Saber no es conocer
Cuando Bela ten Belen hizo la incursión, no conocía exactamente qué podría encontrar en las tribus nómadas. Solo sabía que, para tener éxito, tenía que conseguir algo y ese algo se concretó en seis muchachas repartidas entre sus compañeros y él. Entre ellas Modh y Mal, el botín de Bela, destacarán por su lealtad a la persona y a la tierra.
Bela ten Belen sabía cómo eran las esclavas nómadas, por eso acude a procurarse una; las recién llamadas Modh y Mal sabían que las gentes de la Copa podían aparecer en cualquier momento. Lo que no conocía Bela es que en el mundo hay reglas que se deben respetar, la ética y el respeto hacia el resto son dos procesos que deben respetarse como sagrados. Lo que no conocía Modh es que la lealtad y la manipulación pueden ir de la mano si nos ayudan a proteger a quien más queremos.
Sencillo y reflexivo
Y es te en esta novela antropológica situada en un mundo ¿alternativo? y, ciertamente, salvaje y más agreste que nuestra contemporaneidad, encontraremos la historia de dos hermanas que encargarán en ellas dos valores fundamentales: la responsabilidad y la escrupulosidad.
Ambas son arrancadas de su lugar de origen y su familia; sin embargo, cada una de ellas será cautiva de manera diferente. Modh es la hermana mayor, la que ha criado a Mal desde la muerte de sus padres. Su inteligencia durante la narración es sobresaliente superando sus propias expectativas y su propio hacer, todo por salvar a su hermana de los males que les acechan. Con ella tendremos un análisis muy interesante de cómo es el sistema social de este mundo.
Por su parte, Mal es la hermana pequeña, la más sensible quizá por el celo en su cuidado por parte de su hermana. Sin embargo, esa sensibilidad le llevará a respetar lo que tiene que ser hecho y, por tanto sufrirá por ello. Ni si quiera su hermana podrá protegerla del deber. Con ella podremos ver cómo la cadena de injusticias continúa hasta que hay una voluntad sincera de pararla.
El dolor de la palabra
Lo cierto es que, aunque me ha gustado mucho, no es una novela para entretenerse. Ya en el prólogo nos dice que terminaremos tocados de su lectura y es verdad. La obra nos cuenta cómo estas dos hermanas son arrancadas de todo, cómo son sometidas (por qué mecanismos psicológicos) son sometidas a la sociedad en la que la están insertando y cómo esa sociedad puede ponerse en jaque en cuanto aparece la humanidad.
Modh nos enseñara que el sistema de transacciones que encontramos en ese nuevo mundo, no es más que una mercadería donde las personas son objetos de uso y nada más. Lo curioso eso sí es que la autora ha dejado muy claro que no solo los esclavos, sino los supuestos señores también están dentro del circuito de venta. Así, nos encontramos con una obra dura no solo por lo que les pasa a las niñas, sino porque podemos reconocer en su sociedad la prostitución de la nuestra. El banquero que se somete, el político que se corrompe, el empresario que se arruina, el trabajador que sobrevive…
Poderosa y valiente
El estilo de la autora, como siempre, es impecable. Con un lenguaje sencillo y directo, nos invita a la reflexión con solo cuatro palabras. Lo podemos ver claramente al final de esta edición, donde se nos ofrece una reflexión sobre la modestia a manos de la propia autora. En ella, nos enseña cómo el hecho de saber hasta dónde nos hace vencer más que presentar cuánto.
Pensando en los dos textos, os reconozco que ha sido una lectura apasionante. Nunca os dejaré de recomendar a Ursula K. Le Guin. Ciencia Ficción, antropología, fantasía, da igual todo lo hace bien, lo hace para que observemos el mundo de nuevo, para que reflexionemos sobre él. La calidad literaria, por encima de lo que se os ocurra, la humana indescriptible. Os animo a dejaros tocar por ese sufrimiento, para poder salir fortalecidas y guerreras. Espero que os guste.
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