Nada se opone a la noche de Delphine De Vigan
“Una mañana me levanté y pensé que debía escribir, que tenía que atarme a la silla, y que debía continuar buscando, incluso con la certidumbre de no encontrar nunca respuesta. El libro, quizá, no sería otra cosa que eso, el relato de esta búsqueda, contendría en sí mismo su propia génesis, sus vagabundeos narrativos, sus tentativas inacabadas. Pero sería ese impulso titubeante e inacabado de mí hacia ella”.
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