Una columna de fuego

Leer a Kent Follet es siempre un acierto. Cuando coges un libro de este autor ya sabes lo que te vas a encontrar entre sus páginas: una historia interesante y adictiva enmarcada en un marco histórico apasionante, con una trama que nunca decae, una prosa fácil de leer, y unos personajes en los que se pueden encontrar todos los sentimientos y pasiones que conforman al ser humano: grandes pasiones y odios, nobleza y ambición desmesuradas.
Si a todo esto se suma la carga emocional que conlleva al lector la vuelta a la ciudad de Kingsbridge, el resultado es una continuación de Los pilares de la tierra que sus fans disfrutaran seguro. A diferencia de su predecesora, Un mundo sin fin, Una columna de fuego se aleja del primer libro de forma contundente, no sientes que estes leyendo una repetición del primer libro ni en cuanto a personajes, ni respecto a la trama.
De hecho, el libro que nos ocupa es el más coral de la trilogía, ya que la trama no se mueve solo en Inglaterra, sino que se da entre este pais, Francia, España, Escocia, los Países Bajos y América. Como en todas las novelas de Follet hay gran cantidad de personajes y de tramas, pero el autor, una vez más, demuestra su habilidad como narrador para regalarnos una novela tan intensa y adictiva como sus antecesoras y su trilogía de The Century, también muy recomendable. El autor logra hacer que todo el inmenso material con el que trabaja este bien equilibrado, aunque quizás la parte relacionada con el personaje de Allison y Maria Estuardo me sobraba un poco, de hecho creo que el recorrido vital de la primera no esta muy bien finiquitado, es demasiado abrupto.
El resto de personajes, son más o menos lo que puedes encontrar en el resto de novelas de Follet, los buenos son muy buenos y los malos muy malos (nada raro en este autor, vaya) siendo muy fácil odiarles o cogerles cariño. Pero, quizás por eso, no llegas a sentir eso con tanta fuerza como con los personajes de Los pilares de la tierra, cuya sombra es muy alargada, y eso se nota. Eso si, como es típico en la prosa del escritor galés, la mayoría de caracteres tienen, mira tu por donde, la habilidad de entrar en contacto con los personajes históricos más relevantes de la época y estar presentes cuando suceden los acontecimientos más interesantes. Casualidad que para el lector lego en Follet pueden resultar muy poco naturales y raras.
Seamos sinceros: Kent Follet es un autor de best-sellers. Como tal uno no puede esperar encontrar en sus trabajos personajes complejos y profundos y grandes e intrincadas reflexiones sobre la vida. Pero él sabe mejor que nadie lo que escribe y que es lo que el público busca en él, y hace su trabajo de manera impecable, demostrando que en ello es el mejor.
En definitiva, Una columna de fuego es, probablemente, el mejor libro de la saga tras el celebre Los pilares de la tierra, siendo el perfecto broche de oro para la historia del pueblo de Kingsbridge. Personalmente me da mucha pena saber que ya no volveremos a esta ciudad, a la cual es imposible no coger cariño, ni a las historias que ahí han tenido lugar.

Hacía tiempo que no volví a tener a Ken Follet entre mis manos. Recuerdo que los Pilares de la Tierra fue como de mis primeras novelas consideradas de "más mayores". Luego, Un mundo sin fin se me resistía, pero ahora, 7 años después, Una columna de fuego ha llegado como agua de mayo.

La trama se centra en las guerras de religión del siglo XV, asunto que siempre me ha llamado mucho la atención. Ken Follet hace la introspección de los personajes que ayudan a seguir el pensamiento de los protagonistas y a entender sus acciones, haciendo que el personaje de Sylvia me haya llegado al corazón, al igual que el de Margarey.

Este libro ha hecho que constantemente esté investigando sobre sucesos históricos de la época, así como los personajes históricos y ficticios. Me ha encantado como ha casado precisamente eso.

Y por supuesto, la aparición final de un personaje inesperado que le da el cierre de oro a la novela.

