Mensajes de un mundo olvidado

«… los jóvenes que teníamos fe en nuestro tiempo, que crecimos en el nuevo siglo y habíamos encontrado amigos en todos los países… se nos impuso vivir la aniquilación de toda esperanza»
 
Tiene miga la frase, pero por desgracia, eso mismo podría decirlo hoy cualquier muchacho que crecía en Ucrania pendiente de sus seguidores en Instagram, estrechando lazos virtuales con muchachos de su edad por todo el mundo.
                Uno de los autores que, más recomiendo, su estilo es impecable, su magnifica construcción de los perfiles psicológicos me atrae como la luz a las polillas. Personajes cuyo desasosiego no caen en la indiferencia de los lectores, la condición humana en letras, con sus más y sus menos, con su maestría narrativa en busca del amor y ahondar en el suicidio.
                En la obra de hoy tenemos una reflexión, una digna lectura de filosofía, esta es la filosofía que me gusta, la que te hace pensar y cuestionarte la realidad, aquella que no da por bueno lo que otros dicen. Cuando las altas esferas se obstinan en quitarla de las aulas, cuando lo que habría que hacer es darle una vuelta de tuerca, tras ver los apuntes de mi hijo para la EVAU, me doy cuenta porque se hace tediosa una asignatura que es puro debate, como me la enseñaron a mí, en fin, que me disperso.
                Una reflexión, como os digo muy recomendable para pensar un poco, sobre la política que asolaba la vida del autor, de rabiosa actualidad, «todo el mundo se ve arrastrado por la corriente, consciente o inconscientemente, y nadie sabe hacia dónde va», tremendo el discurso de odio que hay hacia todo, mires por donde mires hay personas que solo buscan la separación y el enfrentamiento, ¿por qué? Y lo peor es que miles de personas siguen estas voces sin pensar en nada más, sin cuestionarse la veracidad de lo que cuentan.
                Caerá próximamente en manos de mis hijos.