Jardín de invierno

Aunque no era lo que me esperaba, debo decir que me ha gustado.
La escritora nos cuenta la vida de una familia en boca de dos hermanas, con una madre distante y fría a la que no consiguen acercarse y de la que intuyes que tiene un secreto y una tristeza antigua. Cuando en el lecho de muerte su padre les dice que la cuiden y que deben escuchar su historia, Meredith y Nina cuyas vidas también tienen problemas, se enfrentarán a una madre que nunca les ha demostrado afecto y conseguirán que les cuente su historia, muy lejos en el Leningrado anterior a la invasión alemana y los padecimientos sufridos en la guerra. Muy recomendable, ya tenía muy buenas referencias de esta escritora y ahora me queda leer «El Ruiseñor» que parece ser su obra cumbre, espero no tardar mucho.

Ayer terminé Jardín de invierno de Kristin Hannah.
Jardín de invierno está contada en dos momentos temporales, por un lado, la historia de Vera y por la otra Nina y Meredith, dos hermanas muy diferentes entre sí, con sus luces y sus sombras. Con Vera nos vamos al lejano Leningrado, durante el sitio de 1941.
Reconozco que al principio no sabía dónde quería llegar la autora, no estaba entendiendo bien la historia o hacia dónde me llevaría. Las protagonistas me estaban poniendo nerviosa con sus actitudes, les empezaba a coger manía. Por suerte para mí, fue cambiando, evolucionando. Hubo algún fragmento que me recordó a otros libros que he leído Cicatrices de África y Arde África de Cristina Palacios Hernáez. A medida que va avanzando la trama ves por dónde irán los tiros.
Es una historia de mujeres, de lucha, de supervivencia, de superación, de saber hasta dónde se puede llegar, de amor, de pérdida, de perdón, de los horrores de la Segunda Guerra Mundial. Un libro que me dejó rota por dentro. Una historia de ficción pero tan realista, tenías la sensación de estar acompañando a Vera en su vida, dándole los ánimos necesarios para seguir. Voy a seguir leyendo más libros de la autora porqué me ha gustado mucho.

A través de esta familia formada por dos hijas, un padre americano y una madre rusa nos tratará de contar la historia que hay detrás de esa mujer que no muestra ningún cariño por sus hijas. Todo ello tiene como núcleo central un cuento. Un cuento, al parecer infantil, que su madre nunca acabó de contarlas, pero del que sabremos que todo fueron hechos que si que ocurrieron realmente, sólo que Vera, que así se llama la madre, no quiere contarlo porque cree que tiene que ser castigada por las decisiones que tomó durante la guerra. El padre, convencido de que tiene que salir la historia, y que tras su muerte tienen que establecer la relación que nunca tuvieronn les hace prometer, que estarán unidas, y que cuidarán de su mujer, porque no lo soportara sola. En concreto se lo hace prometer a Nina, la que siempre consigue lo que quiere, la que no duda, y siempre persevera. Sin embargo, tiene un defecto, que huye, poniendo por delante su trabajo de fotoggráda trotamundos, que se busca a si misma en cada mujer retratada. AL contrario que su hermana, que ha sido siempre las reglas, y que ha hecho lo que se espera de ella; casarse, tener hijas, llevar la empresa familiar, estudiar lo que tus padres quieren, y cuidar de tu madre; a pesar de sus locuras, y su comportamiento desagradable con ella desde siempre.

La muerte del padre hará que con el paso de los meses se vuelvan a juntar las tres; que Nina se replantee lo que quiere, y que Meredith, tras pensar que todo su matrimonio ha muerto, comprenda quien es ella, y preguntarse qué quiere.

Así vemos en esta novela tan brillante, una historia conmovedora, que nos ayuda a darnos cuenta que los problemas reales hay que hablarlos y contarlos, sin esperar a que el tiempo pase. Pues Vera podía haber contestado aquella carta del investigador con un sí, y haber encontrado lo que creía muerto durante la guerra; haber querido a sus hijas, y demostrárselo, y haber sido feliz, sin necesidad de vivir un infierno en vida, y habiéndose querida a sí misma.


Varios son los temas que se plantean:

- Las relaciones de pareja:
Meredith y Jeff, ya consolidada, en la época actual. Sin guerras externas, solo las internas de Meredith.
Vera y Sasha: un amor que ha traspasado el tiempo, pero que se reencuentra cuando él ya ha muerto tras haberla buscado toda su vida. Vivimos toda su historia desde que ella tiene 15 años y el 19. Desde que se enamoran, y ella pierde a su padre. Tienen hijos, y él se va la guerra sin olvidarse de ellos. Incluso cuando parece que se vuelven a encontrar una bomba alarma destruye de nuevos sus vidas.
Los padres de Vera. El poeta que hace soñar a la madre de Vera cuando fueron jovenes y que prometió que no les pasaría nada. Pero quien no pudo cumplir su promesa y fue asesionado por los mandos de Stalin.
- Las relaciones familiares
Meredith, Nina y su padre
Meredith, Nina y su madre
Vera y sus hijos
Mereith y sus hijas

- El trabajo
Meredith trabaja constantemente, en casa, en la oficina, buscando escapar de los problemas. Lo que le lleva a más problemas con Jeff.
Nina que busca en su trabajo a si misma, tras las miradas del resto de las mujeres que sufren la guerra
Vera que trabja hasta el último momento durante la guerra, salvando las obras más valiosas de la guerra porque es su forma de conseguir la cartilla de racionamiento.
La abuela de Vera y su madre que trabajan en el horno, y tienen que robar para poder comer algo,


La autora es Kristian Hannah, quien tiene más obras publicadas y de la que en Bibliored y Bibliometro está El Ruiseñor, una de las novelas que ya me he apuntado para leer proximanente.