Una historia de espionaje ambientada en el siglo XVI durante el próspero y turbulento reinado de Isabel I de Inglaterra en el contexto de las Guerras de Religión. La mayor parte de la acción transcurre en Kingsbridge, pero Sevilla también se convierte en uno de los escenarios de la novela. España también aparece en la trama, a través de Felipe II, la Armada Invencible y la producción de armas de Sevilla. La trama también nos lleva por otros escenarios como Francia, Ginebra, Holanda o el Nuevo Mundo, acercándonos a un amplio abanico de personajes históricos, con los más importantes monarcas de las grandes potencias rodeados de sus aliados, consejeros y enemigos, formando fascinantes intrigas cortesanas, alianzas, traiciones y una red de conspiraciones. Demostrando una vez más que es un excelente narrador y un maestro de la trama, los personajes y la estructura argumental, logra mantener la esencia, pero agrega un contexto histórico diferente y más interesante, con diversos temas políticos, sociales y religiosos, deteniendose en especial en el conflicto entre católicos y protestantes. Logra un equilibrio perfecto entre la intriga y el enredo entretenido de la trama atrapante y el interés por inspirar los giros y vueltas de la historia con los grandes personajes del momento como protagonistas de la trama. Alrededor de personajes históricos, encontramos los personajes ficticios de la novela, que tendrán un papel importante en los hechos que se desarrollarán. El principal es Ned Willard, un empresario que se hace cargo del negocio familiar junto a su madre y su hermano mayor. Ama el negocio familiar y ve un imperio comercial internacional, pero las simpatías protestantes de la familia Willard y el amor de Ned por la hija del alcalde, Margery Fitzgerald, lo ahogaron en el infierno, un peligroso enemigo que quiere acabar con su empresa. Todo lo que Ned sueña se derrumbará de repente y su camino se cruzará con el de William Cecil y junto a él aprenderá todo lo que necesita saber sobre los entresijos de la diplomacia internacional. Margery anhela el regreso de Ned pero su padre tiene planes para ella, quiere que se case con el vizconde de Shiring lo que será una oportunidad para que la familia se convierta en parte de la aristocracia. Pero el obstinado matrimonio de Margery con Ned obligará a su hermano Rollo a hacer lo que sea necesario para deshacerse de Ned. Además de estos personajes, encontramos otros personajes que encarnan lo mejor y lo peor de la humanidad. Por ello, acompañaremos a Pierre Aumande, un mentiroso, un estafador y un hombre hecho a sí mismo, dos de los hombres más poderosos de Francia después de la familia real le han encomendado la tarea de averiguar todo lo que pueda sobre los protestantes en París. También conoceremos a Sylvie. Ella y su familia se dedican en cuerpo y alma a lo que ella ve como la misión de Dios. Ayudar a "sus compatriotas a conocer la verdadera religión, y lo hacen vendiendo libros, especialmente la versión francesa de la Biblia, discursos escrito por sabios como Erasmo. Una misión en la que se encontrará con serios obstáculos y enemigos. En Sevilla, de la mano de Barney, seremos testigos de los esfuerzos de la fundición de Carlos por defender el negocio familiar. Barney, Carlos y Ebrima, esclavo de Carlos que solo sueña con su libertad, se verán afectados por la llegada del nuevo inquisidor que inicia su cruzada contra los paganos. Estos personajes de ficción se encontrarán con personajes históricos y nos permitirán conocer de primera mano los grandes acontecimientos que marcaron un siglo convulso y decisivo para el destino de Europa y el mundo. La boda de María, Reina de Escocia y el Delfín Francisco de Francia. Cómo Isabel Tudor estaba a punto de subir al trono tras la muerte de su pariente María, que se casó con Felipe II. Seguiremos los pasos de su asesor Cecil. Campañas diplomáticas, alianzas, estrategia, traición y guerra serán parte de las relaciones cotidianas de estos personajes. La escena principal de la novela es el conflicto entre el catolicismo y el protestantismo, donde el legalismo se enfrenta a la libertad del Evangelio. El autor teje una trama perfecta que se desarrolla de forma alocada mientras somos testigos de una cadena de episodios, una eterna lucha entre el bien y el mal, con personajes que encarnan lo mejor y lo peor de la naturaleza humana, el amor y el odio, la tolerancia y el fundamentalismo, la lealtad y la traición, justicia e injusticia, valor y cobardía, etc. Así que entre héroes, villanos, traiciones, crímenes, momentos épicos, emocionantes, dolorosos, intrigas cortesanas, conspiraciones, alianzas, venganzas, odios, batallas, espías y piratas, pasamos compulsivamente las páginas hasta el final.

Una columna de fuego es el tercer libro de la famosa saga de Los Pilares de la Tierra de Ken Follet. Personalmente, me ha costado mucho leerlo, porque es un libro bastante extenso (800 páginas en ebook); así que, cómo imaginaréis y tal y como será el libro en físico, un tocho muy grande de la época que principalmente abarca esta saga: La edad Media. Sin embargo, en mi opinión y pese a su extensión es un libro que no tiene desperdicio: Su trama, sus personajes...hace que sea una lectura agradable e interesante de principio a fin.

