Distancia de rescate

Distancia de rescate de Samanta Schweblin
¿Cómo llegué a este libro? Fue una recomendación de Marijo @ladamadelanovela. Decía que era brutal, inclasificable y desconcertante. Es la primera novela de Samanta, escritora argentina nacida en 1978, que vive en Berlín.

Ambientada en la Pampa argentina: dos mujeres, Clara y Amanda, y sus hijos David y Nina son las protagonistas.

El hijo de Carla, David, se intoxica bebiendo aguas contaminadas porque se despista mientras cuida de los caballos de su marido.

La hija de Amanda, Carla, vive con la mirada continua de su madre que respeta a la perfección la distancia de rescate (no la pierde de vista y siempre está pendiente).

Ha sido adaptada por Claudia Llosa, no he visto la película.

Opinión personal en el blog:

Enlace: https://www.cruzromon.com/di..

De repente es como entrar en un pozo, en un lugar oscuro, donde las palabras de cada personaje te empujan sobre la pared como dos pesados brazos, que de repente crees que te van a abrazar pero te ahorcan. Ese es el clima que persiste durante toda la novela. Brujería, soledad, compasión y las caras de unos niños que ya no son quienes eran. Todo se inicia con un viaje de vacaciones, un viaje sin regreso.

Novela de horror psicológico, hipnótica,incomoda e impactante.
Podria tener varias interpretaciones que darían para debatir,no deja indiferente y eso me gusta.
No he podido dejar de leer,es una historia desconcertante en un principio, no entiendes pero intuyes y cuando acaba me explota la cabeza,una lectura que se quedará en mi memoria, eso seguro.
Breve con ritmo ágil, diálogos inquietantes y una historia sobrecogedora con un final irremediable, la autora sabe como captar la atención y transmitir sentimientos manteniendote en tensión y es de admirar siendo su primera novela.
Una novela que te trasporta a la Argentina agraria de la mano de unos personajes difíciles de olvidar.
Amanda y Carla muy distintas, pero para mí ,David, es el personaje perturbador que estremece y acongoja sin pretenderlo.
Lo que más destaco es cómo se cuenta la historia, un relato desconcertante e impactante en forma de diálogo entre Amanda, que trata de entender qué sucede a su alrededor y David que le hace de guia,haciendole incapie en los detalles importantes,entre el presente y los recuerdos.
Una historia que mezcla una triste realidad y crítica medioambiental cada vez más inevitables, con toques de realismo mágico y el relato intimista y desgarrador que trata los vínculos entre madres e hijos y ese hilo invisible que les une, midiendo continuamente la distancia de rescate para proteger y actuar en el momento justo.Un título que hace honor a la historia.
Como dato ,este libro cuenta con varios premios importantes y tenéis la adaptación al cine por si os apetece

"Distancia de rescate" es una novela inquietante que te aplastará en el sillón del que no podrás levantarte hasta terminar de leer. No te preocupes, es cortita.

Una narración sobre una obsesión y una culpa en un contexto de desastre ecológico. El cuidado, la vigilancia del hijo, su seguridad, se transforma en una obsesión malsana para una madre que asiste al relato ponzoñoso, lleno de remordimientos y atávicas supersticiones de otra madre que por una vez no respetó la justa (?) distancia de rescate (esa distancia máxima con el hijo que nos permitirá salvaguardarlo de todo peligro).

Baste con estas notas. El lector debe tener el placer de ir descubriendo las claves de la narración, de ir acostumbrando la vista a la espesa niebla que empieza cubriéndolo todo y que nos confunde haciéndonos ver monstruos y peligros allá donde fijemos la mirada. Debemos seguir el ritmo que tan hábilmente nos va marcando Schweblin. Ella nos acompañará, no siempre corta la distancia de rescate, conduciéndonos sin apenas indicaciones, aunque todas relevantes, nada es superfluo, hacia el destino que nos tiene reservado sin que sepamos con certeza si el camino que recorremos es de terror, fantástico, onírico o es otra cosa o todas juntas.

