Ensayo sobre la ceguera de José Saramago
…la ceguera también es esto, vivir en un mundo donde se ha acabado la esperanza.
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Ensayo sobre la ceguera de José Saramago
…la ceguera también es esto, vivir en un mundo donde se ha acabado la esperanza.
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Ensayo sobre la ceguera de José Saramago
De esa masa estamos hechos, mitad indiferencia y mitad ruindad.
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Ensayo sobre la ceguera de José Saramago
…una persona empieza por ceder en las pequeñas cosas y acaba por perder todo el sentido de la vida.
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Las intermitencias de la muerte de José Saramago
Es deplorable desde todos los puntos de vista que (...) usted no tuviera en cuenta aquello que constituye los cimientos, la viga maestra, la piedra angular, la llave de la bóveda de nuestra santa religión. (...) Sin muerte no hay resurrección, y sin resurrección no hay iglesia
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El evangelio según Jesucristo de José Saramago
Un árbol gime si lo cortan, un perro gruñe si lo golpean, un hombre se crece si lo ofenden.
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Ensayo sobre la ceguera de José Saramago
Las respuestas no llegan siempre cuando uno las necesita, muchas veces ocurre que quedarse esperando es la única respuesta posible”
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El cuento de la isla desconocida de José Saramago
Es necesario salir de la isla para ver la isla, que no nos vemos si no nos salimos de nosotros.
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El cuento de la isla desconocida de José Saramago
Todas las islas, incluso las conocidas, son desconocidas mientras no desembarcamos en ellas.
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Ensayo sobre la ceguera de José Saramago
Ni siquiera se nos ha ocurrido preguntarnos nuestros nombres, y para qué, ningún perro reconoce a otro perro por el nombre que le pusieron, identifica por el olor y por él se da a identificar, nosotros aquí somos como otra raza de perros, nos conocemos por la manera de ladrar, por la manera de hablar, lo demás, rasgos de la cara, color de los ojos, de la piel, del pelo, no cuenta, es como si nada de eso existiera.
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Todos los nombres de José Saramago
Conoces el nombre que te dieron, no conoces el nombre que tienes.
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Caín de José Saramago
Lo más seguro es que satán no sea nada más que un instrumento del señor, el encargado de llevar a cabo los trabajos sucios que dios no puede firmar con su nombre.
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Ensayo sobre la ceguera de José Saramago
Así como el hábito no hace al monje, tampoco el cetro hace al rey.
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