Los astronautas

‹‹Los astronautas›› me ha dejado ENAMORADA. Es la forma de escribir de Laura Ferrero, es la delicadeza con la que se cuentan las historias que conforman la novela, es la búsqueda del significado de las palabras, es la profundidad de sus reflexiones y es la manera de encajar las respuestas que se obtienen.

Soy fan incondicional de las novelas intimistas, en las que sus autores se van quitando capas a través de la reflexión y la emoción, y por eso esta novela me ha gustado tantísimo.

Nos encontramos una autobiografía en la que la autora construye su propia historia personal cosiendo los retazos de historias que alcanza. Laura Ferrero parte de un hecho biográfico real, iniciando con él la búsqueda de una historia familiar que no aparece, pero sí otras que la autora entreteje para hacer el relato de su infancia.

A la par que cuenta la historia familiar, la entrelaza con algunos episodios conocidos, y no tan conocidos, sobre la carrera espacial, haciendo paralelismos entre las diferentes historias.

Aquí no hay culpas, no hay reproches. Hay entendimiento, empatía y algo de resignación, porque en la vida no siempre todo es como nos gustaría, ni las personas a las que queremos son como creemos que deberían ser o nos quieren como nos gustaría.

Me han encantado las reflexiones de la autora. Hay muchas cuestiones que se abordan desde el punto de vista de una familia atípica de los años 80. Una familia que se disuelve para dar paso a otras formas familiares que en esa época no tenían etiquetas y que, por tanto, la sociedad no sabe nombrar ni tratar.

Me ha encantado el punto en el que esta novela me ha situado. Aquellos que venimos de familias de los 80 “típicas” damos muchas cosas por sentado, y es maravilloso darse cuenta de que es, en realidad, un privilegio.

Este libro relata la incansable búsqueda de una mujer por desentrañar la auténtica historia de una familia que ya no existe como tal. Sus padres se separaron cuando ella era apenas una niña, y ha vivido vidas divergentes con cada uno de ellos. No obstante, le resulta incomprensible cómo era su vida antes de esa ruptura. No hay rastros de recuerdos ni fotografías, y parece que nadie está dispuesto a abordar ese tema.

La prosa de esta autora me ha cautivado por su exquisito cuidado y su laboriosa elaboración. Su lenguaje rebosa de elegancia y confiere a la novela un grado de perfección distintivo.

Sin embargo, la evolución del argumento me ha resultado tediosa, monótona y carente de elementos que me impulsaran a indagar más sobre la protagonista. Se percibe un afán por transmitir tristeza, pero al final me ha parecido que se enredaba en círculos sin avanzar.

No ocurre nada revelador ni emocionante. Tan solo se trata de una sucesión de relatos sueltos, entrelazados de un manera más o menos cohesionada, que no logran generar ninguna emoción más allá de la mencionada tristeza y soledad.

En algunos capítulos, se intercalan historias sin relación aparente con la trama principal, pero que contextualizan la misma. Eso me ha parecido sumamente original y, diría incluso, lo más interesante de todo el libro.

La familia es algo que todas las personas tenemos en común. Todas tenemos una.

Lo que varía es la estructura, la forma, la presencia o ausencia, las dinámicas, el origen, las creencias... La historia, que las (y nos) conforma.

En "Los astronautas", Laura Ferrero, hace un ejercicio de búsqueda. de la familia y de la individualidad dentro de ese sistema. Una búsqueda en un universo inmenso y desconocido... Toda una aventura no exenta de riesgo.

Y lo hace con una escritura maravillosa que, imagino, ha sido sanadora.

Acabo de leer "Los astronautas" (Alfaguara, 2023), de Laura Ferrero.

Empiezo por decir que es un libro de autoficción; la escritora ficciona su propia historia familiar; lo cual, dicho sea de paso, parece estar de moda, muy de moda, demasiado quizás.

Dicho esto, asistimos a la búsqueda de una familia "normal" por parte de la protagonista, que necesita asideros para construir su futuro. A base de conversaciones, sobre todo con la madre, con la ayuda de sus tíos y de una fotografía, esta mujer va rellenando huecos y buscando el suyo en la constelación familiar.

