La flor púrpura

La flor púrpura es una entretenida novela sobre el crecimiento personal que toca temas como el maltrato, la ortodoxia religiosa, el rechazo de las propias raíces y la fusión cultural. La autora nos da unas pinceladas de parte de la historia reciente de Nigeria, componiendo un retrato más auténtico de la realidad africana que el que estamos acostumbrados.
En La flor púrpura podemos encontrar una crítica al colonialismo europeo en Nigeria, debido a que la autora nos va describiendo de forma detallada como la familia de Kambili atraviesa la transición de costumbres, es decir: como Nigeria se vio afectada con la llegada del hombre blanco, y como la implementación del sistema eurocéntrico basado en el cristianismo que desmoronó la vida tradicional politeísta.
Una narración tejida de manera magistral con un estilo sencillo, lleno de sensibilidad y delicadeza. Esa sencillez no significa superficialidad: las acciones de los personajes y sus diálogos invitan a reflexionar sobre temas profundos como la libertad, la violencia, la injusticia de los tirano, la intolerancia. Detallada descripción de sabores, olores y tonalidades, que ayudan a sumergirse en el universo de la obra. Es muy interesante la forma en la que Chimamanda incorpora términos en igbo sin caer en la explicación excesiva.
La flor púrpura está cargada de personajes complejos, profundos y paradójicos.
Eugene, el padre, se enfrenta al gobierno. Esta actitud es alabada por los sacerdotes en los sermones, al tiempo que se hacer acreedor a premios de reconocimiento por su labor en materia de defensa de los derechos humanos. Sin embargo, esta actitud contrasta con su sentido de la educación en el interior de su familia. Su sentido de humanidad social se acompaña con la más escalofriante práctica de violencia intrafamiliar.
Su esposa Beatrice, vive con pánico por la posibilidad de que su marido consiga otra mujer , aguanta con amargura y silencio el maltrato hacia sus hijos, pero es quien a final toma una decisión drástica.
Kambili, la protagonista, es una muchacha tímida y sensible, que vive en conflicto perpetuo con los sentimientos hacia su padre.
Jaja es un personaje un tanto desafiante a la hora de de afronta su realidad y por el sentido de la culpa y la responsabilidad que asume a lo largo de la historia.

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La flor púrpura es una obra dura y cautivadora a partes iguales.
Es la primera vez que tengo oportunidad de leer algo de la autora y sinceramente me ha impactado, tiene una pluma impecable la cual te envuelve y hace que te sumerjas entre sus palabras.

En esta obra nos habla de la vida de una adolescente nigeriana y de su familia, del fanatismo religioso, de la pasión, el amor, el maltrato, la corrupción, los lazos familiares, la represión, entre otros y todos ellos los trata de una forma impecable, clara y adictiva.
La autora nos muestra la realidad social y política de Nigeria, un país desconocido para mi hasta el momento y ha logrado que quiera conocer más de su realidad y cultura.

Bajo mi punto de vista esta obra es de las que dejan huella, de las que con el paso de los años recuerdas y me ha resultado una lectura muy enriquecedora. Tengo claro que va a estar entre mis libros de cabecera con el paso del tiempo.

Luego de terminar de leer esta historia es increíble pensar que La flor púrpura fue la novela debut de Chimamanda Ngozi Adichie. La flor púrpura se centra en la vida de Kambili, una adolescente de 15 años que vive una vida económicamente privilegiada con su hermano Jaja, su madre, y su padre, una persona totalmente conservadora y extremadamente religiosa. Pero algo sucede durante las pascuas que hace que Jaja, se rebele contra su padre y cambie las vidas de toda la familia para siempre.

La novela se divide en tres partes: en la primera parte podemos observar cómo Jaja se rebela contra las órdenes de su padre, en la segunda vemos qué fue lo que sucedió durante los días previos a este incidente para que Jaja actúe de esa manera, y luego vemos los efectos de dicha rebeldía, en los días posteriores a ese evento.

