La isla de las mujeres del mar

Imposible no emocionarse con la historia de Young-sook , Mi-ja y todos cuantos las rodean. Ha sido un placer empaparse de la fuerza, la amistad, los valores y las tradiciones de todas esas haenyeo; aprender sobre la Historia de la isla de Jeju; incluso, sobrecogerse con todo el sufrimiento padecido bajo las distintas ocupaciones empeñadas en arrebatarles su cultura y su identidad.
Lectura sumamente recomendable.

Kim Young-sook y Han Mi-ja son dos jóvenes que están comenzando su formación para convertirse en haenyeo. Las haenyeo son las mujeres buceadoras de la isla de Jeju, cuya forma de vida ha sido reconocida por la UNESCO como patrimonio de la humanidad. A través de los años, forjarán una amistado muy sólida a pesar de que cada una tiene un entorno familiar completamente distinto a la otra.
Este libro ha sido todo un viaje para mi. Me ha descubierto la figura de las haenyeo, unas mujeres fuertes que llevan sobre sus hombros el peso de toda una familia, todo ello ambientado durante los años finales de la Segunda Guerra Mundial, la guerra de Corea y todas las secuelas que ello conllevó.
Ha sido un libro que en ocasiones he tenido que dejar de leer porque lo que contaba era demasiado fuerte, pero es una historia muy bella, en el que la isla de Jeju, su mar, es un personaje más.
La autora nos da un contexto histórico para mi imprescindible para poder entender la narración y que personalmente desconocía quizá porque han estado silenciadas hasta hace muy poco. Y es que la isla de Jeju era un punto estratégico debido a su ubicación, que la hacía de gran interés para los propios coreanos, los estadounidenses y los japoneses.
Otra cosa que me ha fascinado, es el mundo de las creencias religiosas, las supersticiones, y como poco a poco el cristianismo se va abriendo paso.
Se que esta historia de una amistad, dolorosa y llena de amor se va a quedar conmigo. No podéis dejar de leerla.

De nuevo caigo rendida ante un libro de esos que no hubiera abierto ni con un palo, de no ser por los retos de lecturas que se os ocurren.
Esta novela está tan bien escrita que he reído, llorado y maldecido en voz alta mientras me dejaba llevar por la trama. Estructura en cinco partes muy bien diferenciadas, a caballo entre el presente y el pasado, que me ayudado a conocer una sociedad y un país que sólo había oído de lejos. Las mujeres buceadoras de Corea, que aunque están en vías de desaparecer, llevan inscritas como Patrimonio Mundial desde 2016.
Mujeres que son todo un ejemplo de fortaleza, de superación y supervivencia. Esas abuelas a las que no les duele las rodillas ni tienen que tomar pastillas para absolutamente nada, que con 70 años siguen ayudando en el mar. Una prueba más de que las mujeres son imparables
La parte más dura para mi gusto ha sido la de la guerra, mientras lo leía no paraba de pensar en aquella frase que dijo Julio Anguita: “Malditas sean las guerras y los canallas que las hacen”. Pero así estamos otra vez, con otra guerra en el norte de Europa ¿Cuándo aprenderá el ser humano?
Una historia de amistad, de amor, de decepción, de guerra y lucha, pero también de vida, de perdón. Una maravilla dura de leer, pero muy gratificante, lo aconsejo 100 %.

No quiero destripar la historia, porque simplemente tenéis que leerlo, todos.

Trata sobre la vida de Kim Young-sook y Han Mi-ja, empieza cuando ellas son pequeñas y se conocen y se forman para ser haenyeo (mujeres buceadoras). La historia la narra Kim Young-sook, que a sus 80 años, se encuentra con una familia en la playa que le hace recordar todo su pasado, sobre todo su amistad con Han Mi-ja, todos los buenos momentos, los malos, los problemas, el sufrimiento...

Y es que este libro es tan real que duele, te deja rota por dentro, y tengo que admitir que en un pasaje del libro lloré como no había llorado desde hacía tiempo (que tuve que parar de leer porque no veía las líneas...)

