La casa de los espíritus

Enmarcado en el realismo mágico el viaje que nos propone este libro, es uno extenso, que abarca casi un siglo de acontecimientos en la vida de una familia y aunque los eventos ocurridos son registrados en los cuadernos de anotar la vida por Clara del Valle y narrados en gran medida por su protagonista, durante esta larga historia intervienen diversas mujeres, puede tomarse la historia como la vida y obra de Esteban Trueba y de cómo sus decisiones, amores y recelos lo llevaron al sufrimiento.
Narrado con destreza en una estructura circular y enmarcado en los acontecimientos históricos de Chile, pero que por su forma de ser expuestos cuentan la historia de cualquier país de Latinoamérica, encontramos su carácter mágico en el personaje de Clara, quien desde pequeña tiene la facultad de mover cosas con la mente y de poder comunicarse con los espíritus que poco a poco va almacenando en la gran casa de la esquina, desde el de su amada mascota, el de su madre, los de familiares y un sin número de transeúntes que anduvieron por las intrincadas habitaciones como almas en pena, buscando una ruta a la salvación.
El realismo crudo y descarnado se nos entrega en la figura de Esteban, un hombre que por su compromiso, su lucha y su arduo labor por conseguir su objetivo de convertirse en un hombre acaudalado, partiendo casi desde ceros, resultaría fácil empatizar con él, a no ser por su carácter arrogante, violento, maltratador y de costumbres ultra conservadoras que le da la imagen de hombre de antaño pero que sigue aún vigente y es fácil de encontrar en aquellos que se hacen llamar hombres de bien y salvadores de la patria.
La vida del protagonista empieza desde el dolor y el desprecio, recorriendo su crecimiento como un latifundista, un hombre de negocios, hasta convertirse en un importante miembro del gobierno, momento en el que el libro hace aún lado su carácter mágico y se concentra en acercar a sus lectores la realidad que se vive durante la instauración de una tiranía en la que las brechas sociales son mas grandes y el dolor del pueblo, se convierte en el dolor de todos, ya que ni siquiera las mejores conexiones pueden evitar que el abuso y el dolor toquen la puerta de los más privilegiados.
Con una línea de tiempo manejada de extraña manera en la que los acontecimientos que parecen eternos se dan en poco años y algunos personajes parecen envejecer de un momento a otro o algunos nunca hacerlo, esta historia apasionante no solo representa las costumbres de una familia, las luchas sociales, el abuso del poder, los amores prohibidos y los amores que secan con el tiempo, es una lectura mas que adecuada para estos tiempos para quienes se sientan alejados de las realidades políticas y quieran acercarse a ellas en una forma diferente y que aunque tenga un halo mágico, no esconda la crudeza y repercusión de los actos de los hombres.

Releer La casa de los espíritus ha sido toda una experiencia.

Isabel Allende sin duda tiene una gran capacidad narrativa, sabe manejar las palabras de tal modo que te ves inmerso en la historia desde el primer momento. Me encanta que la mayor parte de la novela esté narrada en tercera persona omnisciente, pero de a ratos tenemos retazos que nos hacen sentir como si la autora misma te estuviera contando la historia de sus antepasados. El ritmo es lento y pausado, de hecho tardé bastante en terminar el libro, pero fluye con total naturalidad. Se reconstruye la vida de generaciones enteras de esta peculiar familia, y pasamos de un personaje a otro casi sin darnos cuenta, porque un simple detalle permite que la autora nos describa a nuevos personajes o nos ponga al día con lo que están haciendo los que ya conocemos.

Los elementos mágicos confluyen tan bien con la historia que ni siquiera parecen serlo: Rosa, con su belleza marina; Clara, con sus poderes mentales y adivinatorios; y todos los fantasmas que rondan por allí. Además, Allende no deja cabos sueltos. Sabe cómo va a desarrollarse cada momento de la historia, por lo tanto te va dejando pistas o directamente te adelanta algunos hechos, de modo que cuando ocurren todo cobra sentido. Esto incluso puede verse en detalles muy pequeños, como los libros mágicos del tío de Clara. Así como este hay un montón de ejemplos en la historia, tantos que en una relectura podrías encontrar mil detalles nuevos.

