El retrato de Dorian Gray

Esta historia comienza cuando un pintor llamado Basil Hallward tenía un modelo muy joven que satisfacía todos sus deseos sin algún tipo de límite o prejuicio, a este pintor le encantaba su modelo, daba todo por él, hasta que pensó lo dichoso que este podría ser si el siempre fuese joven y lleno de vitalidad exactamente tal cual era en esos momentos, vivía maravillado de su increíble hermosura.

Este deseo de aquel pintor hizo que el modelo y protagonista llamado Dorian se incluyera más en este tema de la juventud y belleza eterna, esto hizo que se cometiera todo tipo de locuras desde lo más sencillo hasta llegar al crimen sin pensarlo, todo gracias a El Retrato de Dorian Gray mantuvo esa juventud plena y hermosa para que su retrato pintado cargara con esos años.

Esta novela se basa en indagar sobre una leyenda de la eterna juventud y las posibilidades de crear un pacto maligno y diabólico para así permanecer siempre joven.

Tengo que confesaros que he tenido mis más y mis menos con el libro que os voy a comentar hoy. Es un clásico de esos que hay que leer y no voy a poner en tela de juicio su importancia, que está fuera de toda duda, pero a mí me ha costado leerlo, no sé muy bien la causa, porque a priori era un libro que "tenía que gustarme " por su historia de todos conocida. A veces estas cosas pasan.
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La historia de Mr Grey y su retrato es de sobra conocida. Es muy interesante esa premisa, ese juego moral entre el hombre y su retrato. Pero la forma en que está contada no ha logrado conquistarme y a mitad del libro se me ha hecho bola y he necesitado aparcarlo un tiempo para poder fetomarlo con más fuerza. Poque no dudéis ni un momento de que la historia merece la pena y que este personaje aparentemente amoral esconde suficientes motivos para darle más de una oportunidad. Mi impresión es completamente subjetiva y personal, y os digo que la última parte del libro está a la altura de su protagonista.
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Hay un dato del que me he enterado hace poco y que puede tener importancia, y es que esta no es la versión original pensada por Oscar Wilde. Parece ser que la novela fue modificada por el propio autor para poder publicarla y ahora me queda la duda de si la versión original me habría causado una mejor impresión. Quién sabe.

Oscar Wilde, pintor de escenas, escultor de personajes y el mejor escritor de mundo (Al menos yo lo afirmo así). Hecha esta introducción, necesaria, "El retrato de Dorian Gray" no es una novela cualquiera y aún sabiendo de una manera superflua como se desarrolla la trama no puedes ni imaginarte como puede llegar hasta dentro de tu ser esta lectura.
Oscar Wilde es un gran escritor del detalle, él no quiere que el lector tenga que poner de su propia cosecha detalles, él puede recurrir a una descripción de tres páginas acerca de una estancia. El carácter misógino del autor, queda enmascarado por un aire filantrópico.
Tenemos 3 personajes claves, que conocemos en el primer capítulo, Basilio (pintor), Harry (Amigo de este) y Dorian Gray (Sobre el que trata el libro). El joven, e inexperto en la vida, Dorian sirve de modelo a Basilio y durante una de estas sesiones Harry conoce al bello modelo y se propone cambiar el pensamiento del muchacho. A lo largo del libro se producen una series de conversaciones entre Harry y Dorian de temática filosófica, más allá de sólo pretender estimular la mente de este último son capaces de llegar al lector; algunas de las reflexiones de las que se hablan (la vida, la muerte, el amor, el deseo, ...) son intrínsecas al propio ser humano y abordar algunas de ellas se vuelve tan difíciles de resolver, que ahí es donde estriba la magnificencia de Oscar Wilde para con su obra, él no teme embarcarse en profundas reflexiones pues además de entretener con los acontecimientos de la novela, pretende que el lector vaya más allá y acompañe a Dorian Gray en su profundo proceso de cambio.

De joven e inexperto a eternamente joven y oscuro, Dorian Gray.

Mi primer acercamiento a la literatura fue con los cuentos y historias de Oscar Wilde, por lo que le siento un tremendo cariño a las obras de él. Siento que de cierta manera somos como Dorian, tratando siempre de ocultar lo malo y sacar a relucir lo bueno aun cuando le podemos hacer daño a las personas, no queremos que los demás vean ese lado oscuro que todos tenemos.

Libro que tuve durante años sobre la repisa de casa, pecando de asumir el saber de qué se trataba, solo por el clásico y breve resumen: «Dorian Gray, ese que se mantenía joven mientras su cuadro envejecía». Cuando en realidad era mucho, muchísimo más.