La novela histórica es mi género favorito, y probablemente Ken Follett sea uno de los autores que más me gustan, por lo que esta novela estaba abocada al éxito.
Si habéis leído los libros anteriores de esta saga, os diré que este está más o menos en la misma línea: lucha de poderes, conflictos de intereses, desigualdad social, amores imposibles... pero a todo esto se suma el conflicto religioso entre católicos y protestantes.
A pesar de sus casi mil páginas es un libro que he leído en poco tiempo; la prosa de Follett suele resultarme bastante ágil y entretenida, fácil de leer. No me ha resultado una historia pesada a pesar de centrarse un poco más en sucesos históricos que en los anteriores volúmenes, pero sí quizá un poco más floja (Los pilares de la tierra me parece insuperable). Como es habitual en este autor, a menudo peca de descripciones demasiado detalladas, pero a mí es algo que me gusta y me parece un punto a favor, ¡adoro empaparme del ambiente y los personajes!
En definitiva, una historia que engancha, como casi todo lo que escribe este hombre (para mi gusto), aunque le falte un poco del alma de sus predecesoras y la historia no tenga nada más que ver con ellas que el lugar donde transcurre en su mayor parte.

Ante todo es de justicia señalar que de nuevo Ken Follett nos ofrece una lección magistral de entretenimiento con sus novelas consiguiendo que las casi mil páginas del ejemplar que nos ocupa se nos antojen hasta escasas. Nos encontramos ante el tercer tomo de la saga que comenzó con Los Pilares de la Tierra; en este caso ambientado entre finales del siglo XVI y principios del XVII. El título Una columna de fuego, hace referencia a las pugnas entre la religión católica y el reformismo que plagaron la época y que en muchas ocasiones, como tristemente sabemos, terminaban en la hoguera. Además en su sinopsis se nos presenta como un thriller histórico de espionaje, algo que me llamó especialmente la atención dado el giro de la saga y la especialidad del autor en esta materia.

En esta ocasión el personaje más destacado es Ned Willard, un hombre nacido en una familia de pudientes comerciantes aficandos en la ya conocida Kingsbridge. Sus azarosas vivencias le llevarán a servir en la corte de la reina Isabel I de Inglaterra en pos de un país con una mayor tolerancia religiosa. No obstante, como las anteriores entregas, rodearán a Ned una serie de personajes con tramas entremezcladas que la convertirán en prácticamente una novela coral. Nos moveremos por las tierras de la Inglaterra de Isabel I, la Francia de Catalina de Médici, la Escocia de María Estuardo y Jacobo VI y por supuesto el Imperio de Felipe II. Los avatares y juegos de poder de los grandes personajes políticos de la época también serán analizados con detenimiento a lo largo del libro conduciendo todo el hilo argumental del mismo.

Precisamente este último aspecto es para mi el mayor inconveniente de la obra. A diferencia de lo que ocurría en los dos anteriores, en este caso considero que hay demasiada historia política conocida que llega a hacer predecible el desarrollo (¿quién no conoce la suerte de María Estuardo o el destino de la desventurada "Armada Invencible"?) y los grandes reyes ocupan un lugar demasiado destacado en la trama. Así como en los anteriores seguíamos las vivencias de personajes anónimos y, en ocasiones, se nos narraba el marco histórico en el que se inscribían; en este caso es al revés y los personajes ficticios parecen ocupar solo un segundo planto respecto a los hechos históricos ya conocidos. Además de ello, Kingsbridge aparece de una manera puramente testimonial y nada tenemos ya de esas descripciones arquitectónicas tan representativas de los dos primeros libros.

Sí que contamos de nuevo con la pareja de desdichados amantes cuya historia plagada de obstáculos durante el argumento parece haberse convertido en el verdadero nexo de unión de toda la saga (solo que en este caso tienen menos carisma y su historia pierde en emotividad). Por otra parte es evidente que elementos que fueron característicos como el sexo y la violencia, también han perdido fuerza en esta novela. Además de ello, me parece reseñable que poco encontramos de thriller de espionaje en tanto en cuanto sabemos perfectamente cómo se va a resolver la trama histórica que no deja de ser la principal. Por supuesto de nuevo es muy meritorio el trabajo de Follett y reitero que el libro sigue siendo muy entretenido pero no he dejado de tener la sensación de que en este en concreto nos ha trampeado un poco. ¿Será que las comparaciones son odiosas y el listón estaba demasiado alto?

