Un médico de Leipzig está ejerciendo sus funciones en las entonces colonias holandesas de Malasia. En una casa en medio de la selva, el ambiente se le hace difícilmente soportable. Un día recibe la visita de una dama inglesa que le pide un favor. Él se niega por mucho que insiste la dama. El asunto es ilegal y la enorme cantidad de dinero que ella le ofrece y que le permitiría volver a su país no es suficiente aliciente para saltarse la ley. La dama se va enfadada y ofendida y él se queda fatal. Algo le ha ocurrido. Algo que una palabra malaya define perfectamente: “amok”. Hermida editores ha titulado este libro “El loco homicida” porque ese fue el título que en un principio le dio el autor. Posteriormente, el mismo autor se lo cambió por el de “Amok”, con el que la mayoría de las editoriales lo publicaron. Hermida ha preferido recuperar el primer título. No os voy a explicar qué significa “amok”, deberéis leer el libro para saberlo pero sí os digo que describe perfectamente lo que le ocurre el protagonista. Como ya hizo en otras novelas (por ejemplo, en “Veinticuatro horas en la vida de una mujer”) el autor utiliza un intermediario para contar la historia. Quizás lo más lógico hubiera sido que el protagonista, el médico, hubiese contado su historia en primera persona. O bien que un narrador omnisciente contase lo que ha pasado. Pero no, es un hombre anónimo, un pasajero de un buque llamado “Oceanía”, el que nos cuenta en primera persona la historia del médico tal y como este se la contó en el trayecto que ambos hicieron en el buque. Los dos hombres no se conocían pero una noche en que ninguno podía dormir se encontraron en cubierta. El médico era un hombre desesperado, arruinado como persona y, sin conocer de nada al otro, le empezó a contar su terrible historia. Son dos primeras personas por tanto la utilizadas en esta novela: la del desconocido que nos cuenta la historia del médico a quien él se la cuenta también en primera persona. Como es habitual en este autor, “El loco homicida” es la historia de una pasión. Normalmente las pasiones que viven los personajes de Zweig son intensas, desgarradoras y no suelen terminar bien. Esta es, probablemente, la más trágica que he leído yo. Como siempre, Zweig realiza una importante labor de introspección en la psique de sus personajes; del médico en concreto. Es imposible no meterse en su mente y sufrir con él. Una pasión que le desgarra, tan rápida como intensa. Una pasión de esas que cambian tu mundo y lo vuelven del revés. Al mismo tiempo, las circunstancias que lo envuelven todo hacen que el ambiente sea tremendamente opresivo. No puedes parar de leer, sumida en el horror eso sí, porque está claro que eso no puede terminar nada bien. Es de esas lecturas que no dejan indemne Como siempre, una impresionante traducción la de Fernando Moreno Carlos, encargado de hacer todas las traducciones de la obra de Zweig que está publicando Hermida (al menos las que yo he tenido ocasión de leer que ya son unas cuantas) Conclusión final Una vez más, recomiendo una novela de Stefan Zweig. Si no habéis leído nada suyo, ya estáis tardando. Sus novelas son muy cortas así que no hay excusa: es imposible no encontrarles hueco. Su prosa tan precisa y preciosa, sus personajes tan trabajados psicológicamente, sus pasiones tan intensas os dejarán tan buen sabor de boca como a mí, estoy segura. Enlace: https://librosquehayqueleer-.. + Leer más |