Hace un tiempo leí “Una habitación propia”, el ensayo feminista indispensable de Virginia Woolf, y quedé encantada. Quería leer sus novelas pero me daba un poco de miedo ya que todos me decían lo complicadas que eran. Se suele empezar por “La señora Dalloway”, pero escogí “Orlando” sobre todo por la preciosa edición. Y no puedo estar más feliz de mi elección. Es una historia ágil, entretenida, divertida en ocasiones y con profundas reflexiones. “Orlando” se presenta como la biografía de un joven aristócrata. No es ningún spoiler decir que el joven Orlando se despierta un día siendo mujer. Me llama la atención esta trama, teniendo en cuenta el momento en que fue escrito. Es muy avanzado para su época y creo que incluso hoy en día, a muchos les costaría escribir algo así. Me parece increíble la naturalidad con la que se trata el cambio de sexo, tanto por parte del propio Orlando como de su entorno. Orlando lo acepta como algo normal y sigue con su vida adoptando roles de mujer, supeditada al hombre, como si nada, buscando encajar en las convenciones sociales. Cambia el género pero no la personalidad, vemos cómo ciertos elementos condicionan el género, como la vestimenta o las atitudes ante la vida. Algo que me ha llamado mucho la atención y que me encanta es que, siendo mujer, ¡se siga llamando Orlando! El estilo biográfico contrasta con el tono de la novela, más bien paródico, irónico. El biógrafo interpela a menudo al lector, haciendo comentarios con doble sentido. Pero a su vez, la narración es muy lírica. Algo que puede resultar confuso es la escala temporal de la novela, que no entendí hasta el final y que no es realista ni afecta únicamente a Orlando. Si os gustó “Una habitación propia”, creo que “Orlando” puede ser una buena opción para continuar. Desarrolla algunas de las ideas incluidas en el ensayo. Nos muestra la (escasa) evolución del papel de la mujer a lo largo de tres siglos. Enlace: https://www.instagram.com/p/.. + Leer más |