Hay libros que se escriben con lágrimas y dolor que te van desgarrando poco a poco tu alma, y este fue uno de ellos.
La historia nos va contando parte de las vivencias de las mujeres buceadoras de una isla surcoreana de Jeju, las haenyeo, cuya forma de vida ha sido reconocida por la UNESCO como patrimonio de la humanidad, cosa que ni siquiera sabía que existía hasta que lo mencionan en este libro.
El libro inicia contándonos como dos jóvenes amigas van a su primera misión, Kim Young-Sook y Han Mi-Ja se convierten en el centro de esta historia, una amistad que broto rápidamente y que por la crueldad del destino se separó.
La autora nos va contando más sobre las tradiciones de esta isla y estas mujeres, de cómo la segunda guerra mundial causara estragos en esta parte del mundo que casi nadie toca y los atroces genocidios que se dieron en la guerra surcoreana afecto la vida de estas mujeres.
Vemos que en esta isla quienes tienen un mayor aporte económico son las mujeres y que los hombres se quedan, normalmente, en casa para cuidar el hogar y a los hijos, y si bien tener más de una hija equivale a tener una mejor situación económica, el tener un hijo sigue siendo un hecho importante en esta comunidad, que lejos de pensarlo siguen con esa característica patriarcal que uno podría pensar que no sería tan vigente siendo ellas las que dan el mayor sustento; pues nos enteramos que si bien la mujer es la que puede aportar capital es el hombre, quien según su religión son los que llevaran el linaje y harán los rezos por las almas de la familia.
Young-Sook es la hija de la líder de buceadoras y Mi-ja es la huérfana hija de padres que se movieron al bando opresor de la isla, una amistad que, desde el inicio, a la vista de todos, no debió de pasar. En su primera misión como buceadoras la acompañante de Young-Sook debido a un descuido y avaricia sufre el ataque de un pulpo que la deja en un estado catatónico, es gracias a estos sucesos que la vida de Young-Sook se va viendo de desgracias.
Desde aquí las historias relatas oscilan entre relatos informativos de la cultura, alegres y sobre todo crueles, la amistad de estas dos jóvenes es puesta a prueba en muchas ocasiones, pero es rota en uno de los recuerdos más crueles y desgarradores que pude llegar a leer y que podía entender el odio de una y la decisión de otra, y es realmente impactante porque en tuve que dejar de leer para asimilar y recuperarme de lo que leí.
La verdad es que es un libro que me encanto, aunque de solo recordar me dan ganas de llorar en varias partes, saber que son relatos reales le dan un plus a este libro.
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