Hay que tener mucha suerte o ser un genio de la puta madre para que dos siglos más tarde tu obra (muchas) siga siendo considerada un clásico. Y Oscar Wilde se lo ganó.

El retrato de Dorian Gray para mí tiene muchas cosas cuestionables, pero antes de ponerme a romper los huevos con la moral de una novela escrita y ambientada en el siglo XIX, tengo que cerrar el hocico porque no tiene lugar acá.

La premisa es buena y adentrarte a la historia lo es todavía más. Sumergirse en una idea genial de cómo cada uno de tus pecados se ven reflejados en la pintura más perfecta que te ha retratado jamás, mientras físicamente te ves como hace veinte años atrás, cuando cada pincelada clamaba la pureza de tu alma que se fue deteriorando con una rapidez casi indescriptible. No me cabe ninguna duda la fascinación de Dorian y ese morbo de ver segundo a segundo cómo su cara se deformaba como si se tratase de un espejo.

Ser inmune al tiempo, ahogado en la belleza y el placer.

Pero como dice bien claro en el libro, el placer no es felicidad.

Una obra llena de significados y filosofías, trabajado de tal manera que llega a convencerte que el hedonismo es la verdad absoluta. Como dije antes, un clásico de clásicos que hasta podría decir que está adelantado a su época, y eso se ve reflejado en Henry Wotton. Personaje más cínico e hijo de puta, machista, cerrado, cabezota, egocéntrico, morboso en el peor plan, burlón, no es capaz de tomarse algo en serio, subestima a cada ínfimo ser vivo que lo cuestione, tratando a cada individuo que le es diferente como una rata de laboratorio con la que estaría encantado de poder analizar su comportamiento en profundidad, dueño un mal genio incomparable, con la facilidad de exponer cada uno de sus pensamientos como si fuese la verdad absoluta, falto de empatía, encantado con la pureza, excitado a corromperla, no es capaz de escuchar ni de ver la vida más que a través de sus propios ojos. Definitivamente, una persona que ni en pedo me gustaría tener en mi vida. Sin embargo, por lejos, por goleada y sin ningún tipo de contrincante que le roce los tobillos: mi personaje favorito.

Lord Henry Wotton, casi único culpable que, de las 262 páginas del libro, me vi obligada a marcar más de las que me gustaría admitir.

Una obra con maldades llenas de lujuria en la que no se necesitó ni una sola descripción explícita para poder comprender lo que estaba pasando. Deja volar la imaginación sin dejarte ni un cabo suelto. Una preciosidad.

Pero –siempre hay peros–, a gusto personal me hubiese gustado saber mucho más sobre las cosas que iba haciendo el Señor Gray, quizá un poco más de explicación sobre quién era quién y qué les había hecho exactamente a esas personas que de repente lo odiaban tanto. También una buena explicación con lujo de detalles sobre cómo llegó a cumplirse ese deseo tan profundo de Dorian. Y ni hablar de ese terrible capítulo 11 en el que divaga por 11 páginas sobre cómo Dorian estaba fascinado por las cosas materiales sobre las que el tiempo parecía no pasar, entre esas cosas las joyas. Fascinado por la cantidad que tenía la realeza. Que la Reina Elizabeth II, Enrique VIII, Carlos III, Marco Polo, María Antonieta y su hermanita. No terminaba más, casi me tiro por el balcón. Les juro que era Ross con la carta de Rachel: “And you had rambled on for eighteen pages... FRONT AND BACK”.

Por otro lado, puede ser un poquitito pesado de leer debido a su léxico algo arcaico y de la época, pero no es para tanto, el contenido lo vale. En mi caso personal se me hizo más largo de lo que creí, pienso que es porque subestimé la longitud en base a la cantidad de páginas.

Adoré el final de la novela, siendo super simple me dejó embobada releyendo el último párrafo como si necesitase entender algo más, no lo podía soltar, como si no quisiese aceptar que se había terminado.

Amé todavía más la manera en la que quedó por sentado lo imbécil que era Henry Wotton en realidad, creía que lo sabía todo y no sabía nada. Vivía tan en su propio mundo que ni siquiera se daba cuenta de las cosas cuando se las escupían en la cara. Lamentablemente me dejó un sabor amargo el hecho de que él no supiese lo idiota que era. Me hubiese encantado que se quede estúpido después de descubrir que las cosas no eran tanto como él pensaba. Pero bueno, se la vie, hay gente que nace y muere creyéndose rey o reina del mundo sin tener la más puta idea de lo que pasa a su alrededor.

