: http://www.atrapadoenlalectura.com.ar/2013/12/el-oceano-al-final-del-camino-de-neil.htmlEste libro es raro. Listo lo dije. Es el primer libro que leo de Neil y la verdad no me sorprendió que me haya matado y diga: "¡Wow! Es el mejor libro de mi vida". Ni tampoco me decepcionó al punto de: "¿Qué porquería estoy leyendo?". No, simplemente me resultó entretenido, llevadero y fácil de leer.Por lo que sé (que no es mucho) es un libro para adultos de Neil, pero, o yo no entendí el libro (lo cuál es muy probable) o no me pareció taaaan de adultos. Fue un libro que leí en menos de un día, que si bien al principio cuesta engancharse luego no podes bajarlo ni un segundo. Tengo que decir algo: si, la historia es un poco bizarra. Neil nos pinta un mundo muy normal (al principio) y de un momento a otro te lo cambia todo y terminas diciendo: "WHAAAAT?".Los personajes no puedo decir que sean divertidos, de hecho no hay mucho humor en el libro, pero no por eso son malos. Creo que la diversión del libro no pasa por las conversaciones divertidas que solemos leer en otros libros si no tal vez por lo raro que resulte la historia, o algunas descripciones. Las cosas imposibles en este libro se vuelven realidad y hasta en ciertos momentos te pueden llegar a poner paranoico (especialmente si tenes una manía con los insectos como yo).No puedo decir que sea el mejor libro que he leído (aunque en goodreads haya salido ganador), ni el peor, simplemente es una lectura que esta mucho mejor que otras, y que realmente supera la media. Si tienen la oportunidad de comprarlo y leerlo, haganlo, es un libro que creo que tendrá muchas opiniones diferentes. Tengo otro libro pautado para el verano de Neil Gaiman, así que quiero conocer más sobre este autor.

Si tuviera que definir este libro en una sola palabra sería mágico.

(20 minutos después sin poder continuar con la reseña...)

Y llegados a este punto, hago un inciso para aclarar que me resultó más fácil estudiar para Selectividad que hacer esta reseña! Probablemente sea la reseña más caótica que haya escrito en mucho tiempo, pero es que son muchas cosas de las que hablar y es muy difícil hacerlo cuando se tratan de un autor e historia que te han dejado sin palabras. Pero bueno, yo lo intento.

En esta novela, Neil Gaiman nos transporta a los 7 años de nuestro protagonista, ¡un protagonista del cual no conocemos su nombre! Este niño vive en una casa con sus padres y su hermana y, un poco más lejos, al final del camino, se encuentra la granja de las Hempstock. Esta es una familia formada por la anciana señora Hempstock; Lettie Hempstock, que es una niña de once años; y Ginnie Hempstock, la madre de Lettie. Llegados a este punto puede que algunas de vosotras ya hayáis caído en la cuenta del simbolismo que tiene el libro por la relación que se puede sacar fácilmente entre las Hempstock y las Nornas de la mitología nórdica o las Parcas de la mitología romana. Partiendo de esta premisa, el libro tiene, en mi opinión, tres grandes ingredientes: la fantasía, el terror y la nostalgia.

La fantasía viene de la mano de las Hempstock y el querido océano de Lettie. Sin duda, los momentos que pasamos en la granja de las Hempstock son mis favoritos del libro. La relación que nuestro protagonista forja con estas tres mujeres es, a todos los efectos, entrañable.

Por su parte, la encargada de envolvernos en un halo de terror es Úrsula Monkton, una mujer que parece la niñera perfecta, pero que en realidad no es quien dice ser, sus intenciones no son tan honorables y, sus medios para conseguirlas, menos todavía.

Finalmente, la nostalgia la encontramos prácticamente desde la primera página hasta la última, pues esta es una historia introspectiva hacia el pasado, un pasado a veces agrio, a veces dulce. Esto hace que acompañemos a nuestro protagonista hasta los días en los que, después de que su inquilino se suicidara en su coche, cerca de la granja de las Hempstock, tuvo que lidiar con ese ser llamado Ursula Monkton y la inestimable ayuda que le prestaron las Hempstock para conseguir que Ursula volviera al lugar al que pertenecía.

Sin lugar a dudas, esta es una historia escalofriante en todos los sentidos: miedo, cariño, amistad, valor, injusticia, magia... son solo algunas de las sensaciones y emociones que recorrerán nuestro cuerpo y nuestra alma al introducirnos en esta historia. Así, esta es una novela que releeré para volver a saborearla bien despacio, entendiendo mejor algunas cosas que a priori me hacían pensar "¿Qué se había fumado Gaiman al escribir esto?", pero que ahora tienen todo el sentido del mundo. Y por eso cada vez amo más a este autor. Sus libros son grandes metáforas de vida y, aunque este no es de mis favoritos de él, sin duda, se ha ganado un hueco en mi corazón.
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4/5

Otro libro de Gaiman que me sorprende para bien.

Lo primero que hay que decir es que es un libro muy raro. Con esto me refiero a que la historia es muy rara. Los poderes de lso personajes, la magia que existe, cómo funciona el mundo mágico...todo esto es muy raro y no se explica. Es un libro de 200 páginas, no da para desarrollar demasiado, así que si no te enteras, como en mi caso, te aguantas. Obviamente me hubiese gustado que todo eso estuviese más explicado porque me parece muy original y curioso, me leería un libro de 600 páginas con esta premisa. Pero no es el caso y me gustó igual.

