Sueños olvidados y otros relatos de Stefan Zweig
El miedo es peor que el castigo, porque éste es algo concreto y ya sea mayor o menor, siempre será mejor que la horrible incertidumbre, lo espantoso de la angustia infinita. En cuanto conoció su castigo se sintió aligerada. El llanto no debe confundirte: aunque sale ahora a la superficie ya estaba antes acumulado en el interior.
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