Durante toda la novela seguimos el punto de vista de Kambili, y desde su perspectiva podemos ver y sentir la vida opresiva que siempre ha vivido. Siguiendo las órdenes de su padre sumamente controlador, vemos como la familia siempre ha sido sumisa y obediente a la figura patriarcal de la familia y cómo luego de una visita de su tía y sus primos, se ve claramente el contraste con la vida totalmente liberal y despreocupada que estos llevan. Kambili y Jaja se empiezan a cuestionar si la forma en que siempre han vivido y han sido sometidos a todo tipo de control por parte de su padre no es normal, ni la única forma de vivir.

Entre los temas que se pueden encontrar en esta novela creo que uno de los más importantes son los efectos que deja el colonialismo en una sociedad. En este libro podemos ver las consecuencias que dejó el colonialismo británico, que a través de sus "misionarios" buscaban convertir a todos los nigerianos al cristianismo practicado por los británicos, considerando la religión en Nigeria como pagana y errónea. Esto se puede ver representado en el padre de Kambili, quien es una persona sumamente fanática del cristianismo, a tal punto de cortar todo lazo con su propio padre quien nunca renunció a sus dioses y considerarlo como pagano y hereje. El odio que siente por todo aquel que no sigue la religión que dejó el colonialismo en Nigeria, su desagrado por aquellos que se negaron a aceptar el cristianismo, su rechazo incluso por el idioma igbo hablado en Nigeria en vez del inglés, hasta la decoración de su casa similar a las de occidente y la forma en que indcotrina a sus propios hijos sobre el comportamiento del hombre blanco como aspiración son ejemplos de cómo el padre de Kambili es la personificación de las consecuencias que suele dejar el colonialismo.

También es fácil establecer una similitud entre Eugene, el padre de Kambili, y la situación social en la que se encuentra Nigeria durante el transcurso del libro. Orientado en los años 90, en Nigeria los militares toman el mando del país, es decir tras la instauración de un golpe de estado y una subsiguiente dictadura. La falta de libertad, la opresión y la violencia de la dictadura es similar a la que ejerce Eugene para con su familia. La violencia doméstica hacia sus hijos y su esposa domina el libro, con escenas que son hasta difíciles de leer de lo brutales que son, y también la forma en que Eugene controla absolutamente todo en las vidas de su familia, sacándoles así cualquier tipo de libertad o independencia, tal cual lo hace la dictadura con la libertad de expresión de los periódicos y manifestantes.

Sin embargo, el símbolo más interesante desarrollado en el libro es el de la flor púrpura, que termina dándole el título al mismo libro. La flor púrpura, si bien no existe en la realidad, en esta historia sirve de símbolo de independencia y libertad para Jaja y Kambili, cuyas vidas se ven cambiadas completamente una vez que observan la forma en que sus primos y su tía viven. Jaja decide traer unos racimos de esta misma flor que conoció en la casa de su tía hacia su propio casa en un afán de plantarlas y que puedan crecer. Si nos enfocamos en el simbolismo de esto, creo que es interesante ver cómo esta flor en realidad representa el paso de la opresión que los chicos viven bajo el "régimen" de su padre, hacia el crecimiento que tienen al pasar esos días en casa de su tía junto con sus primos, y alcanzar por último la tan deseada y ansiada libertad; libertad de ser ellos mismos, de no tener sus vidas decididas y controladas por su padre, y de ser libres al fin de la violencia de su padre.

En fin, creo que esta novela es una joya literaria que no deja tema por desarrollar a lo largo de lo que parecen ser tan solo días. En esta historia de una adolescente tratando de sobrevivir una vida familiar opresiva y un país sumido en un estallido social y político, al mismo tiempo que intenta encontrar su propia voz e identidad, Adichie logra incorporar temas tan universales como la violencia doméstica, las consecuencias del colonialismo en una sociedad, la religión y la búsqueda de la independencia y libertad de uno mismo. Es una lectura sumamente recomendable para todo aquel que desee abrir un poco su mente a experiencias de un país foráneo, pero que terminan siendo tan universales como identificadoras.

