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Críticas sobre Orlando (32)
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Zairamec
 22 November 2020


¿Quién es “Orlando”? Un hombre, una mujer, un personaje, una historia, una vida, una identidad, una realidad. Orlando es todo y nada, es un ser, una existencia que se abre camino a través de las letras, a través de la magistral pluma de una escritora que tiene todo para ser grandiosa, Virginia Woolf. No les diré que no tenía cierto celo o temor al acercarme a ella porque su figura, su solo nombre hace que se despierten elogios y me sentía inmadura, pequeña, pero como buena aventurera me lance al vacío y ella, con su hermosa prosa, con su aguda sutileza (esto sabemos que no es cierto), con su tierna (arrolladora) capacidad de sacudirnos el intelecto, me dio su mano y caminamos, mejor aún, danzamos por una biografía llena de sátira e ironías, de crítica literaria pura, pero también de profundas reflexiones no solo sobre la letras, sino sobre la vida misma y sobre un tema que genera hoy en día disconfort, desconcierto, riñas, conflictos y confrontaciones, el género, la identidad, la sexualidad y el amor.  

Orlando nace en un cuerpo masculino con un profundo amor a toda manifestación de la belleza expresada a través del arte y la literatura, leer es lo que da sentido a su existencia y este acto que por su simpleza puede ser menospreciado, es aquel que envuelve su alma, le brinda consuelo y como un fuego eterno le enciende para darle al ser que realiza el acto, el mayor anhelo de la humanidad, la inmortalidad; Orlando “padecía del amor por la literatura…se quedaba solo, leyendo, un hombre desnudo” y en esa soledad ese mal invadía cada uno de sus sentidos, hasta que un día, en palabras de Virgina Woolf “el miserable se dedica a escribir”; tomó su pluma y empieza a escribir su libro “la encina”.  Treinta años transcurren de su existencia, hasta que un día, en brazos de Morfeo, se transforma, cambia y su cuerpo se configura como un cuerpo femenino, pero no te confundas el (ella) deja de dividirse en masculino y femenino y empieza a ser, de forma compleja, un ser humano, perfectamente imperfecto y completamente incompleto, Orlando sigue siendo Orlando en su prolongada vida (aunque en apariencia física siempre tiene 36 años) hasta el día de su muerte. 

Aquí respiro profundo, porque con ella, con la Señora Woolf es difícil parar de leer, pero también es sumamente complejo continuar, muchos párrafos tuve que releer y releer, algunos por su profundidad, y otros, porque eran tan deliciosos que me ira imposible no saborearlos lentamente y aunque en ocasiones mis preceptos, mis prejuicios me nublaban el juicio ella entraba y cerraba con esta grandiosa frase “Rehusar y ceder, qué delicioso; perseguir y conquistar, qué augusto; comprender y razonar, qué sublime.» 

