Lavinia, hija del rey Latino, ha llegado a la edad de poder casarse. Muchos pretendientes la acechan y ella solamente piensa en una cosa: ser libre. Sin embargo, es consciente de su importante papel como hija del rey, y es por ello, que siguiendo los pasos que le indica su poeta, al que escucha en sueños, decide que tiene que casarse con Eneas, un troyano que pronto llegará a las costas del Lacio. Lavinia tendrá que lidiar con muchos obstáculos para poder conseguir lo que desea, como por ejemplo la negativa de su madre a que su hija se case con otro que no sea su sobrino, Turno, o la poca confianza de su pueblo hacia ella. Úrsula K. le Guin da voz en esta historia a Lavinia, personaje muy secundario en la Eneida de Virgilio, a la cual seguramente no se le dió demasiada importancia por el simple hecho de ser mujer. Durante toda la historia reivindica lo significativo de la libertad de elección de las mujeres y muestra cómo la mujer siempre ha sido relegada a lo que la sociedad le demandaba: casarse y tener hijos. A pesar de las dificultades, Lavinia consigue dar credibilidad a sus palabras y gracias a ella, se llegan a evitar muchas guerras y luchas innecesarias. Mi parte favorita es cuando, por encima de todos y de todo, consigue criar y vivir con su hijo como ella quiere, llegando así a encontrar su plena felicidad. |