Es la tercera entrega de la serie Kingsbridge (Los pilares de la tierra y Un mundo sin fin).
Los acontecimientos transcurren desde la segunda mitad del siglo XVI (1558) hasta comienzos del siglo XVII (1606), salvo el epílogo, situado en 1620.
El libro está estructurado, por años, en 5 partes divididas a su vez en capítulos y partes.
La primera mitad del libro me tuvo muy entretenida con las conspiraciones de protestantes y católicos para terminar unos con otros, el futuro de Francia, Inglaterra y también de Ned Willard, el protagonista.
Después empezó a decaer, porque las conspiraciones y las guerras no terminan nunca y ya me empezaron a aburrir un poco.
Aunque en general me gustó.

Una columna de fuego es la continuación de “Los pilares de la tierra” y “Un mundo sin fin” sin embargo no es necesario haber leído los libros anteriores para ponerte con éste. La trama transcurre en el año de 1558, el escenario principal es Inglaterra y nos encontramos viviendo los conflictos entre la iglesia católica y la iglesia protestante.

Nuestro protagonista principal es Ned Willard, un joven que (cuando lo conocemos) tiene diecisiete años y acaba de enamorarse perdidamente de Margery, el problema es que Ned es protestante y Margery católica por lo que la familia de ella se niega en redondo a admitir semejante pretendiente. Durante todo el libro vemos como las diferencias religiosas separan el amor de estos dos, pero no es, ni por asomo, el tema principal en el libro. Reyes, política, religión, guerras, enfrentamientos, asesinatos… el libro te transporta al reinado de Catalina reina de Francia, Isabel, reina de Inglaterra y a todos los dramas que rodeaban a la corte. Los personajes son muchos y muy variados, cada uno con su propia historia, al final (de alguna manera) convergen en una última escena final, que, sin embargo, no termina con una era de enfrentamientos.

¿Qué puedo decir?, éste libro me hizo pensar mucho, desde la antigüedad las personas se han matado por sus creencias, actualmente el mundo sigue en guerra debido a sus dioses, a su filosofía, a su credo. ¿Es tan difícil respetar a la otra persona?, ¿es tan difícil entender que todos somos humanos?, ¿es tan difícil comprender que tu religión también se equivoca? Resulta ridículo que la gente que adora a un mismo Dios se haya matado por las diferencias en la manera de adorarlo.

Ahora, aunque el libro me hizo pensar, reflexionar y meterme a dar un chapuzón en la historia de los reyes debo admitir que a trescientas páginas de que acabara el libro hubo una frase que me echó a perder la historia porque supe cómo iba a acabar, quien moriría y quien se quedaría con quien. Es la frustración que te da cuando hacen que tu personaje favorito la palme solo para que se acomoden las cosas. Deje el libro varios días de puro enojo, luego retome la lectura para ver si me equivocaba, pero no, pasó tal cómo creí que pasaría, con unas muertes bastante convenientes y en el momento justo para que la historia de amor se cerrara.
Sí, debo admitir que me fastidió bastante el romance y hubiera estado mucho mejor si no hubiera existido, es decir, si se quería usar el amor como una muestra de que se podía superar la barrera de la religión no se consiguió. al final los malos mueren y los buenos comen perdices (excepto los que se mueren o los que no volvemos a ver, de todas maneras te dan la pista de que el libro que sigue va de visitar el nuevo mundo).

Aun así lo he disfrutado lo suyo así que cuatro estrellitas bien ganadas.
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Nos encontramos en el año 1558, siglo XVI, y Ned Willard vuelve a Kingsbridge tras haber estado varios años fuera y vuelve para intentar casarse con su amada Margery, hija de los Fitzgerald: una de las familias más importantes de la ciudad. Pero todo se trastoca cuando la madre de Ned presta dinero al padre de Margery y ocurre lo indecible: la iglesia junto a la mentira que crea Rollo, el hermano de Margery, se abren hueco en Kingsbridge y desata el drama y conlleva que Margery se case con Bart, el hijo del conde de Shiring con lo que Ned se marcha y accede a la petición de Cecil para que sea su ayudante y le ayude a subir al trono a Isabel Tudor.