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MaiteMateos
 25 July 2020
Sexta novela de la genial y fascinante escritora británica Virginia Woolf, titulada originalmente Orlando, una biografía. Fue concebida como una parodia del género biográfico típico del período victoriano, donde solo aparecían hombres y responde al vanguardismo literario inglés de principios del siglo XX. Orlando juega con las convenciones del género novelístico de la misma manera que juega con las convenciones de la biografía. Es una novela impregnada de reminiscencias Shakespearianas, con constantes alusiones a las tramas de Otelo y de Mucho ruido y pocas nueces, así como al Orlando enamorado de Boiardo y al Orlando furioso de Ariosto. Todas ellas son obras que giran en torno a la traición, los celos y la complejidad de las relaciones humanas.
El personaje protagonista de Orlando de Virginia Woolf es un joven aristócrata, andrógino de vida extraordinariamente longeva, puesto que el relato de su vida se inicia en el siglo XVI, en plena época Isabelina y acaba a principios del siglo XX (en el mismo año en que se publicó la novela, en 1928) sin haber envejecido y tras sufrir un misterioso cambio de género. Esta ruptura con la realidad, esta transgresión, hace pivotar la obra en torno a lo fantástico o el realismo mágico pero, precisamente lo fantástico es lo que la dota de una carga simbólica extraordinaria, impresionante, que la conduce a lo alegórico y a lo poético para abordar temas como la identidad, la muerte, el amor, los celos, la relatividad del tiempo, el género, la homosexualidad, la sexualidad femenina, la mujer como creadora literaria, la cuestión de las diferencias entre hombres y mujeres a través del probablemente primer transgénero de la historia de la literatura… Virginia Woolf quería demostrar con esta sátira que las diferencias de género no afectan al alma de las personas, que las diferencias de género son adquiridas cultural y socialmente hablando para crear la absurdidad de los roles sexuales.
Parte del personaje de Orlando está inspirado en la figura histórica de la escritora Vita Sackville-West, por lo que muchos han interpretado esta novela como una carta de amor dirigida a la que se dice que fue su gran amor y amante. de hecho Virginia Woolf le dedica la obra a Vita Sackville-West. Y sin embargo, en el personaje de Orlando se funden las personalidades de Virginia en lo emocional y la de Vita en lo físico y en lo anecdótico. Porque lo cierto es que la novela fue más bien una especie de instrumento de venganza y reafirmación, escrita en un ataque de celos de Virginia porque Vita la había abandonado por otra mujer. de hecho, el tema de la traición y los celos se repiten constantemente en Orlando, para acabar satirizando el amor romántico.
Enlace: https://maitemateos.wordpres..
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MaiteMateos
 18 July 2020
Sexta novela de la genial y fascinante escritora británica Virginia Woolf, titulada originalmente Orlando, una biografía. Fue concebida como una parodia del género biográfico típico del período victoriano, donde solo aparecían hombres y responde al vanguardismo literario inglés de principios del siglo XX. Orlando juega con las convenciones del género novelístico de la misma manera que juega con las convenciones de la biografía. Es una novela impregnada de reminiscencias Shakespearianas, con constantes alusiones a las tramas de Otelo y de Mucho ruido y pocas nueces, así como al Orlando enamorado de Boiardo y al Orlando furioso de Ariosto. Todas ellas son obras que giran en torno a la traición, los celos y la complejidad de las relaciones humanas.
El personaje protagonista de Orlando de Virginia Woolf es un joven aristócrata, andrógino de vida extraordinariamente longeva, puesto que el relato de su vida se inicia en el siglo XVI, en plena época Isabelina y acaba a principios del siglo XX (en el mismo año en que se publicó la novela, en 1928) sin haber envejecido y tras sufrir un misterioso cambio de género. Esta ruptura con la realidad, esta transgresión, hace pivotar la obra en torno a lo fantástico o el realismo mágico pero, precisamente lo fantástico es lo que la dota de una carga simbólica extraordinaria, impresionante, que la conduce a lo alegórico y a lo poético para abordar temas como la identidad, la muerte, el amor, los celos, la relatividad del tiempo, el género, la homosexualidad, la sexualidad femenina, la mujer como creadora literaria, la cuestión de las diferencias entre hombres y mujeres a través del probablemente primer transgénero de la historia de la literatura… Virginia Woolf quería demostrar con esta sátira que las diferencias de género no afectan al alma de las personas, que las diferencias de género son adquiridas cultural y socialmente hablando para crear la absurdidad de los roles sexuales.
Parte del personaje de Orlando está inspirado en la figura histórica de la escritora Vita Sackville-West, por lo que muchos han interpretado esta novela como una carta de amor dirigida a la que se dice que fue su gran amor y amante. de hecho Virginia Woolf le dedica la obra a Vita Sackville-West. Y sin embargo, en el personaje de Orlando se funden las personalidades de Virginia en lo emocional y la de Vita en lo físico y en lo anecdótico. Porque lo cierto es que la novela fue más bien una especie de instrumento de venganza y reafirmación, escrita en un ataque de celos de Virginia porque Vita la había abandonado por otra mujer. de hecho, el tema de la traición y los celos se repiten constantemente en Orlando, para acabar satirizando el amor romántico.
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CarolBesada
 14 April 2020
Si me hubiera organizado mejor, desde el principio estas entradas (que no tienen la aspiración de ser reseñas) habrían estado estructuradas distinguiendo el QUÉ del CÓMO.
-El QUÉ de una historia: entiéndase personajes, trama, escenarios, etc.
-El CÓMO de una historia: básicamente la forma en la que está contada.

Aclaro esto porque el plus de este libro está en el CÓMO.

Respecto al QUÉ: la historia va de alguien que vivió 300 años y un día se acostó como hombre para despertarse días después con un cuerpo de mujer pero manteniendo su identidad.
Eso es lo que queda claro. El resto no tiene mucha lógica ni hay explicaciones que ayuden a entender los saltos en el tiempo ni los porqués.