Ha sido un libro muy comentado por aquí, que me ha costado mucho encontrar. Lo conseguí en préstamo en eBiblio y lo he tenido que leer en el portátil porque mi kindle no lee epubs.

Digo todo esto como atenuante que explique porqué este libro no ha cumplido mis expectativas. Me ha parecido lento, que divaga, que se pierde en meandros de reflexiones sin mucha enjundia. La primera parte me ha costado mucho; la segunda se me ha hecho más llevadera.
Creo que Ferrero escribe bien, con una prosa fluida, pero fría a mi parecer. No he logrado empatizar con esta niña/adolescente/mujer que busca sus raíces para entenderse a sí misma.

Lo de la historia paralela de los astronautas, con datos científicos, que pretende ser un espejo de su propia historia, es algo forzado en mi opinión.

¡En fin, puede que no haya sido mi momento, puede que el soporte lector no haya ayudado, pueden ser muchas cosas, pero esta, definitivamente, no va a ser mi lectura del mes

«La memoria es un truco, no existe aquello que no vemos, aún menos existencia posee lo que no queremos ver»



Fue la propuesta lectora para una LC, empezar y decir, no puedo parar, no puedo dejarlo aquí, tengo que saber más. Es una historia tan bien hilvanada, esos capítulos de historia espacial, me han atrapado y ensimismado, no digo nada del perfil familiar que nos hace, magnifica.



«El miedo es lo que da identidad al punto ciego del ojo»



Tras la separación, antes del nacimiento de nuestra protagonista, su identidad se pierde, ¿cómo es posible? Las fotografías siempre guardan un destello de nuestro pasado, cuando este pasado duele, muchas personas optan por borrarlo, como si eso fuese posible, se destruye todo lo que nos recuerda esa vida y se deja de hablar de ello. Pero esa niña irá creciendo, tendrá una madre y un padre, por separado y sin contacto, dos vidas paralelas y distantes, no se rozan, no se cruzan, ¿dónde se sitúa ella?



«La Navidad tiene algo fúnebre, la obligación de ser felices y las ausencias»



Cada uno de sus progenitores formará una familia, ¿qué es una familia? La familia está en los detalles de la convivencia, pero ¿dónde se sitúa ella cuando en una foto de su padre se la excluye? Empezará a reconstruir su vida desde imágenes rotas y silencios incómodos, sobre recuerdos polvorientos y mentiras, cierto, ella misma nos dice, cualquier historia no cuenta la verdad, cuenta una verdad. Y descubre cosas de sus familias, pero también de ella misma, de donde le viene la angustia ante lo repentino, lo inesperado, también que la felicidad calla las preguntas, pero una felicidad impostada, que vivir al margen de la realidad, pasar de puntillas por todo aquello no del todo importante, resta visión, nos ciega. Nos ofrece reflexiones interesantes, el ser humano solo busca el sentido de la vida que va con él; que el lenguaje se devalúa por el sentido que nosotros le damos, que cuesta limpiarlo, es inocente, no tiene experiencias. El efecto halo.

¿Existes si nadie te recuerda?

Muy, muy recomendable.
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Esta autobiografía -o tal vez sólo retazos de recuerdos, de relato- me dio la impresión primera de estar deslavazada, pero a medida que avanzaba la lectura me dí cuenta de que los recuerdos, la reconstrucción, los descubrimientos no son lineales, no llegan ordenados. Y Laura los va descubriendo según los mira, según se da cuenta de sus propios recuerdos y de las memorias del resto de su familia. Esa es la clave de todo el relato, la familia, esa en la que Laura es la intersección de dos conjuntos, en realidad de dos familias.
El uso de la imagen, de las sensaciones y vivencias, de los astronautas hace que comprendamos a la autora, ese estar flotando lejos, viendo lo que pasa desde un lugar lejano, regresando sin fuerzas, quizás incluso volviendo a hogares inexistentes.
Aún así hay espacio, inmensidad, para el futuro. Siempre hay formas de regresar a la Tierra.
Un relato que no tiene más exigencia que dejarse atrapar por la forma de escribir de Laura Ferrero.

Esta es una novela de autoficción en la que autora partiendo de un hecho biográfico real decide reconstruir la historia de su familia.