Por otro lado, en París conoceremos a Sylvie y a Pierre de Aumande dos personas muy diferentes con diferente visión de la vida y con una contraria creencia religiosa: Pierre se unirá a la familia de Sylvie para sonsacar información del protestantismo francés y venderla a la familia de Guisa y así poder ascender y convertirse en imprescindible en esa familia. También conoceremos al hermano de Ned, Barney que vive con su primo Carlos en Sevilla fabricando hierro junto a Ebrima, un esclavo africano. de nuevo la fe cristiana religiosa hará que Carlos, Ebrima y Barney tengan que huir de España: se enrolaran a la mar, después descubrirán Flandes y por último Barney viajará a las tierras del Nuevo Mundo.

La historia está protagonizada por muchísimos personajes, una novela coral donde destaca Ned como gran protagonista: un tolerante religioso, riguroso en sus argumentos veraces y que representa el respeto y la honorabilidad; Margery, con su amor prohibido e imposible, una mujer fiel a sus ideas y que odia el derramamiento de sangre y que tiene un fe cristiana inquebrantable, pero leal a los suyos; Sylvie, una chica valiente y luchadora por sus ideales y que sobresale como una heroína protestante y que me ha emocionado en muchos detalles y acciones que acomete; Pierre y Rollo dos personajes malignos, unos auténticos villanos que destacan por su maldad y ferocidad y por supuesto por su inquebrantable y arrogante fe cristiana, representaciones del absolutismo religioso como único y veraz.

El dibujo que hace de los personajes Ken Follet es soberbio: los llena de emociones buenas y malas, mezcla momentos dulces con momentos trágicos y eso otorga a cada uno de ellos un profundo sello psicológico y humano. El lector no tendrá problema alguno en reconocer a ninguno de ellos ya que los personajes van saliendo poco a poco (aparte que hay un glosario de personajes) y además se van mezclando personajes ficticios con personajes totalmente reales (Isabel y Maria Tudor, Maria Estuardo, la familia de Guisa, Guy Fawkes, Catalina de Médici o Jacobo Estuardo, entre otros) dando lugar a una trama bastante fidedigna, llena de matices, leyendas y con muchos claroscuros que dan intriga y tensión durante todo el relato.

Si hay algo que no se puede reprochar a Follet es de la excelente ambientación que siempre recrea en sus obras. Dibuja con mimo todo el contexto histórico donde sitúa a cada personaje, y aborda de forma muy especial y asombrosamente visual las calles y los escenarios de cada una de las tramas que suceden en la historia. Aunque hay detalles con los que ha jugado en la historia que no son exactamente así, la fabulosa atmósfera que ha creado en Una columna de fuego es de aplaudir: lo más fundamental es el ambiente de venganza, rencor y segregación que rodea el siglo XVI.

La historia está cargada de comparaciones actuales donde la fe cristiana juega un papel totalmente dictatorial y vejatorio hacia los protestantes tanto en Inglaterra, Francia o España. Pero la llegada de Maria Tudor cambia por completo el rumbo europeo y se instala en Inglaterra la paridad religiosa, hecho mal llevado por los puritanos y fanáticos cristianos dando lugar a miles de muertos (por ejemplo La batalla de San Bartolomé en París o La derrota de la Armada Invencible) y complicando aún más todo. El autor consigue recrear varios momentos históricos únicos y emocionantes y conmocionando al lector en momentos dados tanto en hechos reales como ficcionados. Pero también veremos las acciones secretas de los protestantes, las oscuras redes de espías que toda la nobleza tenía a su alrededor, la importancia en aquella época de los barcos donde España destacaba como la mayor flota del mundo, la forma de conseguir hierro para los múltiples conflictos bélicos y una cosa que me ha encantado leer ha sido toda la leyenda que esconde Guy Fawyes y su acción en contra del gobierno de Jacobo Estuardo… Aquí hago un receso para emitir un punto no negativo, pero si contrario a Ken Follet: durante toda la novela da entender la negatividad, la insolencia y desfachatez de España, de una forma sibilina hace una critica feroz a España en aquellos años, y a mi personalmente no me parece conveniente este tipo de acciones en un libro así, pero bueno ese es otro tema...