Este libro nos cuenta la historia de una familia nigeriana muy privilegiada a través de los ojos de Kambili, la hija menor del matrimonio. Es una de esas historias que carecen de un "argumento" propiamente dicho porque lo que más importa de esta historia es el desarrollo de los personajes y el contexto en el que se lleva a cabo.
Nos cuenta la dinámica y rutina de una familia que tiene a la cabeza a un fanático religioso: las exigencias y ritos obligatorios, los castigos que les impone si lo desobedecían, el excesivo autoritarismo y la sumisión de su esposa. Un día esta rutina se ve interrumpida cuando Kambili y Jaja, su hermano menor, se van a pasar unos días a la casa de su tía y sus primos y experimentan la libertad. Cuando regresan a su casa, ya nada vuelve a ser igual.
La autora se toma el trabajo de mostrarnos de manera sencilla y paulatina la cultura nigeriana, explicando sus comidas, las diferentes costumbres, sus fiestas, su dialecto y su contexto politico, que tiene mucha relevancia en partes de la historia.
Es una historia con desarrollo demasiado lento pero con prosa sencilla, que lo hace muy ligero y entretenido. La construcción de las escenas tensas están muy bien logradas, algunas se tornaban difíciles de leer por la naturalidad con la que estos chicos se tomaban las atrocidades que cometía su padre. Se lee rápido y te deja pensando bastante, esa sensación que te queda cuando sos testigos de realidades que no conoces. Lo recomiendo.

Chimamanda es una escritora feminista nigeriana a la que tenía muchas ganas de leer hace mucho tiempo.
Esta fue su primera novela y recorre aldeas, ciudades y ubicaciones de su infancia y adolescencia en Nigeria.
En La flor púrpura nos narra la historia de Kambili cuyo padre es un fanático religioso, que fue criado por misioneros católicos.
Vive, además de con su padre, empresario adinerado, con su madre y su hermano Jaja.
En su hogar, lejos de encontrarse protegida, encontrará violencia y represión de un padre obsesionado por sus creencias religiosas.
Cuando Kambili y Jaja van a pasar unos días con su tía Ifeoma y sus prim@s, sus vidas cambiarán para siempre.
Una historia desgarradora, dolorosa y muy dura con la que nos aproxima a sus raíces, a las tradiciones de su país e incluso a la inestabilidad política del mismo.
Crítica brutal al colonialismo, a la evangelización, a la corrupción política y a la explotación de los países africanos, sin olvidarse del machismo y las violencias machistas.
Me he enamorado completamente de Chimamanda. 💜

Hacia mucho que un libro no me dejaba con tantas sensaciones al terminarlo. Y ha sido muy curioso por un motivo: Hasta que no cerré este libro definitivamente, tras leer sus últimas páginas, no me di totalmente cuenta de la belleza y complejidad que alberga y, sobre todo, de lo muchisimo que me ha gustado, sorprendido e impactado. Quería leermelo desde hacia tiempo, tenia muchas expectativas con esta novela, y no me ha defraudado para nada.

En “La flor purpura”, primera novela de la escritora Chimamanda Ngozi Adichie, conocemos la historia de la adolescente nigeriana Kambili y su familia, en la que sobresale la figura de su padre. de puertas para fuera es un heroe que hace muchas obras de beneficiencia y lucha por los derechos humanos, pero en su casa es un hombre profundamente religioso y de pétreas convicciones, que dirige y controla las vidas de sus familiares por medio de una férrea disciplina basada en el maltrato psicológico y físico,la tirania y la manipulación. La vida familiar de Kambili y su hermano Jaja, cimentada en el miedo y la represión, contrasta con la alegría, serenidad y libertad que se respira en casa de su tía Ifeoma, como descubrirán cuando vayan unos días de visita.