Tristemente es otra obra que en su tiempo también fue censurada, es muy obvio el motivo y me parece una porquería. Si no lo saben no se los wa decir para que la lean.

Religiosamente, apenas terminé de leer me fui a ver la película del 2009 y la verdad... un desastre. Pero no estamos acá para juzgar a nadie (? Me gustó solo por sus detalles en tintes góticos. Y rescato nada más que dos cosas: El cementerio Highgate que en cuanto lo vi, grité, pues #historiapersonal con ese bellísimo cementerio. Y una escena que estuve deseando (deseando con muchísima fuerza) en todo el libro pero que nunca ocurrió y sí lo pusieron en la película.

Estuve leyendo por ahí que la versión original de 1945 está mucho mejor, tal vez debería darle una oportunidad.
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Un clásico como es el retrato de Dorian Gray nos presenta dilemas morales, es una novela filosófica que representa la obsesión sobre el poder de la juventud y la belleza y al mismo tiempo, una reflexión sobre la naturaleza del arte y la estética. La influencia que ejerce, la profundidad y oscuridad que esta lleva consigo .
Mas que un libro es una experiencia.

Clásico inolvidable, El retrato de Dorian Gray luce como nuevo tras más de un siglo de su publicación por primera vez. Como bien se puede apreciar en esta clase de libros, la crítica que esconde tras la historia es más actual que nunca.

Nos encontramos ante una obra breve pero bien construida, a la que no se hecha en falta nada. Sus diálogos brillan como perlas entre bellas descripciones y personajes con rasgos tan humanos que el lector es capaz de empatizar y entrar en el libro como quien entra en una sala llena de gente familiar.

Pero lo que conviene destacar de este libro es esa crítica de la que ya hablaba al principio de esta reseña literaria: la de una sociedad en la que se aparenta mucho, pero se esconde mucho también. Parece que Oscar Wilde hablara de las redes sociales en esta obra imperecedera, y de que solo se muestra nuestra cara buena a los demás, e incluso se aparenta ser mejor de lo que se es. Por otro lado, se esconde en casa, en nuestra habitación, todo lo malo que tenemos, nuestras malas acciones, nuestro mal carácter y toda la fealdad que cada uno tiene. Me parece fascinante cómo se puede ver reflejado nuestro presente representado en una obra de hace más de un siglo. Por eso se considera esta y no otras novelas un clásico, porque podemos sentirnos identificados con ella actualmente, y lo más seguro es que podamos seguir haciéndolo en un futuro, por desgracia.

Una novela, como digo, con un tema muy actual, en un marco incomparable de descripciones y diálogos inigualables.

Clásico entre los clásicos. Llevaba años con él pendiente y no ha sido hasta conseguir esta edición que me he animado a ponerme con él.

Ha sido una lectura fascinante. Wilde refleja a la perfección el conflicto existencial y moral que sufre Dorian a lo largo de los años, consecuencia de su obsesión por la juventud y la belleza. Además es un libro cargado de reflexiones y de crítica social a la burguesía de la época.

Si no se lleva esa última estrella es porque ha habido un capítulo que me ha costado horrores leer, pero de aquí a un tiempo tengo claro que me encantaría hacerme con la versión sin censura y volver a leerlo.

Cada uno de nosotros tiene un cielo y un infierno dentro, Basil —exclamó Dorian con un ardiente ademán de desesperación.

Personalmente me ha encantado este libro, desde un inicio la historia me atrapó a tal punto que no pude dejar de leer. Y es que esta a simple vista es una trama sencilla pero con un mensaje profundo de como era la vida en una época en donde las apariencias lo eran todo, como las personas llegan a influir en nuestro ser si no sabemos diferenciar lo bueno y lo malo. Es tan magnífico las ocurrencias de los personajes, su manera de expresarse, que si no tienes firme lo que eres te pierdes.

Por mi parte no queda más que llenar de elogios a Oscar Wilde, un grande.

Wilde en esta novela nos refleja su crítica hacia la sociedad. de manera muy inteligente nos muestra la obsesión por la belleza, la juventud, el enfrentar el hedonismo y la moral, fue un tema muy presente en la obra hasta llegué a percibir cierto machismo en sus personajes que tampoco nos libramos del todo en estos días.

Los diálogos entre los personajes me parecieron muy interesantes, de esas lecturas que provoca compartir miles de citas en la comunidad. Los personajes discuten sobre el arte, el placer ante el amor, la belleza ante el bien y la fealdad reflejada en el mal. Una obra que nos dice mucho entre líneas.