Nada se opone a la noche de Delphine De Vigan
Hasta ese día, no había sabido imaginar su futuro, atribuirle una forma, un color. No había sabido proyectarse en otra vida, inventar nuevos paisajes. A veces, había llegado a la conclusión de que sus sueños eran tan grandes, tan desmesurados, que ni si quiera cabían en su propia cabeza.
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