Ahora el CÓMO: la historia la cuenta "el biógrafo" de Orlando y es todo lo que está bien. Sus intervenciónes, el porqué de sus elecciones; la ironía y la crítica, las reflexiones, aclaraciones, ¡los paréntesis!
Es ese cómo el que me atrapó y llevó a que lo demás no importara demasiado.

Si querés acercarte a la obra de Virginia Woolf y disfrutás de los divagues; esta es una historia ideal para hacerlo.
Sino, no.
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Delibros
 05 March 2020
En mi lista interminable de libros por leer hay varios de Virginia Woolf. El segundo libro que leí de ella fue Orlando. No se si sea el que más me ha gustado, aunque me gusta mucho, pero recuerdo haber estado atrapada en su lectura.
Esta obra, a manera de biografía y como parodia de la misma, relata la vida de Orlando. Un joven aristócrata que se transforma en mujer. La historia trascurre a lo largo de 300 años apróximadamente, en los cuales el protagonista poco envejece.
Así, a lo largo de la novela vemos el trascurrir de la sociedas inglesa, lo que significa ser mujer, la sexualidad y la homosexualidad. Temas poco comúnes y tabú incluso para la literatura ennlas década de los 20 en Inglaterra.
Una obra muy interesante de la que recomiendo la traducción de Borges.
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Daniel7
 10 November 2019
Un noble debe hacer vida en la corte real si quiere tener un rol visible en este círculo selecto. Debido a la condición aristócrata de Orlando, se introducirá en el séquito de la reina Isabel I de Inglaterra de la que se ganará su simpatía convirtiéndose en el preferido de la monarca. No obstante, este estado privilegiado se quiebra durante la gran helada que sucede en el período jacobino porque Orlando mantiene una estrecha relación amorosa con la princesa rusa Marusha Stanilovska Dagmar Iliana Romanovitch a la que amará fugazmente.

Lee la reseña completa en: https://elbohemiodehojalata.wordpress.com/
Enlace: https://elbohemiodehojalata...
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Ber
 22 February 2019
Lo que se considera bueno o malo en cualquier arte es variable, depende de los gustos de cada época, o lo que es lo mismo pero con un cariz despectivo: de las modas; y Virginia Woolf está de moda, por razones evidentes.

Normalmente, la única razón por la que me leo libros es si me atrae lo que está escrito, y no era el caso de este libro ni de la autora, la verdad; pero por vicisitudes de la vida me lo he acabado leyendo, y me alegro. Sobre todo me gusta su estilo, cómo escribe, intercalando paranoias mentales que le entran y yéndose por los cerros de Úbeda cada dos por tres con reflexiones personales de un narrador que, si bien nunca es el autor, en este caso parece acercársele mucho y que me recuerda un montón a Saramago, que todos sabemos que es Dios. O más bien al revés, porque ella es anterior. Seguro que Saramago la leyó y le gustó.

En esas reflexiones descubrimos un poco de la personalidad de la autora, y esto tiene su parte buena y su parte mala. La buena es que así la conocemos un poco más a ella, además de que están muy bien hilvanadas y razonadas, o sea, mola leerlas; pero por otro lado esas reflexiones dejan un poco de lado la historia y hace la lectura poco ágil, reducen el ritmo y te hacen perder un poco el interés.

La historia carece de la fuerza que se ve que podría tener y al final el libro pasa como un poco sin pena ni gloria, aun reconociéndolo como de calidad.

Creo, aun así, que el balance es positivo y que, además de la historia del protagonista, la mitad del encanto del libro está precisamente en estas reflexiones sobre la masculinidad, la feminidad, ambas en relación a la sociedad e individualmente, la literatura, los estereotipos, las diferentes épocas... El cambio de sexo del protagonista cambia al protagonista, pero nada más, no cambia el libro. Esto es un indicativo de que la obra no gira en absoluto a su alrededor. Es, simplemente, un acontecimiento más, y esto se ve reforzado por la naturalidad con la que el resto de personajes aceptan el cambio y por la carencia de énfasis que le da la escritora a la circunstancia.

