La novela quizá más famosa de Saramago es sin duda un clásico que hay que leer. Un brote de ceguera comienza a expandirse en una ciudad como una epidemia, se intenta contener recluyendo a todos los infectados o posibles infectados en lo que antes era un sanatorio para enfermos mentales, pero pronto toda la ciudad se queda ciega. Las consecuencias de la epidemia se ven en todo nivel: pronto, todos empiezan a actuar como animales luchando por sobrevivir, los instintos más bajos salen a relucir y la violencia se vuelve algo cotidiano. Ya no hay quién controle o guíe, todos son ciegos luchando por sobrevivir en un mundo donde no pueden ver nada. Saramago se enfoca en la historia de los primeros infectados: un hombre y su mujer, una joven prostituta, un niño, un hombre anciano y el médico oftalmólogo que los atendió y su esposa, que es la única que nunca pierde la vista. Como son los primeros en ser trasladados al manicomio, podemos ver cómo las cosas van cambiando y cómo el sanatorio se llena rápidamente y la ley de la supervivencia manda: abusos de poder, violencia y violaciones, inanición, caos y muerte rodean a los personajes en todo momentos, mientras cada uno hace lo que puede, desde su propia perspectiva y circunstancia, por aguantar. Es una gran novela que hace reflexionar en torno a la ceguera del ser humano, ya no en una pérdida de la vista, sino en una ceguera que parece ser una constante que nos ciega de los demás y nos hace ensimismarse y actuar como si fuéramos los únicos importantes, cuando, en realidad como relata Saramago, es imposible sobrevivir estando ciego y aislado. El hombre es social y, por eso, no puede permitirse ser ciego ante el otro. Es curioso cómo los personajes no tienen nombre; cualquiera de nosotros puede ser uno de esos ciegos anónimos.
(Leer la novela en medio de la pandemia de COVID en 2021 es sin duda una experiencia única: el libro tiene más alcance y lleva a reflexionar mucho más sobre lo que cada uno hace y está dispuesto a sacrificar para sobrevivir, el papel que uno juega ante sí mismo y para con la sociedad, las circunstancias tan diferentes entre unos y otros, y la ceguera que el humano debe curarse.)
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