Todo ocurre cuando en el transcurso de una comida familiar, descubre por una foto que, durante un breve tiempo, ella tuvo una familia.

A raíz de este descubrimiento nace en ella la inquietud de reescribir y reconstruir su propia historia a partir de los retazos que va descubriendo a través del relatos de los suyos, pero también se encuentra muchos silencios, secretos y medias verdades para esconder culpas.

Porque ella es hija de unos padres que se divorciaron en los años 80 al poco tiempo de nacer ella. Una época en el que el divorcio es algo reciente y aun no se sabía bien lo que era.

Esto tuvo consecuencias en ella, especialmente de carácter emocional, de identidad y de conocer cual era su lugar, especialmente, cuando cada uno de sus padres forman otra familia.

A través de sus reflexiones con un ritmo envolvente, lleno de matices, va reconstruyendo una historia sin rencor, ni reproches, queriendo solo cubrir los huecos que a ella le faltan.

Auto-ficción que enlaza con episodios conocidos y no tanto de la carrera espacial de los astronautas, haciendo paralelismos entre ambas.

Para intercalar con otras lecturas con más acción, agradezco de vez en cuando encontrarme novelas así, con muchos sentimientos y al mismo tiempo emotivas y emocionantes.

Laura se encuentra en una cena de Navidad por casualidad una fotografía de la que fue su familia. Es decir de ella con sus padres. Y entonces se da cuenta de que también tuvo una familia y no dos, como ella recuerda. La familia de su madre y por otro lado la de su padre.
Y ela quiere saber más sobre esa familia que se rompió y de ese matrimonio que se divorció en los años ochenta.

Laura, a sus treinta y cinco años quiere reconstruir su historia familiar para así comprender la ausencia de su padre y las decisiones tomadas por su madre.
Quiere completar su identidad con sus carencias, silencios y secretos. Y entonces comienza a recrear esa infancia a través de sus recuerdos y de preguntas, combinado breves crónicas de viajes espaciales.

Es una historia de autoficción, personal y emocionante donde la autora juega con las soledades para reconstruir la memoria del olvido. Y lo hace con una narración elegante y profunda mientras recorremos cada etapa de su vida.

Un libro muy interesantes que me ha sorprendido mucho y en el que a pesar de ser una historia sencilla tiene mucha profundidad.

Las autobiografías familiares son uno de mis géneros preferidos: creo que siempre puedo extraer ideas valiosas sobre la identidad y la memoria, incluso si nuestras circunstancias han sido muy diferentes.

El problema, claro, es que cuanto más lees de un cierto género mejor puedes comparar diferentes historias y más crítica se vuelve tu visión. Quizá por eso Los astronautas me ha resultado un poco decepcionante. La historia parte de un hecho real, el hallazgo de una fotografía de su familia original antes de la separación de sus padres, y sirve a la autora para reflexionar sobre los silencios y ausencias que han marcado su vida.

Me ha parecido que Laura Ferrero escribe muy bien, y a un libro como este siempre hay que reconocerle el mérito de tener el valor para abrir en canal el universo opaco de la intimidad familiar. Me gusta especialmente la reflexión que se desprende sobre nuestra necesidad innata de contar historias (ya sean o no verídicas) para entendernos a nosotros mismos, y el consuelo que nos otorga plasmar algo en palabras o imágenes.

Sin embargo, creo que la historia está estirada más de la cuenta, dando vueltas una y otra vez sobre los mismos hechos e ideas. Las analogías que Ferrero traza con la carrera espacial (de ahí el título de Los astronautas) o con la obra de varios artistas empiezan con mucha fuerza, pero terminan por volverse repetitivas.

Para mí, la máxima exponente de una memoria familiar bien concebida y ejecutada es Mary Karr, autora de El club de los mentirosos o de la flor. de ella aprendí a distinguir una voz realmente humilde de la falsa modestia, y a apreciar cuándo subyace una voluntad real de empatía y comprensión, por muy crítica que sea la historia, en lugar de rencores y acusaciones. Aspectos que, en mi opinión y lamentablemente, Laura Ferrero no domina con la misma maestría.
Enlace: http://nextlibris.es/los-ast..