En fin, sí que me ha gustado, pero no creo que sea ninguna maravilla. Es lo que tienen las modas, quizá.
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Yani
 17 January 2019
Antes que nada, “Orlando” es una biografía. La persona que inspiró a Woolf está en la mismísima dedicatoria del libro: Vita Sackville-West, quien fue escritora y quien tuvo una relación amorosa y muy tormentosa con Woolf. Orlando es un muchacho que en la época isabelina goza de muchos privilegios –es un noble– y se dedica a escribir, además de involucrarse con mujeres y comprar compulsivamente. Y es especial porque atravesará el tiempo y cambiará con ello… en muchos sentidos.

Es una novela deliciosa que se entiende aunque no se compare obsesivamente con los datos biográficos de Sackville-West con las experiencias de Orlando. de hecho, la primera vez que la leí lo hice de esa manera: despojada de información complementaria. Sin embargo, ahora las cosas tomaron un cariz distinto y me di cuenta de lo incisiva y artificiosa –en el buen sentido– que es Woolf cuando pone algo de ella misma en sus ficciones. También amo que todas sus ideas y sus escritos se conecten entre ellas, lo cual me da la sensación de que la obra de Woolf es más una tela cuyos retazos encajan perfectamente unos con otros –y se superponen más de una vez–.

Pero me estoy yendo de tema. Si hay algo interesante en “Orlando” es su actualidad, aquello que hace que la gente que quiere leer a Woolf empiece por esta novela o por “Un cuarto propio”. El personaje cambia de sexo –no es ningún spoiler– y expone su psicología, su adaptación a las nuevas costumbres y a las nuevas limitaciones. Y la voz narradora, que oficia de biógrafa, no se guarda nada. al menos, no con respecto a este tema. Esa voz irónica y engañosa le habla a quien lee para demostrarle sus criterios, sus aciertos y sus fallas a la hora de contar una vida.

Creo que la mayor dificultad de “Orlando” está en el reconocimiento de las épocas, ya que determinan bastante el accionar de los personajes. No es algo que no se pueda sortear y, de hecho, Woolf ayuda mucho a que no se convierta en un obstáculo infranqueable.
Inteligente, divertida y sin tapujos, esta novela es ideal –desde mi opinión– para terminar de enamorarse de la narrativa de Virginia Woolf.
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Beatriz_Villarino
 23 September 2018
He terminado Orlando (¡por fin!); esta exclamación viene a cuento por la falta de tiempo que he tenido últimamente para leer, pues otros quehaceres han ocupado casi todo el que tenía libre. Pero digo, he terminado Orlando y estoy maravillada ¿Cómo a principios del siglo XX una mujer fue capaz de escribir una novela que rompiera con todos los cánones de la novela tradicional? ¿Cómo no la había leído antes? Son preguntas que me hago y que, indudablemente, la respuesta da igual. Lo importante es que he conocido a Virginia Wolf y lo único que lamento, como tantas otras veces, es no haberme comunicado en persona con la autora. Hubiera estado bien ser una Orlando y viajar en el tiempo para hablar con tantos y tantos autores que han dejado huella.

Pero no es posible, como tampoco lo es que Orlando comience su historia en 1588, a finales del reinado de Isabel I y la termine en 1928, cuando muere a los 36 años, sin apenas haber envejecido.

El libro es una metáfora tras otra, es prácticamente una alegoría que se coloca en los antecedentes del Realismo Mágico hispanoamericano, se une al simbolismo de finales del XIX al criticar la falta de sensibilidad, la descripción objetiva, y quedar la propia autora entre esos poetas malditos que, como Baudelaire, apostó por la responsabilidad del arte para capturar la experiencia efímera de la vida, para capturar la Verdad absoluta; Orlando queda asociado a las vanguardias a través de su perspectiva narrativa, principalmente desde el sueño o el pensamiento; las imágenes oníricas del surrealismo le permiten abordar temas tabúes como la homosexualidad, la libertad sexual, el papel social de la escritora en la sociedad…

Orlando cambia de apariencia; empieza la novela siendo un joven apuesto, decidido, alocado con las mujeres y algo torpe… y después se convierte en una mujer… y se asusta por ello pues a lo largo de un sueño se le aparecen la Pureza, la Modestia y la Castidad, cualidades que se le suponían al sexo femenino y que él no las practicó nunca; así que las echa de su habitación y se queda con la Valentía y la Verdad, atributos que, a lo largo de los siglos han sido considerados propios de los hombres.

¿Cuerpo de mujer, sentimientos masculinos…? ¡Uf!

