Las gratitudes de Delphine De Vigan
¿Os habéis preguntado alguna vez cuántas veces en la vida habéis dado realmente las gracias? Unas gracias sinceras. La expresión de vuestra gratitud, de vuestro agradecimiento, de vuestra deuda.
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Las gratitudes de Delphine De Vigan
¿Os habéis preguntado alguna vez cuántas veces en la vida habéis dado realmente las gracias? Unas gracias sinceras. La expresión de vuestra gratitud, de vuestro agradecimiento, de vuestra deuda.
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Nada se opone a la noche de Delphine De Vigan
Hasta ese día, no había sabido imaginar su futuro, atribuirle una forma, un color. No había sabido proyectarse en otra vida, inventar nuevos paisajes. A veces, había llegado a la conclusión de que sus sueños eran tan grandes, tan desmesurados, que ni si quiera cabían en su propia cabeza.
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Nada se opone a la noche de Delphine De Vigan
Soñaba que se hacía invisible: verlo todo, escucharlo todo, aprenderlo todo, sin que nada palpable señalara su existencia. No sería más que una onda, un suspiro, un perfume quizá, nada que se pudiera tocar o atrapar.
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Las gratitudes de Delphine De Vigan
Uno piensa que tendrá tiempo de decir las cosas, y cuando se quiere dar cuenta ya es demasiado tarde. Uno piensa que basta con muestras de cariño, con hacer gestos, pero no es verdad, hay que decir lo que se siente.
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Las gratitudes de Delphine De Vigan
"Uno piensa que tendrá tiempo de decir las cosas, y cuando se quiere dar cuenta ya es demasiado tarde. Uno piensa que basta con dar muestras de cariño, con hacer gestos, pero no es verdad, hay que decir lo que se siente".
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Las lealtades de Delphine De Vigan
LAS LEALTADES Son lazos invisibles que nos vinculan a los demás —lo mismo a los muertos que a los vivos—, son promesas que hemos murmurado y cuya repercusión ignoramos, fidelidades silenciosas, son contratos pactados las más de las veces con nosotros mismos, consignas aceptadas sin haberlas oído, deudas que albergamos en los entresijos de nuestras memorias. Son las leyes de la infancia que dormitan en el interior de nuestros cuerpos, los valores en cuyo nombre actuamos con rectitud, los fundamentos que nos permiten resistir, los principios ilegibles que nos corroen y nos aprisionan. Nuestras alas y nuestros yugos. Son los trampolines sobre los que se despliegan nuestras fuerzas y las zanjas en las que enterramos nuestros sueños. |
Nada se opone a la noche de Delphine De Vigan
...cada noche me imaginaba a Lucile, ese viernes 25 de enero, enrollada en sus mantas, sola en su pequeño apartamento. Me imaginaba los largos minutos que habían precedido a la inconsciencia, sin que nadie acariciase su pelo, sostuviese su mano. Lloraba en silencio, lágrimas con sabor a infancia, lágrimas privadas de adiós, daba vueltas y vueltas en la cama, incapaz de conciliar el sueño.
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Las gratitudes de Delphine De Vigan
Tras sus miradas borrosas, sus gestos inseguros, sus cuerpos encorvados o doblados por la mitad, busco al muchacho o a la muchacha que fueron como quien pretende descubrir el esbozo original de un dibujo repasado torpemente con rotulador. Los observo y me digo: ella también, él también amó, gritó, gozó, nadó, corrió hasta perder el aliento, subió las escaleras de cuatro en cuatro, bailó toda la noche.
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Las gratitudes de Delphine De Vigan
Cierra al salir la puerta de su apartamento, la misma que ha cerrado cientos de veces, pero hoy sabe que será la última. Insiste en meter ella misma la llave en la cerradura y darle la vuelta. Sabe que no volverá. Que no hará nunca más esos gestos tantas veces repetidos: encender el televisor, alisar la colcha, fregar la sartén, bajar las persianas para que no entre el sol, colgar la bata en el gancho del cuarto de baño, sacudir los cojines del sofá para que recobren una forma perdida hace tiempo. Ha donado los muebles, la cama, el magnetoscopio, las cazuelas, la tostadora. Ha conservado algunos libros, los álbumes de fotos, una treintena de cartas, los papeles que la administración prohíbe tirar. Pero, en realidad, sabe perfectamente que está soltando amarras.
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Los reyes de la casa de Delphine De Vigan
Creían que el Gran Hermano se encarnaría en una potencia exterior, totalitaria, autoritaria, contra la cual habría que rebelarse. Pero el Gran Hermano no había tenido ninguna necesidad de imponerse. El Gran Hermano había sido acogido con los brazos abiertos y el corazón ávido de likes, y cada cual había aceptado ser su propio verdugo.
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Las gratitudes de Delphine De Vigan
“Comprendí que las preguntas engendraban dolor y que no iba a encontrar ninguna respuesta. Así que acepté el silencio.” siente.” |
Las gratitudes de Delphine De Vigan
¿Os habéis preguntado alguna vez cuántas veces en la vida habéis dado realmente las gracias? Unas gracias sinceras. La expresión de vuestra gratitud, de vuestro agradecimiento, de vuestra deuda.
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Las gratitudes de Delphine De Vigan
«De adultos seguimos arrastrando su huella. Hay algo que se queda. Cuando fui madre imaginé que convertirse en adulto sería desembarazarse de esas huellas. Pero he comprendido que los dolores que no se atienden no cicatrizan».
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Nada se opone a la noche de Delphine De Vigan
Posiblemente tenía ganas de rendir homenaje a Lucile, regalarle un ataúd de papel —pues me parece el más hermoso de todos— y el destino de un personaje.
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Las horas subterráneas de Delphine De Vigan
¿En qué adulto se convierte uno después de haber descubierto tan pronto que la vida puede derrumbarse?
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Nada se opone a la noche de Delphine De Vigan
Mi familia encarna lo más ruidoso de la alegría, lo más espectacular, el eco infatigable de los muertos, y la sonoridad del desastre. Ahora sé que ilustra, como tantas otras familias, el poder de destrucción del Verbo y el del silencio.
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Los reyes de la casa de Delphine De Vigan
Mostrarse por fuera, por dentro, por todas partes. Vivir para ser vistos, o vivir vicariamente.
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Nada se opone a la noche de Delphine De Vigan
George dominaba la gramática francesa la perfección y no ignoraban ninguna palabra del argot. A veces era asediado por vahos de amargura en el transcurso de una conversación o de una película mala, y pronto acabaría formándose en su garganta una bola de cólera que no dejaría de crecer.
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Las lealtades de Delphine De Vigan
Es extraña, por otra parte, esa sensación de apaciguamiento cuando acaba emergiendo aquello nos negamos a ver pero que nos constaba que estaba ahí, enterrado no muy lejos, esa sensación de alivio cuando se confirma lo peor.
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¿Cuál es el nombre completo de la protagonista femenina en "Una corte de rosas y espinas"?