No tengo muy claro cómo enfrentarme a esta reseña literaria, porque la lectura de Los astronautas ha sido diferente a lo que me esperaba; quizás el leer su sinopsis me hizo recrear en mi mente una historia diferente, y al leer lo que ha escrito Laura Ferrero me ha transmitido todos esos temores que nuestra protagonista padece. Me da la sensación de que este estilo sosegado de narrar me ha permitido empatizar gradualmente con ella.

Editorial tradicional y autopublicación Libros y Literatura

La editorial Alfaguara da formato a una obra que habla de la familia, de lo que nos aporta y de lo que nos falta en ella.

“Yo tenía una familia, pero nadie me lo conto” es la primera frase que nos encontramos en Los astronautas y que nos da de lleno en esa parte del cerebro que nos advierte de que algo está pasando, nos pone en alerta y sus nueve palabras exponen de modo directo de qué va la historia.

Con 7 años, nuestra protagonista se sentía diferente, por eso decidió cambiarse el nombre y fue Kuki el elegido, todo el mundo respetó su decisión, aunque algunos no entendieran sus motivos, o puede que fuera porque pensaban que quería llamar la atención y no le dieron importancia precisamente por no darle esa razón a alguien tan pequeño.

Pero Kuki tenía sus motivos, hija de un matrimonio roto, vivía a caballo entre dos familias, la que habían formado su padre y su madre con otras personas. Hay quien en esta situación se puede sentir afortunado por tener todo eso, pero ella sentía que no pertenecía a ningún sitio, que no tenía una familia propia. Se ve a sí misma como la hija de una mujer y de un hombre que en algún momento pensaron que se amaban pero que quizás eran muy jóvenes para darle el nombre adecuado a aquello que sentían. Tuvieron una niña y luego él se marchó. La madre adoptó un rol enfocado en la premisa de “esto no me vuelve a suceder a mí” y el padre estuvo ausente, aunque lo viese dos fines de semana al mes.

Más tarde la madre se volverá a casar y tendrá otro hijo, un hermano para Kuki, un buen hermanastro; y su “padre” hará lo mismo, pero tendrá una niña cuya madre la tendrá siempre en búsqueda de la perfección física, y de pases de modelo. La segunda esposa de su padre coincide en nombre con la primera (como si el hombre no hubiese querido molestarse en no confundir nombres) y será una madrastra correcta pero demasiada obsesionada porque toda la familia sea guapa y delgada.

La pobre Kuki será la que salga por la puerta de la casa materna, dejando allí a su hermanastro libre y rodeado de cariño, para invadir el poco espacio que le corresponde en la casa paterna.

No estamos en Los astronautas ante una historia de maltrato ni nada por el estilo, estamos ante dos familias que no supieron hacer lo correcto con una hija que tuvieron y que sigue estando ahí cuando se despiertan cada mañana, como si se empeñara en existir.

La niña era brillante, tenía mucha imaginación y ya en el colegio la consideraban como una escritora en potencia, pero nadie le dio las herramientas adecuadas, estaban simplemente en otras cosas. Aun así, se hace escritora y nos narra su vida en una novela que se llama “Los astronautas” en honor a esos seres que convirtió en sus héroes cuando su padre se fue de casa y ella los hizo parte de su vida mintiendo descaradamente a sus compañeros de clase al afirmar que su padre trabajaba en la N.A.S.A. (esto la hizo tener que investigar mucho y al final aficionarse a sus aventuras espaciales).

La vida en una novela tal y como la conocemos.
¿Has escrito un libro y quieres que lo leamos?

Esta historia escrita por Laura Ferrero me ha hecho reflexionar en muchas ocasiones y eso me gusta, porque es lo que un libro debe hacer. Y el tema de las fotos familiares, tan importante en el relato, me ha hecho pensar en mi propio pasado y creer entender que precisamente, el pasado, es el centro de toda esta historia. Debemos conocerlo para saber quiénes somos y poder afrontar nuestro futuro. Necesitamos un sitio en el mundo, sentirnos protegidos, amados. Debemos sentir y ser sentidos.

Los astronautas ha sido una lectura muy interesante. Alfaguara es una editorial que sabe elegir muy bien las historias que quiere contar. Es una elección siempre fiable.