Como mujer, Orlando, está estancada, incluso se enamora, se casa y tiene un hijo, sin embargo con su marido mantiene una relación atípica

…si el marido de una siempre estaba navegando para doblar el cabo de Hornos, ¿era eso un matrimonio? Si una lo amaba ¿era eso un matrimonio? Si una amaba también a otras personas, ¿era eso un matrimonio? Y por último, si una todavía deseaba escribir versos, más que nada en el mundo, ¿era eso un matrimonio?

No cabe duda de que esta relación, estas dudas, son las que atormentan a Virginia Wolf durante su vida, capaz de amar tanto a su marido como a una amiga perteneciente también al Bloomsbury, grupo en el que también se encontraban nuestra autora y su marido y, entre otras características bastante avanzadas para la época, se mostraba en contra de la exclusividad sexual. Por eso Orlando al llegar a casa se quita el miriñaque para ponerse los bombachos y poder moverse libremente por el jardín, por el campo…

En este cambio inusual de sexo, que además surge de forma espontánea tras un sueño, intuimos la finalidad del libro: defender que no hay diferencia de sexos en el interior de las personas; la inteligencia, los sentimientos son los mismos.

…estos yoes que nos forman, uno apilado encima de otro […] tienen […] pequeños códigos y derechos propios […] porque todo el mundo puede multiplicar a partir de su propia experiencia las diferentes condiciones con que sus diferentes yoes han pactado con uno…

Virginia Wolf hace acopio de novedosas técnicas, tanto formales como de contenido. Entre las formales, no duda en aunar lo correspondiente al silencio verbal con la palabra, es decir puede dejar espacios en blanco para que el lector los llene con sus propias reflexiones «Por esas razones dejamos aquí un gran espacio en blanco, lo que es señal de que el espacio está repleto». Entre los procedimientos de contenido, destacamos las hipérboles «A un pobre gato lo habían tomado por carbón y lo habían asado»; los diálogos absurdos «—¡Señora! —gritó el hombre, echando pie a tierra—: ¡Está herida! —Estoy muerta, señor —contestó ella. Pocos minutos después estaban comprometidos»; las sinestesias vivificadoras «las nubes color pulga y color flamenco»; las antítesis surrealistas «De una gran cruz […] pendían crespones de viuda y velos de novia»; o los oxímoron «con agradable angustia». Asimismo abundan las técnicas narrativas que le permiten viajar a lo largo de la Historia en un tono distendido, a veces humorístico, casi siempre irónico: «La vida normal de la mujer era una sucesión de partos».

Entre estas técnicas me gustaría destacar el monólogo interior que, al cambiar de sexo cambia de perspectiva al igual que modifica la técnica, pues a este monólogo interior se une la narrativa tradicional en tercera persona, un narrador omnisciente que nos recuerda a la tradición; de hecho hay momentos en los que se nos vienen a la mente otras afirmaciones de otros escritores. Así si Oscar Wilde afirmó que «la literatura no crea la naturaleza sino que la recrea», el narrador de Orlando opina algo parecido «Una cosa es el verde en la naturaleza y otra en la literatura. La naturaleza y las letras parecen profesarse una antipatía natural […] ¿Cuántos más soles veré declinar?» Esto le permite una búsqueda constante del conocimiento y del placer estético a través de la escritura «releyó y le pareció repulsivo; corrigió y rasgó; omitió; agregó; conoció el éxtasis y la desesperación; […] rio y lloró; vaciló entre uno y otro estilos;», porque Orlando empieza escribiendo un poema El roble, como hombre; de hecho al principio tenemos la impresión de estar ante la continuación del Orlando furioso, de Ariosto, pues si éste es víctima de la locura y del amor, prepotente y falto de delicadeza…, nuestro Orlando es un joven aristócrata aficionado a las mujeres, favorito de la anciana reina, y sufre asimismo, como hombre, el abandono de una princesa rusa. Sin embargo termina el poema como mujer, cuando ha sido víctima de todos sus derechos, ya que al haber estado durante un tiempo en Estambul viviendo como gitana en una tribu, se le da por muerto en Inglaterra «entró inmediatamente en legítima posesión de sus títulos […] a pesar de ser otra vez perpetuamente noble, era también extremadamente pobre».

Será por lo tanto, como mujer, cuando luche realmente por lo que es suyo y cuando obtenga un éxito editorial inigualable.