Un relato que nos llega únicamente a través de una de las madres y a instancias de una voz que apremia a contar. La autora sabe cómo contagiarnos la prisa, la impaciencia de esa voz por saber, y que en nosotros toma la forma de necesidad por hacer pie, por abandonar el terreno fangoso, nada firme, por el que nos lleva (y ojalá no descubráis muy pronto las claves de un relato quizás demasiado supeditado a las inseguridades del lector). Y junto a esa impaciencia, Schweblin consigue magníficamente provocarnos el desasosiego ante una catástrofe que advertimos inminente, ante un peligro que no sabemos muy bien por donde aparecerá y en qué consistirá.

Disponte a la lectura con la mente libre y ligera, los ojos muy abiertos y dispuesto a ser tú quien cierre el relato, quien elija las claves que lo concluya.

Si hay algo vital para una madre, para un progenitor, eso es la distancia de rescate. La distancia que hay entre ellos y sus hijos para poder salvarles lo más rápido posible en caso de necesidad.

Inquietante e intrigante novela que nos mantiene en suspense mientras asistimos de entrada al diálogo entre Amanda y David. Amanda ha ido a pasar unos días de vacaciones con su hija Nina a un pequeño pueblo en Argentina. David es el hijo de Carla y viven en el pueblo.

El comienzo de la novela "Son como gusanos" ya consigue que nos pongamos en modo alerta desde el inicio. Es a través de esa conversación inicial como iremos conociendo todas las partes de la trama, donde no faltan componentes esotéricos y una soterrada denuncia ecológica.

La novela es breve y adictiva, sientes curiosidad por conocer los posibles giros que la narradora pueda introducir. Se establece un fuerte vínculo entre las dos madres y sus hijos y eres consciente de que en ese lugar han sucedido cosas terribles.

Recomendable para amantes del suspense y la intriga psicológica. Abstenerse padres primerizos e impresionables que vivan preocupados por "la distancia de rescate" 😉.

Descubrí a Samantha Schweblin este verano con sus "Kentukis" y supe que tenía que leer algo más de ella. Este libro me llamaba mucho la atención y fue empezarlo y no poder parar, me enganchó desde la primera página. Y es que la autora ha sabido crear una atmósfera tan tensa y asfixiante que consigue contagiarte la ansiedad de la protagonista por saber qué está pasando. Hasta en algún momento me parecía estar leyendo un relato de terror.

Amanda se despierta un día acostada en una clínica sin recordar nada. Poco a poco, y con la 'ayuda' de un extraño niño, empieza a reconstruir los hechos que la han llevado hasta allí y así encontrar el punto exacto en que ese hilo que la unía con su hija se rompió. Con un ritmo que apenas te deja respirar va hablando de maternidad, de las relaciones y supersticiones en los pueblos pequeños, de obsesiones y culpa. Y no cuento más porque creo que es mejor leerlo sin saber apenas nada. La verdad es que después de tanta inquietud acumulada yo esperaba un final explosivo pero no fue así. Sinceramente, al terminar sentí que no lo había entendido del todo, pero volviendo a leer algunas partes con más atención me empezó a cuadrar cada vez más y me pareció un desenlace bastante coherente.

Una novela que empieza raro con su forma de narrar, pero que de a poco te acostumbras y no podes dejar de leerlo. Tiene suspenso, thriller y a la vez horror.
Vas atando cabos a medida que transcurre la historia.Te provoca mucha tención. Y te sorprende con el final. Todo cobra de repente sentido.
El título está muy relacionado: Esa distancia de rescate que tiene con la hija está en toda la novela.
Es una historia que no te podes perder, más aún cuando sacaron la película hace nada.

Distancia de rescate es una novela corta apabullante y terrorífica, pero en el sentido que se asemeja a una realidad que muchas madres sienten. Pero dar detalles de lo que significa “distancia de rescate” lo considero decir demasiado, porque descubrirlo (yo tampoco lo sabía) hace que la historia sea mucho más asfixiante.

El libro, como muchos autores argentinos están acostumbrados, trata de una denuncia social, pero de ese tipo que hoy en día es casi olvidada o ignorada, y tiene que ver con el campo. Ese lugar que para algunos podría ser la posibilidad de un respiro y desconexión, se torna en una realidad en la que la sociedad está demasiado alejada, tan alejada que se vuelve inalcanzable. Y tanto así, que se transforma en un escenario macabro.