Jardín de invierno es la historia de dos mujeres que han vivido toda su vida con el peso de saberse no amadas por su madre, una mujer distante y fría. Las hijas como mujeres adultas han lidiado con esto cada una a su manera.
Tras la muerte del padre, Anya que es la madre, una mujer proveniente de la antigua Unión Soviética, comienza a sufrir episodios que ponen en duda su salud mental, es ahí cuando Meredith y Nina (las hijas) se dan cuenta de que no saben nada de la vida de la mujer que les dio la vida y comienzan a insistir en que les cuente su historia. Anya comienza su relato en la forma de un cuento.
Así se descubre que Anya fue una de las miles de personas que estuvo durante el Sitio de Leningrado durante la Segunda Guerra Mundial y que hechos la marcaron de tal manera que de ser una jovencita alegre y llena de ilusiones se convirtió en una mujer llena de amargura.
La novela como tal a mi parecer está bien escrita y siendo la primera que leo de la autora me dejo con ganas de leer algo más de ella, pero no la encontré una novela excelente, por una parte si es cierto que se lee rápido, la historia no avanza y los primeros capítulos, casi hasta la mitad insiste hasta casi el aburrimiento en el hecho de la falta de afecto de Anya por sus hijas, eso queda claro en el prólogo, remarcarlo ya en el primer y segundo capítulo era suficiente, lo demás es dar vueltas sobre lo mismo sin ninguna necesidad. Pero se quiere conocer el secreto de Anya y saber que es aquello tan terrible que oculta.
En su historia Anya describe lo que era vivir bajo el gobierno de Stalin también lo que significo para la gente de Leningrado haber sufrido un asedio que duró años y que costó miles de vidas. Y también el peso que implica para ella la carga de tener un sentimiento de culpa por aquellos que dejó atrás. Como comprenderán es una historia triste, cargada de sentimientos y que creo busca causar sentimientos de empatía y dolor en el lector. Pero creo que ahí falla, porque es tanto el preámbulo que se desarrolla antes de conocer la historia de Anya y son tantas las expresiones autoflagelantes de la mujer que por lo menos yo me esperaba algo más intenso e incluso macabro, es una historia triste sí, pero habiendo leído otros libro sobre Leningrado y sobre otras tragedias en el mundo, está es otra historia más que nos señala los límites a los que puede llegar un ser humano.
En cuanto al final hay ciertos momentos que lo hacen ver algo forzado, muy "de novela" y eso hace que el libro pierda aún más peso del que ya venía perdiendo.
Algo si que es digno de rescatar es el personaje de Meredith cómo va evolucionando en la historia y como se va descubriendo a si misma, se puede decir que en Nina igual hay una evolución, pero creo que la de ella está menos bien desarrollada.

Se trata de un libro lento, una historia que se va empapando poco a poco de detalles como si tuviera complejo de esponja, llenando al lector con la cotidianidad de la vida de sus personajes, de aquello que les llena y aquello que les vacía. Y sí, es un libro de personajes principalmente, aunque llega un momento en el que la historia adquiere un subtono distinto, añadiendo una cierta trama y un hilo del que tirar para conseguir la historia que Kristin Hannah realmente quiere contar con estas páginas, pero en general, el 80% de este libro son personajes y eso puede no ser del agrado de todo el mundo.

La primera mitad del libro es lenta. Dos hermanas muy distintas entre ellas intentando recabar información de la vida de su madre, una mujer fría y escueta, que nunca les ha dado amor ni cariño, que a veces actúa de maneras extrañas y las dos hijas consideran que deben protegerla a toda costa... aunque ni siquiera saben de qué ni cómo hacerlo de la manera correcta si nunca han estado unidas. Pero algo les une, un cuento, el cuento que a veces ella les contaba cuando eran pequeñas pero, esta vez, hasta el final.

Al principio los retazos del cuento son muy leves, apenas susurros y noches muy cortas, porque prima la vida externa de sus personajes, priman los pequeños detalles que están rotos y desmadejados, pero, en cierta manera, aún unen a la familia, aún hacen que mantengan el contacto y aún mantienen esas señales que indican que estarán las unas para las otras incluso aunque no terminen de entenderse. A partir de la segunda mitad el cuento va cobrando más fuerza, como también el vínculo que une a estas tres extrañas que son familia, dotando a la palabra con un poco más de realidad y fuerza a cada párrafo del cuento que va formándose.

No voy a entrar mucho más en detalles, pero debo decir que esta familia ha calado muy dentro de mí desde el principio. Cada una de ellas ha cometido errores en su vida, pero también intentan entenderse, entender cómo pueden enmendarlos y seguir hacia delante. Ni siquiera la primera mitad me ha resultado densa, me gustaba mecerme en acciones cotidianas y tranquilas, adentrarme más bajo la piel de las protagonistas, frustrarme por las decisiones que tomaban y también por su relación las unas con las otras. Después, cuando la segunda historia va cobrando más forma, el enganche es mucho mayor, hay acción, tensión y un corazón que solloza porque sabe que va a acabar roto. El del lector.

Esta historia es sufrimiento y dolor, pero un sufrimiento bonito, de esos de se asemejan a una manta y una taza caliente después de dar vueltas por una noche de invierno.