Leo a Eloy Moreno desde su primera novela, “El bolígrafo de gel verde”, esa que hizo famosa a golpe de tesón, creyendo firmemente en la misma. Consiguió moverla por las redes y blogs, la vendió hasta en la puerta de las tiendas. Finalmente, una editorial se fijó en él y, desde entonces, se ha convertido en un escritor de éxito. Sus libros no tienen término medio: normalmente, o te encantan o no te dicen nada. Yo estoy, como os imaginaréis, en el primer caso pues he leído todos salvo “Invisible” y los libros de cuentos.
Éstas son mis impresiones de su última novela.
Los libros de Eloy siempre son difíciles de reseñar. Porque más de que de cosas tratan de sentimientos y por ello no afectan a nadie de la misma manera. Ni el autor ni la editorial suelen incluir sinopsis en ellos y es que es mejor leerlos sin saber de qué tratan. Por eso se hace difícil reseñarlos sin desvelar nada importante. Vamos a ver cómo lo hago en esta ocasión.
Dice el autor nada más empezar el libro que la contenida en “Cuando era divertido” es una historia incómoda y que es para lectores a partir de una cierta edad. No estoy del todo de acuerdo con el primer inciso –al menos, a mí no me ha incomodado en ningún momento-, sí con el segundo: así como “Diferente”, “Tierra” u otras podrían ser disfrutadas casi a cualquier edad, esta nueva novela creo que es más para adultos que tienen una cierta vida, un cierto bagaje detrás. Que saben, que han vivido o viven relaciones y que, quizás, se puedan ver reflejados en lo que están viviendo Alejandro y Alejandra.
Ale y Ale. Un hombre y una mujer con nombres parecidos y con el mismo diminutivo. Con ese diminutivo juega el autor para “confundir” al lector. Alguna vez, pocas, utiliza el nombre completo de los protagonistas; la mayoría utiliza el diminutivo. Por eso, no sabremos con certeza quién dice qué o quién hace qué. Y es que, en el fondo, poco importa: fuera él o fuera ella lo importante es lo que pasa y lo que desencadena y no quién lo desencadena (a pesar de que creo que no lo dice en ningún momento, yo desde el principio estuve convencida de quién era “el/la desencadenante”, no sé si por algo que dice el autor que me hizo pensar en ello o porque me hice yo solita a la idea). En todo caso, ya digo que realmente da igual.
Es un libro lleno de sentimientos. Un libro real como la vida misma que refleja situaciones que pasan todos los días. Quizás te ha pasado a ti, quizás no tanto pero te veas reflejado en algunas conversaciones, en algunos sentimientos de los personajes, no es difícil.
Decía al principio que a mí no me ha parecido una historia incómoda. En ningún momento me he sentido desasosegada por mucho que hay cosas que sí, que sabes que son así, que quizás yo misma he vivido. Pero no le doy el sentido negativo que el autor les da sino que considero que es la evolución natural de ciertas cosas. Me ha parecido que el autor muestra cierto pesimismo acerca de las relaciones, incluso uno de los personajes secundarios dice algo así como que el problema es que nos han hecho creer desde pequeños que el amor es para toda la vida y que eso no es así. Y no estoy de acuerdo: puede no ser para siempre, obviamente, pero también puede serlo. De otra manera menos pasional, más relajada, más rutinaria si quieres pero sí que puede ser eterno. Llamadme romántica, lo soy, pero creo que también realista: lo mismo que conozco personas a quienes se les rompió el amor al poco o al mucho de estrenarlo, conozco parejas que han muerto enamorados todavía. Como en todos los casos, no se puede generalizar.
En fin, no os voy a hablar más del libro aunque podría hablaros durante mucho tiempo pero desvelando cosas que no puedo ni debo desvelar. Sólo os digo que si os gusta Eloy Moreno, deis una oportunidad a este libro.
Conclusión final
“Cuando era divertido” es una historia llena de sentimientos que se te mete dentro y te hace pensar: en ti y en quien está a tu lado. Una historia muy real, con un poso un tanto pesimista que, aún así, me ha gustado mucho.
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