Las intermitencias de la muerte de José Saramago
Con las palabras todo cuidado es poco, mudan de opinión como las personas.
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Las intermitencias de la muerte de José Saramago
Con las palabras todo cuidado es poco, mudan de opinión como las personas.
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Las intermitencias de la muerte de José Saramago
[...]los periódicos biempensantes que actuaban como barómetros de la moralidad pública[...]
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Las intermitencias de la muerte de José Saramago
la filosofía necesita tanto de la muerte como las religiones, si filosofamos es porque sabemos que moriremos, monsieur de Montaigne ya dijo que filosofar es aprender a morir.
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Viaje a Portugal de José Saramago
Éste es un defecto del viajero: quiere que lo bueno tenga más de lo que ya tiene. |
Las intermitencias de la muerte de José Saramago
[...]mandaría poner en circulación una nueva tesis, la de la muerte pospuesta. Sin más explicaciones. A la iglesia nunca se le ha pedido que explicara esto o aquello, nuestra otra especialidad ha sido la de neutralizar, por la fé, el espíritu curioso.
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El evangelio según Jesucristo de José Saramago
En verdad hay cosas que el mismo Dios no entiende, aunque las haya creado.
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Ensayo sobre la ceguera de José Saramago
Siempre llega un momento en que no hay mas remedio que arriesgarse.
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Ensayo sobre la lucidez de José Saramago
Nacemos, y en ese momento es como si hubiéramos firmado un pacto para toda la vida, pero puede llegar el día en que nos preguntemos ¿Quién ha firmado esto por mí?
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Todos los nombres de José Saramago
Es sabido cómo nuestros pensamientos, tanto los de inquietud como los de satisfacción, y otros que no son ni de esto ni de aquello, acaban, más tarde o más pronto, por cansarse y aburrirse de sí mismos, es solo cuestión de dar tiempo al tiempo, es solo dejarlos entregados al perezoso devaneo que les viene de naturaleza, no lanzar a la hoguera ninguna reflexión nueva, irritante o polémica, tener, sobre todo, el supremo cuidado de no intervenir cada vez que ante un pensamiento ya de por sí dispuesto a distraerse se presente una bifurcación atractiva, un ramal, una línea de desvío. O intervenir, sí, aunque solo sea para impelirle con delicadeza por la espalda, principalmente si es de aquellos que incomodan, como si le aconsejáramos, Vete por ahí, que vas bien.
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Todos los nombres de José Saramago
[...], las viejas fotografías engañan mucho, nos dan la ilusión de que estamos vivos en ellas, y no es cierto, la persona a quien estamos mirando ya no existe, y ella, si pudiese vernos, no se reconocería en nosotros.
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Todos los nombres de José Saramago
[...], querido amigo, tienes que aprender a vivir con la oscuridad de fuera como aprendiste a vivir con la oscuridad de dentro.
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Todos los nombres de José Saramago
[...], en la Conservaduría General solo existían palabras, en la Conservaduría General no se podía ver cómo habían cambiado e iban cambiando las caras, cuando lo más importante era precisamente eso, lo que el tiempo hace mudar, y no el nombre que nunca varía.
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El evangelio según Jesucristo de José Saramago
Ser anunciado por angel del cielo o por angel del infierno, las diferencias no son sólo de forma, son de esencia, sustancia y contenido, verdad es que quien hizo a unos ángeles hizo a los otros , pero después corrigió lo hecho.
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Caín de José Saramago
Pero qué triste la gente sin otra finalidad en la vida que la de hacer hijos sin saber por qué ni para qué.
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Ensayo sobre la ceguera de José Saramago
Bien cierto es que lo difícil no es vivir con las personas, lo difícil es comprenderlas, dijo el médico.
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Ensayo sobre la ceguera de José Saramago
Dentro de nosotros hay algo que no tiene nombre, esa cosa es lo que somos.
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Ensayo sobre la ceguera de José Saramago
Si alguna vez vuelvo a tener ojos , miraré verdaderamente a los ojos de los demás, como si estuviera viéndoles el alma.
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La caverna de José Saramago
Aunque fue para una asignatura de la universidad, no pude terminar la lectura, ya que se me hizo demasiado pesada. El lenguaje y el estilo provocaron que me distrajera fácilmente y no comprendiera muy bien lo que estaba leyendo. Una lástima porque sí que me interesaba como una reescritura del mito de la caverna.
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Las intermitencias de la muerte de José Saramago
... Las manos son dos libros abiertos, no por las razones, supuestas o autenticas de la quiromancia, con sus lineas del corazón y de la vida, de la vida, si, han oido bien, queridos señores, de la vida, sino porque hablan cuando se abren o se cierran, cuando acarician o golpean, cuando enjugan una lagrima, o disimulan una sonrisa, cuando se posan sobre un hombro o expresan un adiós, cuando trabajan, cuando estan quietas, cuando duermen, cuando despiertan...
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¿Quién escribió la saga?