Si pensamos en los sucesos importantes de este libro, poco podríamos mencionar; ya que lo que destaca no es la trama, sino sus personajes. Como es natural, a algunos los odias, pero de la mayoría te encariñas. Clara, tan peculiar y mágica, ingenua y ausente, bondadosa y olvidadiza. La vemos crecer y madurar, siendo querida y mimada en exceso por la Nana, su familia, y su cuñada, pero no por eso se vuelve egoísta, todo lo contrario. Luego llega un punto en el que empieza a ver la vida de un modo más práctico, perdiendo la inocencia de su juventud y convirtiéndose en una mujer madura; y nosotros como lectores la acompañamos durante todos esos años. Algo que siempre me maravilló de ella es que, a pesar de ver su propio futuro y saber en lo que se estaba metiendo cuando se casó con Esteban Trueba, lo hizo de todos modos y nunca pareció arrepentirse.

Entre mis personajes favoritos también están los mellizos. Nicolás es tonto, excéntrico e idealista, comete mil y un errores por su ignorancia y egoísmo, pero es carismático y tiene buen corazón, así que al final terminas encariñándote con él. Su hermano, Jaime, es todo lo contrario: un hombre sensato, callado y muy poco afectivo, que dedica su vida a hacer el bien a otros pero sin abrirse a las personas ni recibiendo nada a cambio. Me dan ganas de abrazarlo y decirle que ya va a llegar su momento de ser realmente feliz, porque una persona tan buena no puede vivir siempre en la soledad. Su amor por Amanda es muy tierno, pero detesto que se base en la idea de la chica frágil a quien proteger.

De Esteban Trueba es difícil hablar. Hace cosas terribles, violó a un montón de mujeres inocentes porque sabía que podía salirse con la suya, considera a los campesinos unos ignorantes y no los trata bien; es machista, violento, mandón, imprudente y, en resumen, un ser humano detestable. Cualquier otro escritor lo habría convertido en el villano. Isabel Allende, sin embargo, nos habla de él con el cariño de una nieta, ya que sería Alba quien estaría contando la historia. No intenta ocultar ni justificar las calamidades que cometió, pero nos lo presenta como un hombre lleno de defectos que cometió crímenes de los que ni siquiera es consciente, y nos toca a nosotros hacer nuestro propio juicio. Su forma de pensar tristemente era la que predominaba en la época, y a través de él la autora trata temas importantes como el maltrato que han recibido durante siglos las personas pertenecientes a los pueblos nativos y las miles de violaciones que quedaban impunes porque las mujeres pertenecían a una clase social menor.

El contexto político está siempre presente; aunque sea de forma sutil, inevitablemente te lleva a pensar en América Latina. La gran influencia católica, la mezcla cultural, el impacto de las guerras europeas y los cambios que trajeron en Latinoamérica, la llegada de inmigrantes, las diferencias entre clases sociales, la impunidad de los poderosos… todo esto en segundo plano, como telón de fondo para lo que está sucediendo con los personajes. Pero luego las cosas empeoran cada vez más, y cuando habla de la dictadura militar y la forma en que afectó al país sencillamente me hace temblar de miedo y dolor y rabia, porque en mi patria aun duelen las heridas dejadas por la dictadura: los muertos, los torturados, los desaparecidos, los veteranos de una guerra sin sentido. Sin necesidad de dar nombres específicos, Isabel Allende representa el terror que se vivió en esa época, dejándote el corazón en un puño.

En cuanto a los romances, la mayoría de las historias de amor de este libro se dan de forma inmediata, con solo cruzar la mirada ya está sellado su destino; son amores trágicos, no correspondidos y prohibidos. Esa es la parte que menos me gustó del libro, ya que yo refiero los romances tiernos y de desarrollo lento. Algunas de las relaciones de este libro no me parecen muy sanas —aunque la autora tampoco te dice que lo sean—, y los personajes sufren demasiado para mi gusto, pero como luego estos amores tienen una gran importancia en la trama y en el desarrollo de los personajes, en algún momento terminas por creer que se aman irremediablemente.

En fin, me parece que ya he dicho demasiado. La casa de los espíritus es uno de esos libros que no dudo en recomendar a todo el mundo, puesto que el estilo de Isabel Allende te cautiva; si te dejas llevar puedes conocer y enamorarte de un montón de personajes de múltiples facetas y llenos de defectos. El realismo mágico es uno de esos géneros que solo leo cada tanto, y sé que volveré a las obras de esta autora cada vez que me sienta con ganas de leer sobre mi cultura latinoamericana con un toque de magia.

al principio me pareció algo medio aburrido, pero a medida que iba adentrándose en la historia, contando cómo fue la vida de tantas generaciones y lo que tuvieron que pasar, la piel se me iba poniendo de gallina.
Además, la mecha entre la ficción y los hechos reales que pasaron en Chile, la crudeza de las muertes y lo vívido de cada escena me dejó anonadada.
Es un libro crudo y para nada fácil de leer pero te deja reflexionando sobre todo. Los sentimientos, las actitudes, las acciones que tomamos y como eso nos traen consecuencias.
Este libro fue un regalo de mi hermano hace muchos años y el cual no me animaba a leerlo por respeto a lo grande que era, si, he leído libros más largos, pero no con la letra tan minúscula como en esta edición, y debo decir que me sorprendió para bien.

