Esta novela cuenta desde la visión histórica la “Guerra de las Comunidades” o “Revuelta Comunera” que enfrentó a las ciudades castellanas con el emperador Carlos V y sus actuaciones en materia fiscal hacia sus ciudadanos para recaudar el dinero que le compraría el trono imperial. A su vez también narra cómo el autor es consciente de su sentimiento de pertenencia a Castilla, siempre recurriendo a pasajes que luego enlazará con el relato sobre los comuneros. Así visto, con una perspectiva global, la novela nos habla sobre cómo se forja una identidad nacional, regional o local, y la manera en que los antecedentes históricos moldean la idiosincrasia de una región geográfica y sus habitantes. De esta manera, mientras narra los episodios más importantes de la Revuelta Comunera, también nos introduce en lo excepcional de la unión cultural que tuvo Castilla durante casi ocho siglos. Y viéndolo con el mal del presentismo histórico, nos damos cuenta que el dinero y el poder son los causantes de la mayoría de los conflictos políticos y bélicos de la Historia. Y sigue ligando los hechos más importantes de la Revuelta Comunera con lugares y acontecimientos que están en letras de oro dentro de la Historia de España. Tras este episodio, el carácter y la identidad castellana, según el autor, ha ido viéndose reducido y denigrado por los sucesivos gobernantes a meros espectadores de su fatídico destino. Aunque dejó para siempre su lengua, tanto hablada como escrita, que es la hoy en día disfrutan más de quinientos millones de personas en todo el mundo. Y con ella estos mismos castellanos han podido donar al mundo grandes clásicos de la Literatura universal. Como resumen general de la obra se puede inferir la manera en que una nación poderosa y sus habitantes han ido heredando el fatalismo del recuerdo de lo que pudo ser y no se consiguió. Con lo que seguramente tanto Castilla, como España, perdieron la oportunidad de haber sido todavía más grande de lo que fue. + Leer más |
Los monstruos no deberían caminar libres sin que nadie los reconociese...
Lo mejor de la novela negra y el terror unidos en un nuevo nivel de oscuridad.
Para un padre no hay mayor dolor que perder a un hijo. Y Roberto Cusac lo sabe bien: bastaron unos segundos para que Jaime desapareciera de un parque infantil sin dejar rastro. Años más tarde, en un intento por redimir su culpa, entra a trabajar como investigador privado en una fundación de personas desaparecidas junto con Inés Herrera, su esposa, quien se encarga de la parte legal. Tienen otro hijo, que ha crecido a la sombra de un hermano al que nunca conoció, pero que continúa presente en la vida de sus padres. Y más cuando una noche, en un paraje inhóspito, reaparece un niño desaparecido. Desnutrido y con evidentes signos de tortura, el pequeño relata haber estado encerrado por un hombre sin rostro. Desde ese instante, y guiados por el temor de que Jaime haya
sufrido la misma suerte, Roberto e Inés iniciarán una investigación paralela para descubrir la verdad.
Sobre Claudio Cerdán:
«Un aire crudo al mejor Denis Lehane.» JUAN GÓMEZ JURADO
«Claudio Cerdán, que ya empezó fuerte, sube la apuesta a lo bestia con esta novela.» LORENZO SILVA
«Firmar un novelón así está al alcance de muy pocos.» CÉSAR PÉREZ GELLIDA
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