Y es que la vida de estas dos amigas pasa por muchos estados, sobre todo contando que se narra al final de la II Guerra Mundial, la Guerra de Corea, la invasión japonesa y norteamericana... Donde se ve hasta que punto puede llegar la crueldad humana.

Y no quiero decir más... solo que lo leáis, no os vais a encontrar con una historia llena de giros y acción, pero sí con una historia real y humana que os llegará directo al corazón.

A través de las páginas de esta novela vamos a conocer un poco la historia de Corea (desde 1938 a 2008), sus costumbres, tradiciones y mitología pero, más concretamente, lo que aconteció en la isla de Jeju. También conoceremos a las haenyeo, una comunidad de mujeres buceadoras que se ganan la vida sumergiéndose en el mar –a pulmón- para pescar marisco y cuya actividad ha sido declarada por la UNESCO como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad.

Lisa See nos traslada a Jeju, esta isla de la actual Corea del Sur, donde vamos a conocer a Kim Young-sook y a Han Mi-ja, dos mujeres a las que vamos a ir viendo crecer desde que se conocen siendo unas niñas cuando Han Mi-ja es descubierta robando en las tierras de la familia de Kim Young-sook para poder subsistir ya que, pese a vivir con sus tíos, éstos la tratan como a su esclava, no se ocupan de ella y el hambre le hace robar. Así es como la madre de Kim Young-sook la toma bajo su protección y las niñas se hacen amigas inseparables, las enseñará a bucear y convertirse en haenyeos, hasta que, años más tarde, un hecho trágico dinamita su amistad por aires.

La historia tiene dos ramas temporales, por un lado, el presente de 2008 donde vemos a una Kim Young-sook anciana y una familia norteamericana que le pregunta si conoce a Han Mi-ja. Les responde que no pero ¿por qué da esa contestación cuando es obvio que sí se conocen? Es algo que está relacionado con la otra rama temporal que se desarrolla en el pasado y donde se centra el grueso de la narración.

Ambas tramas se irán entrelazando a lo largo de las páginas e iremos conociendo quién es esa familia norteamericana, qué relación tienen con Mi-ja y también la historia de Corea desde que estaba bajo domino japonés, donde los coreanos sufrieron un deterioro drástico en su nivel de vida así como un importante déficit alimentario, pasando por la II G.M. cuando Corea fue dividida en dos; el norte quedó bajo el control soviético y el sur bajo dominio norteamericano, hasta la Guerra de Corea donde se produjeron masacres de gente inocente, torturas, detenciones y arrasaron y calcinaron pueblos entre otras barbaridades hasta que en 1953 se firma el armisticio.

A parte de conocer esta parte trágica de la Historia también conoceremos, como decía anteriormente, la cultura de la isla de Jeju. Veremos que es una sociedad matriarcal donde las mujeres son las que trabajan para mantener a su familia, deciden y son el pilar fundamental de la sociedad y los hombres se limitan al cuidado de los hijos así como a realizar algunas tareas domésticas (en el libro se dice que son invitados que se quedan por cien años). Conoceremos a abuela Seolmundae, la diosa más importante de Jeju quien creó la isla, así como a Yeongdeung, la diosa del mar y el viento, entre otras. También sus ritos funerarios, la chamanería y tradiciones.

La isla de las mujeres del mar es una lectura dura, trágica y triste a la par que emotiva y hace, en su conjunto, que sea maravillosa. Está escrita con sencillez y los personajes, tanto principales como secundarios, están muy bien perfilados así como las estupendas descripciones que trasportan al lector a Jeju y se aprecia la ardua labor de investigación que tuvo que llevar a cabo la autora para escribir esta novela.

No es una lectura de ritmo trepidante pero no le hace falta porque son de esas que se disfrutan página a página, que te hacen reflexionar sobre la vida y cuestionarte por qué el ser humano es capaz –al mismo tiempo- de cometer las mayores atrocidades o proezas.

Enlace: https://libropoli.blogspot.c..

Esta ficción histórica exquisita nos transporta a la mágica isla de Jeju en Corea del Sur donde las mujeres son las encargadas de proveer el sustento familiar desde el mar. Día tras día, estas comunidades de buceadoras se juegan la vida a pulmón ante el frío y los peligros de las profundidades marinas en las que se aventuran desde su iniciación a los 15 años hasta que ya son abuelas. Ellas se organizan y se cuidan, son las cabeza de familia, aunque no siempre es tan sencillo.