La inclinación hacia la mujer es indudable, pues queda claro que es a quien le ha tocado sufrir más en cualquier época; abusos sexuales, prohibiciones de pensamiento o acción son denunciados en el libro, por lo que, de alguna manera, al tratar temas tabú como la libertad sexual, la diferencia entre hombres y mujeres o el papel social de las escritoras, Wolf se convierte en defensora, si no pionera, de los derechos de la mujer.

Entre otros temas que aparecen, podemos destacar la maldad del ser humano, identificada sobre todo en el sexo masculino, el aprovecharse de la buena fe de los demás

Porque —dijo— he acabado ya con los hombres.
Sin embargo pagó la pensión trimestralmente
[…]
Si sus perros no desarrollaban el don de la palabra […] podría vivir los años que le quedaban en una satisfacción tolerable.

La crítica hacia el plagio en la literatura es indudable en algunos momentos, de hecho, cuando el crítico Nicolás Greene afirma que «en Inglaterra había muerto el arte de la poesía» y ataca a Shakespeare, Marlowe, Donne y Browne, sorprende a Orlando; Greene sólo salva a Ben Jonson porque «era amigo suyo, y él nunca hablaba mal de sus amigos», y de paso le pide que le pague una pensión para tener un sitio donde trabajar. Orlando lo hace y le deja que lea su libro Muerte de Hércules para que le dé su opinión; hecho que Greene aprovecha para plagiarlo con un título parecido y obtener un éxito inmediato. Aunque sea el propio Greene años después el causante de su éxito como escritora.

Asimismo predomina la importancia del tiempo interior «Una hora, una vez que se instala en el extraño dominio del alma humana, puede extenderse cincuenta o cien veces su duración en el tiempo», que, a veces deviene en Realismo Mágico «Una vez, por ejemplo, hizo que toda una ciudad de mujeres ciegas, cerca de Brujas, tejiera las cortinas para una cama con dosel de plata». Esto es lo que le permite que su biografía, de 36 años dure más de 300.

Y esto es lo que permite al lector olvidarse de si Orlando es un hombre, de si se convierte en mujer, de si es una mujer atrapada en un cuerpo de hombre… Orlando es una persona que reflexiona sobre por qué, a lo largo de los siglos ha habido seres considerados superiores, con derecho a todo hacia aquéllos considerados inferiores por cualquier circunstancia, y el ser mujer, no cabe duda, sigue siendo una circunstancia primordial. Sigamos el ejemplo de Wolf y reivindiquemos, como tantas personas que la mujer es eso, una persona, que siente, piensa y decide como persona.


Enlace: http://elblogaurisecular.blo..
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victorrym
 20 August 2018
No es necesario conocer que Orlando (Virginia Woolf 1882-1941) está inspirado en algunos pasajes de la vida de Vita Sackville-West para entender mucho de la historia de esta novela. Como un texto imprescindible y a la vez no para cualquier lector, es una obra con un contenido transgresor y peculiar estructura narrativa con cierto sabor experimental. Fue la sexta creación de su autora, se puede encontrar publicado bajo Ediciones Huracán y para el 11 de octubre de este año cumplirá los 90 años de su primera publicación en 1928.
Orlando cual noble caballero, escritor amante de la poesía, despierta un día convertido biológicamente en una mujer. Interesante se torna la narración cuando convertido en una criatura de andrógina identidad se enfrenta como juez y parte a los compromisos y privilegios de su nueva condición.
El tiempo como un personaje más ubica temporalmente esta historia entre el siglo XVI, durante el reinado de Isabel I y se extiende hasta principios del siglo XX, pasando por la época victoriana. Contiene en si mismo más de una referencia al mundo literario y es una crítica mordaz de su época con curiosa vigencia en la actualidad. Con un tono muy filosófico explora en la libertad del ser desde una perspectiva ético-moral. Reflexiona sobre los roles y juzga en algún momento de manera clara, el lugar que ocupa la mujer en la sociedad. Con un estilo marcadamente poético puede ser por momentos una narración ágil como extremadamente densa. Aunque está narrado desde la tradicional tercera persona, desde el inicio el lector sentirá una singular cercanía semejante a la que experimenta el espectador cuando en el teatro se rompe la cuarta pared. Este libro se debe leer como cuando apreciamos una pintura abstracta. Es una obra que sacude el pensamiento a través de las sensaciones.
Enlace: http://www.tribuna.cu/lectur..
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