Por sus similitudes con Cien años de soledad, durante buena parte de esta novela, no he podido evitar hacer comparaciones de recursos y elementos que, aun funcionando, me han resultado mucho menos fluidos en La casa de los espíritus. Uno de los fallos que le veo a la historia son los cabos sueltos; hay ciertos detalles que se abren y quedan para siempre en el aire, esto de por sí no me molesta, pero si se le da una importancia significativa a un evento durante la trama, espero que quede completamente resuelto. En esa misma línea, hay personajes que no aportan nada a pesar de ser muy importantes. de primeras podría nombrar tres de ellos que si desaparecieran, no cambiaría nada significativo en la historia. También siento que el ritmo de la parte media del libro podría haber sido más rápido, de alguna manera me habría encajado mejor.

Por todo esto, pero sin dejar de lado que es una historia interesante, con un estilo muy agradable y que contiene una gran crítica social dulcificada por ese realismo mágico, el libro iba de cabeza a las tres estrellas de cinco. Un buen libro, un libro que recomendaría, pero sin más. Y entonces llega el último cuarto de la lectura.

En lo que tardas en pasar una página estamos en medio de una trama socio-política que se desarrolla bestialmente, con ese ritmo frenético que he echado de menos el resto de la novela. La autora se tira de cabeza a describir y denunciar la realidad de muchos países latinoamericanos y no se detiene hasta llegar al golpe de estado militar. Todo lo que ocurre en esta parte final, sin dejarse una coma, es el tipo de historia que deberíamos estar leyendo. Es brutal, crudo, valiente y necesario. Es un grito contra el fascismo, contra el capitalismo y contra la violencia y el machismo. Es todo lo que tiene que ser, me tuvo hasta la madrugada para terminarlo porque no podía parar y… no sé que más decir para que lo leáis: ¡leedlo!

Para mí este libro es una obra maestra de la corriente del realismo mágico. Un libro que no pierde ningún detalle de la familia Trueba y los sucesos del siglo XX en algún lugar de Latinoamérica. Una historia donde se evidencia la lucha de clases y la perspectiva de las mujeres: Clara, una mujer clarividente esposa de Esteban Trueba, Blanca, su hija y Alba, su nieta.

En esta novela cada personaje es la representación de las diferencias sociales, Esteban como un terrateniente y Pedro como un revolucionario, pero en especial, la figura más cautivante es Clara, quien pronostica las situaciones de su familia y de la sociedad. Su dulzura y sus poderes la hacen vivir constantemente en un mundo imaginario, lleno de experiencias mágicas y extrañas.

Antes de conocer la novela había visto la película, desde ese momento lo tuve pendiente y hasta el año pasado lo conseguí para leerlo. Me gustó mucho el ambiente del mundo imaginario y real, creo que cada detalle narrado construye con más fuerza el carácter de los personajes y sus motivaciones. En la trama siempre se entrelazan las aventuras amorosas con los cambios políticos y sociales porque el contexto determina el comportamiento de cada personaje y para mí esto genera una inmersión real en los conflictos de la novela.

Este es un libro que abarca diferentes temas en torno a la familia, la sociedad y lo sobrenatural. La narradora, Alba, ha construido el relato de la historia familiar a través de los diarios que dejó Clara y se van hilando cronológicamente todas las situaciones de la familia durante ocho décadas. A medida que avanza el libro se va perdiendo el sentido mágico, los últimos capítulos están muy enfocados en los cambios sociales, todo se vuelve muy político y eso no me gustó tanto como la primera mitad del libro. de todas formas no dejo de recomendarlo para quienes les gusta la narrativa latinoamericana, en especial, este libro que combina lo tradicional y lo moderno del mundo literario.



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La Casa de los Espíritus ha sido para mi una de esas lecturas que te hacen sentir pena por los siguientes libros que se crucen en tu camino, porque será muy complicado que puedan compararse.

Desde la primera página, sin darme apenas cuenta me vi atrapada por la historia de la familia Trueba, a la que el libro acompaña durante tres generaciones. Es complicado que no te calen dentro todos y cada uno de los personajes, a los que coges cariño, te dan rabia, llegas a odiar, y te reconcilias con ellos a lo largo de sus vidas. Allende presenta unos personajes tan reales, que no choca en ningún momento esos tintes de realismo mágico y misticismo que dan color a la obra, sino que más bien, parecen lo más normal del mundo. Las descripciones son tan claras que se imaginan solas, vívidamente en tu cabeza mientras lees.