La novela narra la vida de una de estas buceadoras, haenyeo como se llaman allí, desde niña, en los años 30, a anciana, en el 2008, y de la que comienza siendo su mejor amiga. Ambas provienen de contextos muy distintos que harán compleja la relación según vayan creciendo. Sus vidas no son fáciles y, lejos de enfrentarse solamente a las complejidades del mar, la peor parte estará en la tierra. La isla Jeju sufrirá las terribles y sangrientas consecuencias del convulso panorama político estando primero bajo el yugo de japón, luego de estados unidos y sufriendo también las incesantes tensiones nacionales.

Es una novela para dejarse transportar y sentir la arena y el viento en la piel, para probar sus comidas para luego sentir el hambre y el miedo, para rezarle a las diosas del mar y reflexionar sobre el poder de la amistad y el perdón, sobre la familia y la pérdida.

Si tuviese que poner un pero, sabiendo que esto es algo super personal, diría que disfruto muchísimo de las narraciones más pausadas y descriptivas y que, en esta, impera la acción y el movimiento. Sin embargo, la preciosa historia que nos trae Lisa See es muy disfrutable y merece mucho la pena descubrirla.

Aprender mientras leo es algo que disfruto de verdad. Lisa See tiene la capacidad de fundir una trama con la historia de un lugar y encontrar el equilibrio entre ambas. Esta lectura nos traslada a la isla de Jeju, en Corea de Sur, donde las haenyeo (mujeres del mar) son las protagonistas. En pleno siglo XX, conoceremos la vida de Young-sook, que se verá afectada por todas las crisis políticas y sociales que sufrieron durante aquellos años. Conoceremos las terribles masacres que se llevaron a cabo, las traiciones, la fortaleza de aquel grupo de mujeres que luchaban por sobrevivir y sacar hacia delante a sus familias.

Conoceremos el estilo de vida, sus costumbres y cómo esas mujeres tomaron las riendas en un determinado momento de la historia para hacerse auténticas maestras de los fondos marinos. Un oficio que se pasaba de madres a hijas y donde tener una niña simbolizaba la misma magia que tener un varón. Porque había nacido una haenyeo.

No es una historia amable, tiene un trasfondo duro. Sobre todo cuando sabes que todo aquello fue real. El dominio de los japoneses sobre la isla y el resto de Corea, los coreanos colaboracionistas adeptos al régimen y unos rebeldes que luchaban por la libertad de Corea.

Es, sin duda alguna, uno de los mejores libros que he leído nunca. "La isla de las mujeres del mar" es una novela histórica ambientada en la isla de Jeju, una localización estratégica durante los conflictos bélicos del siglo pasado pero que cuenta con unas tradiciones propias como su característico dialecto o el arraigo de rituales chamánicos.

Entre estas tradiciones, destaca la figura de las "haenyeo", mujeres buceadoras que se someten a las bajas temperaturas del agua generación tras generación al ser el sostén económico de cada núcleo familiar que habita en Jeju. Un oficio que cuenta con una larga tradición y que está actualmente protegido por la UNESCO al igual que la propia isla donde se lleva a cabo. Desconocía por completo la existencia de este oficio hasta que esta lectura cayó en mis manos, y me resultó muy interesante ver cómo en este caso eran ellas quienes traían el dinero y el alimento al hogar en vez de quedarse en él cuidando a sus hijos; algo inimaginable dentro de la mirada occidental de la época o incluso en la propia Corea continental.

En sus páginas seguimos la historia de Young-sook, una ya anciana haenyeo conocerá de repente a alguien vinculado a una de las personas que más marcó su vida, Mi-ja, la que fue su mejor amiga. A raíz de este encuentro, recuerda como si fuera ayer todas las vivencias sufridas tras el final de la II Guerra Mundial, la ocupación Japonesa en Corea y la propia guerra en su país. Para mí, el contexto histórico ha sido uno de los puntos más fuertes de la novela, ya que se explica a fondo, pero de manera sencilla varios de los conflictos que marcaron el siglo XX a partir de las vivencias de Young-sook y Mi-ja.

