La capacidad que tiene Zweig de expresar los sentimientos más profundos con una prosa tan rica y atrayente creo que pocos autores la tienen. Zweig hace magia con las palabras. Te hacen vibrar, sus comparaciones de los sentimientos con el paisaje, o con momentos del día, o con una simple niebla, son únicos. Es autor que además siente una inclinación excepcional por transmitir los sentimientos más íntimos de las mujeres, sin caer en el “sabelotodismo”. Es elegante él, su manera de escribir, tan sutil, tan cauto, respetuoso, no se regodea en el dolor, pero si en las distintas sensaciones y etapas anímicas por las que pasa, en este caso, una enamorada. Además, y como siempre, le da al personaje femenino un fin de historia digno, y al lector le deja una sensación de calidez y savoir faire. Zweig no defrauda nunca. |