Samanta juega con dos narradores que van contando la historia, es muy importante esto para entenderlo desde el inicio. Porque estas voces envuelven y desesperan, tanto que no sabemos que da más miedo, si lo que podría ocurrir, o lo que está ocurriendo. Ella se entretiene con saltos en el tiempo, por lo que si bien, son unas 50 pág., es importante no perder el hilo de la historia.

Creo que no iba con muchas expectativas sobre este libro, y estoy muy lejos de entender la situación que vive uno de los protagonistas, pero la historia se siente, la desesperación es palpable y genuina, la incertidumbre es abrumadora. Tan desesperante que no hay ningún momento de paz.

Samanta quería que todo lo que se sintiera removiera al lector y lo dejara pensando, en los protagonistas, en las relaciones familiares, sobre el conocimiento rural, en la soledad, en las creencias o en… un gran etc. Sé también que las historias argentinas, a veces, limitan. Sin embargo, justamente esta, no deja de ser una obra corta, con mucha profundidad, demasiado intensa y completamente fascinante.



P/D: libro elegido para el reto en pantuflas 😍❤❤ animal en la portada 🥳.

"Eso no es lo importante" se repite escrito en bastardilla muchas veces a lo largo de este relato (lo denomino así porque no se si es un cuento largo o una novela corta, y creo que eso no es importante, no) Esa bastardilla es la voz de David, un niño que está ayudando (¿ayudando?) a Amanda.

Amanda y Nina, Carla y David son las cuatro piezas de algún modo principales. Amanda y Carla son dos madres. Dina y David, los hijos de esas madres respectivamente. A su alrededor hay otros personajes, pero que solo ponen los condimentos que llevan adelante la acción.

Bien, mi lectura me conduce a ver este relato como un fuerte y poético llamado de atención sobre la siembra de soja transgénica y el uso de agrotóxicos que necesita. de hecho, la soja, el verde de la soja aparece muchas veces en lo que Amanda cuenta. Y cuando aparece lo importante, ella menciona los bidones que están descargando, y que mojaron el pasto sobre el que se sientan con Nina. Otro pivote es el riacho que está cerca. Los efectos de los agrotóxicos, podrán en jaque esa “distancia de rescate” que Amanda tiene hacia su hija.

Si no les interesa el tema del uso de agrotóxicos, pueden leer esta novela como un relato de suspenso. O como un relato fantástico. O como un relato netamente contemporáneo con una inusual forma de construcción. Por el motivo que sea, léanlo: ES UNA PEQUEÑA MARAVILLA.

“Ya no hay tensión. Pero yo siento el hilo. Todavía existe”.

Samanta Schweblin nos atrapa con su narrativa desde la primera página de esta novela. A medida que avanzaba en la lectura de sus escasas 124 páginas volvía a cada poco a esa primera página, perturbadora, inquietante.

La narración avanza en un diálogo entre dos personas que no tardas mucho en identificar. Es extraña, genera cierta sensación de irrealidad, de magia, de no saber qué está pasando. El lenguaje es directo, sin florituras, pero con imágenes muy vívidas. La tensión crece por momentos y no puedes abandonar su lectura. Es, de hecho, perfecta para leer de una sentada. Perfecta para un #viernesdelecturacorta, de los de @los_libros_del_sr_lector.

La primera vez que oí hablar de esta autora fue en el podcast @librorumpodcast de @van_hessa, que comentaba su novela posterior Kentukis y me quedaron muchas ganas de leer algo suyo. Ahora sé que quiero leerlo todo, todo lo que escriba y más.

Esta es una historia de vínculos materno-filiales, de miedos irracionales, de pérdida, de dolor, de ausencia, de vacíos. Y la explicación de lo que ocurre y por qué ocurre, oculta en el texto me ha sorprendido y deleitado a partes iguales por la denuncia social que implica.

Es cierto que quedan cosas en el aire, a la imaginación del lector, pero es de este tipo de novelas en que es más importante el como lo cuenta que el qué nos cuenta. Y para mí tiene un cierre ciertamente estremecedor… No, no. No os lo puedo contar pero si la leéis y queréis comentarlo por mensajes por favor escribidme, porque me ha parecido brillante.