Una columna de fuego es una novela compleja llena de tramas, subtramas, con multitud de personajes y con un protagonismo importante de todos ellos. La novela nos hará viajar por varias ciudades en pleno siglo XVI (“Kingsbridge”, Londres, París, Sevilla, Amberes, Edimburgo, La Española, Flandes), diferentes lugares y diferentes hechos históricos irán dando complejidad y verosimilitud a la historia de los protagonistas. La novela está estructurada en capítulos extensos en los que iremos a cada escenario y viviremos cada aventura y desventura del personaje en cuestión. Gracias a una tercera narración el autor consigue dar vitalidad y dinamismo continuo en cada momento. Una historia que no le falta de nada: amor (en todos sus modos: amistad, sexo, a la patria...) y desilusiones, traiciones y venganzas, secretos y revelaciones, intrigas palaciegas y miles de complot, multitud de desgracias y dramas aunque siempre nos regala alguna alegría. Una épica obra de Ken Follet fascinante, con un ritmo apabullante donde no dejan de pasar acontecimientos por lo que el aburrimiento se diluye en las casi mil páginas que pasan velozmente. Un thriller histórico fabuloso, muy entretenido que se puede leer totalmente independiente de las anteriores novelas muy bien documentado y que consigue nuevamente atraparme en sus personajes, escenarios y acciones.
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Después de varios años posponiendo este momento, ha llegado la oportunidad de terminar la trilogía de Kingsbridge.
Como viene siendo habitual con Ken Follett, nos presenta una amplia paleta de personajes distribuidos en diferentes arcos argumentales. Todo comienza con Ned y Margery en Inglaterra, después nos trasladamos a España para conocer a Barney, Carlos y Ebrima, tenemos a Pierre y Sylvie en Francia y, por último, el enfrentamiento político entre María Estuardo y María Tudor. de hecho, haber visto tantas películas históricas me ayudó mucho a centrarme en el contexto político de este libro.

Soy consciente de que el escritor es famoso por investigar minuciosamente todos los detalles de la época en la que sitúa sus libros, pero personalmente me parece un poco raro que escoja personajes históricos reales (María Tudor o María Estuardo) y se invente situaciones y conversaciones que desconocemos si tuvieron lugar. Por esa razón estos capítulos me sacaban de la lectura. En cambio, el resto de personajes y sus historias al principio me mantuvieron muy interesada, sobre todo Sylvie y Pierre.

Los capítulos eran largos, lo cual me parecía estupendo porque se centraban mucho más en cada uno de los protagonistas. Sin embargo, a medida que avanzaba la trama, mi entusiasmo e interés fueron decayendo. Me aburría con las confabulaciones, estrategias y conversaciones políticas y religiosas. Superada la mitad de la novela, vi que me importaba poco la vida de la mayoría de los personajes, incluso aquellos que al principio me gustaban. Ninguno logró que recuperara el entusiasmo que tenía al inicio de la lectura. de hecho, una vez terminado el libro, me di cuenta que había personajes que se podrían haber eliminado y la historia no sufría ninguna alteración (como es el caso de Barney, Carlos y Ebrima), lo cual demostraba que estaban para rellenar.

Aunque se nombra en algunas ocasiones a protagonistas muy importantes del primer libro de la saga, lo cierto es que se nota que esa familiaridad se ha perdido. Ha transcurrido mucho tiempo y es difícil coger el mismo cariño a los nuevos protagonistas. de hecho, leyendo este libro me entraron muchas ganas de volver a sumergirme en las páginas de Los Pilares de la Tierra. Aún recuerdo con total claridad al prior Philip, Aliena, Jack, Tom... pero estoy segura que, de aquí a unos meses, no recordaré el nombre de ninguno de los protagonistas de Columna de Fuego.

En gran medida, creo que parte del problema ha sido la extensión de la historia, y no me refiero a las casi 1000 páginas, sino a la gran zona geográfica. A lo largo de la historia damos tumbos de un punto a otro del mapa, saltando de país en país y de año en año. A veces incluso transcurría una década y descubríamos que los personajes habían cambiado de parejas, o vivían en otro país, se habían convertido en abuelos o incluso habían muerto. Esto impide que el lector se involucre realmente en sus vidas.

Creo que el autor se aventuró demasiado y olvidó cuál es el corazón de estos libros: Kingsbridge. La ciudad que se hizo famosa por la construcción de su catedral ahora está ausente en la mayoría del libro. Una de las cosas que hizo que los dos libros anteriores fueran especiales fue la forma en que Follett entretejió las vidas de los personajes con sus conocimientos sobre la construcción de catedrales. En cambio, en este libro, la aparición de Kingsbridge resulta anecdótica.

Me ha costado llegar hasta el final y no puedo decir que me haya gustado. Creo que no tiene el mismo nivel de interés o intensidad que sus predecesores.

Saludos ;)