Centrándonos en lo que es la novela, la prosa de la autora no tiene nada de especial, es muy simple y fácil de leer. Y ya. Pero no es ahí donde radica la grandeza de esta obra. Curiosamente esta se basa en el que es su punto más débil, y lo único que no me ha gustado de la misma: el ritmo narrativo es excesivamente lento, hay muchos párrafos , e incluso páginas, que me parecían que sobraban y que solo servían para ralentizar y estancar la narración. Algo que podría ser mortal en una novela como esta, en la que todo se sustenta en los personajes y no en la trama.

Pero precisamente ahí esta el punto fuerte del estilo de escribir de Adichie: todo lo cuenta es importante, los pequeños detalles son las puntadas que conforman el brillante tapiz que es el libro, y en conversaciones y hechos que parecen intranscendentales se esconde mucho más de lo que parece a simple vista, demuestran y consolidan las personalidades de los personajes y sus actos. Gracias a esto nos encontramos con personajes muy individualizados y magistralmente construidos, vemos como son condicionados por sus creencias y ,sobre todo, por la situación política y social de Nigeria, que se nos presenta por medio de sus situaciones vitales.

Si la forma en que el mundo que Kambili conoce desde su casa choca con la descubre en el del hogar de su tía y sus primos, es porque ambas representan a las dos Nigerias, la de las riquezas y la abundancia de comida frente a la de los cortes de luz, la falta de combustible y las huelgas estudiantiles. Y no solo dos formas de entender la vida y la religión, las cuales ocupan un lugar esencial dentro de la narración. Toda esta complejidad con todas las contradicciones intrínsecas de su país y de su herencia (cultural, religiosa, social y colonial) nos las muestra Adichie con gran maestría y sencillez, haciendo que todo este nítidamente detallado y sea simple y puramente realista.

Y lo mismo sirve para los conflictos personales por los que pasa internamente nuestra protagonista y los caracteres que la rodea . Algunas de las escenas que nos encontramos a lo largo de la obra, son muy duras y difíciles de leer, y la autora nos las muestra con brutal realismo, implicando al lector en el dolor y el miedo que pasa en ellas Kambili. Pero también permite que veamos casi como si nos estuviéramos pasando a nosotros como va descubriéndose a si misma, y como, paulatinamente, ella y su hermano van rebelándose, cada uno a su manera, contra la opresión que conocen como único modo de existencia, reafirmándose en si mismos. Incluso aunque el final sea algo durillo (e impactante) deja resquicio para la esperanza; demuestra que después de la tormenta sale el sol y viene la calma, un mensaje optimista que casa muy bien con el libro.

Nunca voy a cansarme de recomendar esta maravillosa novela, que emociona e incómoda a partes iguales, si, pero también desgarra con su absoluta y pura belleza, con su perfección e inteligencia, y con el mensaje lleno de crudeza y esperanza que porta, perdurando en la memoria del lector mucho después de que la termine. Estoy deseando leer más cosas de esta autora, especialmente la novela “Americanah” y el manifiesto “Todos deberíamos ser feministas”.

"La flor púrpura" narra la historia de Kambili y Jaja, dos hermanos adolescentes que viven en el seno de una familia acomodada en Nigeria, junto a su madre y a su padre, un poderoso y reconocido empresario, que aboga por los derechos de los nigerianos ante un régimen opresor y corrupto.

Pero dentro de su casa nada es lo que parece, la familia está sometida al padre, un fanático religioso y católico que los tiene totalmente oprimidos.

Aunque todo empieza a cambiar cuando los jóvenes van de visita a casa de su tía Ifeoma y sus primos, allí conocen otra forma de educar y de convivir en familia.

Una historia contada desde la voz adolescente de Kamibili, en la que la autora con un lenguaje delicado, nos va descubriendo sus sentimientos a la vez que nos adentra en las diferencias sociales del país.

Lo único que he echado de menos en este libro es la traducción de las frases o palabras que incluye en el idioma nativo. Aún así es un libro muy recomendable que me ha gustado muchísimo.

