Clarissa

Ésta es una novela póstuma e inacabada de Zweig, escrita antes de su trágico final, cuando seguramente se encontraba inmerso en una depresión. Iba preparada para leer una obra con final abierto por inconcluso, pero no para lo que me he encontrado. Aunque no me arrepiento de haberla leído ya que las tres primeras cuartas partes me han encantado.

Una vez más Zweig entra en un personaje femenino para mostrarnos como nadie la psique de una mujer con gran profundidad. Clarissa, huérfana de madre y con un padre militar austríaco, pasa su infancia en un internado donde la falta de cariño y la soledad irán forjando su personalidad y carácter. Educada a distancia por un padre estricto e intransigente, se esforzará por no defraudarlo, pero la Gran Guerra truncará su destino y deberá tomar decisiones comprometidas.

A través de Leonard, un joven socialista francés que la protagonista conocerá en Lucerna, Zweig reflejará sus ideales humanísticos y políticos que conservó a lo largo de toda su vida. Y a través del profesor Silverstein, para el que trabajará Clarissa, expresará sus avanzadas ideas sobre la pedagogía y la psicología, así como otros aspectos sobre la moral y el deber.

La historia se irá forjando a través de unos personajes y una trama muy interesantes, pero hacia el final todo irá perdiendo fuerza, se desvanecerá y se precipitará hacia un final incierto. Los últimos capítulos incluso perderán su estilo de escritura para parecer simples apuntes sin desarrollar. Pero quiero pensar que de haberla podido terminar se hubiera tratado de una gran obra, más extensa de lo habitual en él y le hubiese buscado un final digno de ella.

De todas maneras leer a Zweig siempre es un placer, e intuir lo que hubiese podido ser también se convierte en un ejercicio no menos interesante. Una obra que recomiendo para los amantes del autor que ya conocen algunas de sus obras pero no para iniciarse en él.