Me ha gustado encontrarme con una historia de mujeres, la historia de Clara, Blanca y Alba, con sus nombres sinónimos, acompañadas por la figura siempre presente del patriarca Esteban Trueba. El relato de esta familia que nos permite tener una imagen costumbrista pero también aporta crítica social y una visión cercana a la historia de los horrores que se vivieron en Chile durante la dictadura de Pinochet.

En este sentido y sin hacer ‘spoilers' de la trama, este libro es un viaje apasionante por la historia de Chile (aunque hay situaciones que lamentablemente nos son comunes en todos los lugares del mundo), donde encontramos bajo sobrenombre como El Poeta o El Candidato a figuras como Pablo Neruda o Salvador Allende.

Me ha parecido apasionante la cantidad de temas que encontramos en el libro y la forma de tratar todos ellos: el amor, la muerte, la injusticia, el idealismo, la ciencia, el esoterismo, la guerra, la prostitución, las desigualdades sociales, la pobreza, la opulencia, las artes…

La Casa de los Espíritus ha sido el primer libro de Isabel Allende que he leído y se ha posicionado en mi pódium. Me es muy complicado expresar todos los sentimientos que ha despertado en mí esta lectura que me ha hecho reír y llorar, me ha puesto en tensión, en definitiva, me ha emocionado muchísimo y no puedo más que recomendaros encarecidamente que la leáis.

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Reconozco que no es un libro fácil de leer puesto que el 90 por ciento es narración y apenas hay diálogos. Podría decir que es un libro para leer en calma y disfrutándolo poco a poco.
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Es la historia de una familia (varias generaciones) , de su día a día, de sus amores, rarezas, penurias y sufrimientos. Es la historia de unos personajes muy peculiares... un protagonista masculino odioso con unos valores muy machistas y unas protagonistas femeninas diferentes, valientes y nobles.
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Mientras acompañamos a esta saga familiar en el transcurso de los años, seremos participes de los cambios políticos y sociales de Chile. Desde los años gobernados por la derecha conservadora, a los primeros actos revolucionarios, la llegada al poder de la izquierda democrática y el golpe de estado con su correspondiente dictadura en manos de los militares.
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En definitiva, una historia contada de forma cruda, fuerte y a veces incluso anecdótica que nos permite disfrutar de la maravillosa forma de escribir de la autora.

Una historia de realismo mágico en la que se mezcla la saga familiar de los Trueba y los del Valle con la convulsa época que vive el país.
Por el libro pasan varias generaciones de ambas familias convertidas en una debido al matrimonio de Esteban Trueba con Clara del Valle, que sustituye a su difunta hermana Rosa en el papel de novia y esposa de Esteban. Viaja con este a su finca de Las Tres Marías y allí nacen sus hijos.
Con una prosa rica y descriptiva, vamos viviendo los hechos que suceden dentro y fuera de la hacienda, los cambios que se producen en política y sociedad y cómo estos afectan a la familia Trueba y a los que trabajan para ellos.
Los sentimientos más viscerales también estarán presentes: el amor, la ira, la venganza, la rabia o la impotencia desdibujan las líneas entre clases sociales. Una historia compleja que te atrapa desde el principio impidiendo que dejes el libro de lado durante mucho tiempo porque necesitas volver a meterte entre sus páginas para saber cómo van sucediendo los hechos y cómo termina todo. Hay que estar atento a los detalles y a las personas porque cualquier mínima ocurrencia tiene su eco y su repercusión, a veces de maneras insospechadas, se amplifica y vuelve contra quien lo ha provocado y no hay nada que se quede sin pagar o sin cobrar.
Hay una película a la que le da mil patadas, desde luego el libro es muchísimo mejor.

Leí la casa de los espíritus hachea ya algunos años, y aunque la recuerdo algo densa y que se me hizo algo larga, también la recuerdo con mucho cariño. Creo que es una novela que merece ser leída. Años más tarde, El bosque sabe tu nombre me ha recordado a ella, por ese realismo mágico que la caracteriza.

Es una historia que recorre tres generaciones y que expone la sociedad latinoamericana del momento. Muy interesante desde diferentes puntos de vista: relación del patrón frente a trabajadores, el papel de las mujeres en la estructura social, el cambio de pensamiento en las distintas generaciones... todo ello mezclado con cierto realismo mágico que hace que la novela sea inolvidable y, además, encantadora.
La leí muy rápido y me atrapó. La recomiendo mucho.