A través de la lectura de "La flor púrpura" podemos escuchar la voz de Kambili, una joven de 15 años que vive una vida de silencios, normas, horarios, mucho miedo y violencia. Todo ello en nombre de Dios.

El padre de Kambili es un hombre influyente, activista a favor de los derechos humanos en su país, Nigeria, que se enfrenta a los dirigentes corruptos aún poniendo en riesgo su propia vida y, al mismo tiempo, rechaza todo aquello que pueda resultar pagano, tradicionalista o contrario a la religión y las costumbres católicas, en las que fue educado en el seminario al que acudió de niño, con un fanatismo que cae en lo sádico.

Resulta aterrador leer a Kambili y comprobar la represión absoluta de su libertad personal hasta el punto de no poder sonreir sin miedo.

Sin embargo, la brecha por la que empieza a penetrar la luz en esta realidad gris llega de la mano de la tía Ifeoma. Ifeoma también fue educada en los seminarios católicos, como su hermano, pero su religiosidad implica alegría, cánticos y, sobretodo, ayuda al prójimo. Ella buscará la manera de alejar a sus sobrinos del infierno en el que viven y, entonces, Kambili y su hermano Jaja conocerán el respeto, el cariño sin condiciones, el valor que tiene poder tomar las propias decisiones y equivocarse sin temor al castigo, y ya nada podrá volver a ser como antes.

Me ha conmovido leer esta especie de diario de la adolescente y comprobar cómo, muy poco a poco, va ganando en autoestima y confianza en sí misma y va dejando atrás los miedos.

Esta primera novela le valió a Chimamanda Ngozi los premios Commonwealth Writers' Prize y Hurston Wright Legacy Award y dió comienzo a su exitosa carrera literaria.

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No tenía intención de leer a Chimamanda Ngozi Adichie, pero rebuscando entre las estanterías de la biblioteca me pareció que la sinopsis no estaba mal. Si bien el primer tercio se me hizo algo pesado, conforme avanzaba disfruté de unos personajes con miedos y defectos, llenos de matices, que iban evolucionando, cada uno a su ritmo. Situado en Nigeria, nos habla de tradición y de religión, de fanatismo y de libertad."

No soy de esas personas que se suelen poner retos lectores (salvo el objetivo de GoodReads), en cuanto a autores, géneros, idiomas, etc… Pero sí que había una espina literaria clavada en mí y era leer, por fin, alguna de las novelas de Chimamanda Ngozi Adichie.

“La flor púrpura” fue su primera novela allá por 2003, ubicada y ambientada en su Nigeria natal. Una novela en la que la autora cuenta una desgarradora historia.

Esta novela es una feroz crítica a la religión fanatizada, a la violencia, al machismo, y a la normalización de todo esto.

A través de los ojos de la protagonista, asistimos a un relato familiar, a la foto de una familia en apariencia perfecta a ojos de la sociedad de aquella Nigeria post colonial.

¿Qué puedo decir de este libro o de esta autora que no se haya dicho ya? Primero que creo que todos deberíamos leer a Chimamanda, al menos una vez en nuestra vida. Si bien el libro no me ha fascinado, la historia está tan bien contada, tan bien ambientada, que ha conseguido estremecerme. Esa sensación de miedo y sumisión a la que se ven sometidos los personajes, la impotencia en algunos momentos, la liberación en ciertas situaciones… Una maravilla.

Y sobre todo me ha gustado mucho como encuentras personajes totalmente opuestos: el fanatismo religioso de Eugene, el “paganismo” de la abuela, la relación con el padre Amadi… Y ese final, que te deja con el corazón en un puño.

El título hace referencia a un tipo de flor muy común en Nigeria, pero cuyo color púrpura es, sin embargo, atípico. Porque la historia de Kambili y de Jaja, la historia de su familia, de sus padres, es una historia común, pero también una historia atípica.