La trama es bastante ágil, no deja que te aburras porque con las cosas tan raras que pasan te quedas alucinando cada dos por tres. Los personajes son carismáticos y les coges cariño aunque no de tiempo a conocerlos mucho.

A todos aquellos a los que les gusten los libros distintos, raros, únicos, especiales: El océano al final del camino es para vosotros.

“El océano al final del camino” narra la historia de un hombre que, tras un funeral, vuelve a visitar el pueblo en el que se crió. Sentado frente al estanque situado en la granja del final de la calle de su antigua casa, el hombre (del que desconocemos el nombre) empieza a rememorar su infancia, especialmente un extraño episodio acontecido cuando tenía 7 años en el que tuvo que enfrentarse a un extraño ser venido de una especie de mundo paralelo y que, tomando la forma de una bella niñera, amenaza a su estabilidad familiar e incluso su vida. Afortunadamente, el pequeño protagonista cuenta con la ayuda de Lettie (la niña que vive en la granja) así como de la madre y de la abuela de la chica, unas extrañas mujeres que parecen tener controlada la situación.

La fantasía y la realidad se entremezclan en esta historia aparentemente juvenil pero que comprende también matices más orientados a los adultos, con pinceladas de terror y dosis de angustia, sobre todo si tenemos en cuenta que el protagonista es un niño bastante pequeño que pasa por situaciones muy duras. El estilo de Neil Gaiman me ha recordado bastante al que caracteriza a Roald Dahl (eso sí, salvando muchísimo las distancias ya que Roald Dahl es uno de los dioses literarios de mi infancia). El hecho de que sea un niño el que se enfrenta a una situación extraña y a un gran peligro de manera natural en un ambiente fantasioso que contagia su realidad me hace pensar en los protagonistas de los cuentos de Dahl que llenaron de magia mi niñez.

Debo decir que no tengo mucho que añadir, me pareció un libro pochoclero, como les digo yo jaja, ni bueno ni malo, solo ameno para pasar el rato, pero definitivamente no un libro que recomendaría. Por otra parte nunca pude meterme en la historia porque nunca me pareció que las acciones o pensamientos del protagonista principal encajaran con un niño de 7 años, pensamientos demasiado profundos y el asimilar cosas sin preguntar absolutamente nada, mas en los niños que básicamente viven para preguntar a pesar de estar abiertos a aceptar cosas mas inverosímiles.

Creo que hay autores que tienen un toque especial en sus obras que hacen que todo lo que escriben guste y te llegue de una forma muy particular. Y creo que Neil Gaiman es uno de ellos. O eso o sabe conectar conmigo para conseguir que sus libros me dejen sorprendida, estremecida y encantada.

Como todas las novelas de Gaiman nos encontramos con una historia dulce y amarga a la vez. Con magia, luz y oscuridad. Con un niño y su visión particular del mundo así como su forma de enfrentarse a lo desconocido, al miedo, al terror y a la belleza.

Es la historia de un adulto que recuerda su infancia y lo que le ocurrió cuando tenía 7 años. Algo que le hizo ser hoy quien es, pero que a veces olvida.

Es la historia de un niño solitario que prefería un libro a tener amigos o hacer deporte. Un niño que se sentía extraño en su propia familia.

Es la historia de la familia Hempstock, bueno, de las tres mujeres Hempstock que vivían en una granja al final de la carretera. La anciana señora Hempstock, su hija Ginny y la hija de ésta, Lettie.

Es la historia de una amistad entre Lettie y nuestro protagonista, una amistad que enseña y que salva. Que nos lleva a través del suspense, del miedo, de la belleza y de la madurez.

Es la historia de cómo cuando crecemos y perdemos la inocencia todo se desdibuja. Nos olvidamos de lo que fuimos y vivimos para racionalizarlo. Pero siempre queda un poso que debemos atesorar.

Es la historia del mundo, de su creación y conservación, de la obligación de cuidarlo y olvidarnos de tanto materialismo, porque tras él se esconde el peligro.

Y es la historia de un monstruo que quiere volver al mundo, volver a reinar sobre nosotros, volver a ser un dios.

Siento que esta no sea una reseña al uso, pero es muy difícil intentar explicar esta historia sin chafaros nada. Porque es una historia que merece la pena descubrir poco a poco y que vaya evocando en cada uno sentimientos. Sin duda merece mucho la pena.

Gaiman tiene un don especial para, a través de los ojos de un niño, a través de su inocencia, introducirnos situaciones aterradoras, misteriosas e incluso monstruosas, pero suavizadas por esa inocencia infantil. de esta forma incluso consigue que sonrías y todo en situaciones a veces bastante espantosas.

Pero lo que queda al final, también sin duda, es la sensación de haber viajado en el tiempo, de haber vivido una aventura fantástica y extraordinaria. Y cierras el libro y te preguntas a ti mismo: “¿Qué fue eso?” con tus sentidos totalmente sorprendidos.

Si os gusta Gaiman este es imprescindible y si aún no lo conocéis… ¡adelante! Os aseguro que os dejará de cualquier forma menos indiferente, porque estoy segura de que a cada uno le provocará recuerdos y vivencias diferentes y personales. No os lo penséis, dadle una oportunidad.
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