Dos personajes que, para mí, han sido el mejor elemento de toda la novela. Tan distintas, pero en ciertos aspectos tan iguales además de estar unidas desde una temprana edad y un oficio sinigual. Os prometo que, si no supierais que se trata de un relato ficticio, pensaríais que realmente Young-sook y Mi-ja existieron, ya que se sientes reales y te dejan una marca con sus respectivas historias, con las que no podrás evitar empatizar. No cabe duda de que el hilo de la trama será la amistad, que se presenta como algo inquebrantable entre nuestras protagonistas, que, por desgracia, no terminará siendo así debido a ciertos sucesos.

Estamos ante una novela que plasma la fortaleza, el orgullo, pero también la inspiración y los miedos a los que debe enfrentarse una mujer a lo largo de su vida, y cuyas generaciones venideras también heredarán. Sobre todo, el amor y la amistad que harán que unos tiempos tan crudos como los que afrontan estas dos mujeres, sean más llevaderos. No voy a mentir diciendo que hubo veces que tuve que parar de leer durante un tiempo debido al impacto que tienen algunas de estas escenas que narran los horrores de la guerra y de las traiciones personales. Aun así, no puedo dejar de recomendarla encarecidamente, es uno de esos libros que cuando lo leas, te acompañarán para siempre.

Lisa See ambienta esta ficción histórica en la isla de Jeju y a través de la historia de dos amigas, a las que acompañaremos a lo largo de toda su vida, la autora nos permite adentrarnos en la sociedad matrifocal de las Haenyeo, las mujeres buceadoras de esta isla, las cuáles fueron también protagonistas de dirigir una de las mayores movilizaciones a favor de la liberación de Corea de la ocupación japonesa.
La vida de estas dos mujeres estará marcada por los grandes acontecimientos históricos del siglo XX y las atrocidades sufridas como consecuencia de las secuelas que éstas dejarán en sus vidas. Una novela introspectiva que nos habla del poder de la comunidad y de la red de apoyo entre mujeres, que visibiliza las violencias que nos atraviesan por nuestra condición y de la importancia de colectivizar y politizar el dolor.

SINOPSIS:
Kim Young-sook y Han Mi-ja empiezan su preparación como haenyeo en la isla de Jeju. A pesar de sus diferentes entornos familiares, pronto entablarán amistad, aprenderán la técnica del buceo y se enfrentarán juntas a las exigencias físicas y los fracasos emocionales de su trabajo. Acontecimientos tan trágicos como la Segunda Guerra Mundial, la Guerra de Corea y la llegada de nuevas políticas e ideas a la isla, marcarán el destino de sus habitantes.

OPINIÓN:
La isla de las mujeres del mar es una historia llena de matices que combina de forma muy acertada cultura asiática, ficción histórica y drama.

Narrada en dos líneas temporales y ambientada en la isla de Jeju, la historia nos sumerge de lleno en las tradiciones de la zona. Conoceremos a las haenyeo, las mujeres buceadoras, quienes sentían el mar como su hogar y fuente inagotable de sustento para sus familias. Recorreremos los paisajes de la isla caracterizados por el contraste entre el mar y las formaciones volcánicas, y nos acercaremos a las creencias y ritos del chamanismo de la región.

Si algo me ha parecido realmente mágico de esta historia es, sin duda, el absoluto protagonismo de las mujeres, su carácter inagotable dentro y fuera del agua, su total entrega a la cooperativa de haenyeo a la que pertenecen y la sororidad entre ellas.

Destacaría también la construcción de los personajes precisamente por tratarse de personajes imperfectos, personajes que cometen errores, que sienten el peso de la culpabilidad, de la envidia y de los prejuicios, y que a mi parecer, los hace tan humanos.

Y todo ello enmarcado en un contexto social y político convulso, lleno de atrocidades y cambios que definirán la trayectoria de nuestras protagonistas.

En definitiva, me ha parecido una buena historia y creo que puede ser disfrutable para un público muy amplio.